Partida Rol por web

Las horas pasaron despacio dentro de la cueva y los nervios aumentaban con la espera. Al alba, decidimos ir todos hacia la colina, preparados para materializar los planes que habíamos hecho anteriormente. Antes de partir, recé a mi diosa para que nos guiara en esta empresa y nos diera fuerza y valentía.

Cuando llegamos a un punto desde donde se veía su campamento y la entrada de una cueva, observamos que había un guardia dormido, tumbado en el suelo. Alguien debería de acercarse y encargarse de él, cortándole la garganta. No me gustaba actuar así, fríamente, pero mi diosa lo comprendería. No podíamos ser descubiertos antes de actuar. No sabía quién iría, pero ya era la hora de actuar. Cerrando los ojos un momento, oré en silencio y conjuré una barrera protectora sobre todos nosotros, bendiciendo a cada uno.

Sintiéndose mejor por el hechizo de Madelina, Lydon hizo una señal a sus compañeros para que estuvieran atentos con las armas preparadas, sacó su espada corta y se movió sigilosamente hacía la bestia con la intención de cortarle el cuello.

¿¿¿Ogro pequeño??? ¡¿Les parece que este bicho es pequeño?! - Pensaba Lydon mientras se acercaba al gigantesco ser. - Deberíamos haberlos clasificados como grandes y enormes, o algo así...

El mediano no se sentía muy cómodo ejecutando al ogro, pero bueno, si el monstruo no se hubiera dedicado a comerse gente y cosas por el estilo, no había terminado así.

Tras rebanarle el pescuezo, el mediano limpió la hoja de su espada e hizo una señal a sus compañeros para que avanzaran. Mientras, se acercó a la entrada, buscando trampas en el camino.

-Manos a la obra.

Pensó la muchacha agarrando los frascos de aceite dispuesta a internarse en la cueva. No sabía cuántos enemigos encontraria, ojalá y coincidiera con el número que suponían. Ya al menos habían sacado al orco durmiente de circulación.

Cruzando con el mediano la elfa le dedicó un movimiento de cabeza afirmativo, apreciando el trabajo que había realizado.

Una vez dentro intentaría rocear el líquido en sus trapos o lo que usarán cómo vestimenta, y de no tener, pues por los cuellos y hombros. A ver qué toda esta preparación rindiera frutos y pudieran batirlos mucho mejor.

Al ver que el mediado se desempeña bien como un asesino furtivo el enano le propone a tandas que sea el el encargado de prender fuego a los que permanecen dentro de la cueva, seguro que unas flechas encendidas lanzadas por el experto arquero encontrarán blanco sin ningún problema.

—Yo me encargaré de preparar la cuerda para hacer caer a los ogros cuando huyan del fuego, tu Tandas serás el indicado de atacar con  flechas encendidas.

Con las primeras luces del alba, cuando aun no habrían comenzado los cantos de los pájaros más madrugadores, estando aun el mundo cubierto de sombras. Lydon avanza como una sombra que se desliza sobre otras hasta llegar al ogro dormido, por lo que ha escuchado debe tratarse de un ejemplar joven. Pero de pequeño no tiene nada, medirá más de 3 metros de altura y su peso es muy superior a los 250 kilogramos, toda una mole. Con cuidado se acerca hasta su cabeza y de un certero tajo le corta el cuello, acabando con la vida del ogro que se retuerce y convulsiona con los estertores de la muerte. Apenas ha hecho ningún ruido.

Madelina ha comenzado a orar implorando la protección de su diosa y que esta caiga sobre todo el grupo, esto hace que se quede algo rezagada del resto (La bendición solo afectará a quienes se encuentren a un máximo de 2 hexágonos de la clérigo, y durará aproximadamente un minuto, unos 10 asaltos, siendo este el primero).

Mientras tanto Timel ha susurrado unas palabras en las penumbras y con ellas se ha desvanecido ante vuestros ojos, como si nunca hubiese existido. Se desliza con cuidado hasta el interior de la cueva, en la que no puede ver muy bien, pasada la entrada. Aun así logra identificar un enorme bulto que ronca de forma bastante ruidosa. Es un ogro enorme, mucho mayor que el que se encuentra en el exterior. La entrada a lo que parecía una cueva, ve que en realizadad da paso a lo que debió de ser un gran edificio, que en la actualidad esta en ruinas, pero del que aun quedan algunas partes en pie. Y gracias a un madrugador rayo de sol ve lo que parece una enorme puerta, cerrada, pero que esta segura de que da paso a alguna otra parte subterránea de estas ruinas. Pero no tiene tiempo que perder, ya que el ogro podría despertarse en cualquier momento, y se pone a vaciarle encima los los frascos de aceite, hay pieles, madera y otras cosas que podrían ser pasto de las llamas en la estancia, por lo que esta segura de que se armará un buen incendio. Tras echarle casi todo el aceite por encima, en sus burdos y sucios ropajes, y algo en material inflamable, se dirige hacia el exterior de la cueva.

Magni ha cogido una cuerda y ha buscado un árbol y una roca para sujetarla con firmeza a unos pocos centímetros del suelo (unos 30), con la intención de que si algo quiere salir de la cueva tropiece y con un poco de suerte caiga al suelo. 

Tandas avanza con una antorcha que cubre parcialmente con su capa para evitar una excesiva luz. A unos metros de la entrada de la cueva, clava la antorcha en el suelo y enciende una flecha. Cuando todos están listos, y Timel ya esta saliendo, dispara encendiendo el aceite. El interior se ilumina, y un alarido de dolor hace retumbar hasta las rocas.

1/3

Escucháis un alarido terrible.

-¡AHHHHHHHHHHH!

%&$$ ¡AUUUUUURRGGRT.......-

2/3

Dentro el ogro despierta con un alarido de dolor, se esta quemando vivo, y trata de reaccionar ante la situación.

(Tirada 1. 1D20 si menor que 12 choca contra alguna pared y el terror y extremo dolor le impide salir de la cueva. Si es mayor que 12, logra orientarse y salir en llamas al exterior.)

Escucháis un fuerte golpe, el aterrado ogro ha chocado contra una de las paredes, no siendo de momento capaz de salir al exterior. 

Amaneciendo, vuestro turno.

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Viendo que el plan estaba saliendo bien... ¡Por fin uno que salía! Me quedé algo rezagada para tener una buena perspectiva de todo, mientras los demás actuaban. Al ver que el ogro que se estaba quemando no salí y que los demás estaban más adelantados, avancé hacia adelante para poder estar en medio de la refriega; así los demás seguirían recibiendo la bendición de mi diosa. Escudo y maza en ristre, me preparé para la acometida de cualquier criatura que saliera al exterior.

-"Ánimo compañeros, ya son nuestros." Les animé.

Sonrio ampliamente a Lydon cuando acabo sin problemas y en silencio con el ogro, susurro -sabía que podias pequeñajo- poco a poco iba saliendo el plan, la elfa haciendo gala de sus artes mágicas hizo con impecable resultado su cometido y cuando le tocó el turno a él no vaciló, con su puntería, aunque era bien fácil) colo varias flechas dentro que pronto incendiaron la estancia y por suerte los alaridos de aquel ogro, inundaron el valle, no iba ha ser facil coger al que faltaba por sorpresa, aunque igual si este no sobrevivia y era uno solo...aunque seguiría siendo un enemigo formidable.

Por suerte, estaban todos ilesos y Madelina ayudaba con sus bendiciones, ahora esperaba que la roca a la que Magni hubiese atado la cuerda fuese lo suficientemente recia para hacer caer al ogro que saliese, cuanto mas grandes mas pesado caian, o eso le habían enseñado. Preparo una flecha en su arco, listo para intentar acertar en los ojos al ogro, respiro profundo y se preparo. 

Levantando el pulgar hacía sus compañeros com una sonrisa, Lydon se escabulló detrás de la enorme roca que había en el claro. Asumía que antes o después el ogro aullante saldría por la puerta, y se tropezará o no con la cuerda, el mediano planeaba pegarle un flechazo o dos desde su posición furtiva.

Al oir los rezos de Madelina, Lydon agradeció que a los dioses no les importara bendecir a asesinos y ladrones. Pero después de todo, estaban asesinado a monstruos, y el robaba principalmente a gente malvada, así que, con un poco de orgullo, se dió cuenta de que entre los paladines y los pícaros no había tanta diferencia.

Armado ahora con  hacha y escudo el enano esperaba la salida del, o de los ogros, que se quemaban en el interior. Todos los demás estaban en posición para apoyar mientras el enano masacraba enemigos con su arma. Bueno, eso pensó el joven minero, esperando a que esta vez sus golpes si causen el daño necesario para derrotar a los enormes monstruos que son los ogros.

—Excelente trabajo colegas —dice animando a los suyos—, ahora matemos más monstruos. 

Los alaridos de dolor son constantes, las llamas que salen de la entrada os dejan bien claro que el interior es un infierno, en el que cualquiera de vosotros ya estaría muerto. Pero los ogros son criaturas muy duras, y tras un rato de estar escuchando agónicos gritos de dolor y algún que otro golpe tremendo, un ser de descomunal tamaño envuelto en llamas aparece por la entrada. Tropieza y con gran estruendo cae al suelo, donde continúa ardiendo.

Primeros momentos del amanecer, la mañana es fresca y aparece alguna nube en el cielo.

Vuestro turno.

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El ogro salió al exterior envuelto en llamas, abrasándole el cuerpo y creando una atmósfera letal a su alrededor. Me quedé parapetada tras la gran roca, esperando que mis compañeros acabasen con él con sus armas a distancia. Interpuse el escudo a la altura de mi cara para quitar un poco el calor que desprendía el moribundo ogro, mientras que con la otra mano seguía sujetando con fuerza la maza. En caso de que al monstruo le diera por acercarse, no tendría más remedio que soportar el calor y las llamas e intentar rematarle de un buen golpe. A la vez, seguía orando a mi diosa para darles fuerzas a mis compañeras y que la fortuna nos siguiera sonriendo como hasta este momento.

No había mucho que hacer excepto mantenerse alerta. Timel se había quedado detrás de la gran roca observando y escuchando.

Es que no se atrevía a ni hablar, con un suspiro ahogado aprisionado, expectante de cómo se iba desarrollando todo.

Claro que sí llegaba la oportunidad apoyaría con algún hechizo, y dudaba que una piedra de su honda fuera un daño significativo frente a las imponentes lenguas de fuego que devoraban al ogro.

Lydon decidió que no se podía permitir que el ogro se recuperara y les atacara... era una pena perder una oportunidad tan buena para apuñalar a la bestia, pero visto que si se acercaba podía terminar en llamas, el mediano siguió con su plan original de coser a flechazos al monstruo. Asomándose por el lateral de la roca, disparo dos veces... pero la verdad, que con los nervios, su puntería no había sido tan buena como de costumbre.

La mole ardiente sale de la cueva y Magni al ver que está tumbada envuelta en llamas prefiere no acercarse sino mantener la posición, él debe ser la primera línea y mantener lo más que pueda al enemigo alejado de los tiradores. Tiene oportunidad entonces de poner su hacha en el cinto y tomar una de sus cuatro dagas para hacer un ataque a distancia. No heriría de gravedad a la bestia pero ayudaría a causar más daño del que ya tenía, además quería evitar las llamas de momento.

Viendo que el ogro seguía revolcándose, vivo y con alaridos ,pero sin acabar de morir Timel le dedicó los tres proyectiles mágicos a ver si por fin la colgaba