Partida Rol por web

La Alianza Rota de Calebais

Escena II - La Alianza Rota

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11/09/2012, 20:33
Director

Pitsdim —la voz de la hurona tiembla con miedo, pero las suaves notas del juglar parecían templar su ánimo—. Pitsdim odiar todos. Pero no fuego —concluye, señalando el cuerpo de David. Sus pequeños ojos ascendieron hasta el portal de barro, aún palpitante—. Barro agua... solo líder de magos...

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11/09/2012, 21:30
Saul Arnaud

Muchas gracias, pequeña- Comenta el juglar, con su sonrisa todavia en el rostro, mientras rasga unas ultimas notas en su laud.Cuando salgamos de esta, prometo daros un pequeño recital a los Hrulls
Se levanta, dirigiendose a cotinuacion hacia los compañeros.- Al parecer el mago jefe de esta ¿Alianza lo llamais? Controla, como aqui la dama Marlene, el barro y el agua....y si alguno de vosotros puede darle buen uso, como habeis escuchado de la pequeña esa espada al parecer es magica.- Se encoge de hombros- Señores, ¿Que haremos en un futuro proximo?

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11/09/2012, 21:46
Cicos Tremeris

Tras curiosear por la habitación, Cicos no encontró nada de aparente interés. No obstante se sentía un poco incómodo, tras haber descansado, por dejar el cuerpo del mundano Sir Frithnand tirado sin vida sobre el dragón de piedra. Lo mismo pensó del nuevo cadáver que habían recuperado Marlene y los demás de la pared de barro.

- No podemos dejar a los muertos aquí abandonados de cualquier manera - se dirigió a Marlen y a Dolfus en latín, especialmente mirando a Dolfus, reprendiéndole por su falta de respeto con el cuerpo del antiguo habitante de Calebais. - Lo ideal sería darles sepultura, pero entiendo que ahora mismo no podemos cargar con ellos. Al menos, dejémosles tumbados de una forma honrosa y cubiertos con algún lienzo o similar y ya veremos qué hacer con ellos cuando regresemos.

Cicos se acercó al cuerpo del caído junto a Marlene y puso el cadáver boca arriba, con sus manos sobre el pecho y comprobando que sus ojos estaban cerrados. No tenía nada para taparle, pero miró por la habitación para buscar algo de tela. No había sido seguramente más que un mundano, pero al fin y al cabo era un hombre a imagen de Dios. A Cicos también le hubiera gustado que se hubieran encargado cristianamente de su cuerpo si muriera. Animó con gestos a los demás para que hicieran lo mismo con el caballero.

Por otra parte, no parecía haber muchas más salidas por la habitación.

- La habitación no parece tener ninguna salida. Podríamos buscar a ver si encontramos alguna puerta oculta por las paredes de la estancia. O bien, siempre podríamos salir por donde hemos venido, utilizando mi hechizo de levitación. La otra opción es probar suerte a través del barro... ¿Continuará el pasadizo más allá del barro? - preguntó a los demás, mirando de reojo a la hurona antropomorfa.

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11/09/2012, 22:09
Marlene Lemoine

Ante las palabras de la hrull, Marlene se agacha al cadáver mientras toma la espada del cadáver, con sus dedos todavía entumecidos Una espada mágica...mmmm Con cuidado la coloca encima de la mesa del concillio. Abre nuevamente sus utensillos, un pequeño martillo con una estaca de metal, y comienza a realizar pequeños golpecitos a la misma.

Mientras tanto escuchaba la "conversación" entre Saul y la Hurona. Con el monóculo colocado en su ojo derecho, dice mientras seguía investigando la espada...Podemos pasar sin más por aquel portal, pero tengo mis dudas si los mundanos o lo que no portan corona pueden atravesarlo. Una vez termine con esto, se me ocurre algo, ya que si alguien quedara en medio, soy la única que podría hacer algo... y unos ruiditos metálicos aparecen una vez que golpea suavemente la hoja del arma...

Ahora es poco práctico dice en respuesta a Cicos por el tema de los muertos Pero has lo que quieras, me parece correcto tratar con respeto el cadaver de los muertos...supongo que Denis te podría dar una mano en eso. Creo que se merecen por lo menos eso...la maga parecía haber reparado en algo, y sus palabras contrastaban con la frialdad en sus acciones.

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11/09/2012, 22:21
Marlene Lemoine
Sólo para el director

Notas de juego

Marlene tomará el arma del muerto.
Con sus métodos, investigará algunas propiedades inherentes del arma. Inscripciones, calidad del metal, manufactura. Por el tiempo, solo tendrá para saber las propiedades básicas, pero tu diras.
Me he adelantado al post, pero si ve algo que no le gusta, frenará. tampoco es tan inconciente, a pesar de su fijación con los objetos.

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14/09/2012, 22:26
Director

Mientras Marlene examinaba la espada y hablaba con Cicos sobre las necesidades del grupo, Denis arrancó algunos de los viejos tapices que colgaban del techo. Con la ayuda de Oren, cubrió a David tras moverlo a un lado de la sala del Consejo. Cuando fue a hacer lo mismo con Sir Frithnand, Saul indicó cuál sería el más apropiado.

Denis agarró un tapiz que representaba la batalla entre un guerrero y un dragón, y con la tela cubrieron el cadáver del caballero, cuyo destino acabó en aquella Alianza abandonada de la mano de Dios. Denis rezó por los caídos, presentes y ausentes, y sus palabras resonaron en las viejas paredes de Calebais.

Mientras, la hurona se había acercado a los magos. Marlene seguía mirando el arma de David; Cicos esperaba que los ritos acabasen; Dolfus, extrañamente en silencio, observaba a sus compañeros. Cicos ex Tremere preguntó a la animal inteligente qué había al otro lado del portal, pero simplemente se encogió de hombros.

¿Asesino? —se preguntó en voz alta, señalando la improvisada tumba de tela de David.

La hechicera pelirroja acabó de inspeccionar el arma, con el grupo aún sin decidir su próximo destino.

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14/09/2012, 22:32
Director

Notas de juego

El arma es de textura exquisita, con una aleación de acero algo extraña y su filo aún hoy es tremendamente afilado. Puedes sentir magia en ella, pero sin tu laboratorio y algo de tiempo, no puedes saber más de sus hechizos. Lo que sí sientes es cómo cierta aure de valor te rodea al empuñarla.

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14/09/2012, 22:57
Marlene Lemoine

La maga se secó con un colorido trozo de tela, las pequeñas gotitas de sudor que surcaban por su frente.Supongo que a David no le importará que tomemos su espada...dice mirando el cadáver mientras que guarda sus elementos. Es de una exquisita aleación de acero, con un filo casi perfecto. La empuñadura, la manera de creación lo hace un elemento sofisticado, y peligroso para el que se encuentre con su filo...Ahora, necesito mi laboratorio para continuar con los estudios, pero tiene algún componente mágico imbuido en ella, y destila valor al que la cargue. De pronto, mira a Denis...Crees que con tus heridas le podrías hacer un buen uso??

Ahora...plantearé mi idea con respecto al portal...dice colocándose entre sus compañeros y el muro donde todavía la roca parecía ondulante. Yo podría atravesar tranquilamente, pero necesito saber si ustedes también pueden hacerlo. Para eso, necesitaré que alguien atraviese sin más el muro...y mira la cara de sorpresa del resto Tranquilos...tiene una composición de Muto interesante que cumple esa función. Ataremos al candidato de la cintura con la soga de Oren, y una vez, que sepa que ha atravesado sin ningún problema, lo haremos el resto.

Si llegara a haber algun inconveniente, soy la única que podría hacer algo...y mira al resto esperando su parecer.

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15/09/2012, 14:14
Cicos Tremeris

- Iré yo - dijo Cicos, avanzando hacia el umbral con barro. Quizás era una brabuconada, pensó, especialmente si consideraba las consecuencias de dicha decisión por lo que le estuviera aguardando al otro lado. Pero no tenía la paciencia para esperar que nadie diera un paso adelante...

Poco a poco se fue incluso convenciendo de su decisión, pues Marlene debía quedarse a este lado, por lo que pudiera suceder. Y Dolfus... No ocurría nada con Dolfus, pero tampoco tenía ganas de enfrentarse a alguna broma más de él en estos momentos.

Además, se dijo, un líder tenía que dar ejemplo. Y, en el caso (seguramente confirmado) de que sus compañeros de Mistridge estuvieran en contacto con Canus, su pater, seguro que le informarían a éste de su valor y dedicación a la Orden.

- Dadme esa cuerda, para atármela a la cintura. Cuando esté al otro lado, si todo va bien, daré dos tirones, para avisaros de que podéis pasar el resto. Si no sentís ningún tirón, dejad pasar alrededor de un minuto y tirad de la soga.

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15/09/2012, 23:23
Oren Alston

Oren seguía sumergido en su interior, recordando momentos y vivencias, que no eran pocas, pasadas junto a Burokt. Mientras, ayudaba o ejecutaba acciones en segundo plano, siguiendo vagamente el hilo de las conversaciones que se daban lugar en torno al cadáver recién salido del muro y a cómo atravesar éste. El joven mostraba un semblante desalentado, con movimientos más lacios en comparación a su gracilidad habitual. 

Ahora visualizaba su primer encuentro con el goblin, en aquellas ruinas a las afueras de Cork donde le contó la historia de su madre, de su pasado... sin Burokt había perdido prácticamente toda posibilidad de encontrarla "Orlaith... madre, ¿te encontraré algún día, o puede que el destino no quiera que esto ocurra?..."

El escuchar su nombre de la boca de Marlene le trajo de vuelta a la actualidad y, al ver que Cicos se proponía ir, se interpuso en el camino de éste -Iré yo- dijo en tono decidido -Habré perdido a mi único amigo, pero eso no quita que siga siendo vuestro custos, si pasa algo será mejor que sea a mí, y no a ti- ahora se dirigió a Marlene, -No tengo la soga, se quedó atada en la barandilla de aquel jardín, no tuve tiempo de recuperarla antes de que se derrumbase todo, ¿alguien tiene algo que pueda servir?, sino entraré sin más- Se acercó al muro de barro, esperando a ver si alguien portaba algún trozo de cuerda, o algo similar. 

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16/09/2012, 14:24
Cicos Tremeris

- Insisto, mundano - dijo Cicos marcando bien las sílabas de la última palabra -: iré yo. Si existe algo más allá de este umbral y ataca con magia, un mundano no tendría nada que hacer. - No sé preocupó si Oren le había entendido bien su latín o no, pero se puso a buscar algún objeto largo que, a falta de cuerda, pudiera ser utilizado para pasarlo a través de la puerta de barro y avisar a los demás.

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16/09/2012, 15:03
Dolfus ex Jerbiton

Dolfus ex Jerbiton había seguido el curso de los últimos acontecimientos dejando se llevar, en un segundo plano o ausente dirían algunos. Lo que si era seguro es que tal comportamiento estaba empezando a afectar al mago, antaño valeroso, y ahora reducido a mera comparsa.
El mago era consciente de que tenía que esperar su momento de valor, cualquier acto para mostrarlo sería bien recibido y entonces a sus oídos llego la disputa entre Cicos y Oren por ver quien era el mas idóneo para atravesar el barro en pos de lo desconocido y entonces lo supo.
-Este es mi momento, no puedo dejar que dos valiosos miembros del grupo se expongan mientras me limito a mirar impasible-

Y sin dejar tiempo a la deliberación, sin tomar las medidas de precaución mínimas y sin mirar atrás Dolfus se dirigió corriendo hacia su prueba de valor, sin ni si quiera pensar en sus compañeros, ¿lo verían como un acto egoísta o por el contrario lo aclamarían?.

-Por Calebais, por Mistridge y por el teatro--gritó corriendo hacia la pared de barro, sin saber si estas palabras serían su epitafio.

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16/09/2012, 15:31
Denis de Sade

Denis miro a Marlene Lemoine con incredulidad escuchando sus palabras mientras el brillo de la hoja de la espada se reflejaba en los ojos de nuestro caballero. 

- Las heridas que tengo se curan rápidamente mi señora, soy capaz de cuidar de esta valiosa espada y utilizarla si es preciso... he visto muchas espadas en mis andanzas por Jersusalen... pero esta sin duda tiene algo, algo que hace que sea única... con mucho gusto la guardaré.

Con estas palabras la enfundó en su vieja vaina bajo buen recaudo mientras oía como Oren, Cicos y finalmente Dolfus se disputaban el entrar en el portal. Denis pensó que no era buena idea pero no iba a discutir, ya que, como siempre, cada uno haría lo que creyese oportuno.

 

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18/09/2012, 10:19
Oren Alston

Justo cuando se disponía a transmitir su disconformidad a Cicos, pudo ver como Dolfus cargaba hacia el muro en otro de sus estallidos aparentemente irracionales, llamando la atención de todo el mundo. La repentina acción del mago cambiaba la situación y, sin siquiera preocuparse en qué pudiera decir Cicos, esprintó hacia el muro, siguiendo los pasos de Dolfus. Ya no se trataba únicamente de cumplir con su labor como custos. 

Los niveles superiores de Calebais estaban derruidos, parecía que la única salida era aquel especie de portal, y aún tenía la esperanza de encontrar a su escurridizo amigo al otro lado de ese muro, se lo imaginaba a salvo, esperando a que lo alcanzase. Siempre se las apañaba para encontrar un recoveco, un escondite secreto, un pasadizo, podría ser debido a su naturaleza féerica, quizás tuviera un olfato especial, o viera cosas que los demás no podían ver, pero el caso era que sabía arreglárselas él solito. Quizás Calebais no había acabado con él "Que estés a salvo Burokt..."

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18/09/2012, 19:37
Director

Las palabras cayeron en saco roto, ahogadas en las profundidades de Calebais, cuando Dolfus, inesperadamente, saltó al portal de barro. Ni Cicos el Tremere, ni Oren el custos, abrirían la marcha. El teatral mago había dado el paso, en una escena propia de una tragicomedia.

El portal lo absorbió… casi como si tuviera hambre. El cuerpo de Dolfus ex Jerbiton desapareció más allá del Salón del Consejo, tan distinto al de la lejana, en espacio y tiempo, Mistridge.

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18/09/2012, 19:38
Director

Sin tiempo para reaccionar, Oren siguió al hechicero, introduciéndose tras él con un ágil salto. Devorado, dejó a los aventureros sin palabras. Cicos se dejó llevar, quizás por la ira ante la desobediencia del mundano y del atolondrado mago, quizás por la inercia del momento, y entró en el portal, con tanto orgullo como era posible. Saul y Denis no tardaron en seguirlo tras una rápida mirada a Marlene.

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18/09/2012, 19:39
Director

La pelirroja quedó sola en la sala con la hurona. Ésta la observó fijamente durante un momento, antes de asentir con cierto miedo. Se hundió en el barro del portal, y Marlene, tomando aire, cerró la marcha.

¿Qué habría más allá?

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18/09/2012, 19:39
Director

La sensación era asfixiante. El barro rodeaba, oprimía, se introducía por la boca, las orejas y la nariz, más allá de tela o incluso piel. Ocupaba cada poro, mancillaba piel y carne. Era pegajosa pero dura; asquerosa y agobiante.

Era complicado moverse. Los brazos luchaban contra una fuerza formidable, y las piernas apenas podían dar un paso en aquel mar de fango. No existía el aire en aquel lugar, ni podría haber vida allí.

Entonces, antes de que todo empezara, terminó.

Los aventureros se encontraron cayendo a cuatro patas al otro lado del portal, tosiendo barro y agua. Curiosamente, ellos mismos estaban medio hundidos en una fría y oscura agua. En el fondo de aquello, podían tocar algo. Parecía carne blanda, y también hueso duro. Alguno incluso creyó distinguir el contorno de una mano o un pie… humanos.

Levantándose, aún aturdidos, se dieron cuenta de que el agua les llegaba algo más allá de las cinturas. No podía verse nada, pues una oscuridad completa los rodeaba.

Bueno, ¿a qué esperáis? —se oyó de repente una voz en la negrura, frente a ellos. Firme y segura, casi burlona, continuó—: ¿No sabéis cómo saquear el mayor tesoro de la Alianza?

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18/09/2012, 21:50
Cicos Tremeris

Cicos se había restregado rápidamente las manos en su túnica, tras ponerse de pie, asqueado por aquello bajo el agua que se asemejaba a algún cuerpo humano (o, aún peor, trozo humano)...

Sorprendido por la voz, Cicos no tuvo tiempo de reconocer a su portador antes de realizar un sencillo hechizo que pudiera permitirle ver en la oscuridad.

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18/09/2012, 22:06
Director

La luz que Cicos convocó iluminó la caverna. Se hallaban en una estancia no demasiado larga, pero muy alta, con cierta forma circular. Todo el lugar estaba inundado, al parecer por filtraciones que procedían de las paredes de la cueva. En el centro del lugar, tres espectros bastante sólidos observaban a los recién llegados.

A la izquierda, una mujer que en su juventud debió de ser muy bella, pero que ahora mostraba su edad a través de arrugas en su rostro y canas en su melena negra, se erguía con orgullo. Sin embargo, su mirada delataba cansancio.

A la derecha, un hombre bajo y muy corpulento, sostenido en un bastón roto, masticaba algo. Su pelo era escaso, desordenado, pelirrojo. Sonreía levemente, mirando desde abajo a los aventureros. Observándolo mejor, podía observarse que le faltaba la mano izquierda.

Entre ambos, había una tercera figura. Alto y delgado, el fantasma mostraba una piel que en vida debió de ser morena. Su cabello era blanco y corto, como su barba. De todos, era su rostro el que mostraba mayor enojo, mal disimulado.

Fue él quién habló:

Yo soy el más viejo, Uderzo —dijo con voz templada al espíritu achaparrado—. Yo soy el líder que debe hablar con estos ladrones...

Sus palabras casi dirigieron la atención de todos más allá de ellos. Allí, brillando entre las sombras del fondo de la caverna, una campana de casi dos metros de altura, broncínea, esperaba.