Partida Rol por web

17 de Diciembre de 2010; 18:00. Fábrica principal de Guinness; sótano.

Desde luego, el General sabía organizar buenas reuniones. El motivo por el que la Corte de Verano usaba un sótano secreto de la fábrica principal de cerveza Guinness era porque Timothy, su adjunto, tenía contactos dentro de la empresa. De ser un viejo y mohoso almacén había pasado a ser algo más afín a un sitio de reuniones para la Corte Carmesí. Escudos de armas y largas telas rojo sangre adornaban la estancia de ladrillo. Una serie de quemadores y antorchas alimentadas con gas proporcionaban luz y una agradable calidez; no había nada de luz eléctrica. Todo estaba iluminado por el parpadeante e intenso brillo del fuego. En el centro de la sala había una mesa circular de hierro con varias jarras de medio litro dispuestas. A su lado, un servicial goblin atendía un barril de Guinness fresca, sirviendo pintas a todo el que lo pidiese. También había una botella de whisky de los highlands escoceses y una cubitera, para el que quisiera servirse algo más fuerte. Al frente de la sala, delante de dos inmensas lanzas de hierro cruzadas y adornadas con incrustaciones de oro y telas carmesíes, se encontraba Alister Warmbreath, vestido con una armadura de cuero completa y mostrando sus dos espadas envainadas. Su aspecto era imponente, como siempre, pero su corona de fuego parecía más pálida de lo habitual; un símbolo de que su gobierno llegaba a su fin. A su lado, inamovible como una estatua, Timothy "Puños de Maza", el gigante de hierro negro, escrutaba a los invitados. Sois unos 6 Changelings sin contar a Alister y su Adjunto. Saffron la Solitaria, con sus ropas de cazadora, se encuentra sola como siempre, en un rincón de la sala, dando pequeños sorbos de una pinta de cerveza. Los demás invitados te suenan de poco más que reuniones anteriores; Changelings de la Corte de baja categoría.

Alister avanza unos pasos hacia la mesa y extiende los brazos con teatralidad, dejando que su brillante pelo rubio ondee.

- Soldados, empezad con la presentación formal.

Todos los Changelings dejan sus bebidas en la mesa y se ponen en posición de firmes.

Depues de dar cuenta de una pinta de cerveza negra de un solo trago, el general ordena a todos los presentes que nos presentemos. La parte de la reunion previa a este momento apenas ha sido digna de mencion. Poco habituado a las relaciones sociales, me dedique a observar a todos los presentes en el sotano, y a continuacion me centre en mis propias cavilaciones.

Llegado el momento, vuelvo a observar a todos los presentes con una mirada que abarca casi toda la sala. Estoy algo nervioso. No soy muy aficionado a hablar, y menos aun a hacerlo en publico. Aun asi, cuando llega mi turno, me coloco muy erguido y con voz firme exclamo: ¡Señor, mi nombre es Scott Lobo Renegado, Hombre de Armas de la Corte Carmesi! ¡Alli donde las hadas perturben a nuestra gente y la armonia que tenemos, alli estare yo para combatirlas! ¡Si es necesario derramare hasta la ultima gota de mi sangre, pero no consentire que ninguno de nosotros vuelva al yugo de esclavitud que nos impusieron!

Despues, doy un paso atras, y aguardo en silencio las presentaciones de mi camaradas.

Uno a uno, los demás Changelings se van presentando de forma enérgica y marcial. Cuando el último termina, Alister cruza los brazos por detrás de la espalda y se dirige a vosotros.

- Muy bien soldados. Descansad.

Los Changelings relajan la pose y vuelven a coger sus vasos mientras esperan el discurso del General

- Como ya sabréis, se va rumoreando por ahí que pretendo quedarme en el trono una vez pase el equinoccio de verano.

Avanza unos pasos hasta la mesa, coge un vaso de whisky y lo llena sin echar nada de hielo. Agita el licor en el vaso, bebe un sorbo y sigue caminando ante vosotros

- Bien. He de deciros que esos rumores son completamente ciertos.

Percibes unas cuantas miradas nerviosas en la sala, pero Alister está muy tranquilo, y Timothy, que observa tras él, permanece inalterable. 

- La Corte de Otoño se ha encargado de la defensa del Feudo siempre que ha empezado una Cacería Salvaje, desde la misma fundación del Feudo hace casi medio milenio. ¿Y que ha conseguido?

Hace una pausa dramática. Por supuesto, no espera que nadie le responda

- ¡Nada! ¡Cada quince años, los tiranos de Arcadia siguen regresando para cazar a nuestros hermanos y devolverlos a su mundo de psicópatas! ¡La Corte de Otoño no hace más que hojear tomos polvorientos y podridos en busca de algún hechizo que nos salve por arte de magia, y solo consigue que las defensas del Feudo se apoyen en un montón de cachivaches y trampas místicas que los propios Otros saben manejar mucho mejor que cualquier Changeling! ¡La solución no radica en abracadabras, soldados! ¡La solución es una lanza de hierro empalando el corazón de esas abominaciones! ¡La solución es el filo de una espada cortando las gargantas de los goblins que les acompañan! ¡La solución es una ráfaga de AK-47 atravesando sus carcasas! ¿Y quien puede hacer eso mejor que nosotros?

Otra pausa dramática. Bebe otro trago de whisky.

- Por eso, cuando el 21 de Septiembre llegue, la Corte del Verano seguirá gobernando este Feudo. Ese día, todas las demás Cortes deberán someterse al adiestramiento y entrenamiento que yo mismo dirigiré, y deberán acatar la estrategia de guerra que tengo planificada. Y cuando los cuernos de la Cacería Salvaje vuelvan a retumbar en la noche y los ladridos de los mastines feericos provoquen pesadillas a los mortales, nosotros estaremos ahí, armados y preparados para devolverles a esos bastardos todo el daño que nos hicieron y hacerles pagar por el dolor y las humillaciones sufridas a sus manos. ¡Os prometo que, cuando el otoño llegue a su fin, el Seto se cubrirá con los huesos de las Verdaderas Hadas! ¿¡Estáis conmigo, soldados!?

Señor...-digo dando un paso al frente. Yo tambien opino que nuestra corte es la mas indicada para hacer frente a la Caceria Salvaje. Yo confio en la fuerza de mis brazos, no en estupidos trucos de magia callejera. Pero aun asi... -dudo un momento antes de decir lo que llevo un rato pensando. Aun asi, no creo que la Corte de Otoño este dispuesta a cedernos gentilmente el sitio. Reclamaran su derecho a gobernar. Y, en prevision de lo que nos aguarda, lo que menos falta nos hace es ponernos a pelear entre nosotros. Estoy seguro de que las hadas se divertirian mucho.

 Timothy, el inmenso gigante de hierro, se acerca a ti haciendo tronar la sala con sus pasos metálicos; el resto de los Changelings de la sala se te han quedado mirando con asombro, a excepción de Saffron, que bebe despreocupadamente de su jarra de cerveza.

Timothy llega hasta tu posición, se agacha para mirarte directamente a los ojos, y, con calma pero con firmeza, se dirige a ti

- ¿Como te atreves a hablarle así al General, soldado? ¿Tengo que recordarte cual es tu posición?

- Déjalo Tim. Yo me encargo

Timothy se gira hacia Alister

- Si, señor

El Ogro se aparta de ti mientras Alister se aproxima. Sigue sosteniendo su vaso de whisky, y lleva la otra mano detrás de la espalda. Cuando llega a tu altura, te das cuenta de que, aunque sea más o menos de tu estatura, es increíblemente delgado, demasiado para una persona saludable, aunque es un rasgo propio de los Marchitos.

- Normalmente, me gusta que mis subordinados sigan mis órdenes sin chistar, pero eso solo se aplica a la chusma que compone las unidades de zelotes. Me agrada ver que al menos uno de mis oficiales piensa por si mismo y se atreve a cuestionar mis órdenes.

Apura su whisky y deja el vaso sobre la mesa

- Verás, no pretendo enfrentarme a la Corte de Otoño abiertamente; eso debilitaría considerablemente al Feudo y daría ventaja a nuestros enemigos, amén de la mala fama que nos ganaríamos con ello. Tengo un plan en mente, y si todo sale bien, será la propia Corte de Otoño la que nos ceda voluntariamente su puesto cuando llegue la noche del 21 de Septiembre.

Te da unas palmadas en el hombro y añade

- Utilizaremos al Tribunal de Sabuesos, y dado que tú has tenido el valor para hablar directamente en vez de limitarte a responder "Señor, si, señor", les echarás una mano en su misión.

Escuchas expresiones de asombro tras de ti cuando Alister pronuncia el nombre del Tribunal de Sabuesos.

¿Yo?- me quedo sin palabras ante la sorpresa. No... no se que decir. Es... es una gran honor, señor. Hago una profunda reverencia ante el General. No os decepcionare, lo juro. Me esforzare al maximo para estar a la altura de vuestras expectativas. Pese a que mi estilo es mas directo, en lugar de actuar en secreto, no puedo negar la oportunidad que supone la oferta del general. Un buen servicio aumentaria mi estatus, pero sin embargo un fracaso podria costarme muy caro.

- Soy consciente de que lo tuyo es más el combate directo que la discreción, pero de vez en cuando el Tribunal necesita gente dura. Reúnete conmigo cuando termine la reunión y te daré más detalles. Ahora disfruta de la fiesta.

Una serie de goblins aparecen de la nada trayendo fuentes de comida que van depositando alrededor del barril de cerveza, principalmente hay patatas y carne asada. Empieza a sonar música dura (punk, heavy...), y los cortesanos reunidos se animan un poco y empiezan a charlar entre ellos. Algunos se ponen a hacer parring y otras exhibiciones de fuerza; no sería raro que a medida que vaya fluyendo el alcohol, acabe habiendo una pelea. Pero esa es la tónica habitual en las reuniones de la Corte del Verano.

- ¡Eh Scott! ¿Que tal si me enseñas como ha mejorado tu dominio de la espada?

El que ha hablado es Pluma de Hierro, un grácil y delgado Agraciado que domina la técnica de la espada. Le gusta exhibirse, y no es raro que pida compañeros de parring.

Escucho el desafio de Pluma de Hierro mientras doy buena cuenta de la carne asada, bebiendo y disfrutando de la musica punk. Aunque algo aturdido por el alcohol ingerido, me acerco a el con lo que intento que sea un paso firme. ¿Tantas ganas tienes de quedar en ridiculo delante de todos los presentes?-digo con aire socarron, y tambien un poco molesto por la interrupcion. Si no es asi, sera mejor que te retires y me dejes seguir con la fiesta en paz. Vuelvo a mirar al molesto Agraciado. De poco le sirven las plumas al pavo real cuando se enfrenta al lobo solitario. Con esto he querido dejar claro que pienso que su arrogancia es infundada, y que es todo fachada. Despues,  dandole las esplada, me alejo y vuevo a donde estaba antes.

 Pluma de Hierro lanza primero un resoplido frustrado, y luego se ríe mientras da cuenta de un vaso de whisky. El tiempo va pasando, y los ánimos se van calentando poco a poco. Aquí y allá, los Changelings empiezan a ponerse agresivos. Timothy le pega un puñetazo a un Elemental de piedra que le ha retado a un torneo de "lanzamiento de goblin", y Pluma de Hierro parece haber encontrado un compañero de parring con el que ya lleva un rato practicando. Los únicos que pasan de líos son Alister, que bebe tranquilamente mientras sacude la cabeza al ritmo de la música, y Saffron, que permanece semiescondida en el rincón más remoto de la sala.

Comienzo a dar vueltas por la sala, contemplando las peleas de los Changeling, producidas por el alcohol. No voy a intentar meterme en ninguna, pero si alguna se vuelve especialemente violenta quiero estar ahi para zanjar el enfrentamiento antes de que pase a mayores y halla que lamentar algo. Despues de rondar la sala dos veces, y observar a los presentes, me detengo delante de Pluma de Hierro y su adversario. Quiero comprobar si su tecnica con la espada es tan buena como dicen, o si como supongo es mas fanfarroneria que habilidad.

 Compruebas que lo de Pluma de Hierro no es fanfarronería; el tío es realmente bueno. Sus golpes no parecen muy potentes, pero son rápidos y certeros, y puede golpear muchas veces en un tiempo en el que otros combatientes solo podrían golpear una. Es claramente superior a su rival, y en unos pocos segundos finaliza el duelo cuando Pluma de Hierro le hace un ligero corte en la cara a su contrincante.

Vale, estoy impresionado. Doy un paso mas en la direccion de Pluma de Hierro, y desenfundo mi espada. Veamos ahora como te desenvuelves ante un prefesional. Me coloco en guardia y espero a que el haga lo mismo. Seria un deshonor atacar a un adversario desprevenido. No pensar. No pensar. No pensar. Cuando quieras.

 Pluma de Hierro coge su espada de una forma un poco rara; en vez mantener el filo apuntando hacia arriba, lo mantiene apuntando hacia abajo. Se coloca en posición de combate, y te hace un gesto con la mano.

Miro extrañado su forma de coger la espada. Sin embargo, solo me prevengo aun mas. puede ser que sea un estilo que no haya visto nunca, y puedo llevarme alguna sorpresa desagradable. Con precaucion, comienzo a avanzar hacia el.

Pluma de Hierro inicia su ataque intentando colocarte un golpe ascendente. Maneja su espada con una soltura increíble; parece no pesar nada en sus manos, y la maneja con la misma gracia que si empuñase una daga.

Mientras uso la wakizashi como defensa para parar su golpe con la mano izquierda, lanzo un corte lateral hacia sus costillas, con la intencion de herirle para que no sea capaz de moverse, o por lo menos hacerle una herida que vaya mermando sus fuerzas. Aunque es bastante bueno en el manejo de la espada, no me dejo sorprender. En la batalla, distraerse un segundo supone la muerte.