Partida Rol por web

- ¿Eh? ¿Qué pasa?- dijo Vaskalinsvel sobresaltado, levantándose de un brinco. Escudriñó los alrededores en busca de Elrohir, esperando que se encontrara bien.

Karasu se despierta sobresaltado. ¿Qué ha sido eso?

Me incorporo por el grito y llevo la mano a la espada que descansa a mi lado levantandome trabajosamente. ¿que ocurre?

Véis como a unos pocos pies de vosotros Tarcil (o algo que se parece mucho pues lleva sus ropas pero tiene afilados dientes y garras) está mordiendo el hombro derecho de Elrohir mientras este se returce de dolor.

Karasu tantea el suelo a su lado hasta que encuentra su No-Dachi. Sin siquiera levantarse, lo arroja contra lo que antes era su compañero, pero sale muy desviado.

Asombrado por la escena dantesca que se desarrollaba ante sus ojos, Vaskalinsvel se levantó de un salto y sin pensarlo, invocó la magia del fuego. Un rayo de llamas salió de su mano extendida iluminando la noche, directamente hacia el engendro en el que se había convertido Tarcil, impactándole en el costado y haciendo que soltara el hombro de Elrohir.

El dardo de fuego impacta contra el costado de Tarcil, pero este ni se mira la herida y sigue atacando a Elrohir que sangra profusamente. Vuelve a morder cerca del cuello al semielfo y este se desvanece, lo deja en el suelo sangrando y se mueve hasta Vaskanisvel que le ha lanzado un proyectil de fuego mirándolo con toda la boca ensangrentada, los ojos rojos brillantes y un hilillo de fuego surgiéndole del costado.

Me levanto lo mas deprisa que puedo y alargo mi mano para coger el mango de mi espada. 
No se que pasa en este viaje que parece que esta gafado. Me preparo y espero que se acerque lo bastante para atacarle en cuanto se acerque.

Mientras la espada vuelve a su mano, Karasu se levanta rápidamente. Sin pensárselo, vuelve a lanzarla contra la criatura no muerta que antes era su compañero.

El enemigo cae tras el golpe del nodachi lanzado por el mago tengu Karasu, y se hace el silencio de nuevo en la noche. Con la cabeza cercenada del cuello de Tracil, definitivamente muerto...o eso parece.

Vaskalinsvel se tapó la cara con los brazos cuando vio que Tarcil se abalanzaba sobre él. Entonces oyó un golpe seco y mirando a través de un resquicio vio que el no-dachi de Karasu le había cortado el cuello al engendro.

Respiró aliviado y fue rápidamente a comprobar las constantes vitales de Elrohir. Seguía vivo, aunque respiraba con dificultad. Pronunciando una única palabra arcana, el gnomo le puso una mano en el pecho hasta que empezó a respirar de forma rítmica otra vez.

El semielfo se estabiliza y vuelven a pensar en descansar las 8 horas necesarias para recuperar los conjuros.

—No parece un buen lugar para enterrarlo... —dice Karasu mirando lo que queda de su compañero—. Probablemente sea mejor quemar sus restos, para que su alma desanse en paz...

Amanece y despertáis tras un agitada noche. El frío del alba cubre de un afina capa de hielo la superficie de todas las cosas, incluidos los que dormían hasta ahora. Las cenizas del cuerpo de Tarcil también.

Nada más despertar a los demás, Vaskalinsvel se puso a meditar en un rincón para entrar en comunión con Brigh, como hacía todas las mañanas. Unos minutos después, se acercó a Elrohir para aplicarle su magia curativa.