Partida Rol por web

Asentí conforme al saber que, en el caso de ir a visitar las oficinas de los Janka, encontraríamos a algún miembro de la familia presente. Cogí el teléfono que nos tendía y, después de echarle un rápido vistazo, me giré hacia la elegante mujer al escuchar sus palabras.

—Tranquila, esa información será tratada de manera confidencial y no será vista por nadie ajeno a la investigación.

De todas formas no pude evitar enarcar una ceja, en forma de muda pregunta, cuando nombró su poco interés a que los museos conocieran algunas de sus antigüedades. Esa reticencia hizo que me preguntara si muchas de dichas antigüedades no serían robadas o expoliadas de su país. De todas formas, aunque ese fuera el caso, nosotros estábamos allí para investigar un extraño robo de una sola pieza entre todo lo que allí se encontraba. Una pieza que, después de lo visto, parecía haber sido sustraída por las manos de un fantasma. Y esa sería la teoría más pausible siempre y cuando yo hubiera creído en los fantasmas.

—Por el momento, y por mi parte, no tengo ninguna cuestión más que hacerle. No sé si mi compañero querrá preguntarle algo más... —Miré a Dean para saber si él aún quería añadir algo más—. En caso contrario será mejor que nos vayamos.

Me levanté de mi asiento, no sin antes terminar mi café y agradecer por él e hice un ademán de "reverencia" indicando que había concluido mis preguntas por el momento.

Saludé a Nefera y me dirigí con Janice al ascensor.

-A Wall Street entonces -dije-.  Tengo una oficina allí.  Bueno, no es que yo la tenga pero digamos que... podemos usarla.  No creo que un magnate de dinastía nos abra la puerta siendo investigadores, por lo que podríamos intentarlo "a mi manera".  Pero como hoy es nuestro primer día estoy abierto a probar tu manera si no te sientes cómoda mintiendo.

Mientras salía, cada vez tomaba más sentido el robo por venganza.  Todo estaba allí, al alcance de la mano.  Si me hubiesen contratado para el trabajo había una docena de reliquias que podría sustraer desde los puntos ciegos de las cámaras y sin activar una alarma, pero volar una puerta de caja fuerte para dejar todo eso allí...

Su comentario sobre el inventario me dijo dos cosas: mucho dinero.  Estaba seguro que había varios de mis viejos intermediarios del mercado negro que me amarían si llevara solo una de esas reliquias.  Reliquias que estaban al alcance de la mano, reliquias que podría llevarme desde ese exacto punto ciego en el que estaba...

Pero descarté la idea de inmediato.  Harry me mataría si estropeaba esa posibilidad, y Lanny me mataría aún más muerto si Harry me mataba, "simplemente por ser un idiota".

Contuve mi impulso por girar mientras me acomodaba el abrigo y dejar caer un escarabajo azul, que según pude distinguir era de oro, en el bolsillo de mi abrigo.  Hubiese sido un movimiento simple, inofensivo y efectivo.  Pero, nuevamente, me contuve.

La mujer asiente mientras se marchan y dice:

• Muchas gracias… tengan cuidado y confió en ustedes, saluden de mi parte al señor McArting.

Fueron acompañados por un miembro del servicio, la mujer que les atendió anteriormente la cual les llevo hasta la salida y se despidió de ellos con una leve inclinación de cabeza. El ascensor no tardó en llegar y pudieron bajar con tranquilidad. Finalmente llegaron a la planta baja y el ascensor se abrió, al salir Janice se choca contra alguien, una chica joven vestida de forma bastante llamativa, la chica rápidamente dice

• Perdona, no te había visto

Mientras se introduce dentro del ascensor, sin embargo, no estaba seguro, pero Dean había notado algo en la chica que ya estaba pulsando el botón del ascensor.

Rápidamente reaccioné mirando a Janice y diciendo:

-Demonios, dejé mis llaves arriba.

Me metí en el ascensor antes de que éste cerrara y miré el botón que la chica había apretado.  Intenté disimular una mirada a Janice para que me siguiera

—Estaremos en contacto.

Sabiendo que poco más íbamos a sacar, por el momento, en aquella casa, había llegado la hora de salir de allín para estudiar con detalle la información de la que disponíamos. Mientras bajábamos en el ascensor, Dean me habló de su oficina a la cual podíamos ir para pensar nuestro siguiente movimiento.

—¿Una oficina en Wall Street? Eres toda una caja de sorpresas. —En ningún momento acepté su oferta ya que no entendía porqué deberíamos ir hasta allí en lugar de volver a nuestra nueva oficina, que al fin y al cabo para eso estaba.

Pero no tuve tiempo de comentarle lo que pensaba al respecto ya que, en esos instantes, la puerta del ascensor se abrió y, da manera tan repentina que fui incapaz de esquivarla, una joven chocó conmigo.

—Tranquila, no pasa nada.

Quizás sólo fuera defecto profesional, pero no pude evitar fijarme en la joven y su atuendo tan llamativo. Fui sacada de mis pensamientos por la voz de Dean, que pretendía subir de nuevo hasta la casa.

—Vale. —Me encogí de hombros dudando si esperar por él o largarme y quedar luego en nuestras oficinas—. No te enrolles demasiado ¿de acuerdo? Ya sé que es una mujer muy atractiva —me refería a Nefere— pero tenemos mucho trabajo por delante.

Mientras veía la puerta del ascensor volver a cerrarse, me alejé unos pasos en dirección a la puerta de salida.

El ascensor subió hasta la penúltima planta, justo por debajo de la planta en donde estaba la casa de Nefera, la chica mascaba chicle y miraba distraídamente hacia delante con las manos metidas en los bolsillos, cuando la puerta se abre sale del ascensor caminando tranquilamente.

Al llegar a la puerta del edificio la chica puede ver que la calle esta como antes, bastante animada, lo cual era bastante normal en esa ciudad, mientras camina se da cuenta de algo, se palpa el pendrive donde tenía la información, pero no lo tenía, parecía que lo había perdido o se lo habían quitado.

Salgo detrás de ella del ascensor y observo hacia dónde se dirige, mientras actúo normal como si me dirigiese a la puerta de mi casa.

Mientras esperaba a mi compañero, me entretuve mirando la gente que pasaba por la calle igual de abarrotada que cuando habíamos llegado. No paraba de darle vueltas al caso, pensando en las pobres pistas que teníamos, aunque seguir el hilo de la familia rival era la acción más lógica para realizar el siguiente paso, no estaba del todo convencida que hubieran sido ellos, aunque... si hubieran sido ladrones profesionales se hubieran llevado mucho más botín.

Al pensar en los objetos que había en la casa que acabábamos de abandonar, inconscientemente me llevé la mano al bolsillo para buscar el lápiz donde había guardado el inventario. Me empecé a poner nerviosa al darme cuenta que no estaba donde había creído que lo había guardado. Miré, una y otra vez, por todos los bolsillos tanto de mi pantalón como de la cazadora, pero no lo encontré por ningún lado.

Lo había perdido pero... ¿Cómo había sido posible? Justo en ese momento me acordé de la joven con la que había chocado al salir del ascensor.

Joder, la cabrona me lo ha robado.

Preocupada y con las prisas metidas en el cuerpo, di media vuelta para dirigirme de nuevo al ascensor y, de esa forma, desandar el camino que tan sólo hacía un instante había recorrido. Como cogiera a esa joven la iba a retorcer hasta que exprimiera todo lo que había robado.

Tras salir del ascensor Dean puede ver como el pasillo es un largo pasillo que termina en una ventada que es la que hace que el pasillo este bastante iluminado, la chica camina hacia delante con seguridad en dirección seguramente a una de las ultimas puertas, pero al pasar junto a unas plantas se agacha y recoge una mochila, el investigador puede ver que es bastante grande, del tamaño de le chica casi, tras unos segundos la chica sin girarse muestra algo, es el pendrive que Janice había usado para meter los datos de los objetos de Nefera y dice mientras empieza a correr hacia la ventana:

- Gracias por esto os lo agradezco

Cuando Janice llega al ascensor puede ver que este esta detenido en la penúltima planta, por el tiempo que ha tardado e volver es muy poco probable que haya montado otra persona aunque tampoco sabe realmente en que planta se ha bajado la chica.

Penúltima planta. ¿Es ahí dónde te has escondido pequeña ladrona?

No estaba segura que la joven se hubiera bajado precisamente en esa planta, pero tenía que intentar recuperar el lápiz de memoria a toda costa, sobre todo después de haberle prometido a Nefera que nadie ajeno a la investigación pondría los ojos en ese inventario. Dudé los segundos justos que tardó en llegar el ascensor y, sin pensármelo dos veces, subí para dar al botón que me llevaría a la penúltima planta.

Seguramente era una pérdida de tiempo, pero tampoco perdía nada por intentarlo. En el caso de que Dean bajara mientras yo me encontraba buscando la pista de la ladrona, siempre podía darme un toque por teléfono... o yo a él. La buena idea que había tenido Sandara de incluirnos a todos en el mismo grupo de mensajería, me daba la oportunidad de tener el teléfono de Dean sin problemas.

Las puertas se volvieron a abrir y, asomándome para ver si había alguien, me decidí a dar un paso hacia el pasillo donde las distintas puertas de los apartamentos y los pisos se abrían a ambos lados, sin saber muy bien qué encontraría más adelante... si es que encontraba algo.

El pendrive? La chica era uno de los míos... Que estúpido, cómo no reconocí el truco más viejo en el manual?

Sin tomarme un segundo para insultarme a mí mismo, desenfundé mi arma y corrí detrás de la chica.

-Detente! -grité mientras le seguía y le apuntaba con el arma.

La chica corría hacia delante cuando este le grito que se detuviera se giró, estaba justo al lado de la ventana, la chica sonreía con el pendrive en la mano mientras dice:

• Vaya eres bastante mono, tal vez en otras circunstancias…  bueno, si lo quieres sígueme

La chica se gira y salta por la ventana los cristales salen despedidos con un gran estruendo mientras la chica cae hacia el vacío con una gran sonrisa

El ascensor llega tras unos segundos que se hacen eternos para la chica que tenía prisa por poder llegar a la planta en donde sospechaba se había ido la chica con la que se había chocado momentos antes, tras unos momentos la afroamericana toma el ascensor en dirección a la penúltima planta, al llegar puede ver como el pasillo esta vacío salvo por su compañero que esta al final de este justo donde esta una ventana que tiene los cristales rotos esparcidos por el suelo, además Dean tiene su arma en la mano.

Seguí a la chica hasta la ventana y miré hacia dónde se lanzaba para verificar que pudiese seguirla. En el camino tomé mi celular y le saqué una foto a esa cara sonriente.

-No me diste tu número -dije, envié directamente la foto a Janice y luego le lancé mi propio teléfono. Una persona como nosotros no dejaría pasar la oportunidad de conseguir información sobre sus rivales, así que estaba seguro de que lo tomaría, era algo un poco desesperado y me dejaba bastante expuesto, pero no podía dejar que se fuera sin más.  Al menos así ella podría contactarme.
-Ahí tienes el mío.

Fdj.: Si puedo seguirla sin matarme la sigo.

Nada más salir del ascensor miré a todas partes intentando encontrar alguna pista que me llevara hacia aquella ladronzuela, pero lo único que vi fue a Dean al lado de la ventana del fondo y con su pistola en la mano. No tenía ni idea qué había pasado, pero por si acaso desenfundé mi propia pistola y me acerqué hasta él, comprobando que la ventana estaba hecha añicos.

—Dean, ¿qué ha pasado? ¿Estás bien?

Quizás se había encontrado con la joven que andaba buscando y si era así, esperaba que no le hubiera pasado nada malo. No sin antes devolverme lo que me ha robado.

—¿Te has cruzado con la joven del ascensor? ¿La que chocó conmigo? La muy puta me ha robado el lápiz de memoria.

Estaba muy enfadada por haber tenido un despiste como aquel, pero no esperaba que nada más salir del lujoso apartamento me fueran a robar, lo que me indicaba que seguramente había micrófonos o algún tipo de escucha ocultos en la casa de Nefera porque sino... ¿Cómo era posible que supieran que llevaba ese lápiz?

Dean rápidamente al asomarse puede ver algo que le llama realmente la atención, la chica se estaba alejando de allí con su móvil en la mano sonriendo pero caía lentamente hacia el vacío gracias a que estaba cayendo en un paradas, al parecer la mochila grande que se había puesto momentos antes de llegar a la ventana era eso, un paracaídas, la chica hace el gesto de la victoria con los dedos mientras se iba alejando de allí

Dean no parecía estar haciéndome caso ya que su atención estaba puesta en mirar lo que sucedía tras la ventana rota. Me acerqué hasta el lugar y me asomé con cuidado de no cortarme con los cristales para ver qué estaba sucediendo.

—Joder...

No me podía creer lo que estaba viendo. La misma joven que había chocado conmigo, la misma que con toda seguridad me había robado el lápiz de memoria, descendía por el aire sujeta a un paracaidas mientras parecía alejarse riéndose de nosotros. Sabía que, aunque corriéramos lo más deprisa que fuéramos capaces, sería imposible alcanzarla. Me sentía frustrada y enfadada por haber permitido que aquello sucediera.

—¿La conoces? —Me giré para enfrentar la cara de Dean—. Dime qué ha pasado. —Volví a repetir pero esta vez no era ninguna pregunta.

Mientras estaban allí en la ventana podían ver como la chica se iba alejando en dirección al norte de la ciudad en su paracaídas, algunas personas observaban curiosas la escena desde la calle y desde los edificios de la zona.