Partida Rol por web

La Alianza Rota de Calebais

Escena I - Una Carta del Pasado

Cargando editor
11/02/2012, 16:44
Oren Alston

Justo antes de salir de la estancia, sus ojos bermejos enfilaron los del mago y con un leve asentimiento cerró la puerta tras de sí.

Cargando editor
11/02/2012, 16:53
Grimgroth de Mistridge

En cuanto Oren y el autócrata salieron de la sala, Grimgroth se levantó, pergamino en mano, y empezó a leerlo, con su voz fundiéndose con los truenos del exterior, que parecían ahora más cercanos que nunca.

"Sodales, tengo una triste historia que contar. Calebais ya no existe. Ha sido destruida. Escuchad bien lo que os digo si deseáis evitar nuestro malhadado destino. Peligroso es el diablo que nos acosa, pero su entrada en vuestras vidas no es inevitable. Espero que seáis capaces de aprender de los errores que cometimos al enfrentarnos al mal que encontramos en nuestras propias cámaras. Atended bien mis advertencias, pues las escribo desde mi tumba.

El Hechizo de Mormul fue el principio del fin. Fue el medio de traer la paz a Calebais y sus alrededores, pero en último lugar fue lo que nos derribó. Aunque no tenía poderes inherentes de destrucción, fue lo que permitió que los demonios se introdujeran entre nosotros. Cuando al fin causó que el Código de Hermes fuera transgredido, nuestra seducción fue completa.

Os lo imploro, amigos míos, cuidaos de la codicia de vuestras almas: es la debilidad que os destruirá. Debéis de ser fuertes. Unid y ligad vuestros cuerpos y espíritus. Enlazad vuestros sueños y esperanzas, hacedlo para no estrellaros contra las rocas del Infierno.

Si creéis que sois lo suficientemente puros, acudid a recuperar la Campana de Ibyn. Este artefacto de aviso sirvió a Calebais desde su fundación, aunque no fue capaz de detectar los demonios que entraron en nuestros corazones. Ojalá pueda protegeros como no pudo protegernos a nosotros.

Para llegar hasta Calebais deberéis encontrar a la dríade que vine en la Colina Hendida. Para ello. Debéis seguir a los doce guías en el orden correcto, y entonces responder al enigma que plantean. El ladrón rojo debe ser el primero, seguido por la criatura que se arrastra por el aire, y por la…"

La carta concluía ahí, incompleta.

Fuera, la tormenta aumentó su violencia contra la torre.

Cargando editor
12/02/2012, 02:50
Beoval

La sobrecogedora visión aparecida ante él habíale paralizado por momentos allí, de pie junto al vano de la puerta de la casucha, parpadeando profusamente, como el que se encuentra en un sueño irreal. Durante unos instantes, Beoval pensó que ante él hallábase el fantasma vengador de alguno de los enemigos que buscaban acabar lo que no terminaron hace años en aquel pueblo... Mas sacudió vigorosamente su cabeza y volvió a la realidad, su sangre guerrera, herencia de sus ancestros, pulsando intensamente en sus sienes, en su pecho y en sus brazos. "Fantasma o no, caerás ante mi hambriento acero...pero antes, por si fuera necesario..."

Beoval pareció recordar algo, giróse y en dos zancadas cruzó el piso de la garita para alcanzar la cuerda de la campana de alarma que encontrábase colgando al fondo, dándole varias fuertes sacudidas.

Acto seguido, abrió el arcón de las armas y extrajo su afilada espada ancha de una mano, la Vlfberht de su padre, ahora suya. Con la alarma dada, sólo restaba hacer una cosa. Miró decididamente al caballero Denis y asintió, para después salir a la intemperie, a defender el terreno ante una posible carga del enemigo.

La lluvia que caía ahora prácticamente lateral por el viento, le azotó inmediatamente la cara. El pelo pegado a la frente, y sus ropajes pegados a su cuerpo; el agua deslizándose por sus brazos y por sus muslos, se colocó de frente al misterioso atacante, a una distancia prudencial que le permitiera esquivar una eventual carga del enemigo, con las piernas flexionadas y la preciada espada empuñada en la mano derecha, extendida ante él, junto con la izquierda, extendida y con la palma mostrada hacia su contrario.

Exhaló fuertemente y con su potente voz desafiando el fiero rugido de la tormenta exclamó:

"¡¡¡Deyr fé, deyja frændr,
deyr sjalfr it sama.
Ek veit einn at aldri deyr:
dómr um dauðan hvern
!!!"

(El ganado muere, mi gente muere. Nosotros también moriremos. Sólo conozco algo que jamás morirá. ¡¡¡El honor de los muertos en la batalla!!!)

Cargando editor
12/02/2012, 11:04
Denis de Sade

Denis no podía creer lo que estaban viendo sus ojos, no era comparable a las masacres vistas anteriormente en sus batallas junto a su orden templaria.

La imagen surrealista del jinete corriendo hacia ellos mientras le caían rayos encima le hizo pensar en lo que estaba viviendo y si todo ello no se trataba de una pesadilla, de una terrible pesadilla. Hubo un instante, solo un instante de una centésima de segundo en el cual Denis tuvo miedo, miedo real, miedo paralizante, miedo que te achica y que te hace parecer minusculo ante tal situación, pero la imagen de su esposa muerta le hizo entrar en razón y pensar, "tranquila mi amor...si muero, me reencontraré contigo muy muy pronto". ​

Cuando reaccionó, gracias al sonido de la campana, vió como Beoval corria hacia el jinete sin miedo alguno.

El Templario prefirió coger su ballesta y quedarse a unos metros de Beoval para así tener un mejor angulo de visión y poder apuntar al jinete de una manera mas certera. 

Denis no pudo evitarlo y aunque Beoval no podia entenderle, le gritó con una voz profunda y grave la cual se podía escuchar desde varios metros de distancia, asustando a varios grogs de alrededor:

"BEOVAL, PASE LO QUE PASE, NUESTRA VALENTÍA SE VERÁ RECOMPENSADA EN ESTA VIDA O EN LA OTRA, NO LE DEMOS TREGUA A ESTAS FUERZAS OSCURAS QUE SE NOS PRESENTAN, MIREMOSLE A LOS OJOS Y RIÁMONOS DE EL EN ESTA NOCHE DE TORMENTA DEMONIACA. BEOVAL Y DENIS, CODO CON CODO EN MISTRIDGE, POR SIEMPRE RECORDADO."

Cargando editor
12/02/2012, 21:20
Cicos Tremeris

-Si me permites, estimado Grimgroth, y si los demás sodales me conceden su permiso, no puedo más que decir que me ofrezco para la búsqueda de dicha campana y de Calebais - espetó Cicos nada más acabada la lectura de la carta. Quizás era la ocasión perfecta para que Cicos pudiera demostrar su valía y obtuviera méritos suficientes como magus de su adoptiva Mistridge. Por ello, aunque se le viera el plumero, quería ser el primer candidato a ofrecerse...

Cicos se pusó de pie, mostrando su disposición y mirando con sus pupilas castañas al resto de magi.

-Ignoro cómo se toman las decisiones importantes como ésta en Mistridge, pero pongo como aval para participar en dicha expedición mi conocimiento en artes como RegoMentem, que podrían ser indispensables en el trato con posibles espíritus presentes en Calebais - En realidad, sentía cierto temor frente a la decisión que estaba tomando, pero sabía que no podía ser de otra manera... Si quería ser y aparentar ser fuerte e independiente de su parens, allá en Transylvania, esto es lo que debía hacer. Aparte, como decía la sodalis Marlene Verditii, la promesa de conocimiento y objetos mágicos era atractiva...

Cargando editor
12/02/2012, 21:58
Marlene Lemoine

Un ligero escalofríos turbó un segundo a la Veriditus. Os lo imploro, amigos míos, cuidaos de la codicia de vuestras almas: es la debilidad que os destruirá. Debéis de ser fuertes. Unid y ligad vuestros cuerpos y espíritus. Enlazad vuestros sueños y esperanzas, hacedlo para no estrellaros contra las rocas del Infierno. Estas palabras resonaban todavía en la cabeza de Mirielh.

La perspectiva de recuperar la Campana de Ibyn era incomensurable, sus ojos verdes todavía brillaban con intensidad, pero algo le preocupaba...muchas cosas en realidad...

Claro que yo iré...no hay dudas de eso.dice la Maga segura de sus palabras. Pero aún hay cosas que no comprendo...Por ejemplo, sodal Fresno, has dicho que la autora de la misiva, quería que la carta sea entregada a ESTA Alianza...quien ha sido la autora de la carta? y cómo ha llegado a tus manos??pregunta a la Mercere.

Y qué se sabe del Hechizo de Mormul?...que es lo que significa eso? pregunta a todos en realidad.

Cargando editor
12/02/2012, 23:33
Dolfus ex Jerbiton

La simple idea de ser corrompido por el poder se le antojaba graciosa, Dolfus nunca había sido muy egoísta, quizás por eso su primus ya no era tal, o fue por su odio a la diversión, era difícil saberlo. Al Jerbiton le atraía mas la idea de resolver el misterio que envolvía a Calebais.
Cicos estaba demostrando cumplir los requisitos que según Grimgroth debía de moldear al mago, su carácter, su formalismo y su aura de poder; o al menos los requisitos que Dolfus pensaba que el Mistrigde queria en un magus.Aún con sus diferencias Dolfus no podía negar el buen ojo para los magos que tenía su antiguo maestro.
"Una buena incorporación"-pensó Dolfus para si.

-Marlene, del hechizo poco se, se que Mormul era un gran experto en Ilusiones-esperaba que al menos le ayudase algo,y añadió dirigiéndose al líder del Consejo-Si bien yo me ofrezco a tal búsqueda, creo que necesitamos mas información de Celabais,¿Qué,en su amplia experiencia,sabe usted de este misterio?

Dicho esto esperó la respuesta de ambos, de Grimgroth y de Fresno a la pregunta de Marlene.

Cargando editor
13/02/2012, 11:19
Director

Beoval encaró al misterioso jinete, con Denis cubriéndole con la ballesta, mientras las campanas de alarma de la Alianza tañían el aire nocturno tras ellos. Entrelazadas mágicamente, bastaba con que un guardia hiciera sonar una de ellas para que el resto sonara, poniendo en alerta a toda Mistridge. Ninguno lo sabía, pero nunca antes se había oído tal sonido en la Alianza.

Gritos y pasos indicaron que los defensores de Mistridge se preparaban para el combate. Llegaron arqueros y ballesteros, erguidos por encima de la muralla como peligrosas estatuas bajo la lluvia. Junto a Denis, media docena de guerreros se detuvieron, con sus largas espadas y sus escudos desafiando a la tormenta, y al jinete. En total, la turba apenas alcanzaba la veintena de hombres.

Y, aun así, Denis sintió que no eran suficientes contra aquella aparición oscura, que se elevaba, imponente, sobre el enorme caballo relampagueante. El jinete alzó su arma hacia el cielo, y aulló. Su montura relinchó en respuesta, y un relámpago golpeó la torre de Mistridge. Incluso desde esa distancia, se oyó el rasgado sonido de las vidrieras estallando en pedazos.

Los guerreros empezaron a rugir, a maldecir. Denis y Beoval también lo hicieron, con una repentina furia inundándolos sin que pudieran evitarlo. El cruzado recordó la muerte de su esposa como si acabase de ocurrir, y pensó en sus asesinos. A la mente de Beoval llegaron pensamientos de venganza, de ira. Todos y cada uno de los presentes ardieron en deseos de matar, de satisfacer sus ansias más violentas. Se dejaron llevar por cólera, que enturbió sus ojos bajo una capa roja, intensa.

La tormenta rió, con truenos. La lluvia aumentó su ímpetu. Y el caballo se irguió sobre sus patas traseras, mientras el Jinete los observaba a todos desde el fondo de su casco de acero, con su fantasmal y penetrante mirada.

Cargando editor
13/02/2012, 11:19
Director

Oren descendía por las escaleras, siguiendo a Thibaud el Bretón. Como siempre, el explorador estaba en silencio, y el autócrata lo conocía lo bastante bien como para saber que el extraño hombre con cuernos no era de los agradecían una conversación.

Calladas, alcanzaron el cuarto piso en su descenso, hasta que una campana resonó en el interior rocoso de la torre. Esta vez, no era la pequeña campana con la que el autócrata pedía permiso para acceder a la Sala del Consejo, sino que se trataba de las campanas de alarma de la Alianza. Entrelazadas mágicamente, bastaba con que un guardia hiciera sonar una de ellas para que el resto tañera, poniendo en alerta a toda Mistridge. Nunca antes se había oído tal sonido en la Alianza.

No es posible —jadeó Thibaud, mirando atrás, a Oren—. ¿Nos atacan? ¿Quién…?

Incluso dentro de la torre, podían oírse los sonidos. Desde el exterior, tres plantas por debajo, llegaron los gritos, y el sonido de pasos corriendo, todo ahogado por la tormenta.

Y las campanas siguieron sonando.

Cargando editor
13/02/2012, 11:20
Director

Quien tuvo esta carta, sodalis, no es quien la escribió —contestó Fresno a Marlene, mientras un par de truenos simultáneos resonaban excesivamente cerca—. Esta misiva fue escrita por un mago de Caleb…

Una campana interrumpió la explicación. Pero no la pequeña campana con la que el autócrata pedía permiso para acceder a la Sala del Consejo, sino las campanas de alarma de la Alianza. Entrelazadas mágicamente, bastaba con que un guardia hiciera sonar una de ellas para que el resto tañera, poniendo en alerta a toda Mistridge. Nunca antes se había oído tal sonido en la Alianza.

Mistridge… ¿bajo ataque? —se sorprendió Grimgroth.

Y, entonces, un relámpago hizo estallar las vidrieras de la estancia. Cientos de cortantes trozos de vidrio estallaron sobre los magos, mientras la violenta lluvia irrumpía lateralmente por culpa del aliento invernal que era el viento. Por fortuna, nadie resultó herido, más allá de algún corte superficial.

Desde el exterior llegaron los gritos, y el sonido de pasos corriendo, todo ahogado por la tormenta.

Y las campanas siguieron sonando.

Cargando editor
13/02/2012, 21:32
Cicos Tremeris

¿Qué ocurre? - gritó Cicos, intentando aumentar su volumen de voz por encima del de los truenos. El sonido de las campanas era algo desconocido para él, pero se imaginó que se trataba de una especie de alarma. - ¡Grimgroth! ¿Ha penetrado algo el Aegis de la alianza o se trata de algo mundano?

Cicos se encontraba de pie al estallar la ventana. Algunas de las esquirlas del cristal le habían arañado la cara e incluso presentaba un corte ligeramente más serio encima de la ceja izquierda. Un centímetro más abajo y se hubiera quedado tuerto de por vida... La sangre de la herida goteaba sobre sus hojas de apuntes y según el papel absorbía la sangre se formaban círculos de considerable diámetro.

Se limpió rápidamente con la mano la sangre que le corría por la cara y que le impedía ver bien. Seguramente la herida no era importante; la sangre asustaba mucho... Corriendo, se precipitó a la puerta y fuera hacia el pasillo, con la intención de buscar a los guardias y preguntarles.

- Custodes ad me! - el ímpetu del momento le hizo olvidar por unos instantes que, pese a que se comunicaba perfectamente en latín con los demás magi, el occitano aún se le resistía cuando no se trataba de dar órdenes ... ¿Cómo podría entenderse con los guardias cuando tratara de obtener de ellos una respuesta acerca de lo que estuviera sucediendo? ¿Cómo comprendería sus explicaciones?

Cargando editor
14/02/2012, 12:21
Beoval

Beoval sentía una ira infinita que inundaba y anegaba toda su mente, su cuerpo, su ser. Parecíale que el jinete se hallaba allí, caballo erguido y espada hacia el cielo burlándose de todos, retándoles mas no atacaba ni realizaba acción alguna.

Veamos si carne hay tras tu casco y armadura...

Había escuchado cómo a su espalda los guardias ocupaban sus posiciones en las almenas de la fortificación, así que se giró y localizó en las murallas al jefe de arqueros. Voceó para llamar su atención y cuando la tuvo, alzó su espada al aire, giróla con un gesto de su muñeca varias veces y posteriormente señaló con ella al jinete, gritando: "¡¡ǫr...ǫr!! ¡¡¡sœkja!!! Esperaba que los guerreros fueran lo suficientemente inteligentes para compendrer que lo que quería decir es que lanzaran una primera andanada de flechas para descubrir qué poderes poseía el extraño agresor...

 

Cargando editor
13/02/2012, 15:15
Oren Alston
Sólo para el director

Oren agradecía el silencio con el que le premiaba Thibaud, pocos eran los que comprendían y respetaban su carácter. Descendía sumergido en sus pensamientos, divagando acerca de Calebais y la inmediata expedición que emprenderían al amanecer, por fin una aventura fuera de aquellos muros.

El tronar de las campanas le retornaron a la realidad, y en seguida asoció aquella señal de alarma con las palabras de la Boina Roja, -Fresno avisó de que la tormenta traería algo... debe de ser esto- se asomó por encima de la barandilla de la escalera y miró hacia abajo, quizás podría ver algo desde allí, algo que le indicase la naturaleza de aquella alarma. 

Tras un rápido vistazo descendió las escaleras raudo, planta por planta se acercaba cada vez más al foco de aquella confrontación...

Cargando editor
15/02/2012, 11:07
Denis de Sade

Denis se dio cuenta de lo que Beoval quería decir con ese grito, y decidió volverlo a repetir para que todos los arqueros lo entendieran y soltaran su primera oleada. Ese también era el momento en el que el caballero montó la flecha en la ballesta y se dispuso a disparar apuntando a la cabeza del jinete, olvidando, gracias a la adrenalina soltada en el momento, de todo tipo de dolor que en frío le afectaba a su hombro.

NO HABÍA TIEMPO PARA PENSAR, SOLO PARA ACTUAR, Y EN ESO SI QUE DENIS NO FALLABA.  

Cargando editor
15/02/2012, 21:27
Marlene Lemoine

Pero que...??? la Maga automáticamente lleva su mano hacia su cuello, pareciendo verificar algo. Luego de ello retira algunos restos de vidrio que se hallaban dispersos en su larga cabellera colorada y en sus ropajes.

Marlene se apresura hacia la puerta siguiendo al Tremere, verificando que la Boina roja se halle al cuidado de los Magos más experimentados...

Al salir, el ruido metálico todavia resuena en la estancia mientras que se mezclan con los poderosos truenos que resuenan afuera...

Notas de juego

Sigo al tremere a la puerta de la torre...

Cargando editor
15/02/2012, 22:58
Dolfus ex Jerbiton

Dolfus no estaba acostumbrado a las sorpresas, si tal cosa, dicho sea de paso era posible. Así que la suma del sonido producido por las campanas dando la alarma más el relámpago había producido en su cuerpo un ridículo espasmo.
La humedad que sentía en su mejilla hacia presagiar al magus que también él había sido herido por los cristales. Lentamente movió su mano hacia su cara palpando el liquido, al retirarla para ver su sangre lo que vio le hizo reír de nuevo. Era agua, simplemente agua.
Y con ese peso quitado se dirigió hacia la puerta, a defender su Alianza.

Cargando editor
17/02/2012, 20:38
Director

Bajo la tormenta y la noche, la lluvia de flechas y saetas se mezcló con la de agua y frío. Los proyectiles fueron directamente hacia el jinete, que esperó impasible. Una repentina ráfaga de viento huracanado desvió cada dardo, arrojando la mortífera ráfaga de madera y metal hacia un lado.

El caballo del jinete relinchó, burlón, coceando el suelo con sus herraduras, mientras los primeros gritos enojados llegaron a oídos de Denis y Beoval. Tras ellos, varios de los guardias discutían, aunque la tormenta ahogaba sus palabras. Un arquero empujó a otro sobre las almenas, mientras uno de los guerreros que había unos metros por detrás de Denis parecía amenazar a un compañero con su espada. Antes de que pudieran reaccionar, una daga brilló ante la luz de las antorchas, y el primero fue apuñalado por el segundo. El caos estalló al tiempo que un trueno en el aire, y la reyerta se llenó de insultos y golpes, y varias estocadas de metal. Beoval sintió una furia crecer dentro de él, al igual que Denis.

En medio del desconcierto, el jinete giró a su montura, y desapareció en la oscuridad.

Cargando editor
17/02/2012, 20:38
Director

Cuando Oren salió al turbulento exterior, quedó anonadado ante lo que vio. Bajo un viento ahora más violento, observó cómo varios guardias discutían, aunque la tormenta ahogaba sus palabras. Un arquero empujó a otro sobre las almenas, mientras uno de los guerreros que defendían la Alianza más allá de las puertas de la muralla parecía amenazar a un compañero con su espada. Antes de que pudiera reaccionar, una daga brilló ante la luz de las antorchas, y el primero fue apuñalado por el segundo. El caos estalló al tiempo que un trueno en el aire, y la reyerta se llenó de insultos y golpes, y varias estocadas de metal.

¡Por amor de Dios! —gritó Thibaud, saliendo de detrás de Oren—. ¡Detened esta locura!

Cargando editor
17/02/2012, 20:39
Director

Los magos salieron de la sala a toda prisa. La llamada de Cicos fue respondida por dos lanceros, que solían vigilar la sala cuando había concilio. Rápidamente, escoltaron a los hechiceros en su largo descenso por el interior de la torre de piedra. Incluso desde ahí, podían oír el rugido de la cada vez más violenta tormenta y de los gritos de la batalla.

Pocas plantas por encima del nivel del suelo, un guardia de Mistridge apareció, jadeante.

Mis señores —dijo, visiblemente agotado—. ¡Ha sido el Jinete! ¡Ha atacado la Alianza, el maldito! —a medida que hablaba, el soldado fue caldeándose—. ¡Tendría que haberle arrancado la cabeza y habérsela servido de comer a su asqueroso caballo! —el hombre empezó a escupir, gritando cada vez más—. ¡El cobarde ha huido cuando lo tenía tan cerca! ¡Maldito sea! —en un brusco movimiento, sacó su espada, casi tajando a uno de los lanceros—. ¡¡¡Maldito sea, él, su caballo y su jodida madre!!!

Cálmate, Glen —dijo el lancero que estaba más cerca.

¡¡¡Cállate!!! ¡¡¡Aún recuerdo cómo te comiste la mejor fruta de aquel cesto!!! —el soldado alzó la espada, dispuesto a cualquier cosa.

Cargando editor
17/02/2012, 22:58
Cicos Tremeris

- Mitesce, custos! ¡Tranquilo, guardia! - ordenó Cicos, observando el alterado estado emocional del guardia con enfado. Más que temer que pudiera realizar una locura con su espada, a Cicos le molestó la pérdida de autocontrol por parte del subordinado.

- ¡Yo mando a ti quieto! - trató Cicos de imponer su autoridad como magus de la alianza, pese a que su occitano no fuera del todo comprensible.

Notas de juego

Cicos espera a que el guardia Glen se calme y explique tranquilamente qué ha sucedido.

Si esto no ocurre, Cicos intentará mostrarle contundentemente su autoridad, mediante un hechizo de Aura de Autoridad (Aura of Rightful Authority) lanzado rápidamente. En este último caso, ya me diréis si realizo tiradas.