Partida Rol por web

Emily escucha las palabras del mendigo, parece coincidir con lo encontrado por Eduardo, así pues un pistolero, supongo que vestido de rojo entró, ¡pues si que desperdicia balas para ser de plata!.

Emily agradece la información al hombre inclinando muy ligeramente el tronco, casi imperceptiblemente, gracias añade en una voz seca.

Se retira unos metros acompañada por Ray y un montón de ideas le daban vueltas en la cabeza, esto de investigar resultaba de lo más entretenido cavilaba Emily, se trata de ir buscando pistas, examinar lo encontrado y llegar a conclusiones. Un poco indecisa sobre si debería contarlas en voz alta, ya que anteriormente hizo el ridículo con el Hybagon y Ray es un detective experto, decide contarlo, carraspea ligeramente y expone, así pues, parece que un pistolero vestido de rojo estuvo disparando contra algo, quizá también contra la banda latin, a lo mejor igualmente dio alguna bala en la banda, tal vez deberíamos preguntar en la morgue, eso siempre lo hacían en las series de policías, aunque no sé que información nos daría, o intentar averiguar exactamente quien viste de rojo.

Ray asintió conforme. Si los policías encargados del caso habían sido tan descuidados en la escena del crimen, probablemente habrían sido tan displicentes en otros aspectos de la investigación.

   - Si, iremos a visitar la morgue a ver si podemos sacar algo en claro.- Respondió a su compañera.- Sin embargo creo que aún podemos sacar información a este hombre.-

Volviéndose de nuevo hacia el vagabundo se aproximó a él.

  - Dijo que apareció un monstruo inmenso y peludo y un tipo con dos pistolas. ¿Podría ser más específico? ¿Qué aspecto tenían? ¿Cómo iba vestido el tipo de las dos pistolas?-

-Bueno, me lo imaginaba- pensé ante la negativa de las chicas -Muchas gracias, adiós- les dije mientras me iba y me despedía con la mano.

Solo quedaba reunirme con Ray y Emily y compartir la información que hemos obtenido cada uno. Así que me dirijo a la zona donde habíamos aparcado, a ver si ya estaban allí o me tocaba esperarles un rato.

El hombre se queda pensando y hace un gesto como para que le de dinero y carraspea una vez que le den dinero se queda unos momentos pensando y dice:

• Un traje muy elegante… iba muy elegante… pero con una corbata roja muy rara… y con gafas redondas del color de ella, por eso pensé que no te puedes fiar de el

Tose de forma bastante agresiva sin duda provocada por el alcohol y el fumar para añadir:

• Llevaba un sombrero, la bestia… ummm era un monstruo muy grande… era como un perro grande… si como un perro grande pero que se ponía de pie no vi mas

Cuando Eduardo llego a la zona de los aparcamientos no estaban sus compañeros, estuvo mirando un rato y pudo verles desde lejos aun hablando con el mendigo

-Hum, parece que todavía no han llegado- pensé, hasta que los vi a lo lejos hablando con el mendigo -Podría acercarme a ver como van- pensé mientras empecé a dirigirme hacia su posición.

-Hola de nuevo- les saludé al llegar a ellos -Ya he terminado mi entrevista ¿como vais vosotros?- les pregunté con curiosidad, tenía ganas de saber que habían averiguado y también de decirles que había averiguado yo.

Al ver llegar a Eduardo el mendigo pone mala cara y dice con una voz ronca y aguardentosa sin duda gracias al alcohol y a tanto fumar y a la mala vida, además el hombre tenía una botella de alcohol en la mano:

- Ahora uno de esos... Mejicanos... Este país se está lleno a la mierda... Porque tienen que dejar entrar a tantos extranjeros... Ya hasta los europeos empiezan a ser pasables con tanto amarillo, negro y... Eso... Mejicanos de esos puaj... Pero la culpa es nuestra por poner a un presidente negro... Menuda mierda de país, tendrían que mandar americanos de verdad como Trump no mujeres, negros, amarillos ni maricones de mierda

Seguía el mendigo con su retahíla totalmente racista y xenófoba sin importarle que muchos de los trabajadores del puerto eran sur americanos o asiáticos.

Emily asiente cada vez menos interesada a lo que cuenta el vagabundo cuando escucha los pasos de Eduardo llegando hasta ellos. Emily tuerce la boca al escuchar de nuevo las palabras racistas del hombre.

Avanza unos pasos alejándose del mendigo y comenta me… mejor te lo cuenta Ray, yo no he sacado mucho en claro, un hombre con corbata roja y gafas amarillas pegó dos tiros a una especie de perro grande con sombrero, conforme iba hablando cada vez andaba bajando más el tono hasta casi ser inaudible al decir la palabra sombrero, lo acompañó de un movimiento de sus ojos hacia arriba y luego un arco hacia la izquierda, mientras levantaba los hombros.

Nada más empiezo a escuchar las palabras tremendamente racistas de ese borracho vagabundo, me pongo de mala ostia, pero intento disimularlo y no perder la compostura... aunque no es una tarea sencilla. Me muerdo el labio inferior para resistirme a contestar al hombre -Es que este hombre no se da cuenta de que estamos delante...- pensaba cabreado refiriendome a mí y a Emily.

-Yo también he obtenido información parecida a esa...- le dije a Emily, pero mi tono cada vez era más flojo -... la verdad, prefiero compartir la información un poco más lejos de este tipejo; me esta sacando un poco de mis casillas- le dije en voz baja, apretando los puños mientras este seguía su monologo xenófobo -No me quiero imaginar como te has sentido interrogando a este tío-.

Ray se encogió de hombros.

   - No es mas que un bocazas borracho y racista.- Respondió indiferente.- Con “tipos” peores me he encontrado en mi trabajo.-

Y era la verdad. Había estado muchos años como detective tratando con la peor escoria que uno podía imaginarse. Interrogar a aquel vagabundo había sido como unas vacaciones para él.

   - Al menos ha respondido a las preguntas sin tener que ponernos duros.- Prosiguió con su exposición.- Al parecer los latinos fueron atacados por un tipo inmenso y peludo que parecía un perro a dos patas que se dedicó a masacrarlos hasta que intervino otro tipo vestido con un traje elegante y con dos pistolas. Después de disparar al monstruo, este salió huyendo y los dos se fueron del lugar. Las balas de plata parece que pertenecen al tipo de las dos pistolas, que según la descripción del borracho, iba con sombrero, gafas amarillas y una corbata roja.

Emily asintió a las palabras de Ray, Él lo ha explicado mejor, es todo muy confuso respondió tímidamente.

Lentamente se fue retirando con sus compañeros mientras trataba de entender la extraña situación y el trabajo tan raro que se había buscado, si la viera su madre...

El puerto continuaba su ajetreada actividad pese a que ya iba siendo tarde, los trabajadores iban de un lado a otro sin parar en el cambio de turno de las fábricas pesqueras situadas en esa zona.

Emily interrumpe momentáneamente la conversación que tenían, si… si os queréis quedar un rato más yo me cojo el metro y me acerco al dojo que quiero despedirme adecuadamente, se enrojeció un poco mientras se los decía, acompañándolo con un tono de vez con un poco de lástima como si fuera algo que le angustiara, de todas maneras tendré que seguir yendo si quiero seguir en mi nivel, sin dar clases no podré subir de dan, pero al menos mantenerme, continuó mientras ponía un gesto un poco de hastío además, debemos acudir a la cena, y ya voy justa de tiempo.

Ray asintió conforme.

   - Muy bien. Con todo el asunto se ha hecho tarde y hay que ir a esa dichosa fiesta, así que si el señor Mendéz esta de acuerdo, podríamos marcharnos todos juntos.- Respondió a su compañera.- Antes de ir a la fiesta, tenemos que ver que hacer con las pruebas que hemos recogido por eso...-

No había tenido tiempo para preguntarlo en la oficina, pero era de suponer que la agencia contaba con alguna clase de laboratorio, para analizar adecuadamente las pistas que los empleados encontraran en sus pesquisas.

-Por mi no hay ningún problema- les dije a mis compañeros -Podemos irnos todos juntos- indiqué. Hice una pequeña pausa al terminar -Aún no os he dicho que he averiguado yo por culpa de... ese- dije, sin molestarme en volver a ver a ese mendigo -Más o menos tengo la misma descripción que vosotros; solo puedo añadir que la pistola era de plata ornamentada, que tenía acento europeo y que dijo que en ese almacén solo habría sangre... por lo que supongo que ya tenía pensado "cazar" algo- les fui narrando a ellos.

-Entonces que hacemos... ¿llevamos a Emily al dojo y luego a la fiesta?- pregunté al grupo; aún sabiendo que Emily dijo que se iba en metro -No te importará ¿no?. Pienso que es más rápido ir en coche que en metro- le dije a Emily ofreciendome a hacer de chófer.

Emily sonrió complacida gra... Gracias, iré mucho más rápido si me lleváis. Está en el número 265 de la avenida Madison, pero mejor entráis por la calle 39, entre las avenidas Park y Madison.

El grupo no tardo en llegar al gimnasio, aunque había mucho tráfico pudieron ir por un lugar más rápido y más despejado gracias a las indicaciones de Otomo. El edificio por fuera era bastante normal, nada de lo que alguien pudiera esperar de un gimnasio con estilo oriental, más bien un edificio normal y corriente. Ya el interior con varias salas tenía una decoración más similar a lo esperado. La asiática no tardo demasiado en volver, pero cuando se disponía a salir se encontró con alguien, con Shihan Elisabeth la cual estaba entrando en el gimnasio en ese momento, al verla sonríe y dice:

• Hola Emily, que ya te vas? Oh, perdona, tienes compañía, un placer, ¿Qué son tus nuevos compañeros?

Emily pasó poco tiempo dentro del dojo, apenas el justo para disculparse con el Sr. Franco por no poder participar en la clase de adaptación con su nuevo sensei. El famoso actor aceptó de buen grado sus disculpas con su encantadora y cautivadora sonrisa aunque dijo que no hacían falta y la invitó a que acudiera cuando quisiera a alguna de sus clases para volver a practicar con ella, a lo que Emily respondió con su característico enrojecimiento de mejillas y un cortés asentimiento, siempre tan fascinante. Saludó a algún compañero explicándoles que creía que su nuevo trabajo le llevaría más tiempo del que pensaba, se había imaginado algo más estricto con horarios de entrada y salida fijos, pero algo que la ocupara todo el tiempo le parecía incluso mejor. Por último se despidió del personal de administración expresándoles también que tardaría en volver.

Emily casi respiró por no tener que decírselo a su sensei en persona, le enviaría un mensaje por el móvil que se le daba mejor. Cuando ya se creía fuera de todo peligro emocional se encontró de bruces con ella. Shihan la miró con su gran sonrisa mientras no perdía ningún detalle de sus compañeros. Emily tardó unos instantes en responder, Ho… hola sensei, sí, me tengo que marchar, me temo que mi nueva… mmmm… ocupación me va a llevar mucho más tiempo del que pensaba y mis visitas serán más esporádicas, la sonrisa de Shihan se interrumpió momentáneamente por lo que Emily aceleró su discurso atropellándose, ¡No te preocupes! No descuidaré mi entrenamiento, no es esa mi intención, simplemente muchos días lo haré en casa, después le preguntó por sus compañeros a lo que ella asintió con la cabeza, sí, son mis nuevos compañeros., extiende una mano señalando a Ray, este es Ray, y después se gira hacia Eduardo, y este es Eduardo, nos hemos conocido hoy, inmediatamente se vuelve a girar hacia la dueña y dice, ella es Shihan, mi sensei y dueña del gimnasio. He aprendido mucho con ella, no solo karate.

Aguardó a que se dieran la mano a modo de saludo e intercambiaran palabras para añadir, tenemos… tenemos una… f… cita ahora en nuestro nuevo trabajo, una reunión, inclinó el tronco a modo de saludo, un poco más de lo normal, sudando un poco por su torpe improvisación, espero vernos pronto Shihan, decidió que sería mejor decir que tenían una reunión que una fiesta, sino iba a pensar su sensei que ya estaba descuidando su entrenamiento y se dedicaba ahora a ir de fiesta en fiesta, hacia años que no iba a ninguna, desde que su padre montaba aquellas reuniones en la costa hawaiana, supongo que serán muy distintas.

Esperamos a Emily fuera, a que hiciera lo que tuviera que hacer. La verdad, me esperaba una especie de dojo típico de las películas de artes marciales; pero tampoco me sorprendió que fuera tan normal, ya que esto era Nueva York, no Japón.

Cuando Emily salió, se encontró con la que nos presentó como su sensei, roja como un tomate; desde luego no esperaba encontrársela. Yo le acerqué la mano para saludarla, aunque estuve a nada de hacerle una reverencia -Encantado Shihan, yo soy Eduardo Mendez; un placer- le dije con tono relajado.

Los gestos de Emily con los nervios eran un espectáculo muy divertido, aunque me aguanté las risas como un caballero. Seguramente por vergüenza no le dijo que iba a una fiesta, así que intenté reforzar su coartada -Creo que vamos a llegar los últimos a la reunión, mejor darse prisa- dije mirando el reloj como si no llegáramos -Si no tienes nada más de que hablar... ¿Os parece bien si nos vamos ya? Lo que queráis- dije para irnos pero no parecer maleducado.

Ray sonrió levemente y saludó a la maestra de Emily de manera tan respetuosa como protocolaria. En el pasado probablemente se hubiera desentendido, pero en la medida de lo posible quería comenzar con buen pie con sus nuevos compañeros, y además, la señorita Otomo le caía especialmente bien. - Es un placer conocerle.- Le dijo en tono afable. Después de eso asintió a Eduardo, confirmando que cuando quisieran el estaba preparado para ir a esa fiesta. Aunque no le hiciera especial ilusión...