Partida Rol por web

Por fin la magia usada por Arborang resulta suficiente para que Adabella recobre el conocimiento. Quizá su estado no era el mejor o el más óptimo pero al menos se podría mover. Pero debía tener cuidado, cualquier tipo de combate o algún tipo de esfuerzo excesivo podría hacer que sus heridas volvieran a abrirse y quedar de nuevo inconscientes.

Después de la casi resurreción una alarma comienza a retumbar por la habitación.

Mis ojos se abrieron y la borrosidad se sucedió a las imágenes de figuras. No, de personas. Alguien al quien al principio no reconocí.

Luego pude ver que se trataba de Arborang.

-¿Hemos muerto ambos? ¿O es que me has salvado?

Me encontraba tirada sobre el suelo, con la espada a un costado de mi mano. Aun recordaba la mordida de la bestia y los sentidos irse, de a poco. Pensé que era el final pero aparecí nuevamente en esta tierra.

-Gracias...

Dije, y siendo mi estado lastimoso todavía intenté curarme algo más, pero era complicado. Sentí una alarma en ese momento, pero quizás era solo en mi cabeza. Es que no estaba en mis cabales.

Si cargamos a la vez no podrá detenernos a los dos, asi que animo compañero.Grito cargando contra el bicho .

No tendrás que decírmelo dos veces.- y usó su arma contra la criatura

El esfuerzo valió la pena. Adabella se había recobrado del sueño eterno y eso ya bastaba para que sus dioses le ayudaran a recuperarse del todo.

¿O quizás sólo rindiera pleitesía a uno?

Me entró la duda, no obstante no se me había ocurrido preguntarle al respecto... pero esa extraña alarma obligaba a retrasar las preguntas y comenzar a correr hacia donde quiera que hubieran llegado Rod y Wilvern.

- Reagrupémonos. Estamos en peligro.

Señalo lo obvio mientras vuelvo a esforzarme en restaurar algo más la salud de la humana. Tenía la sensación de que lo íbamos a necesitar.

Wylvern cortó el brazo de la criatura que pretendía apresarles y Rod aprovechó la distracción causada por el dolor para decapitarle. No lo dudaron ni un instante, no tuvieron remordimientos con aquel ser. Habían encontrado a Sir Ragnar y no debían perder el tiempo. Además una terrible alarma estaba resonando por todas partes.

Instantes después Wylvern abrió la puerta y sin demorarse mucho más tomó a Sir Ragnar y lo cogió en brazos. Durante todo el camino fueron repartiendo su peso entre él y su compañero Rod.

Al salirse vieron que algunos enemigos se lanzaron sobre ellos pero lograron esquivarlos y escapar por el pasillo por donde habían venido.

Finalmente y ante la atenta mirada de Adabella y Arborang que estaban regresando para reunirse con ellos, lograron poner sano y salvo a Sir Ragnar, terminando con éxito la misión.