Partida Rol por web

El codazo de Rurik lo sacó de sus ensoñaciones. Lo miró como si lo no conociera, pero le sonrió al reconocer ese rostro tan querido.

Hemos pasado por tanto... - Pensó mientras sonreía. 

Volvió a centrar su atención en el lenguaje corporal del prisionero y de Serten.

El prisionero, visiblemente maltratado mira de soslayo hacia Serten y después esboza una sonrisa.

Su boca aún está ensangrentada y le faltan algunas piezas dentales, probablemente fruto de la tortura.

Je - exclama - ¿Y por qué iba a deciros nada... "enanos"? - esa última palabra la remarcó como si quisiera faltaros al respeto.

La reticencia de Dennek a contestar enojó a Orsik.

—¡Porque no tienes otra opción!..— le grito al prisionero. 

Por un instante Orsik quiso entrar a la jaula y aplicarle a Dennek un buen correctivo que le hiciera sangrar, pero intentó moderar su actitud dándole una segunda oportunidad.

—Sabes.., tienes suerte de seguir con vida, En otras circunstancias te habrían abierto la espalda y los cuervos estarían alimentándose de ti mientras te pudres. Así que, se listo y juega bien tus cartas..—

-¡Es un fenómeno!--susurró el arcanista al monje--Por un momento, me lo he creído hasta yo. ¡Qué artista!

Dennek parecía contrariado en sus pensamientos y todo apuntaba a que sólo sacaríais algo de información con cuentagotas.

El Rey Sabueso tiene una concubina gnoll que le aconseja. Ésta vigila su guarida cuando el Rey Sabueso sale a cazar. Incluso si acabáis con el viejo Gnaragg, su concubina podría tener la influencia necesaria para mantener a los gnolls unidos durante la batalla. Deberéis acabar también con ella.

El prisionero había obviado deliberadamente las preguntas sobre su persona.

"Por el Rey enano", se dice Groac'h, "una concubina dirigiendo un ejército..."

—¡Malditos bárbaros!

Cuando el prisionero reveló la nueva información, Soren trató de imaginar a la concubina gnoll. Sin embargo, no tardó mucho en desistir de hacerlo, pues no era precísamente una imagen agradable.

-Parece que se nos multiplica el trabajo. Espero que también lo haga nuestra recompensa...-dijo el pícaro con cierta sorna, aunque procurando que Serten le oyese.

Serten lanza una tajante mirada a Soren.

Desde que habíais aceptado uniros a Grit Huesos de Piedra, habíais jurado lealtad a los enanos de las Lortmils y por ende a la Hueste Justa. Pensar en una recompensa personal en este conflicto estaba en las antípodas del ideario del sacerdote de San Cuthbert.

Aún así, no dijo nada. No quería exponer flaquezas o fracturas entre las filas del Príncipe Thrommel delante de un prisionero.

Dennek volvió a sonreír ante la afirmación de Soren. Un hilillo de saliva ensangrentada cayó lentamente desde su boca al suelo de la carreta donde se encontraba retenido.

Bien - dijo sorbiendo los restos de saliva -. Os diré como llegar allí: Hay un par de árboles muertos y un conjunto de arbustos espinosos alrededor del lado noreste de la colina del Rey Sabueso, detrás del cual encontraréis un túnel estrecho. Está desprotegido y conduce a la guarida de Gnaragg.

-¡Chacho!--reprende Rurik a Soren--¡Que van a pensar que estamos aquí por las perras!

Cuando el cautivo comenzó a cantar, el mago enano fue tomando nota mental de todo cuanto decía.

—¡Miserable microbio apestoso! —espeta Groac'h—. Si ya es difícil creer que una concubina pueda ejercer semejante dominio sobre esa chusma hueleculos, ¡ahora nos sueltas que hay un caminito secreto que lleva hasta la guarida del jefe! —el enano que ya no iba muy dispuesto a confiar en un prisionero torturado, ahora confirma su escepticismo inicial—. ¿Y ahora qué nos vas a contar? ¿¿Que tiene en el astillero una espada vorpalina allí tirada para quien le quiera cortar el pescuezo?? Liquidadlo, por piedad, liquidad a esta infame escoria —sentencia algo nervioso y desenvaina su hacha de batalla para ayudar en la faena.

Groac'h no lleva bien los interrogatorios.

Soren intentó aguantar la risa ante el pequeño barullo que se montó en un momento. En otras circunstancias habría disfrutado del espectáculo, pero la mirada de Serten le había dejado bastante claro que no estaba el horno para bollos.

-No vale la pena, hermano-dijo acercándose a Groac'h para intentar tranquilizarlo-. Ya tiene bastante con lo que tiene. Quizá sus palabras sean un embuste, o no. Sea como fuere, lo comprobaremos.

Se rascó la mugrosa barba unos segundos.

-Por mi parte podemos marcharnos ya de aquí.

Orsik se muestra satisfecho con la información que nos proporciona Dennek, lo que le lleva por un momento a sentirse orgulloso por no haber perdido su "toque" para tratar con prisioneros de guerra.

—Espero, por tu salud, que hayas jugado bien tus opciones..— le digo a Dennek —Si nos has mentido, dejaré que él..— giro la cabeza para señalar a Groac'h con la mirada —..se encargue de ti personalmente— A continuación vuelvo con mis compañeros.

—¡Muchachos! Vamos a patear culos de gnolls—

-¡Siuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuu!--exclama Rurik a todo pulmón, sobresaltando a casi todos los presentes.

Tras el interrogatorio, Serten os pide que os pongáis en marcha lo antes posible.

Según las averiguaciones que ha hecho la Hueste Justa además de vuestro interrogatorio, la guarida del llamado Rey Sabueso debe encontrarse a unas dos horas de camino.

Siendo disciplinados, decidís abandonar inmediatamente el campamento base para adentraros en las llanuras, en busca del Rey Sabueso y su ralea.

Rastreando a los gnolls, todos atentos a los posibles enemigos o peligros que os puedan acechar, de repente observáis como Rurik da un paso en falso y su pierna se hunde en un gran foso oculto.

Todos quedáis sorprendidos por la trampa y el arcano se debate entre mantener el equilibrio o caer varios pies al fondo.

-¡Coñe!--ahuya el abjurador enano cuando a punto está de caer al fondo del foso. Por suerte, Rurik logra agarrarse del brazo de Soren en el último momento.

-¡Pero qué demonios!-exclamó Soren cuando el mago se agarró a su brazo para evitar la caída.

Tiró del canoso enano para arrastrarlo a suelo firme, y luego se aproximó cuidadosamente con la intención de ver más de cerca el foso por el que casi se precipita.

-Buenos reflejos para un viejo ratón de biblioteca. Te has librado de una buena, jejeje-le dijo a su compañero-. Tendremos que andar con los ojos bien abiertos, pues podría haber más de estas en nuestro camino. Si os parece bien, yo encabezaré la marcha unos pasos por delante inspeccionando el terreno.