Partida Rol por web

Drerick se arrastra por el túnel que cada vez se hace más espacioso. Hasta permitirme ponerse de pie.

La antorcha de Pifo, a pesar de no quemar ni emitir calor, sí permite iluminar el interior de la cueva. Una angosto pasadizo que se retuerce entre la tierra.

No tarda en llegar a una cámara más grande. Parece desierta, pero hay un olor que le resulta familiar. La luz de la antorcha no le permite ver muy lejos, pero adivina que la sala está ornamentada tanto en tejados como en paredes.

A l entrar en ella, descubre dos estatuas pegadas a los bordes del pasillo del que proviene. Son dos enormes goblins tallados en mármol blanco. Su altura es de más de tres metros. Son grandiosas representaciones de sus congeneres.

Drerick obervaba asombrado la majestuosidad de aquellas dos estatuas mientras pasaba por ellas con pequeños pasos.
-¿Que significa esto? Es una cueva de Goblins, ¿Entonces estan viviendo aqui en la inopia? No puede ser...

El pequeño verde, estaba asombrado al observar tanto paredes como las estatuas alumbradas por la antorcha.
-Bueno dejemonos de chorradas sensibleras... dodne esta ese maldito interruptor para abrir esa dichosa puerta...

Sin querer adentrarse mas en la cueva y antes de encontrarse con alguien o algo, El "incansable" goblin, alumbraba las paredes en busca de algo que pudiera llamarle la atencion o al menos ver algo mas que paredes trabajadas y suelo agritado.

El goblin pasea la antorcha por las paredes, viendo los bajorrelieves que las cubren. Imágenes de goblins luchando.

Comprueba que si sigue las imágenes de derecha a izquierda, tal y como se escribe en goblin, estas cuentan una historia de como un grupo de pequeños verdes, llegaron hasta la cueva y lucharon contra enormes bestias y hombres armaduras terribles.

Finalmente un rey goblin, que portaba una corona similar a la que Drerick posee, ordenó sepultar la cueva y dejar fuera a los monstruos.

Todo el bajorrelieve es de unos 3 cm de profundidad, excepto el rey, que es sobrerrelieve, dejando la corona y sus armas en bajorrelieve.

Drerick al tratar de seguir inspecionanlo la antorcha, llega a ver una estátua de tamaño real, junto al otro lado de la puerta.

Es un goblin armado con una lanza real, una casco tuñido y un cinturon resplandeciente.

Sin embargo... ¿La estatua respira? Es un goblin real.

Éste se mueve y enarza su lanza contra el rostro del goblin amenazante... Aunque inquiriendole con los ojos con curiosidad.

Sorprendido alumbro por un instante la fea cara verde que le miraba con la misma cara de bobo que el mismo ponia.
-¡¡GRIÑEECK!!-Grito antes de caer de culo al suelo y dejar que la antorcha rodara asta sus desnudos pies.-¡Quien narices eres tu! Menudo susto me has da...dado.-Giro su cabeza a un lado.-¿Me entiendes?

Drerick permanecia en el suelo ante la mirada de ese nuevo "amigo" observandolo de pie con tanta curiosidad como el mismo tenia hacia el.

El goblin, se acerca hasta el trasgo co-especimen suyo.

Le hinca la punta de la lanza en la parte superior del casco externo.

¡Maldito estúpido! ¿Fronz está borracho? Mira al verde ¿Sabes el susto que me has dado? Ya sabéis que las guardias en la puerta son en solitario. Está prohibido que nadie venga.

Grita a alguien que se supone está a la espalda de Drerick.

Fronz serás... Daré parte a Tuldar.

Vuelve a golpear el casco con su lanza.

¿De dónde has sacado este estúpido atuendo? ¿Se lo has quitado a la enana fea humana, allí abajo?

Se aparta de Drerick y grita con la lanza en posición de firmes.

¡RELEVOOOOOO!

Se vuelve a girar hacia el verde, sin dejar que Drerick hable. Le vuelve a preguntar.

Está la cosa interesante ¿verdad? Más de 40 años sin un visitante y ahora ahí fuera hay lo menos 5, más la fea que capturamos. Ya era hora de una batalla decente...

En ese momento del trasgo cae en la cuenta.

¿Quien es tu oficial? No te he visto en ningún relevo anterior.

Mira totalmente asombrado la reaccion de su congenere, sin duda este es mas tonto que el, aunque eso a Drerick no le importa pues piensa que puede serle de ayuda, aunque no sabe realmente que contestarle.
-Y que si estoy borracho, dejame levantarme.-Se alza, recogiendo la antorcha mirando a su alrededor con una rapida mirada.

-¿Empezar una guerra dices? Pero para eso tendrian que entrar ¿No? y sus cabezas estas demasiado elevadas como para saber como se abre la puerta. Por cierto, desde que han traido a la enana esa, a donde le han llevado yo no la e visto mas que un instante...-Se tambalea un poco hacia un lado y otro, intentando recobrar el equilibrio entre la oscuridad.

-Relevos... asi que esto es... una cueva llena de goblins... ¿Una guerra? Sin duda son de los mios, seguro que son mas de diezmil para poder matar a todo mi sequito...

Al adecuarse los ojos del goblin a la oscuridad, observa unas escaleras a su espalda, por las que un destello cada vez más caro va iluminando su hueco. Al tiempo que se oyen unos pasos.

Detrás del goblin se ven la hojas de la puerta de piedra. Lisas como un canto rodado de río.

El goblin empieza a reírse a carcajadas.

¡JAJAJAJA! Si no se tiene en pie, el borrachín. Y encima dice... JAJAJAJA, que ellos no... ¡Que bueno! JAJAJA.. ayay, JAJAJAJAJA. A brir la puerta dice. No sabemos ni nosotros y dice... JAJAJA

Los pasos de la escalera están cada vez más crcanos.

Alza los brazos moviendolos violentamente, al escuchar las risas de su "compañero" verde. -¡YA! ¡YA! ¡Menos risas que para eso estan los bufones! ¡Ya me piro de aqui hombre! Ni siquiera se porque todavia estais aqui, desde hace tanto tiempo... No se ni para que servira... en fin.-Queda cruzado de brazos un instante, esperando una rapida respuesta antes de que su relevo llegue.

Miro un instante, aun esperando la respuesta, la entrada que golpearon y empujaron desde el otro lado.

-Maldita sea, como hare entrar a esos bobos, si ni estos saben abrirla...

Tras esperar lo que penso preciso, marcho hacia las escaleras aun malhumorado por las risas del guardia retaco.
-Como desenvaine se va a enterar...

Mientras Drerick continúa avanzando hacia la escalera, las carcajadas del goblin se siguen oyendo.

¡Que pedal lleva! JAJAJAJAJA... jaj..ja...espe..jajaja... espe...pera jaja..

La risa se corta repentinamente.

¡HE DICHO QUE ESPERES! ¿Quién es tú oficial? ¿como has dicho? ¿Qué por qué estamos aquí desde hace tanto tiempo? ¡ALTO! ¡ALTO!

Los pasos del goblin de la puerta suenan presurosos detrás de los de Drerick. Está a poca distancia y el verde ve la sombra de la lanza a su espalda.

¡He dicho que te estés quieto! ¿Como te llamas? ¿y quien es tu oficial?

Drerick se gira mirandole serio.
-¡SI! Pues eso, que porque estamos aqui, como tu bien preguntas.-Respondio rapidamente el pequeño verde.-Yo tambien queria haber salido un momento, para pillar a esa enana y traerla aqui y no hacer tanta guardia y chorradas, aqui nunca ocurre nada, ¿O me equivoco? ¡BEH!-La actitud de Drerick era tal, que asta el mismo se habia enfurecido, creyendose su actuacion, como si realmente viviera alli.

-Y no me entretengas mas o se van a enterar de que me e ido y entonces si tendre problemas.-Drerick emprendio de nuevo la marcha por las escaleras, dandole la espalda.

El goblin se queda pensativo, parado ante la reacción de Uña Sucia.

Así pues Drerick avanza hasta las escaleras. En ese instante un enorme orco negro que sujeta una antorcha de viva luz anaranjada, le detiene el paso.

Tras él, un goblin de alto rango, a juzgar por sus vestimentas, contraje largo y de colores vivos. Preciosas joyas de oro lo engastan, y parpadean a la luz de la antorcha que sujeta el orco.

Pronto la luz ilumina la cara de Drerick.

¿Qué ocurre? ¿por qué llamas al relevo? - Pregunta a Drerick.

Pero al iluminar la cara del orco la luz de la antorcha de Pifo, éste comienza a retroceder anteponiendo sus manos al fulgor de la llama azulada. Para evitar el resplandor en su cara.

¡AHHHHHG! - Grita desesperado. Esa luz es del dios del castigo.

El orco lira la antorcha al suelo y sale corriendo escaleras abajo. Dejando al jefe goblin junto a Drerick.

El goblin tan solo niega con la cabeza y se lleba la palma de la fea mano al rostro. Resoplando.

El jefe goblin, recoge la antorcha del suelo y mira detenidamente a Drerick. Percibiendo todo lo que puede.

Krank, ¿Quien estás en tu puesto? ¿quien es este goblin que huele a humano?

Acerca la antorcha hasta su rostro. Ese casco es humano. No te conozco de nada. ¿Quién eres?

Mira la antorcha de Pifo y parece muy sorprendido.

¿No eres de aquí verdad?

En ese instante las puertas crujen violentamente, haciendose resonar entoda la cueva.

Los goznes brillan con un tono azulado.

Drerick miro asombrado la actuacion de aquel orco.
¡Hay orcos aqui abajo! Hara cuanto que no veo uno... ¡Beh! ¡Que mas da! siguen siendo tan tontos como recordaba.

Giro su cabeza para mirar al goblin que sin duda parecia mas listo que el resto y eso no le gustaba al pequeño verde.
-¿Co...como que no soy de aqui? ¡En...entonces de... de donde puedo a ver, salido ¡E! ¡A ver!

Volvio la mirada un momento a su propia antorcha, al ver el interes de su congenere cuando, de repente el rechinar de una gran puerta moviendose, le obligo a girase completamente mirando hacia arriba, donde dejo al goblin que hacia guardia.

El goblin de la puerta, que al parecer se hace llamar Krank, está de pie junto a la puerta y retrocede con la lanza en sus manos.

Maldita sea, ¿qué diablos? - Excla,a mientras retrocede hacia la posición de Drerick y el jefe Goblin, que debe ser, o Fronz o Tuldar.

Cuando los goznes se apagan y el crujido cesa, el goblin se gira sobre sus talones y se acerca a los otros dos goblins.

¿Qué ha sido eso? - Pregunta al oficial verde.

No ha terminado de decir eso Krank, cuando las puertas se convierten en dos enormes teas de fuego azulado similar al de la antorcha que porta Drerick.

El fuego ilumina la sala, mostrando todo el esplendor de una sala con el techo labrado en oro y rubíes.

La imagen que viera Drerick de un rey en sobrerrelieve con su espada y corona en bajorrelieve.

Los goznes de la puerta se hacen visibles en su ornamentación de plata maciza.

Desde las puertas hasta las escaleras se desliza una alfombra roja con tejidos de hilo de oro, de los que salen unos preciosos flecos, carcomidos por el paso de los años en llamativos escarlatas y burdeos.

La barandilla de la escalera es de una piedra granítica muy pulida que da la imágen de marfil moteado.

Una voz resuena en le interior de la cueva.

Mi señor Naa Taa, sale de Akich. Buena ventura mi señor.

La imágen del rey goblin en sobrerrelieve se ilumina con la misma claridad azulada que anyes lo hicieran los goznes. Dejando su imágen detalladamente definida.
Sin duda fue un goblin altivo y noble, (todo lo que lo pueda ser un goblin) bajo su efígie se puede leer unos caracteres en lengua goblin.

Abrirá la puerta cuando Naa Taa demuestre ser rey.

Dio un pequeño paso atras, que de no estar el goblin a su lado para agarrarse ligeramente, hubiera rodado como un canto rodado hacia abajo, al ver tal majestuosidad de colores y luz.
-In... increible... el fuego de Pifo... las paredes hablando...-Miro entonces su antorcha aun agarrada con fuerza y palpo su mochila, en la cual se escondia la corona que encontro en la cueva del dragon.
-Tal vez entonces...-Musito al ver nuevamente la imagen del supuesto rey goblin.

Busco tambien en su cinto la espada, que un dia mostro le elfo matadragones llamado Elandeil, pero el cual ya no estaba con ellos y al ver su espada corta en su funda, no estaba seguro de que aquella espada que descansaba en su cintura y la cual nunca habia usado, era la que robo hace mucho a un humano muerto, o aquella arma de extraño fulgor que le mostro el asesino de dragones, entre insultos y amenazas.

Fue entonces cuando tomo la decision de agarrar el mango de la misma y desenvainar ligeramente el filo para observar su manufactura.

Drerick chasqueo la lengua disgustado al ver su mundana arma.
¡Estupido Elandeil! Haber muerto a sido su castigo por no darme el arma que para el no simbolizaba nada.

La guardo nuevamente, para alzar la mirada y maravillarse una vez mas de dantesco espectaculo.

No entendia porque pero decidio hacercarse hasta las puertas que brillaban de azul intenso, agarrando la hermosa barandilla, subiendo las escaleras y pisando aquella alfombra roja que le indicaba el camino mas cercano a las puertas, la linea recta.

Quedo a un par de pasos de la entrada con la antorcha en alto mirando tanto los dibujos y simbolos de las paredes como la misma puerta que parecia tener vida propia.
-In...increible... ¡Dime camarada! ¿Por aqui partio el rey goblin verdad? Entonces... ¿Se volveran a abrir ahora?-Sonrio ampliamente iluminado por la luz azulada de su antorcha.

Atemorizdo al igual que su subordinado, el jefe goblin, avanza a tientas sobre la alfonbra.

Es... esto, nunca había sucedido antes. Sólo la leyenda habla de ello.

Se dirige tímidamente hasta la escultura en la pared de la cueva, que muestra la figuara de un rey goblin.

Naa Taa, fue nustro rey. Él nos trajo hasta aquí para salvarnos de la matanza, que esos sucios elfos nos concedían.

Finalmente lo hizo. Hasta que descendió a la galería del mundo invertido. Allí descubrió algo y decidió ir en busca de algo que nunca supimos. Jamas regresó. Sólo él podía abrir la puerta, para protegernos de los enemigos elfos.

El goblin suspira.

La leyenda de Naa Taa, también habla de como salía de la cuava de Akich con una antorcha de fuego, del dios del castigo. "Sólo las puertas ardientes se abrirán", eso decía la leyenda. El rey demostrará que es él y abrirá las puertas. Con el llegrarán elfos, hombres y un ejército que exterminará a los goblins.

Se arrodilla ante la estátua del rey.

Mi señor, nos dijiste que lucháramos junto a los infieles. ¿Qué significa eso?

Este día es temido por los goblins. Cuanta la profecía que el día que el descendiente de Naa Taa regrese