Sueñas... 

La blancura a tu alrededor no te permite distinguir nada, pero poco a poco se definen diferentes formas vagamente reconocibles que llenan el espacio vacío.

Son rostros, pero ninguno te es conocido. Nada parece relacionar unos con otros. Diferentes etnias y edades, diferentes formas de moverse o formas de estar.

Es como si se desplegaran unos tras otros en abanico. Podrían ser media centena.

Como si de una coreografía se tratase, esos rostros mutan y sus expresiones cambian en un ensayo calculado, lloran o sonríen. Se estremecen o suplican, en un caos de ilusiones de emoción que cada vez se sucede en una secuencia más rápida. Si no fuera por la coordinación milimétrica, algunas de esas expresiones podría haberte llegado a parecer real. ¿Pero qué se esconde tras cada sonrisa? ¿Tras cada farsa?

Sus facciones se estiran, como si algo les forzase a mostrar su límite, o fuesen las manos de un niño invisible que quisiera saber qué sucede si le arrancas las alas a un insecto.

Es un caleidoscopio. ¿Pero qué significa? 

Más allá de toda luz sabes que hay una sombra. Una sombra irreconocible. Una sombra espesa y pesada que solo aguarda. Puedes sentirlo en los huesos, pero... ¿Quién eres? 

Es entonces cuando al fin encuentras tu rostro, y algo de lo que ves en él te obliga a dar un salto hacia atrás que te lanza a más velocidad contra tí mismo. El impacto es brusco, y aún estando dentro del sueño, recuerdas quien eres, recuerdas quién creías ser. El mareo te da ganas de vomitar, pero entonces te das cuenta de que tienes el estómago cerrado en un puño, como si hiciera días que no comes bocado.

Entonces es cuando llega el dolor. Un sobresalto...

... y te das cuenta de que no estás donde creías estar.

 Despertar entre desconocidos

  La primera bocanada de aire duele, y mucho. Sientes el pecho oprimido, y cuando tratas de controlar las arcadas del mareo que tu sueño ha generado, pierdes incluso la noción de qué es arriba y qué es abajo. Tardas lo que parece una eternidad en empezar a controlar tu cuerpo lo suficiente como para reconocer tu entorno. 

  No sabes dónde estás, pero sin duda no estás donde esperabas. ¿No te habías ido a descansar acaso hace unos instantes? pero no, seguro que ha tenido que pasar mucho más tiempo. No, no encaja... algo no encaja, algo está terriblemente mal.

  Una serie de débiles pulsos mecánicos te indican que a tu alrededor hay movimiento y terminales despertando. Cables, engranajes, el zumbido de la electricidad y algo más...

Alguien te observa. 

Pero el reducido habitáculo en el que estás te deja pocas opciones de movimiento. La sensación es la de estar en un ataúd.

    Aún con desorientación, distingues cómo la máquina se desconecta de ti. Tenías varias agujas en los brazos ¿Aún tipo de soporte vital? Sientes esa clase de pesadez en la cabeza qe siempre queda cuando duermes demasiado tiempo.

    - Bienvenido a la Burbuja.

Es una voz metálica la que ha hablado. Una puerta frente a ti se entreabre con un ruido de descompresión, aliviandote la sensación de claustrofobia, y la sala tras de ella se ilumina. Hay otras puertas a ambos lados del pasillo que se abren en este momento al igual que la tuya. Sobre cada una de ellas, hay un código y nombre escrito. V025, F021... Incluso sobre tu puerta.

El aire aire aún huele a almacén, el suelo está impoluto, demasiado impoluto. Demasiado blanco. ¿Quizás sigues soñando?

Algunos de los otros "invitados" empiezan a moverse, y a juzgar por sus expresiones, parecen estar en la misma situación que tu. Nuevamente, esa voz que parece no venir de ninguna parte interrumpe tus pensamientos.

- Los dispositivos de traducción simultanea han sido activados.

Un zumbido lejano les indica, que alguna máquina se ha accionado. Un zumbido dispar y caótico.

- Informen si sus funciones vitales no funcionan convenientemente para ser reciclados. 

Hay algo mal en ese lugar... terriblemente mal.

Buenos días y bienvenidos. No se molesten en apresurarse para emitir las respuestas sinápticas: el dolor aún puede ser lo suficientemente fuerte como anular su capacidad motriz. Símplemente aguarden hasta que se sientan preparados.

Una voz masculina. Una silueta oscura en un rincón donde la luz no llega lo suficientemente bien.

Y una descarga de dolor recorriendo vuestras espalda.

Es obvio que si están muy dañados serán incapaces de enviar ningún tipo de señal para informarnos, así que en unos minutos retiraré a aquellos que no hayan alcanzado la sincronía necesaria. No obstante, no debería de suceder. Sería un... Error.

Algunos de los rostros que ves asomar por los diferentes habitáculos, dispuestos en dos hileras a cada lado de la gran sala rectangular que ves frente a ti, te suenan vagamente. ¿es posible que hayas soñado con ellos? es difícil decirlo... puede ser, pero no hay seguridad.

El dolor que aún sientes ha nublado gran parte de lo que soñabas antes de despertar en este sitio. Si no fuera por lo endiablado de esa sensación te plantearías muy seriamente estar aún durmiendo.

Abro los ojos con la cabeza pesada, intento llevarme una mano a la frente, pero es entonces cuando me doy cuenta de las agujas

pero que diablos?

Las agujas se retiran ante un leve quejido por mi parte

au!

me incorporo, y salgo de la habitación, con la mano derecha en mi nuca y con la mano izquierda frotandome un poco los ojos

hola?

Pregunto al ver a las otras personas salir de los habitaculos

Un zumbido incostante y muy molesto le impedia pensar con claridad. Le habia parecido oir una voz que decia que de no dar señales de vida le "reciclarian" o algun termino de igual significado. El sentido de supervivencia vencio al dolor y Rosa consiguio articular un par de palabras:

-Estoy... Viva...

Desperté con una parte de mi mente muy sobresaltada por la locución y el resto del interior de mi cerebros seguia en una bruma tan espesa como un pure de patatas.

Se encogió ante el dolor de las agujas al retirarse.

¡¡Arg!!¿Hola? ¿Hay alguien ahi?

El despertar habia sido atemorizante al ver las agujas en su brazo, pero no podia mover o al menos no queria por el momento. Entonces sintio pero nopresto mucha atension a las varias voces que venian de otras habitaciones al parecer.

Tardo unos minutos donde tengo la sensacion de vomitar, pero no sale nada cuando me relajo. Empujo la puerta de la capsula donde dormia y me dirijo a afuera donde veo apenas varias figuras.

Les sonrio con calma, aunque en realidad no la tuviera. Hola.

Después de despertar y quitarme las punzantes agujas que me mantienen conectada a una máquina me dispongo a salir de la habitación en la cual me encuentro encerrada. La parsimonia que mi cuerpo está acostumbrado a tener no se digna a desaparecer, sigo tranquila, algo atontada también. Saludo al aire, como si alguna persona de las que parece haber aquí me fuese a saludar. - Ho...¡hola! Las personas siguen saliendo poco a poco de sus cubículos. Yo sigo caminando con paso firme pero lento a lo que parece ser el centro de algo...

Se puede saber donde estamos? Esto parece casi un hospital..... de ciencia ficción o algo así.....

digo aun acariciándome la nuca, con los ojos entrecerrados

Voces, voces por todas partes, unas metálicas, otras no. Y mientras tanto yo permanecía con los ojos cerrados. Todo me dolía y por eso no quería abrirlos. Pero al final me esforcé por hacerlo.

Ho... Hola - balbuceé.

Luego miré a mi alrededor lo que la vista me permitió sin moverme mucho - ¿Quiénes sois?¿Dónde estamos?

Miro a la chica que pregunta quienes somos

la verdad, es que es bastante guapa, que digo bastante, es muy guapa

mi nombre es Gabriel..... y soy programador... donde estamos, ni idea, pero casi parece un hospital futurista o algo asi, no se ni como llegue qui

Javier estaba acostumbrado al dolor, lo supo cuando su mente comenzó a funcionar y recordarle quien era. Comenzó a moverse lentamente para que sus músculos no se resintieran, vivía de su estado físico y tenía la intención de seguir haciéndolo... entonces escucho varias voces, entre ellas la de una mujer y un hombre, y movido por la curiosidad terminó de incorporarse de golpe.

Cuando consiguió enfocar bien la vista se percató de la belleza de la mujer que acababa de hablar y de que formaban un grupo numeroso de desconcidos.

-Hola... yo...-carraspeó para pder hablar mejor, tenía la voz pastosa-me llamo Javier...Javier Alonso y soy futbolista...

Abro los ojos y me encuentro en un lugar que no identifico, unas agujas me unían a una máquina y sobreponiéndome a la situación poco a poco termino recuperado la movilidad y el manejo de mi cuerpo. Observo a los presentes y con una sonrisa me presento con un claro acento italiano a todos aquellos que me acompañan en la sala. 

Hola a todos, yo me llamo Cristian, veo que estáis tan perdidos como yo.

El dolor es intenso y decido no moverme. Oigo como la gente a mi alrededor se va incorporando, pero yo decido esperar un poco más, siguiendo los consejos de la voz masculina. Tras unos interminables minutos decido incorporarme poco a poco y observo a las demás personas.

-Hola... Alguien sabe lo que ocurre aquí?-pregunto, aún mareado y desorientado. 

Soy Billy respondio a la chica mientras traba de sentarse despacio.

Miro a la demas gente, buscando infructuosamnte alguno que pareciera saber algo.

La extrañeza es la emoción mayoritaria entre unos rostros y otros, mientras las primeras preguntas son lanzadas al aire. A medida que más de los presentes salen a la luz, pueden comprobar que todos llevan el mismo tipo de ropa. Una bata sin adornos que fácilmente podría pasar por ser de hospital. Todos están descalzos y pueden notar que el suelo plástico mantiene una temperatura neutra. Las paredes blancas son lisas. Ninguna señal de puertas ni ventanas, sin contar con los habitáculos de los que están saliendo de uno en uno.

Algunos ya son capaces de percibir estos detalles, cuando la misma voz metálica que les recibió al despertar suena de nuevo en la sala.

- Aún no tienen el nivel de seguridad suficiente para recibir esas respuestas.

Quien busque por la sala, podrá ver en uno de los laterales un monitor, apenas un cambio en la luminosidad de una de las secciones de pared, que ha parpadeado junto a esa voz. Una luz roja marca ese punto de la pared, como si de un ojo abierto se tratara.

Hyun intenta respirar, aunque aún le duele y le cuesta. Aparte de eso, parpadea mucho. Ya era un tic que tenía desde pequeño, y algunos amigos occidentales bromeaban si era así como le habían quedado los ojos rasgados. Aunque cuando su cuerpo finalmente se termina de tranquilizar levemente, y empieza a ser consciente en el lugar imposible donde está, ya sólo por el asombro se le relaja el tic.

Yo... soy... Hyun.

Yo soy Melinda, soy cantante - respondí a los que ya se habían presentado.

Me incorporé despacio, observando que no me doliese nada y me acerqué al punto rojo ¿qué es esto?¿alguien lo sabe?