-Anoche me contacté con una amiga que tiene conocimientos sobre robos... poco ortodoxos. Quedamos por unos tragos y no recuerdo demasiado lo que sucedió. Por eso me perdí la fiesta -sonreí a modo de disculpas-. Estoy seguro de que debería saber algo y, de lo contrario sería bueno ir al aeródromo a comprobar qué expertos en paracaídas son chicas góticas de 20-25 años. No pueden haber demasiadas.
Antes de seguir recordé que ella seguía teniendo mi teléfono. Tomé el de la oficina sin pedir permiso y disqué mi número.
—Por mi parte he pasado el número del teléfono de Dean a un viejo amigo para que intente rastrearlo. Hoy tenía pensado ponerme en contacto con él para saber si ha descubierto algo.
Justo en ese momento vi como Dean cogía un teléfono y marcaba un número, me quedé expectante unos segundos antes de volver a centrar mi atención en el jefe.
—También podemos ir a las oficinas de la familia rival, sobre todo para que nos cuenten su parte en esta historia, pues poco nos van a decir respecto al robo. Y creo que tampoco habría que descartar el mercado negro, intentar averiguar si alguien está muy interesado en alguna de las piezas de nuestra clienta.
Me levanté dispuesta a despedirme del jefe antes de ponerme manos a la obra. Lo primero de todo sería hablar con Thomas para saber qué había descubierto y después quizás me adentrara por los bajos fondos de internet y su mercado negro, sin olvidar concertar una cita con la familia rival de Nefera, pero para eso esperaba que Dean viniera conmigo.
Cuando Dean llama por teléfono tras tres tonos se descuelga, era la voz de la chica:
Mientras tanto un mensaje de texto llego al teléfono de Janice, era el de su antiguo compañero:
He podido triangular la firma digital del móvil. Está en Central Park, justo en el centro
Aarón escucha lo que dice Janice y observa como Dean habla por teléfono y dice:
Asentí con la cabeza a las palabras que nos estaba dirigiendo el señor McArting, esperando que Dean terminara de hablar por teléfono para poder irnos. Justo en ese momento sentí vibrar mi móvil y, con un gesto con la mano en dirección al jefe a modo de excusa, leí el mensaje que me acababa de llegar.
—Genial. Mi amigo ha triangulado la llamada y dice que la chica se encuentra en Central Park, no podemos perder ni un minuto.
Había hablado en susurros al jefe para que la persona con la que estaba hablando Dean no nos pudiera escuchar, lo que no estaba demasiado segura era si el propio Dean me habría oído. Me puse en pie para despedirme del jefe McArting y así poder salir disparada hacia Central Park cuando Dean terminara de hablar.
Maldita sea, y yo hoy no he traído la moto.
Cuando la chica cuelga el teléfono Aarón asiente y dice:
La chica al otro lado del teléfono colgó con tranquilidad mientras se reía. El camino a Central Park fue bastante rápido a fin de cuentas la oficina estaba prácticamente en una de las calles laterales pegada al parque. El día era lluvioso y parecía que según avanzaba el día mas llovía, por lo que el parque estaba muy tranquilo. Tras caminar a gran velocidad o incluso correr llegaron al lugar que habían indicado a Janice, una pequeña pérgola en donde la chica estaba sentada bajo el techo, en su mano tenía el móvil de Dean y parecía mirar distraídamente el aparato.
Ni siquiera había cogido un paraguas de la prisa que me había dado en salir de la oficina, así que, calada hasta los huesos llegué junto a Dean al lugar que Thomas me había indicado. Y sí... la chica estaba allí. Algo por otra parte que me parecía bastante sospechoso ya que, por su actitud, dejaba bien claro que nos estaba esperando. Me puse en tensión, mirando a todas partes por si nos estábamos metiendo de lleno en la boca del lobo.
—Vaya... ¿Nos estabas esperando? —Había ironía en el tono de mi voz—. Creo que ese teléfono no es tuyo, al igual que tuyo tampoco es el lápiz de memoria que me robaste... ¿Nos vas a contar qué está pasando?
Me estaba mostrando amable, intentando tantear por donde iba aquella joven que con tanta profesionalidad me había robado y escapado después.
La chica alza la mirada mientras mira a Janice y asiente:
Dice mientras lanza el móvil con tranquilidad, la chica se pone de pie con las manos en los bolsillos para decir:
La chica se frota la nariz y mira al cielo, no llevaba paraguas y se protegía de la lluvia con la capucha que llevaba puesta:
—Vale, eres una profesional y todo eso, pero entonces ¿por qué nos estabas esperando?
Estaba convencida que algo estaba tramando aquella chica. No era normal que una profesional como había demostrado ser ella, con un robo tan limpio y una huida tan espectacular como efectiva, no iba a dejarse atrapar tan tontamente por culpa de un móvil. Había demostrado tener los conocimientos suficientes para saber que rastrearíamos el teléfono de Dean, entonces ¿por qué quería que la localizáramos?
—La cuestión no es saber qué vamos a hacer nosotros, siempre podemos llevarte para interrogarte. La cuestión es qué tienes pensado hacer tú, porque si te has dejado "coger" —incluso enfaticé la palabra trazando en el aire el signo de las comillas— será porque quieres algo.
La chica sonríe ampliamente ante los comentarios de Janice, lanza el móvil a Dean y dice:
A chica se pone de pie de un salto y sonríe. El tiempo parecía que iba empeorando, empezó a llover con un poco más de fuerza y el viento empezaba a soplar, la chica mira a ambos y dice:
Sonreí de forma indulgente, cada vez estaba más convencida que aquella chica era mucho más de lo que aparentaba su imagen exterior. Era lista, eso no se podía negar, y mi inocente intento de asustarla un poco no había dado resultado y, seguramente, me hubiera sentido muy decepcionado en el caso de que se hubiera acobardado.
Pero las palabras que soltó a continuación me hicieron volver a la realidad del caso. Estaba claro que esa joven que tenía ante mí, con la capucha calada hasta los ojos para resguardarse de la lluvia que había arreciado, sabía mucho más que nosotros sobre el caso que teníamos entre manos.
—Así que cada vez aparecen más peones en el tablero... —Murmuré más para mis adentros que para que me escucharan los otros dos—. Sé que no me vas a contestar pero, ¿acaso ese cliente tuyo es algún miembro de la familia Janka? Porque si no es así entonces quizás sean ellos nuestros sospechosos...
Conjeturas, conjeturas y más conjeturas, eso sin contar los palos de ciego que estaba pegando. Yo estaba más acostumbrada a sentarme ante una pantalla de ordenador que siendo investigadora de campo, así que quizás aún me faltaban muchas cosas por pulir.
—¿Y por qué ese objeto es tan valioso? Por cierto... —Me acababa de acordar de un detalle que aún estaba en mi móvil. Busqué la foto del bicho que había visto en la habitación donde Nefera controlaba la seguridad de su vivienda y se la enseñé a la chica—. ¿Sabes qué puede significar este bicho?
Había dejado que las chicas hablaran sin problemas, aunque seguía pensando algunas cosas. Desde el principio Nefera me había resultado peculiar, así que lo que me decía esa chica coincidía con algunas sospechas que tenía.
Tapé como pude un cigarro y el encendedor y, mientras escuchaba, lo encendí.
-Tengo dos preguntas para tí... Primero: cómo puedo llamarte? porque estoy cansado de decirte chica de negro o ladrona encapuchada... Segundo: quieres tomar un trago en un lugar donde esté menos -señalé al cielo y a los alrededores-... Húmedo? Creo que podríamos tener una amiga en común... Reconozco tu trabajo y creo que podríamos tener una amiga en común... Nicky Lewis.
En el negocio de lo ajeno el círculo de profesionales que realmente hacían bien su trabajo era bastante pequeño. Y Nicky era una maldita hija de perra, pero era de las mejores en lo suyo.
La chica sonríe de medio lado ante la pregunta de Janice:
La chica mira el insecto que le muestra Janice y dice:
Mira a Dean y se queda unos momentos como pensando y finalmente le va respondiendo:
Se ríe en ese momento, se notaba que estaba riéndose por el nombre que había decidido darles y añade:
Pero entonces nombro a esa mujer y se quedó unos momentos mirándole a los ojos para decir:
Miraba a la pareja con una leve sonrisa bastante picara.
Dean cuando puedas mandame una descripcion fisica o una imagen de Nicky que es lo unico que me falta de ese pnj
Cada vez estaba más claro que no sacaríamos nada de aquella chica o, por lo menos, yo no lo conseguiría. Miré extrañada a mi compañero cuando habló de su "amiga" y mi cara aún pudo manifestar mayor sorpresa aún, al comprobar que la chica frente a nosotros aceptaba la propuesta de ir a comer.
Me empezaba a dar cuenta que en toda aquella historia yo no pintaba una mierda ya que, por lo visto, la vida de Dean debía ser mucho más emocionante y debía tener ciertos contactos la mar de interesantes, o por lo menos a la joven Cat así se lo debían parecer.
Así que, visto lo visto, prefería quedar en segundo plano y dejar que Dean llevara el peso de la investigación porque, por lo que había visto hasta el momento, yo no había avanzado nada.
-Mucho gusto Selina -dije siguiéndole el juego-. Puedes llamarme Bruce... Wayne, o Bat.
Era evidente que conocía a Nicky. Aunque no me extrañó. Yo era bueno, pero Nicky era una de las mejores, así como esta chica.
-Bien... Comamos algo -invité cuando vi que Jannice me dejaba liderar-. Espero que no quieras pescado...
Nicky
La chica se quedó unos segundos parada y finalmente dice:
La chica se queda mirando a Janice unos momentos analizándola y dice:
Decía mientras ponía rumbo hacia un conocido restaurante italiano que no era precisamente barato de la zona.
Sonreí. Conocía el restaurante de algunos trabajos... Miré a Janice esperando su reacción.
Había comprobado que entre mi compañero y la chica había buena comunicación, así que me extrañó que se dirigiera directamente a mí. Enarqué una ceja haciéndome la sorprendida, aunque ya me había dado cuenta la cantidad de información que manejaba Cat.
—Vaya, ¿y tú cómo sabes eso? —Era una pregunta retórica que, por supuesto, no esperaba contestación—. Sí, o por lo menos eso dicen. ¿Por qué? ¿Acaso necesitas mi ayuda?
Llegaron al restaurante, el camarero les miro sorprendido, parecía que no esperaba que alguien con el aspecto de ellos pudiera ir a ese lugar, cuando pregunto si querían una mesa para tres rápidamente Cat dijo que, si y les sentaron, la chica miraba la carta a iba respondiendo a Janice:
La chica sonríe y cuando el camarero llega pide un par de entrantes y pasta para comer para ella y un refresco para beber, mira a Janice y dice:
Estaba empapada, y lo que más deseaba en esos momentos era entrar en calor. Mientras esperaba la respuesta de Cat nos fuimos acercando al restaurante. Hubiera jurado que no tenía hambre pero fue sólo ver la carta que sentí mis tripas protestar. Pedí un filete acompañado de ensalada y agua para beber, como se decía habitualmente en las películas... "estábamos de servicio".
Miré a Cat con extrañeza al revelarnos que había hecho algún que otro trabajo para la agencia. Eso desde luego no me lo esperaba y me extrañaba mucho que el jefe no se hubiera dado cuenta cuando hablamos de ella.
—Eres toda una caja de sorpresas. —Había un leve deje de admiración en mi voz. Aquella joven parecía estar muy avezada en muchas cosas, a pesar de sus años, mucho más que algunos compañeros veteranos que había tenido y que se las daban de más experimentados—. Comprenderás que no voy a aceptar sin saber en qué me meto, y dudo mucho que lo que sea que contenga ese pendrive sean poemas de amor. —Le dediqué una sonrisa un tanto irónica mientras un escalofrío me recorría debido a la humedad de mi pelo y mis ropas.