Partida Rol por web

Mientras Clevor se encarga de restablecer a Sadrik que a punto de morir estuvo, el gnomo curioseó llamándole la atención el símbolo de la parte norte. Con curiosidad típica de su raza y basándose en sus conocimientos arcanos Kellom estudió el símbolo. Tras unos instantes piensa que le suena. Se estruja los sesos pensando donde había visto ese símbolo antes.

Mientras el maltrecho Sadrik analiza el elevador arcano del sur-este de la sala, el pequeño brujo feerico centra su atención en el símbolo que hay inscrito en el suelo en la parte norte. Kellom siente una poderosa fuerza sobrenatural que emana del círculo y enseguida reconoce los glifos y runas que hay dibujados. Están sintonizados con los 9 infiernos y sirven para canalizar la magia arcana.

El enano se refugio en sus ropas de abrigo mientras miraba el techo.

Quizas arriba halla algo mas de calor que en estas salas... el tema de descansar aqui no es viable con este frio. Aventurarnos arriba posiblemente seria tener algun encuentro no deseado, pero aqui abajo como no hagais algo con el frio de las llamas azules no creo que se pueda. Podeis mirar esas llamas y si hay alguna forma de revertir o anular este frio?

Prefiero combatir con el frío que con quiensabequecosa de ahí arriba expresó el humano en total desacuerdo con el enano no al menos es éste deplorable estado

El enano mira al joven, y arquea una ceja

Creo que me he expresado mal, no quiero subir como esta el grupo a combatir, pero este frio no ayuda a descansar.

Sadrik se sorprendió por el descubrimiento de Kellom y fue a colocarse, casi arrastrándose, en el centro del círculo mágico antes de examinar uno de los fuegos azules que se encontraban esparcidos por la estancia.

Tras empezar con el examen, las conexiones con los nueve infiernos mandaron a la mente del mago los gritos de un millar de almas, su cuerpo exangüe no pudo soportar la presión y casi se desmaya.

Kellom no duda en entrar en el círculo. Parece que canaliza la energía arcana. Así pues se concentra y centra su atención en los fuegos azules, conoce su efecto pero no como manejarlos así que trata de comprender el delicado funcionamiento de las llamas azuladas. Intenta conectar con el mismo y deducir su funcionamiento. Cree haber leído algo acerca de esos anillos de fuego arcano en algún sitio. Su mente vuela lejos tratando de recordar.

Las llamas azuladas no son otra cosa que portales al Caos Elemental. Las brechas son suficientemente grandes para que criaturas de tamaño mediano las traspasen.

Sombra miraba las llamas a la espalda de Kellom. - Quizas pueda hacer un pequeño truco que una vez me enseñaron y contener las llamas por un rato. ¿Te serviría de algo ganar algún tiempo para preparar un hechizo?

Sadrik estaba demasiado cansado como para ponerse a buscar entre los papeles del antiguo dueño de la torre la manera de cerrar los portales y, casi, de manera automática se colocó de nuevo en el centro del círculo arcano y se dispuso a cerrarlos todos valiéndose de sus mermados poderes. Sabía que era tarea imposible cerrar los cuatro pero al menos conseguiría subir la temperatura unos grados.

El mago se concentró y de repente todos los portales dejaron de emitir su brillo. Uno de los que estaban en el cento de la habitación se tornó completamente negro, aparentemente cerrado para siempre.

El frío de la sala se volvió un poco más soportable y el mago se sintió con fuerzas para investigar con cuidado en la estancia.

Las acciones de Sadrik sirven para cerrar todos los portales de la planta. Aunque solo uno consigue cerrarse definitivamente, al menos los demás permanecerán cerrados durante una o dos horas. Enseguida notáis cómo la temperatura se va regularizando y, aunque todavía hace frío, de estar así el tiempo suficiente y al lado de una hoguera podríais descansar tranquilamente para recuperar todas vuestras fuerzas.

- Maese Kellom, vuestras habilidades arcanas superan a las mías, quizá sería una buena idea que bajásemos a una habitación con un solo portal y que yo le asistiera cuando lo intentase cerrar, de esa forma podríamos descansar...

Decididos a descansar para recuperar vuestras fuerzas, bajáis a la primera planta en busca de una habitación segura. La fría temperatura de la torre os hiela hasta los huesos y no sabéis hasta qué punto podréis continuar así antes de coger una pulmonía...

- Vayamos entonces a cerrar esos portales para que podamos descansar - responde el gnomo con júbilo - a ver si podemos recuperar fuerzas, no demoremos.