Los dos hombres asienten y dice uno de ellos:
Emily se acercó con Eduardo hacia los pescadores y escuchó el intercambio de preguntas y respuestas entre uno y otros. Las respuestas no hacían otra cosa que aumentar aún más el desconcierto, el comentario del hombre vestido de rojo le despistó bastante. ¿Quién va hoy en día vestido de rojo? Hay karategis rojos, pero no creo que fuera el caso.
Emily carraspeó un poco, e intervino Dis… disculpen, dicen que unas prostitutas vieron a alguien de rojo, ¿Cómo un uniforme? ¿Saben ustedes si alguien del puerto lleva un uniforme rojo?, y esperó la respuesta de los pescadores.
Una vez hubieron respondido, dijo a sus compañeros, quizá sería interesante volver de noche para poder tratar con las prostitutas, o al menos vosotros podéis ya que yo no creo que sea bien recibida.
-Vagabundo vio ¿un monstruo?, prostitutas vieron a dos hombres, uno muy grande y otro vestido de rojo...- anotaba estos datos en mi libreta. Emily pregunta sobre si hay uniformes rojos por la zona, muy buena pregunta para una novata. Yo, por mi parte, formulé otra pregunta -¿Sabéis con exactitud si el hombre de rojo entraba o salía del almacén?- les pregunté; en mi cabeza había una pequeña teoría, y esa pregunta ayudaría en su elaboración.
Emily propuso lo de volver al lugar de noche para interrogar a las prostitutas, no me parecía mal, pero me escamó eso que dijo de que "yo no sería bien recibida" -En vez de esperar a la noche, podríamos preguntar donde trabajan normalmente, podemos tener suerte y que hagan "turno diurno"- les dije -Señores, ¿donde se suelen colocar esas mujeres a trabajar?- les pregunté a los pescadores -Eso si Emily, si se siente incómoda o molesta, puede ausentarse si quiere; por mi parte no recibirá reproches- le dije tranquilamente a ella, a lo mejor prefería esperar en los coches o irse en ese momento.
Ray se quedó en segundo plano y dejó que sus compañeros hicieran las preguntas a aquellos hombres. Quería comprobar cuan buenos eran sus Eduardo y Emily en ese aspecto, y la verdad es que había quedado satisfecho al comprobar que hacían las preguntas pertinentes.
Por el momento, excluyendo la parte del monstruo, parecía que tenían a dos posibles posibles sospechosos y mas gente que interrogar.
- ¿Saben donde podríamos encontrar a ese vagabundo?- Preguntó conciso a los pescadores.
Uno de los hombres mira a Emily y tras pensar dice:
El otro es el que responde cuando pregunta sobre los uniformes del puerto:
El primero de los hombres mira a Eduardo y tras pensar unos momentos añade:
El otro hombre mira a Ray y sonríe mientras dice:
-Bien, muchas gracias señores, que tengan un buen día- acabé despidiéndome de los señores; nos habían dado buena información y posibles testigos, esto pintaba bien.
-Supongo que usted irá a buscar al vagabundo, ¿no?- le pregunté a Ray -Yo creo que iré a la zona de desguace, haber si encuentro a las señoras que estuvieron aquí- le dije al grupo -Srta. Emily, ¿que ha decidido usted? ¿Se irá a lo que tenga que hacer en el dojo como ha dicho en el grupo, me acompañará a buscar a las señoritas, o se quedará con Ray a buscar al mendigo?- le pegunté educadamente, no quería presionarla ni nada de eso, solo quería saber que iba ha hacer al final.
- Si.- Asintió Ray respondiendo a su compañero.- Yo me encargaré de buscar al vagabundo.-
Luego se volvió hacia Emily. Era evidente que por alguna razón la joven asiática se sentía incomoda con la idea de ir con las prostitutas, pero no creía que dejarla marchar fuera buena idea. Estaba muy verde en los temas de investigación y la mejor manera de mejorar en aquel aspecto era observar a alguien que fuera un experto en esas lides y practicar lo aprendido.
- Señorita Otomo, si lo prefiere, me iría bien su ayuda para dar con ese vagabundo.- Le comentó solicito.
Emily escuchó atenta los acontecimientos y las preguntas que le dirigían, parecía incluso que la tenían en cuenta lo cual la animó.
Asintió hacia Eduardo y comentó Al dojo puedo ir luego, sacudió la cabeza y torció la boca, o incluso no ir si tengo que ir a la fiesta. En resumen, sí, prefiero ir con Ray si no te importa ir solo.
-No me importa, no tienes que preocuparte por eso- le dije con una sonrisa a Emily; si no quiere venirse conmigo, sus motivos tendrá -Bueno, cuando acabe allí, volveré a donde los coches; esperadme allí cuando terminéis vosotros- les pedí a mis compañeros, no me gustaría volverme solo a la fiesta -Hasta luego- me despedí mientras empecé a tomar el camino hacía la zona de desguace.
Eduardo no tardó en llegar a la zona que le habían dicho los pescadores, el lugar tenia los restos de algunos barcos preparados para ser procesados y posiblemente reciclados para usar en otras embarcaciones. Cuando camina por el lugar puede ver como no muy lejos hay un par de chicas vestidas con pantalones muy cortos y camisas que dejan ver bastante de su cuerpo, las dos mujeres hablaban distraídamente entre ellas, sin duda eran dos prostitutas, podía verse bastante claro por los movimientos, como miraban a los hombres que iban pasando y como estos las miraban.
solo al director
Tras un rato caminando y preguntando a algunas personas pudieron ver al hombre que estaban buscando, un hombre mayor y con mal aspecto, este al verles llegar les mira y dice con una voz ronca por el alcohol:
No marqueis a Eduardo
-Pantalones muy cortos, camisas abiertas, esas miradas,... Seguro que son ellas- pensé al verlas -Haber si les consigo sacar algo- pensaba mientras me acercaba.
-Buenas tardes chicas, necesito haceros unas preguntas...- les empecé diciendo, mientras sacaba la libreta -... no es nada grave; unos pescadores me dijeron que estuvisteis por la zona hace dos días, cuando ocurrió el incidente de los Latins ¿visteis algo?- les aclaré y les pregunté. -Solo me interesa saber lo que visteis, no os molestaré en nada más- les repetí, no quería que se asustaran por pensar que les iba a detener por prostitución.
Emily escucha atónita las palabras del mendigo, no tendría que tomarlas muy en cuenta ya que su mente y su vida está afectadas por el alcohol, pero aun así a Emily no le gusta ni ser el centro de atención ni ser objetivo de acusación, sean o no falsas. Su forma de ser le hace pasar mal trago con estas situaciones, armándose de valor ante un extraño como hizo con los pescadores para tratar de estar al nivel de sus compañeros intercede, ¡china! Pero bueno, otro que cree que todos los orientales somos iguales, yo… yo soy americana ¿sabe?, como usted. Soy de aquí, de NYC. No tengo nada que ver con los chinos, no soy de origen chino, japonesa sí.. No sintiéndose con ganas de preguntar nada al mendigo espera pacientemente a que Ray lo haga, se sentía un poco mejor después de haber respondido al mendigo aunque estas situaciones le hacían añorar la calma y la cotidianidad del tatami.
Cuando Eduardo dice de hacerles una pregunta es la rubia la que responde:
- 200 por ser tú cariño
Pero cuando hace su pregunta es la morena la que responde:
-Así que un madero... Bueno, no vimos mucho, le estaban dando una paliza a un tío como hacen todos los días, pero en por lo visto cuando fuimos a hacer negocios, ya sabes estos latín les gusta celebrar con buen material.
Decía mientras se toca a si misma lascivamente y añade:
- Justo en la puerta nos encontramos a un tío muy raro con acento europeo, llevaba un traje con corbata roja y gafas amarillas, pero nos asustó porque tenía una de esas pistolas realmente grandes y muy decoradas de color plata
La otra mujer se acerca y dice:
-Era de plata yo distingo muy bien esas cosas y era de plata, nos dijo que nos fuéramos, que hoy solo habría sangre en ese almacén así que nos fuimos y después escuchamos disparos.
El hombre mira a Emily y hace un gesto como para quitarse algo de encima y dice:
Mira a Ray de nuevo y dice:
Decía para sonreír y dar un trago a una botella que tenía en la mano mientras vuelve a insistir en sus comentarios racistas:
El comportamiento de aquel vagabundo y su forma de tratar a su compañera hizo que aflorase el detective que Ray llevaba dentro.
Chasqueó los dedos malhumorado llamando la atención del vagabundo y se aproximó al tipo interponiéndose entre él y Emily.
- ¡He amigo!- Espetó con un tono de voz que no dejaba derecho a replica.- No estamos aquí para hablar sobre sus traumas raciales, sino para hacerle unas preguntas sobre el asesinato de los pandilleros del otro día.-
- Según nos han contado usted asegura que vio a un monstruo atacando a esos tipos.- Prosiguió con un gruñido.- Así que hable sobre eso y déjese de monsergas.-
-Acento europeo, traje, corbata roja, gafas amarillas y pistola decorada de gran tamaño posiblemente de plata...- escribía en mi libreta mientras intentaba mantenerme serio ante los movimientos de las chicas... hay días que es difícil mantener la compostura. Era una descripción algo vaga, pero para empezar no estaba mal, sin duda tenía papeletas de, como mínimo, de tener algo que ver con lo que hizo los arañazos.
-Vale, creo que de momento con eso basta- dije en voz alta -Muchas gracias a los dos, habéis sido de gran ayuda- les agradecí a ambas; pero entonces, por asegurarme de algo, les hice una última pregunta -Una última cosa, ¿aparte de los disparos, oísteis algo más? Algo como ladridos, cajas cayendo, gritos... sonidos por el estilo-.
La respuesta del vagabundo no satisfizo nada a Emily pero decidió que no merecía la pena seguir por ese camino, además, Ray intervino rápidamente para zanjar la cuestión. La había apoyado desde el principio y ella se sentía muy a gusto con él.
Emily esbozó una media sonrisa al escuchar las palabras de Ray cuando se interpuso entre ella y el vagabundo, 下手の長談義. Cuando Ray acabó su pregunta susurró un gracias cerca de él.
Por otra parte, la actitud del hombre le hacía desconfiar bastante sobre lo que pudiera contarles, o incluso si diría algo a cambio de nada, aun así permaneció atenta a lo que pudiera decirles.
El tipo se queda unos momentos mirando y finalmente dice tras dar un trago a su botella:
El hombre vuelve a decir una serie de insultos hacia el país y a criticar que eso es por culpa de tener un presidente negro y vuelve a decir:
Hizo un gesto con las manos como de pistolas y añade:
Las chicas hacen un gesto como para despedirse con la mano y tirando un beso y dicen: