Partida Rol por web

La mañana llegó, cuando la luz del día ilumino mis parpados estos respondieron con pereza abriéndose poco a poco, el hombro palpitaba con un dolor constante, cuando lo miré las heridas estaban cerradas pero aún con un morado bastante extendido, solo el intentar incorporarme ya me provoco un mareo obligándome a dejar que la cabeza recuperase su riego sanguíneo normal.

Vaska se encontraba meditando, cuando se levanto y se acerco irradiando una agradable sensación de calor, el dolor pronto paso a ser una ligera molestia y la herida mejoro su aspecto notablemente - Gracias- aparatosamente me levanto y bebo un poco de agua, no cabía duda de que la noche había sido febril, un rápido vistazo a mis compañeros basto para ver que no tenían daños, al parecer acabaron con el monstruo mientras yo estaba desvanecido, me costo un poco encontrar los restos del mismo, solo un pequeño jirón de ropa en la hoguera sirvió de pista para saber su final, esta vez, definitivo.

Si el fuego les afectaba, habría que llevar fuego con nosotros.

- Veamos, acércate, Elrohir.- dijo Vaska, mientras posaba sus manos en el pecho de su compañero de expedición.

Mientras el gnomo murmuraba un conjuro en una lengua extraña, una luz azulada pasó de sus manos al cuerpo malherido de Elrohir, sanando sus heridas.

Mientras Vas daba cuidados a Elrohir, Karasu sale de la cueva para disponer de buena luz para memorizar los conjuros.

Una vez estuvieron todos recuperados de heridas y conjuros, Vaskalinsvel se plantó con los brazos en jarras delante de sus compañeros.

- Bueno, salimos seis y un día después somos cuatro. Y ha faltado poco para que se nos lleven por delante a dos más. ¿No os encanta pertenecer a la Sociedad?

—Supongo que todos sabemos a lo que nos arriesgamos cuando salimos a una misión... Si esto fuera facil enviarían campesinos...

Karasu se acerca a la pared de la cueva, dispuesto a subir por ella.

—¿Y bien... quién va primero...?

Subís tras de Durma todos arriba y volvéis al túnel por el que marchó Tarcil y Durma y del que nunca volvió con vida Tarcil, el engreído aventurero de mil aventuras iguales y diferentes a esta que hemos iniciado. Una vez arriba debéis decidir que hacer: si visitar la guarida del pescador de cueva o continuar hacia el pasadizo de las capillas y los muertos vivientes contra los que pereció Tarcil por no hacer las cosas como dicta la Sociedad: explorar, cooperar e informar.

- Bueno, no creo que en la guarida del bicho aquel pescador haya nada interesante, o si no Abrosthor nos lo habría dicho antes de marcharse.- dijo Vaskalinsvel una vez estuvieron arriba.- Pero sugiero revisarlo de todos modos, no quiero dejar riesgos a nuestra espalda, como huevos que podrían abrirse y tener a crías hambrientas esperándonos a la vuelta.

Me encojo de hombros, la verdad es que ultimamente pasan demasiadas cosas en las exploraciones.

Yo creo que es algo que estaba ya decidido. A veces los dioses tienen maneras extrañas de hacer las cosas para divertirse. Miro al guarida del bicho y asiento Podemos romperlos tirandolos por el hueco que hemos subido si los hubiera o con las espadas. Debeis guardar los conjuros para luego. Elrohir deberias cerrar la marcha,  mientras yo la abro, los demas ir en medio. 

Somos pocos pero podemos terminar con esta mision. 

Asiento a la propuesta de Durma, a pesar del buen hacer de Vaska el hombro todavía me molesta con un dolor sordo, pese a que soy consciente de que es algo mental, un reflejo de una herida que ya no existe es mejor no forzar las cosas -sube te cubro- preparo el arco y pongo una flecha en el apuntando al agujero, si algo asoma, lo atravieso

Os internáis por el agujero por el que bajó el pescador de cueva, donde no hay ninguna cuerda pero que no tiene mucha dificultad. Os hayáis en una guarida bastante bien resguardada de las inclemencias del tiempo y bastante ampli. Hay restos de las comidas del pescador y varios onjetos por el suelo esparcidos. no véis más huevos ni crías del pescador, quizá habéis exterminado al último de su especie en esta zona...
 

—Bueno, podemos seguir... —dijo Karasu después de cerciorarse de que la guarida de la criatura no contenía a ningún semejante.

- Un segundo...

Vaskalinsvel dedicó unos momentos a revisar si había algo interesante entre aquellos objetos, mientras murmuraba un sencillo conjuro para detectar auras mágicas.

Encuentras una capa, dos pergaminos con auras mágicas entre los restos de las víctimas más recientes.

Me apoyo en la pared esperando a que terminen y sonrio levemente. La verdad es que puede que ninguno de esos objetos sirva para nada y solo sean baratijas, pero nunca se sabe.

Cuando esteis listos, avisadme para salir al exterior.

- ¡Premio!- dijo el gnomo, mientras recogía del suelo una capa y dos rollos de pergamino.- Son mágicos, aunque no reconozco su utilidad. Karasu, ¿tú tienes preparado un conjuro para descifrar escritura mágica?

—No lo tengo preparado ahora mismo, pero puedo hacerlo si tú no lo consigues...