Partida Rol por web

Con la autorización de parte de Richards el especialista Sanders sube al campanario de la antigua iglesia para montar guardia y vigilar el horizonte nevado. Abajo Sanderson coordina la organización de las trincheras. Especialmente la actual batalla contra el frio.

El francotirador puede ver, desde las alturas, el comienzo del bosque por donde sus compañeros se marcharon y hacia atrás el poblado de Saint Vith con sus colinas nevadas. Desafortunadamente no es posible ver los movimientos hacia el interior del frondoso bosque de coníferas congeladas y muchos menos con el alza del sol y la bruma que se levanta en la copa de los arboles. Todo esto requerirá de su atención para vigilar la frontera del bosque*

Randall, que sin mayores miramientos estaba durmiendo luego de la “sugerencia” de O´Connor fue despertado por el cabo medico para asegurarse que está en buen estado. El buen profesor abre los ojos como faroles y se pone de pie rápidamente.

-¿Terminó la guerra o qué? – Pregunta aun adormecido –Oh… estoy bien doc, todavía tengo mis pies en sus lugares. – responde al mirarse los pies embarrados.

-¿Y ahora? - inquiere, con claras intenciones de volver a dormir.

-Vamos, estate preparado, Vincent. Somos pocos y sólo faltaría que los alemanes decidieran avanzar hacia nosotros.

Revisa la carabina M-1 que tiene junto a él y se la pasa al somnoliento Halloway.

-Los árboles -indica.

El soldado despierta lentamente, solo para darse cuenta que estaba dormido por el cansancio y que el frio no había desaparecido. El enemigo gélido aun continúa allí.

-¿Avanzar? Con este frio deben estar en Berlin bebiendo cerveza y comiendo salchichas jejeje – comenta con total incredulidad por el clima detestable.

-Espero que Lieber y los demás no vuelvan por ahí sin avisar antes. No se ve nada en esa dirección. –agrega al señalar en la dirección que debe vigilar. La misma por donde deberían volver los otros.

Con el área asegurada el grupo poco a poco se reúne alrededor del jeep y allí comienzan a quitar la cobertura del vehículo para trabajar en él.

En el asiento trasero dos cajas de madera albergan un par de decenas de latas de alimentos, junto con las cadenas para las ruedas. Y debajo del asiento del acompañante se esconde de mala forma un maletín de símil cuero. De esos que utilizan los oficiales para llevar papeles importantes.

Fuera del estado deplorable del vehículo, la acumulación de nieve y hielo, el barro congelado dentro y la rueda de auxilio pinchada por un disparo el resto no esta tan mal. Abriendo el capó del jeep su interior no está dañado aunque la batería podría dar algún que otro problema y no hay terreno llano por donde empujar el vehículo para que este logre arrancar.

Ahora es cuando todos los conocimientos en mecánica del automotor son bienvenidos.

El primero en escuchar el sonido traído por la brisa invernal es Mike, quien vigilaba la retagaurdia. Luego el suspicaz sonido llega a oídos de Tala, quien por casualidad o milagro cree escuchar lo mismo.

Ambos se miran sorprendidos porque el característico sonido desaparece tan rápido como había llegado a causa del ligero viento. ¿Venia por el noroeste? No estaban seguros…

Estirar las piernas era agradable, la sensación de volver a sentir la sangre circular por las extremidades y con ello generar algo de calor para combatir el fuerte frío.  Sanders llegó a la base del campanario tras recorrer la pequeña distancia que había con la trinchera y se dispuso a subir a lo alto a través de la escalera.

Al llegar a lo alto de la ermita la visión del horizonte se amplió, el bosque resultaba impenetrable desde la altura tal y como era previsible pero desde aquella posición podía ver los límites de la zona arbolada, desde allí podría echar un vistazo al borde este del bosque y ver si sus compañeros aparecían o anticipar la entrada en el bosque de los alemanes.

El poblado al norte parecía tranquilo así que Steve se dispuso a ajustar su mira a la nueva situación y vigilar el acceso este del bosque que dirigía directamente hacía la trinchera.

Mike levantó la cabeza, rígido, y agudizó el oído para asegurarse de lo que le parecía haber oído.

Sus compañeros ya estaban en el Jeep excepto Tala que también vigilaba, le pareció verlo reaccionar tambien:

-Eh, ¡psssst!- No quería levantar mucho la voz. -Tala, creo que se oye algo a lo lejos. Me parece un tanque.- Miró a su alrededor intentando averiguar la dirección, pero aún debía estar lejos. 

Alcanzar el jeep no fue tan difícil como el soldado temía. La nieve no se había congelado, con lo que se podía caminar con relativa facilidad y además, estaba todo tranquilo. Quizás demasiado.

Un rápido vistazo al vehículo tranquilizó al polaco. No tenía daños que impidieran su funcionamiento. Al menos, no aparentemente.

Iba a pedir a Franklyn que tratara de arrancarlo, pero decidió hacerlo él mismo. Necesitaba sentir el coche, girar el contacto y notar que hacía. Tenían poco tiempo, pues estaban expuestos. 

Blachowicz giró la llave y un leve murmullo acompañó el movimiento. Lo podía sentir en la cadera. «Bien, al menos le queda algo de batería» pensó, y se bajó de un salto y se puso a mirar bajo el capó, tocando un poco aquí y allá.

La calma estaba presente, al menos hasta que escuché un ruido. Aparté mi mirada sobre la mirilla del subfusil y traté de ver sobre mi hombro a Mike una vez llamó, y rápidamente encaré en la dirección que él dijo, tratando de ojear toda la zona, de un lado a otro esperando poder dar con algo. Al no ver nada rápidamente les hice unas señas a los del Jeep que lo ocultaran con la manta que le pusieron encima antes. -Rápido, escóndanse!- Dije de nuevo en un tono de voz lo suficientemente alto para que ellos escucharan, ahora tratando de pegar el cuerpo a la tierra y ver si acaso doy finalmente con lo que sea que esté haciendo ese ruido.

- Lo normal. Pensó para si. Los francotiradores siempre hacían esas cosas. Dejaban la línea de combate, se situaban en un lugar ... extraño, y desde allí, cazaban boches. No era la primera vez que le había sacado las castañas del fuego a uno, ni sería tampoco la primera, que algo pasaba cerca, y era un tiro de uno de esos tiradores que había derribado un enemigo bastante cerca de él. Mientras, él, como ametrallador de una "matraca" pesada, le tocaba tragar barro y ser parte de la carne de cañón de una línea de frente. De una "capa" de trincheras que tenía que frenar el asalto enemigo.

- Igual tengo que cambiar de especialidad, y en lugar de ser de "armas de apoyo", tengo que pasarme a "francotirador". No era envidia, era una reflexión de futuro. Su familia siempre había sido de "artilleria" y a él le gustaban armas "bien grandes".

Su mente se entretenía con esos pensamientos, mientras sus ojos, atentos, escudriñaban el frente, y sus manos, de cuando en cuando se frotaban por las piernas, entre ellas, por la cara y las orejas ... y por donde el frio intentase asaltar sus "defensas".

Tras inspeccionar el jeep, encuentro el maletín y miro dentro para ver que tiene los papeles que veníamos a buscar, están ahí dentro. Luego vi que en la parte trasera habían un par de cajas de madera llenas de latas de comida:-Tenemos premio.-dije tras ver el contenido de las cajas y después empecé a ayudar a Billy con el motor del coche. 

Pero aquella breve alegría fue eliminada al llamarnos para que nos ocultáramos:-Billy, ahí rápido.-Dije des del lateral del jeep y eché rápido la manta encima y el grupo de arbustos para ocultar el jeep. Me coloqué por debajo del jeep para que los arbustos me ocultaran y eché mano al subfusil y miré los alrededores para ver si podía ver lo que habían visto el resto. 

-¿Y ahora? - inquiere, con claras intenciones de volver a dormir.

-Vigilar. Los alemanes podrían hacer una intentona. Sí, a pesar del frío -responde sin mirar a la queja de Vincent a sus espaldas. Empezaba a conocer bien a los hombres que estaban a su cargo, a su cargo... no terminaba de hacerse a la idea- Están tan helados como nosotros, y unos tiros nos harían entrar en calor a todos. Mejor que no nos quemen... -le cuesta decirlo, demasiado bien educado, pero se había dado cuenta que les hacía gracia oírle hablar mal-... el culo durmiendo.

Después, se impone la tarea de vigilar hacia el otro flanco, el que no está cubierto por O'Connor. Se acerca con cuidado y por entre los sacos mira con los binoculares hacia Breitfield (*) 

Franklyn no llego a tiempo de advertir a sus compañeros. No era la primera vez que el enemigo dejaba un "caramelito" como aquel a tiro para llamar la atencion de los mas incautos y lo rodeaba de minas para que saltaran todos por los aires. Por suerte, no parecia ser el caso. 

Se acerco igualmente a revisar el Jeep. Al levantar el capo echo un vistazo.

-No tiene mala pinta. Todo sera que la bateria no este "seca". Vamos Blachowicz, no te cortes. Pisale a ver.

Si, efectivamente, la bateria seria un problema y otro, seria sacar el "bicho" de ahi. Quiza colocando un pequeño tronco encajado en la rued pudieran conseguir que hiciese traccion y arrancar.

Tanto el ojo avizor de Sanders y el examen atento de Sanderson dejaban poco que informar. El avance del día, que llegaba pronto al mediodía, era igual que antes. Monótono hasta el aburrimiento.

Sin embargo el cielo parcialmente despejado permitía observar un avión sobrevolando a gran altura la región. Su estela, larga como la cola de una estrella fugaz, decoraba el cielo al delatar toda su trayectoria.

El avión, tal vez uno de reconocimiento, provenía del interior del continente y su destino era tal vez la costa. Quizás el canal de la mancha… era difícil saberlo al observar su vuelo silencioso.

¿Entonces podrían llegar los aviones con suministros o estaban ladrando al árbol equivocado? La alegría de algunos podría ser errónea.

¿Ese es nuestro? ¿Nuestras aves vuelan tan alto? No lo sabía…me dan miedo las alturas – expresa.

En realidad el fugaz aeroplano trajo algo de revuelo entre las tropas que de inmediato comienzan a hablar entre trincheras con la esperanza de recibir refuerzos o con algo de suerte pronto lograr salir de allí.

¡Hey Doc, Brannagh! ¿Vieron eso? – Pregunta el cocinero - ¡La ayuda viene en camino! – añade alegremente por el suceso.

Aaron fue de los pocos que se habían quedado a solas en sus agujeros al marchar sus compañeros en misión al frente de batalla.

Efectivamente, dentro del maletín de cuero había papelería importante de lo que antes era la comandancia de la compañía. Una compañía reducida a un puñado de curtidos soldados y un manojo de novatos sin experiencia en el combate.

Mucha papelería administrativa con demasiado texto para el interés de “Jack” y de los demás. Quizás lo único interesante era una colección de fotografías eróticas, producto de alguna requisa de la policía militar o un botín de un oficial. Y hasta allí llega el interés del maletín y objetivo principal de la misión.

Luego, quizás lo más importante para el grupo, el jeep y su preciada carga de latas de comida, se encontraba en una pieza y predispuesto a cooperar en los intentos de volver a funcionar gracias a las habilidades de Billy y Franklyn.

Luego que Billy regresara al asiento del chofer Franklyn echa guante al carburador y a la batería para que el motor finalmente acabase por encender. Ahora el vehículo puede salir de allí y regresar a las líneas si el combustible alcanza. Porque el medidor de combustible marca menos de un cuarto de tanque…

Pero ese sería el menor de sus problemas ya que Mike y Tala claramente escuchan el sonido del motor y de las cadenas de un tanque. Al menos por un momento y porque el sonido fue traído por el viento ocasional. Ahora nada se escucha y es imposible determinar su ubicación.

Es en situaciones como esta que es menester tomar una decisión…

-¿Por dónde? – pregunta Mark a Tala y a Mike.

- Hay que regresar  con el jeep pero también es importante saber que fue eso. Yo iré a explorar, bosque adentro. ¿Quién me acompaña? - Pregunta.

- El resto debería subir a ese jeep y volver a toda prisa – comenta a los demás, que ya habían comenzado a ocultarse y a cubrir el vehículo.

Con gran certeza el origen del sonido del tanque estaba no muy lejos, pero no lo suficientemente cerca como para suponer un peligro al jeep y al grupo en caso que fueran enemigos. Porque el ruido de un tanque de guerra suele oírse desde lejos…

- Si, si, están en ello, pero tienen que ver como hacerlo, sin darles "regalitos" a los boches. Él sabía que no era posible, pero, si les daba una pizca de esperanza a los soldados, estos, con un cuerpo aterido, mejorarían sus ánimos. No quitaba la vista del níveo escenario, y empezó a pensar que tanto brillo no tendría que ser bueno. Recordaba las gafas de son y se le ocurrió una cosa, para tener entretenido a su compi de pozo: - Randall, a ver si con tu bayoneta eres capaz, con un taco de madera hacer como una especie de gafas o antifaz. Ya era hora de dejar las labores de albañiñería. - Si se notaba demasiado "movimiento" o acumulación, también sería fácil descubrir donde estmos. Este hombre presumía bien de pelear con los puños y cuchillos como una rata, así que, si era tan habilidoso, lo tendría entretenido un rato, y si las conseguía "fabricar", pues las usaría.

Franklyn cuando el motor del jeep comenzó a rugir. 

-Venga, tira. Despacio-.

Confiaba en que el tronco que había situado debajo de las ruedas le ayudase a coger tracción.

-Ayudadme a empujarlo desde atrás. 

Dicho esto hizo lo propio y situándose en la parte trasera del coche, comenzó a empujarlo. Ciertamente, le preocupaba la proximidad de ese tanque, pero la misión era la misión. Y confiaba en que tuviesen tiempo de sacar el coche de allí antes de que la cosa se pusiese fea.