Partida Rol por web

Los labios de Cel se curvaron ligeramente en una sonrisa escorada cuando sintió la mano de Jon en su hombro. Fue un gesto tan simple como reconfortante, le hizo saber sin lugar a dudas que el inglés estaba pendiente de ella, que le importaba y se preocupaba lo que le sucediese, después de un día como el que había tenido, ese sencillo decir sin decir era todo lo que necesitaba para apretar los dientes, masticar y tragarse el nudo que le oprimía la garganta. Giró la cara para lanzarle una mirada que quería decir "Estoy bien, y estaré aún mejor."

Los ojos de la muchacha brillaron cuando las palabras de Jon dieron forma justo a lo que ella estaba pensando, aquella cita del inmortal Sherlock Holmes, uno de sus personajes literarios favoritos.

- No pensamos rendirnos, además el caso parece complicado, pero también bastante interesante, un reto a nuestro intelecto ¿Eh, chicos?- Preguntó a sus compañeros justo antes de rodear el brazo de Jon con el suyo en un gesto de familiaridad que no se molestó en disimular delante del señor McArting.- Gracias por todo, señor. Esperamos obtener buenos resultados pronto.

Dicho lo cual, y dada la despedida, se mostró dispuesta a volver a las calles para investigar, con ánimo renovado.

El hombre escucha lo que dice Jon atentamente y le responde:

• Si es así bienvenidos a nuestra agencia, como podrán comprobar no nos ocupamos de los casos normales… sin duda descubrirán que el mundo es un lugar mucho más complejo de lo que todo el mundo piensa

Mira a Celine y sonríe para responderle:

• Me alegra que piense eso señorita… sin duda los casos son complicados y requerirán de mucha investigación y mucha inteligencia por su parte… si me permiten un consejo, no den por hecho nada ni descarten nada por muy alejada de la lógica que pueda parecer estar.

Decía el hombre antes de que le grupo se marchara.

Cuando llegaron al callejón llovía algo más fuerte y no era especialmente agradable estar demasiado en la calle. El restaurante permanecía cerrado, a fin de cuentas, no era la hora de la comida y la tienda exotérica estaba en esos momentos cerrada, pero al trio le llamo la atención que la puerta se abrió y por ella apareció un hombre con una gabardina de color rojo que bajo esta llevaba un traje negro con una corbata roja, el hombre llevaba puestas unas gafas redondas con el cristal naranja y el pelo alborotado.

El hombre cierra con cuidado la puerta del local y mira de reojo el rincón en donde se encontraron los zapatos de los desaparecidos para comenzar a caminar hacia el exterior del callejón distraídamente

Céline se aferró con un poco más de fuerza al brazo de Jon en cuanto vio salir al tipo de la tienda. Su aspecto era tan peculiar y tan parecido a la descripción que tenían del sospechoso, que la chica no pudo evitar ponerse rígida debido a los nervios. El corazón se le aceleró en el pecho y estuvo segura de que su la tez de su rostro empalideció un tono más de lo normal.

De pronto, lo único que deseó fue darse la vuelta y salir de allí tan rápido como le permitiesen las piernas. Lanzó una breve mirada de soslayo a Jon y a Iulianov. Ella no era valiente ni tenía un pasado emocionante ni lleno de aventuras y de acción como podían tener ellos, y no le importaba demostrar que no era mucho más que una chiquilla asustadiza cuyo único músculo verdaderamente desarrollado era el que tenía dentro de su cabecita.

Casi sin darse cuenta, frenó sus pasos y tiró suave pero firmemente del brazo de Pertwee hacia atrás. Su instinto le decía que lo mejor era no meterse en según qué terrenos. En su mente estalló una pregunta recurrente en luces de neón "¿Nos habrá visto? ¿Se habrá fijado en nosotros?"

Jon que caminaba alegremente al lado de Céline paró en seco al ver al individuo... se parecía mucho a la fotografía que su compañera les había enseñado el día anterior... ¿Y si realmente se trataba de Drácula? por inerció sus pies se movieron para ir tras el susosidho vampiro en cubierto pero se vió obligado a frenar su avance ante la fuerte insistencia de su compañera que lo atrajo con su abrazo hacia atrás- Pertwee le posó una mano en el brazo para tranquilizarla.

- Debemos seguir investigando- le susurró con tono tranquilo- está saliendo del callejón... podemos seguirlo a distancia prudente o seguir aquí... aunque con esta lluvia y las tiendas cerradas llamaremos más la atención- le hizo notar el veterano militar- no tengas miedo, querida... soy un experto en Aikido Venusiado y he traído conmigo el crucifijo... no dejaré que corras peligro- le sonrió apretándole el brazo para tratar de animarla, echó de menos al ruso... si hubiera venido con ellos en vez de quedarse con Sandara al menos podrían haberse dividido y cubrir los dos campos... no pensaba dejar a Céline sola ni en el callejón ni siguiendo al supuesto Alucard.

El hombre paso por el lado del trio como si nada, como era de esperar, una persona que se cruzaba con gente que no conocía realmente. Con tranquilidad el hombre caminaba bajo la lluvia tapándose con un paraguas normal y corriente de color negro. Al llegar a la entrada del callejón toma la calle hacia la derecha, dirección a la parada del metro. La parada más cercana por lo que sabían era una parada intercambiadora, es decir una parada en la que podría tomar casi cualquier dirección en la ciudad.

Al mismo tiempo el móvil de Celine suena, es un mensaje de texto.

Celine al final no has dicho si vienes al viaje o no, tienes hasta dentro de media hora para decidirte.

La chica lo había olvidado, era un viaje que había organizado la facultad, una de las clases al Gran Cañón donde estarían 3 días, no era una actividad obligatoria ni mucho menos, de hecho, algunos de sus compañeros no iban a ir.

No era que Céline no confiase en las palabras de Jon, todo lo contrario. Aún así, no quería seguir a aquel tipo raro de ninguna de las maneras. Cuando pasó por su lado, se puso rígida, bajó la mirada y no volvió a moverse hasta que el desconocido no estuvo a varios metros y torcía para perderse en dirección a la entrada del metro. 

Le sonó el teléfono sobresaltándola y poniéndola todavía más nerviosa, Jon la animaba a seguir al hombre, pero ella le hizo un gesto para decirle: "Ve tú", realmente se sentía incapaz de ir detrás del tipo, muy a su pesar tenía demasiado miedo, era peor que una rata, se dijo mientras sacaba el teléfono para leer el mensaje que tuvo que releer pues no entendía a qué se refería: "¿Un viaje? ¿Qué...?" Luego de pronto se acordó. El viaje al Gran Cañón que haría la facultad... Cuando lo habían propuesto, y tras decir que no era obligatorio, desechó la idea de ir con tanta facilidad y rapidez que hasta se había olvidado de anunciar que no contasen con ella. 

Por supuesto, Céline no necesitaba media hora para decidirse; no tenía ningún interés en ir a dicha excursión, menos aún de tener que pasar 3 días soportando las burlas y bromas de sus compañeros. Menudo infierno. Se apresuró entonces a teclear una sencilla respuesta y la envió sin más: "Céline Walker no asistirá a la excursión." 

Luego de eso, volvió a guardar el teléfono en el bolso, alzó la mirada y se dispuso a seguir a Jon a pesar de todas sus reticencias.

Había estacionado el coche cerca y la lluvia repiqueteaba tranquila sobre la carrocería. Casi que hubiera preferido que nos quedáramos en el automóvil y esperáramos tranquilos a que aflojara el cielo con tanto castigo frío y húmedo, pero el trabajo es tirano y el tiempo no es un lujo que tengamos en realidad.Yo no llevaba paraguas sino más bien un abrigo impermeable sobre la cazadora, que llamaba menos la atención en trabajos de seguimiento... Una vieja costumbre nunca se pierde.

En fin, ni bien que apenas nos bajamos del coche descubrí que la decisión había sido la correcta. No se cuantas personas en Nueva York se vestirían igual que un dibujo japones, pero esto era demasiada coincidencia. Me gire para ver a mis compañeros y oí su rápida conversación.

-No hay razón para exponer a Celine a algo como esto... No es esa clase de investigadora evidentemete. Y con esas pintas a saber de que es capaz este sujeto.-

Tantee el cuchillo en la parte posterior de mi cinturón rápidamente solo para reafirmar mi seguridad y solté un suspiro corto y firme, como el que sueltan los deportistas justo antes de la señal de partida. El gesto de que estaba listo...

-Jon.- Dije mientras le arrojaba las llaves del auto. -Parece que tomara el metro. Yo me encargo de no perderle el rastro y avisarles a donde va por el móvil asi me alcanzan... seguimiento estándar digamos.- dije soltándoles el amago de una sonrisa que casi se perdió en un instante mientras dirigía mis pasos hacia la misma bajada del metro. -Nos vemos del otro lado... compañeros.-

No es como si pusiera mi vida en sus manos pero si mi auto y sobre todo mi esperanza de refuerzos si algo salía mal... Era algo completamente nueva para mi esa palabra... -Refuerzos. A lo mejor me termino acostumbrando... o no.-

Mis pasos resonaron lo menos posible mientras esquivaba con pericia los charcos de agua ya sucia evitando el ruido del chapoteo. Este trabajo lo había hecho mil veces y la razón por la que era bueno en el mismo era porque nunca subestimaba a nadie. Apreté el paso y busque al curioso personaje mientras mis pasos iban tras los suyos, siempre planteando una distancia prudencial y con el móvil a mano, para mantener a los otros dos al tanto de todo.

A Jon le habría encantado seguir al tal Alucard, sería muy interesante ver hacia donde se dirigía... y sobretodo, si tenía ocasión preguntarle por qué había decidido dejar la capa para vestir un abrigo... era cierto que el abrigo tenía su punto, pero donde fuera a parar una capa...

  El caso es que Céline no estaba dispuesta a acercarse a aquel hombre y él no iba a forzarla y mucho menos dejarla sola afortunadamente eso fue lo que pareció pensar el ruso, quien se apresuró a ofrecerse para tal menester.

- Perfecto- sonrió a su compañero con su habitual entusiasmo- nosotros investigaremos el callejón, avisanos si tienes cualquier problema- lo despidió mientras se giraba hacia Céline- me gustaría echar un vistazo a aquel rincón- señaló el sitio exacto donde había desaparecido la pareja y donde el propio "Alucard" había mirado antes de marcharse.
 

El trio decidió separarse para investigar, por un lado, Jon y Celine se dirigieron hacia la esquina mientras el ruso se marchaba para seguir al tipo extraño. La pareja se acerca al callejón y empiezan a mirarlo, parecía que la esquina donde habían desaparecido era bastante normal, sucia y polvorienta, pero algo llamo la atención del entrenado ojo de Jon, el agua debería arrastrar con suma facilidad la suciedad, pero había algo que era extraño.

El hombre podía ver como el agua de la lluvia arrastraba algo, al principio no supo lo que era, pero tras unos segundos se dio cuenta, eran cenizas, una cantidad demasiado grande como para ser cosa de un cigarrillo, sin duda era algo más, tal vez en una zona algo más oculta había un buen montón de cenizas que ahora por la acción del agua parecía que fluían hacia la alcantarilla más cercana.

Seguir al tipo para el ruso no era complicado, a fin de cuentas, no era la primera vez que lo hacía y el tipo era realmente llamativo incluso entre la variedad de personas de la ciudad de Nueva York. Cuando cogió el metro pudo observar que se dirigía hacia Brooklyn, una de sus paradas. Durante el trayecto el tipo se sentó tranquilamente en un asiento mientras leía distraídamente un pequeño libro que saco de uno de los bolsillos de su abrigo, el titulo estaba en un idioma que no entendía pero que parecía ser de origen germánico. Tras un rato se bajó en la estación de Brooklyn principal en donde salió a la calle.

El hombre camino un rato con tranquilidad hasta que localizo una cafetería de aspecto moderno, el lugar no estaba muy lleno de gente, únicamente había un chico tras la barra y en una mesa un grupo de cuatro chicas que hablaban animadamente sobre un viaje.

Céline parpadeó cuando Arkady sencillamente se decidió a seguir a aquel tipo por su cuenta. Jon no parecía muy dispuesto a dejarla, y sencillamente aceptó el plan del ruso, decidiendo que ellos irían a examinar el lugar de la desaparición. Céline dudó, ¿Estaba bien dejar a Iulianov solo? ¿Y si aquel hombre se daba cuenta de que le seguí y le atacaba o algo peor? Y todo por su reticencia de ir tras el sospechoso... Suspiró cuando Jon la invitó a darse la vuelta para volver al callejón. Lanzó una breve mirada a la esquina por la que había desaparecido Arkady y asintió a su compañero.

- De acuerdo... Así abarcaremos más terreno.- Dijo tratando de convencerse de que separarse no era tan mala idea, además, el ruso parecía un hombre de recursos acostumbrado a la acción, y de ese modo, ella no tenía que quedarse sola en aquel sitio, si había problemas, ella no hubiera tenido cómo defenderse, estando con Jon, se sentía más segura. Aún así, mantuvo el teléfono en la mano por si Iulianov les llamaba.- ¿Ves algo raro, Jon? 

Preguntó Céline al comprobar la expresión concentrada del ex militar. Siguió su vista hacia el suelo encharcado, qué lástima que estuviese lloviendo... El agua podía llevarse las posibles pruebas. 

Jon era un dandy, un friki, un hortera... podía ser muchas cosas, pero además poseía un olfato excelente para las cosas raras, además de atesorar su larga experiencia como militar... de manera que no le costó mucho distinguir lo inusual que escondía aquella esquina...

- Ceniza... pero es imposible que sea de tabaco- contesto a la chica en tono pensativo- rápido- añadió a los pocos segundos de reflexión- debemos analizar las muestras antes de que la lluvia lo disperse todo- indicó a Céline mientras se agachaba y sacaba un pañuelo para recoger la mayor cantidad posible de ceniza- ¿Ve este montón?- le decía a la chica mientras se ponía manos a la obra- algo ha ardido... quizás si lo llevamos a los laboratorios de la agencia nos puedan indicar de que se trata...- miró a la muchacha como tratando de saber lo que pensaba- ¿Qué crees que puede ser? si le hacemos caso al mito de los vampiros...- miró de soslayo el paquetito que había hecho con las cenizas y que ahora estaba tratando de resguardar de la lluvia.

¡Ceniza! Los ojos de la chica se abrieron como platos debido a la sorpresa, mientras Jon se agachaba para recoger muestras de la sustancia empapada en agua. 

Un fuerte escalofrío le recorrió la espalda y se abrazó el cuerpo con la mano libre, ya que con la otra sostenía el paraguas con el que cubría a Jon y se cubría ella. 

Cenizas... Los zapatos abandonados de las víctimas... Vampiros...

Jon se giró a mirarla, con el pañuelo manchado entre los dedos, ella le devolvió la mirada, no le importaba que él pudiera darse cuenta de su estado nervioso. Miró a ambos lados del callejón y luego de nuevo a Jon. Una vez más sentía ganas de marcharse de allí, quería ir a casa, olvidarse de que estaba metida en aquel asunto.

- Los vampiros arden cuando les da la luz del sol...- Musitó la chica en voz baja como si tuviera miedo de que alguien, aparte de su compañero, la escuchase decir aquello.- Se convierten en ceniza cuando mueren... sol, estacas, cabezas seccionadas... 

Tragó saliva mirando la mancha oscura que impregnaba la tela del pañuelo. Sintió repulsión y miedo.

- ¿Las... víctimas eran vampiros?- Preguntó a nadie en particular.- Quizá... Quizá les atacó otro vampiro, o... Un cazador de vampiros... o... Alguna otra cosa. 

No se sentía estúpida por estar hablando de aquello, de hecho ella no tenía ningún problema en admitir la presencia en el mundo de seres sobrenaturales, nunca de hecho había negado que hubiese algo más que los seres humanos caminando sobre la tierra, podía admitir la presencia de seres mágicos así como la de aliens ¿Por qué no?

Cel se preguntaba qué implicaban aquellas muertes... A lo mejor nada, a lo mejor mucho. A lo mejor no eran más que dos vampiros muertos a los que nadie reclamaría, quizá se trataba de seres importantes dentro de su clan y aquello se consideraría una afrenta imperdonable que podría dar lugar a algún tipo de guerrilla.

- No creo que haya sido un accidente o un descuido.- Decidió la chica. Y luego miró a los ojos de Jon antes de decir.- Creo que deberíamos avisar a Arkady de que tenga mucho cuidado con ese hombre al que persigue. 

El tipo no parecía haberme notado y se había sentado en el metro a ojear un libro que probablemente había salido de la tienda, o tenía un origen común. Era una lástima que no pudiera entender el nombre del libro pero de todas maneras trate de anotar el título en el celular para buscarlo más tarde.

-Es muy improbable que ese libro tenga algo relevante para el caso o no lo leería en un lugar como este, pero este sujeto esta despertando mi curiosidad...-

Tras un corto recorrido más y la bajada en Brooklyn, una corta caminata entre el gentío incesante y la permanente tarea de mirar sin ser visto, seguir sin ser descubierto... Pronto la atención del extravagante personaje se centro en una cafetería con ese estilo tan usual entre los nuevos locales. Colores vivos, superficies relucientes y la ilusión de que todo en el interior era único e irrepetible... Un mal lugar para intentar pasar desapercibido.

Me quite el impermeable y lo doble rápidamente antes de arrojarlo a un basurero. Revolví un poco mi cabello y acomode la cazadora. No estaba seguro de si el tipo me había visto en el callejón, pero era mejor intentar al menos cambiar un poco mis ropas para evitar llamar atención innecesaria. Luego anote la dirección y el nombre del local en el móvil y me dirigí a la entrada.

Entre al local ya sabiendo donde se había sentado este tipo y trate de ubicarme en la barra, a su espalda y a medio camino de las chicas y él. Era un viejo truco que había aprendido de otros trabajos. Siempre mantenerse equidistante de todos daba una sensación de normalidad y hacía que uno llamase menos la atención.

Llame al chico de la barra. -Hey, buen día. Necesito dos cafés, ambos negros sin azúcar y bien cargados; el segundo para llevar.- dije y le deslice un billete por la barra con la sonrisa mejor actuada de mi carrera. Nadie en mi profesión sobrevive sin saber fingir una buena sonrisa y yo era muy bueno en mi trabajo.

Mire un segundo a las chicas, aún con el asomo de la sonrisa en mis labios. -Probablemente son universitarias... Creo que la universidad fue el período más tranquilo de mi vida; o el único tranquilo mejor dicho.- Mi mirada se concentro en sus rostros un segundo. -Aunque desearía que mis compañeras se hubieran visto asi para quitarme un poco de "tranquilidad".-

Volví mi atención enseguida a mi objetivo mientras esperaba los cafés con el perfil más bajo disponible en mi arsenal de actitudes. -¿Este tipo estará esperando a alguien o solo sera una parada por el café?- Algo me decía que era la primera. Este no parecía el tipo de local que alguien de su estilo elegiría para algo tan esencial en la vida de todo neoyorquino como la dosis diaria de cafeína...