—No me gusta esto. Tened cuidado con posibles trampas —dice, recalcando más bien lo obvio—.
Yo el último.
—Escuchad, a ver que os parece esto,..— digo dirigiéndome a mis compañeros, esperando que estén cerca —..cuando estaba infiltrándome con mi pelotón, siempre manteníamos la vista en el compañero de delante y en el de detrás cada 15 segundos. En este caso, como no nos vemos podríamos decir una palabra y que la repita el que le sigue. Si alguien tarda más de 15 segundos en oír la réplica paramos.—
—Yo iré detrás de Soren. La palabra es YUNQUE, y la iré repitiendo cada 15 segundos, si hay algún problema, la palabra clave será ROJO—
Sigo a Soren en cuanto se introduce en la cueva.
Voy en segundo lugar, detrás de Soren.
Este túnel apesta a muerte, con un olor cada vez más intenso hacia el oeste.
Tirada oculta
Motivo: El retorno del Rey Sabueso
Tirada: 1d6
Resultado: 6 [6]
Inspiración para Orsik (si no la tenía ya).
* No os fijéis mucho en los números que vayan saliendo en el mapa porque además están mal.
Soren había olido cosas peores, pero eso no hacía que el hedor fuera menos molesto. Parecía venir del oeste, y por la estructura de los corredores daba la impresión de que era inevitable que acabasen allí. En cualquier caso, ahora había que decidir si enfilar por el túnel de la derecha o el de la izquierda, y el ladrón eligió finalmente ir por el de la izquierda.
Voy por el de abajo.
Ese desagradable olor no le era del todo desconocido para Orsik. Por un momento aparecieron recuerdos no muy agradables de sus periplos por los arrasados campos de batalla. Ese olor rancio y penetrante era el que siempre acompañaba a la muerte. Esto hizo que estuviese más alerta, pues intuía que su objetivo estaba cerca.
Seguíamos avanzando con paso firme, todos juntos. En el primer cruce Soren decide ir por el túnel de la izquierda. Le sigo.
¡Inspiración apuntada!
-¡Puaj! ¡Qué peste!--se escuchó a Rurik quejarse para luego bromear--¿Qué mierda has comido hoy, Orsik? ¡Estás podrido, hermano!
—Oh, qué maravillosos aromas nos haces conocer, Soren —comenta irónico Groac'h.
Apuntada. Me too.
Para aclararme, vais por "nuestra izquierda"?
Yo he entendido que para abajo según vemos nosotros el mapa, por la izquierda de Soren.
Cita:
Exacto. En on-rol puse el de la izquierda porque narraba desde el punto de vista del personaje. En Notas puse el de abajo para aclarar.
-¡Puaj! ¡Qué peste!-¿Qué mierda has comido hoy, Orsik? ¡Estás podrido, hermano!
Orsik lanzó una carcajada al oír las palabras de Rurik
—¡JO, JO, JO! Tranquilo Rurik, cuando aparezca uno de los míos lo podrás ver venir de lejos—
Los enanos somos una raza curiosa. Pensó y sonrió levemente. Era evidente que se adentraban en las entrañas de un gran mal y seguía habiendo camaradería y chanzas amistosas. A pesar de que el bello de su nuca se había erizado antes de entrar en las cuevas y una sensación de desasosiego le atenazaba las entrañas, no podía estar en mejor compañía para la empresa que les habían encomendado. Gulgram sonrió e intentó despejar su mente, la batalla estaba cerca y no podían perder.
Con cierta sorna y sin ningún impedimento a la vista, continuáis avanzando hacia el sur por el estrecho túnel, siguiendo los pasos de Soren.
Finalmente el saqueador alcanza una caverna más amplia donde de nuevo tendréis que elegir vuestra ruta. El camino hacia el noroeste parece desprender de nuevo ese horrible hedor que inunda vuestras fosas nasales. Hacia el sur, sin embargo, no parece haber nada.
A Soren no le incomodaba adentrarse por cuevas o cavernas. Para los de su raza era algo natural, aunque fueras un enano acostumbrado a la vida urbana, como él. Lo que le inquietaba era ese hedor, y esa tensa tranquilidad que parecía a punto de romperse en cualquier momento.
Decidió seguir orientándose hacia el sur. Quizá, dejando atrás esa peste, de momento, se le aclarasen las ideas.
Sigo hacia el sur.
- ¿Por qué nos alejamos del inconfundible hedor del mal? - Dijo en apenas un susurro. Se paró una fracción de segundo para mirar hacia el hediendo túnel. Pero no dijo más y contuvo el ansia guerrera que su raza poseía en la sangre, al fin y al cabo Soren era demasiado bueno esquivando trampas y emboscadas.
-Precísamente por eso, hermano-contestó Soren-. Ese olor no debe venir de nada bueno, y seguramente no tengamos más remedio que llegar hasta su origen, pero antes me gustaría ver dónde va este otro corredor.
-¡Pijo!--masculló Rurik--¿Quién demonios me ha tocado el culo? ¡Qué bonito aprovecharse ahora que no puedo veros, claro! Pues sí que te veré...
El mago enano también hubiese preferido seguir el infecto aroma, pues es un cubil gnoll seguro que el repugnante hedor te llevaba al jefe. Sin embargo, prefirió guardarse para sí tal reflexión. El tiempo le había enseñado a confiar ciegamente en la siempre acertada intuición de Soren.
Con los ojos en blanco, Gulgram suspiró cuando Rurik mencionó la palabra culo.
—Je je je —reía entre dientes Groac'h. No era recomendable hablar sobre ciertos olores entre un fornido y varonil grupo de enanos.
Una nueva encrucijada se abría poco más al sur.
Con cada paso, el hedor se iba diluyendo en la lejanía. Tanto hacia vuestro frente como al oeste, no parecía percibirse nada.