Partida Rol por web

Han pasado casi tres meses desde la última gran operación en la que tomó parte el 2º Regimiento. Habéis pasado ese tiempo recuperándoos de la batalla de Pravia, entrenando y tomándoos un merecido descanso. El Comdanante Rico ha sobevivido a sus heridas pero fue evacuado a una de las naves que se llevaron a todos los que eran incapaces de combatir de vuelta al planeta capital de la Federación.

Sois de los pocos supervivientes del 1º Batallón, por lo que al ser imposible formar de nuevo una unidad similar con los efectivos que quedan, estos han sido repartidos entre otras unidades menos dañadas. Ahora sois parte del 2º Pelotón, dirigido por Bryant, de la 2º Compañía del 5º Batallón del 2º Regimiento, cada subdivisión formada por los restos de otras unidades, de modo que durante un tiempo todo han sido caras nuevas, salvo las de vuestro grupo. El enérgico Coronel Quartich sigue al mando, pero no está llevando muy bien el perídodo de inactividad por el que pasa su Regimiento.

Los otros dos Regimientos de la 3ª División son los que han llevado el peso de la acción en los últimos meses, aunque no se ha producido ningún otro enfrentamiento a gran escala. Las fuerzas federales han ido desperdigándose más y más por el planeta, enfrentándose a grupos dispersos de legionarios y rechazando ataques a pequeña escala, con no más objetivo que el de hacer saber que el Imperio sigue dispuesto a dar guerra, pero que no suponen una gran amenaza.

En estos momentos, vuestro pelotón está de patrulla por el perímetro exterior de la Base de Operaciones, en una tarea rutinaria de vigilancia, a varios centenares de metros de dónde empiezan las verdaderas defensas y muros de la base. Lleváis semanas sin ver nada de acción, algunos lo agradecen y otros no, y esta vez tampoco parece que la cosa vaya a cambiar.

llevaban bastante tiempo de descanso, se estaba empezando a impacientar y estar de patrulla lejos del frente no le estaba gustando mucho, "Teniente, esto se esta alargando, me estoy empezando a cansar, ¿cuando vamos a empezar a volar cabezas de nuevo?, apuesto a que mas de uno me apoya" después de una pausa, "Se que soy demasiado pesado, pero no se como decirlo..." me callo un momento, y vuelvo con energia, "¿Me dejas probar ese juguete nuevo?" señalo al lazacohetes.

Ensimismado en sus libros de medicina, practicando en el campo de tiro, escuchando los planes del alto mando para una nueva ofensiva de futuro y cumpliendo con sus rondas de guardia asignados junto a sus hombres, los meses pasaron con relativa tranquilidad. No era una situación que viese con malos ojos pero entendía que algunos de sus hombres ya estarían ansiosos por demostrar su valía.

Bryant siempre sonreía cuando el soldado Augusto le solicitaba permiso para probar su lanzacohetes, era lo que siempre había deseado y se lo merecía. No obstante, las órdenes del coronel Quarich eran muy estrictas, nada de disparar durante las guardias si no era a un enemigo confirmado, previasolicitud por radio de intervenir. Lamentándolo mucho, por enésima vez volvió a hablarle.

- Legión, ya sabes que no lo hago por joder. Yo no tengo problema con dejarte el "juguete" que me han asignado pero tenemos prohibido usarlo durante las guardias y reconocimientos. Si quieres, al regresar a la base, vamos al campo de tiro y reventamos estructuras. ¿Te apetece?

Ese día las cosas estaban demasiado tranquilas y algo le inquietaba al teniente por lo que levantando el brazo mando guardar silencio a todo el pelotón.

- Johanssen, llévate a Rudin y cuatro hombres más a tu elección. Subid a la ladera oeste y otead desde la cima. No se oye ningún sonido emitido por animales y eso me inquieta, quiero saber qué se ve del otro lado. Podrían estar tratando los legionarios de avanzar posiciones y darnos un susto. Pese a no ser cabo por decisión de los altos mandos, Johanssen era mi brazo derecho desde lo de Pravia. Aunque me esforcé por recomendarle multitud de veces, algo pesaba en el pasado del soldado que hacía que denegasen mis recomendaciones. Si fue oficial y lo degradaron, si ahora se había desempeñado excelentemente, ¿No deberían nuevamente ascenderle? Definitivamente había alguien de los superiores que senos tenía jurada, cosa que me parecía injusta pero que en mi rango actual no podía tratar de influir en su favor. Pero nada me impedía tratarlo como cabo en las maniobras, con mis hombres tenía plena libertad de acción. El resto conmigo, avanzaremos a paso ligero hasta el punto B como teníamos previsto. ¡En marcha!

Rudin había pasado los  dos meses de descanso entero leyendo y practicando tiro, consiguiendo así su ametralladora ligera la cual modifico a su gusto. A pesar de la tranquilidad no se sentía seguro ni útil mientras no estuviera en combate, sin embargo decidió relajarse y seguir caminando junto a los demás Marines en una típica patrulla de rutina.

Dio un trago a su botella de agua y se dedico a escuchar con atención lo que decía el Teniente Obsidiano, lanzo la botella a un lado y asintió con la cabeza. Algo no parecía ir bien, el único sonido presente era el de ellos mismos y de la base. Le dio una palmada a Johanssen en la espalda levemente en el momento que el Teniente termino de hablar y dijo: —Entendido, nos vemos en la base en un rato. Cuídense…

Sin más nada que decir se dedico a seguir a Johanssen y sus marines colina arriba y fue entonces que recordó el primer día que llegaron a Nuevo Crisol. Vio a Johanssen y soltó una corta risa entre dientes sin embargo prefirió no decir nada y seguir caminando.

La patrulla transcurre con normalidad, los bosques y llanuras de Nuevo Crisol siguen tan tranquilos como lo han estado en las últimas semanas. El pelotón se divide entre los hombres que siguen a Bryant y el pequeño grupo que se dirige a la ladera bajo el mando de Johanssen, entre ellos el soldado Rudin. Los dos grupos siguen con el recorrido preestablecido, hasta que se reunen de nuevo en el punto asignado, sin que nada anormal haya sido detectado. Todo parece indicar que esta será una más en la cuenta de las patrullas aburridas, ya que es hora de volver a la base y es aún menos probable que suceda algo en ese camino. De modo que hacía allí se mueve el pelotón, con muchos de sus miembros decepcionados de nuevo.

Casi llegando a la base, cuando ya se ven los muros y defensas exteriores, se oye charla de otras patrullas informando por la frecuencia de radio - Aquí el tercer pelotón, sin novedad. Aquí el primer pelotón, sin novedad - la misma frase se va repitiendo, variando únicamente el número de la unidad, casi nadie les presta ya atención así que todos siguen a lo suyo, avanzando hacia la base, cuando de repente, alguien se pone a gritar por la radio - ¡Aquí el quinto pelotón! ¡Contacto con el enemigo, muchas bajas, el Teniente Holt está muerto! ¡Hemos encontrado una fuerza de legionarios al subir una cresta pero nos han descubierto y nos persiguen! ¡Van a atacar la Base de Operaciones por todos los flancos! ¡Y son MILES, joder!

Las alarmas saltan por todos lados, aunque al haber pillado de imprevisto a los marines muchos están desorientados en los primeros momentos, hasta que Bryant ordena a los suyos correr hacia la base todo lo deprisa que puedan, mientras por todas partes empiezan a sonar sirenas que llaman a todo el personal a los puestos de combate.

oigo las alarmas, "¿que nos atacan?, genial, vamos, que van a matar a todo el mundo y nosotros estamos aqui" digo esto, mientras salgo corriendo hacia el sonido de la alarma, con mi rifle en mano.

Cuando cada uno de los mormones fue informando sensual estado, todo parecía indicar que sus apreciaciones solo habían sido infundadas y que no hubiera sido necesario enviar a Johanssen y su grupo a explorar la colina. No obstante, el pelotón cinco dio la voz de alarma al haber establecido contacto con el enemigo, debían acudir en su ayuda de inmediato.

- Johanssen, Rudin, necesito que informéis de lo que veis exactamente desde vuestra posición en alto. ¿Es cierto que el contingente enemigo es tan numeroso y que tratan de flanquear por todas partes nuestra base? Sea como sea, ya estáis corriendo como locos hacia nuestra posición. ¡Vamos a establecer contacto en breves con el enemigo!

Todo el grupo corría hacia la base al igual que el resto de pelotones, era fundamental establecer un punto fuerte para hacerles frente. Con suerte no habrían advertido su posición y podrían tratar de pillarles desprevenidos. Era una posibilidad, remota, pero no por ello imposible. Sin embargo, todo parecía indicar que ya sabían de su emplazamiento, Bryant supo deminmediato que de emboscada nada... 

- ¡Todos a sus puestos! ¡Prepárense para abrir fuego!

Johanssen se encontraba con el grupo cuando el Capitán dio la orden de que tomase un pequeño equipo y subiesen a otear la zona. Asintió y se apresuró a subir, no se encontraba en un tono muy hablador desde que denegaron su ascenso, esos hijos de puta en los altos escalafones estaban lanzando mierda sobre ellos, seguro que era eso. De repente, Bryant volvió a mandarles un mensaje: Estaban jodidos.

- Señor, vamos en movimiento ¡Unidad, a toda ostia! Con suerte llegaremos al rescate joder. Es un día precioso para hacer una pequeña fiesta sorpresa, ¿Verdad?

Miro a Johanssen  y al resto de los marines intrigado mientras escuchaba las llamadas de auxilio y las alarmas inundar los canales de radio. No dijo ni una sola palabra. La sonrisa que tenía en su rostro hace tan solo unos minutos se convirtió en una fría y sin expresiones.

Rudin se echo a correr hasta donde se encontraba el otro equipo. De veras que no había tenido una situación tan frustrante frente suyo, todas sus misiones habían sido en el campo de batalla nunca en su patio de juegos por así decirlo. Con su ametralladora ligera en la mano y con el seguro fuera algo era seguro estaba listo para volver a la acción.

El pelotón de Bryant corre hacia la base con todas sus fuerzas, al igual que los otros pelotones de patrulla. A lo lejos, pero preocupantemente cerca, se escuchan los primeros disparos y gritos. Alguna de las otras unidades ha sido alcanzada y obligada a presentar batalla, siendo condenada a una muerte segura, pero dando un valioso tiempo al resto para alcanzar la seguridad de las defensas.

Finalmente los marines consiguen llegar a las barricadas y el muro exterior, tomando posiciones ventajosas en la altura que este les proporciona. Desde allí tienen una excelente visión de todo el terreno que rodea la base, despejado en un centenar de metros a la redonda para evitar cualquier tipo de cobertura a un posible atacante. Los disparos se acallan, pero un nuevo sonido los sustituye. Al principio nadie sabe lo que es, pero conforme se va acercando y haciéndose más fuerte, todos se dan cuenta de qué se trata: un único grito, pronunciado por miles de gargantas aullantes, tantas que incluso tapan el sonido que hacen las miles de botas cargando contra la base. Descubiertos, los imperiales han abandonado ya todo sigilo, y corren directos hacia los marines para arrollarlos antes de que puedan parapetarse correctamente.

La voz del General Castellanos suena por todo sistema de audio que existe en la base: altavoces, comunicadores, incluso en los cascos de cada soldado - ¡Marines! ¡Es una invasión a gran escala, nos están atacando incluso en la órbita. Hay que defender la base a cualquier precio! Si la perdemos, no podremos continuar con la campaña! ¡Así que demostradme de qué estáis hechos, y aguantad como sea hasta que lleguen los refuerzos! ¡Marines, por la Federación!

- ¡Por la Federacióooon! - corean los marines, entusiastas. Demasiado pocos como para siquiera tapar el constante grito de los legionarios a la carrera. Finalmente estos salen de las lindes de la espesura, sin dejar de correr ni aullar como locos. Primero docenas, luego centenares, y pronto toda la extensión entre la base y el bosque está cubierta de armaduras negras y de los fogonazos de las armas de uno y otro bando cuando marines y legionarios abren fuego. Las tropas federales cuentan con la ventaja del terreno y las defensas, además de que los imperiales están tan agrupados que es casi imposible fallar los disparos. Pero los legionarios los superan en número ampliamente, y no se detendrán hasta que todos, de un lado o de otro, estén muertos.

La batalla definitiva por el control de Nuevo Crisol acaba de comenzar.

una vez dentro de las lineas, cojo mi rifle y me pongo en posición, y disparo como loco sobre el enemigo, sin pensarlo 2 veces, corro hacia donde esta le enemigo, la magnitud de la batalla es tal que mi contador cuenta todas la bajas que observa, "joder, hay tantos que no puedo tener la certeca de cuanto me cargo", grito por el comunicador.

El teniente Bryant se quedó helado al ver la contundente ofensiva enemiga acercándose con ímpetu. Estaba claro que se lo estaban jugando todo a una moneda, si los expulsaban lograrían que tuviesen que retirarse del planeta y volvería a ser arduo y laborioso, en un futuro, tener que recuperar las tierras que tantas vidas habían dejado por el camino, entre ellas la del cabo McKiller. Por otro lado, si lograban contenerlos hasta la llegada de los refuerzos...sería una victoria definitiva, Nuevo Crisol sería de la Federación finalmente y regresarían a casa con todos los honores.

- ¡Hay que hacer lo necesario por contenerlos muchachos! ¡Vamos a darles guerra hasta la llegada de los refuerzos! Si lo logramos Nuevo Crisol será definitivamente nuestro! ¡¡¡Soldados, fuego!!!

Bryant tomó su lanzacohetes y se dispuso a disparar. Sin embargo, el disparo inicial salió bastante más alto de lomesperado y no impactó ennlasmlineas enemigas. Sensual un chute de adrenalina para apresurarse en hacer otro disparo, empezar con buen pie podía insuflar valor a sus hombres pero al ver el peligro de su arma, fue objetivo de los francotiradores enemigos y justo en el segundo disparo le alcanzaron ligeramente volviendo a salirle el disparo ligeramente desviado.

- ¡Maldita sea! !¿Para que me compro este cacharro si a la hora de la verdad no cumplo con mi cometido? Échale huevos Bryant, joder!

—¡Al carajo no puedo a darle a nadie desde aquí! ¡Supriman a esos bastardos voy a tomarlos con la ligera!— Grita Rudin enérgicamente antes de dirigirse a una posición más cercana pero peligrosa. Tomo su ametralladora ligera del aza de carga y  se dispuso a correr pero parece que esa idea no funciono como él lo esperaba el fuego enemigo era demasiado comparado contra el de los Marines.

Se lanzo al piso y empezó a arrastrarse entre la balacera “¡Mala idea! ¡MALA IDEA RUDIN!” fue lo que pensó en ese momento en el cual se arrastraba a una muerte segura; Sin embargo Rudin siempre había creído en la frase “Una buena muerte es tu merecida recompensa”  Y estaba totalmente seguro que si le tocaba irse al menos lo haría a lo grande.

Iceman se tiró al suelo tras un parapeto a seleccionar objetivos, la cantidad de ellos era abrumadora, pero su misión era seleccionar los más útiles al esfuerzo general. Finalmente un objetivo de calidad apareció en la forma de un joven oficial de infantería que apenas habría tenido unos años de servicio, éste, murió haciendo de escudo a uno de sus oficiales superiores, el objetivo original de Duke. Por suerte para el soldado Johanssen, solo ese joven y un par de novatos más estaban a una distancia de hacer de escudo, por lo que el cuarto disparo destrozó la cabeza del oficial.

- ¡Despejad un flanco, haced una vía despejada por si nuestros oficiales necesitan evacuar tropas! - No sabía ni a quién estaba dando órdenes, no sabía ni siquiera si le escucharían, pero había que hacer algo.

La paz que había reinado hacía apenas una hora se había visto sustituida por una cacofonía de sonidos de muerte tan variados y de tal tamaño que a muchos de los que consiguieran sobrevivir seguramente habría que revisarles el oído. Rifles de asalto, ametralladoras, cañones electromagnéticos, misiles, incluso en las filas delanteras se empleaban lanzallamas con napalm que calcinaban en segundos a todo aquél al que tocara su mortífero chorro, deshaciendo carne y armadura por igual.

Los legionarios caían a docenas, abatidos por el fuego graneado de los defensores, pero la mera cantidad de proyectiles que el imperio podía devolver hacía que los marines empezaran también a acumular bajas a pesar de sus protecciones. Las tropas imperiales estaban ya casi al pie de los muros de la base, los más adelantados batiéndose en una letal danza cuerpo a cuerpo con los federales de primera línea, mientras cuchillos, martillos e incluso simples puños subían y bajaban para golpear una y otra vez al que no fuera de su mismo bando.

Publio y Johanssen seguían con su duelo particular por ver quién acababa eliminando más enemigos, uno con certeros y calculados disparos y el otro simplemente dándole al gatillo y dejando que las leyes de la física (a saber, fuego indiscriminado + enemigo muy concentrado = un montón de bajas que añadir al contador) hicieran lo suyo. Bryant dirigía a sus hombres con valentía, pero los dos proyectiles de su nuevo lanzacohetes que consiguió disparar fueron interceptados o se desviaron demasiado. Rudin se vio envuelto en lo más denso del fuego enemigo y fue obligado a retroceder de nuevo hasta su posición con varias muescas más en su armadura.

La batalla se recrudecía. Si alguno tenía un segundo en el que mirar al cielo, en lo alto podían verse las explosiones que se estaban produciendo en la órbita, mientras ambas flotas peleaban de nuevo por la supremacía espacial. Desde allí era imposible saber quién iba ganando, pero el cielo parecía una auténtica Mascletà de esas que podían leerse en los libros de historia y ver en vídeos. En tierra, a pesar de la férrea defensa por parte de los marines, los legionarios ganaban cada vez más y más terreno, a pesar del elevado precio que pagaban por cada palmo ganado. Pero aún así, estaban a punto de arrollar sus posiciones.

me pongo a disparar como un loco vaciando cargador tras cargador, pero los disparos del enemigo no me deja que apunte correctamene a mis objetivos, "disparar a los demas, por hay fuera hay por lo menos unos 6000 marines, o los que haya, podéis matarle a ellos mientras yo hago los mismo con vosotros", seguramente por los disparos de las armas imperiales no se me oiga, pero igualmente lo grito al campo de batalla.

El teniente sabía que estaban en una mala posición y que los estaban machacando para que no pudiese montar una ofensiva decente. A su lado Publio también estaba recibiendo una lluvia de balas y la situación parecía insostenible. A ese paso, serían arrollados sin posibilidad de maniobra. Viendo que no podía salir de su parapeto si no quería que le volasennla cabeza, simplemente trató de dar fuego de cobertura a sus hombres por si alguno de ellos lograba una posición ventajosa que permitiese al resto responder al fuego enemigo.

- Rudin, Johanssen, Lombardi... Publio y yo estamos imposibilitados de hacerles frente en este momento, tratamos de darles fuego de cobertura...¿Tenéis una posición ventajosa? Necesitamos que nos deis un respiro...

La situación era una locura y a duras penas Bryant podía levantar su ametralladora y lanzar ráfagas perdidas. En esos instantes se sentía bastante inútil...necesitaban frenar su avance de algún modo...

Luego de recibir una lluvia de balas sobre si mismo Rudin por fin había llegado a la distancia que necesitaba. La verdad estaba bastante dolido si no fuera por la armadura lo más posible es que estaría muerto, por suerte mientras se arrastraba por el piso llego a un muro de concreto solido, estiro el bipode de la ligera y lo postro sobre el muro.

“Oh sí… Es hora de alborotar un poco” Pensó Rudin en el momento que jalo el gatillo, la ligera hizo lo mejor que podía. Se llevo consigo un escuadrón completo y la mitad del otro que venía a su posición. Los cabrones habían quedado hechos papilla y Rudin había tomado su cometido, el piso estaba lleno de casquillos y aun le quedaban alrededor de cien balas, se cubrió y respondió al Teniente por su intercomunicador:

—¡Aghh…! ¡Aquí Rudin! ¡Esto está como el culo Teniente! ¡Demasiados! ¡Demasiados Tangos! ¡Acabo de cargarme a casi dos escuadrones enteros mantendré mi posición pero no resistiré demasiado aquí! ¡Jonhssen será mejor que empieces a hacer tu puta magia! ¡Rudin fuera!

Todo se estaba empezando a salir de madre, el caos había engullido al bando de los justos. El Teniente estaba herido, Publio era el único que estaba herido junto a él, así que tocaba decidir rápido. Cuando Rudin dijo sus palabras, se decidió a actuar, tenía que intentar inspirar a otros a seguir luchando en lugar de huir o de lamerse las heridas. Era la hora de darlo todo. De repente empezó a correr hacia el enemigo sin dejar de disparar. En menos de un minuto recibiría un disparo con total certeza, pero no importaba, había que inspirar al resto de tropas asediadas.

- ¡Soldados, mirad a aquellos a vuestro lado, esto es Nuevo Crisol, esto es la Federación! - Comenzó a disparar a enemigos expuestos mientras avanzaba.- ¡Ellos están dispuestos a todo por profanar este suelo de hermandad y progreso! ¡¿A qué estáis dispuestos vosotros?! - Un disparo había pasado demasiado cerca, o quizás había impactado en su costado derecho, no estaba siquiera seguro. Siguió disparando las pocas balas del cargador, un último esfuerzo.- ¡Si aún queda algo de honor y sacrifico por el que llamarnos marines, seguidme!