Partida Rol por web

Gryg se prepara arriba para ayudar al siguiente. Abajo parece que han llegado a un acuerdo y es Pecham quien subirá después, ¿o quizas Rhoswen?

Rhoswen estaba a punto de protestar ante lo dicho por Gryg, no por no querer quedarse la última, sino porque no terminaba de fiarse de estos delincuentes, y si ellos subían antes nada les impediría soltar la cuerda y dejarles allí abajo mientras se perdían en la seguridad de la ciudad interior, aprovechando el desconcierto reinante, para tal vez hacer de sus fechorías una vez esto hubiera pasado.

Pero no debía pensar así, ahora estaban luchando juntos y colaborando para salvar la ciudad, y si había algo de sensatez en las cabezas de aquellas personas no abandonarían una misión tan crucial y de la que dependía todo su futuro. Justo en esos momentos Nia se ofrece a quedarse última junto a Collwyn, y sus pensamientos se ven reforzados: Debe ser cosa de familia, esa chica aún puede convertirse en una persona decente como su hermano... pero no adelantemos acontecimientos, por lo pronto ahora sus compañeros no nos abandonarán estando ella aún aquí, así que aprovechemos antes de que cambien de opinión.

Rhoswen se ata la cuerda y empieza a subir por ella con dificultad, pues no está acostumbrada a este tipo de tareas más propias de los salvajes como aquel dracónido, pero aún así sus brazos son fuertes y su paso seguro hasta llegar arriba.

Una vez allí, mira abajo y dice: Tyfid, ahora tú. Y mientras este trepa no puede evitar sujetar la cuerda y ayudar a Gryg a tirar de ella, no se perdonería nunca perder a uno de sus hombres por un descuido, y menos a Tyfid, que tan caballerosamente la había cedido el primer puesto y tan atento estaba con ella últimamente... Ya estamos otra vez, la ciudad depende de tí y tú pensando en tonterías... vas a tener que rezar mucho a Avandra para alejar de tí estos pensamientos que te distraen Rhoswen, o acabarás perdiendo la cabeza. Y lo peor de todo es que la idea resultaba atrayente, tantos años centrada en su carrera y en su fe no le habían dejado tiempo para otra cosa, y algo dentro de ella empezaba a luchar por liberarse de aquella estricta conducta en la que no había lugar para los sentimientos.

Una vez arriba la elfa, Pecham se ata la cuerda alrededor y empieza a subir, pero nada más apoyar el pie en la pared sus pies resbalan y cae de culo hiriendo su orgullo más que su trasero. El resto contenéis las risas lo mejor que podéis ante la cómica situación, mientras el semielfo se levanta.

Entretenidos, no ois hasta que se os echan encima una bandada de estirges que.... ¡vuela hacia vosotros en busca de sangre fresca!

Collwyn que estaba de guardia reacciona al aletear de las estirges por encima del tejado de la casa y prepara su arma para cuando estén a su alcance.

ATENCIÓN! ESTIRGES AL ACECHO!!

Enfundo mi espada a toda velocidad y saco una jabalina. En cuanto estén a mi alcance, se la lanzaré.

La javalina del guerrero vuela hacia la bandada de estirges que la esquivan con facilidad y acaba en el tejado de la alta casa que tenéis enfrente. Las estirges vuelan en picado hacia vosotros en una carga...

El guerrero que no había sido sorprendido logra evitar los afilados dientes de las bestias. La elfa siguiendo la advertencia de Collwyn logra interponer el mango de la lanza, que apunto está de romperse cuando la estirge la muerde. La suelta y gruñe con furia mientras clava sus ojillos hambrientos en Rhoswen.

El resto os encontráis como las estirges clavan sus garras en vuestros hombros y los colmillos en los cuellos avidas de succionar vuestra sangre.

Malditas bestias, lo que nos faltaba, una distracción tras otra... Tenemos que acabar con ellas antes de seguir trepando si no queremos arriesgarnos a que alguien caiga, intentemos que al menos sea rápido.

Rhoswen no pierde un momento y eleva su símbolo sagrado frente a las estirges más cercanas, del que surgen unas llamas que queman a una de ellas a la vez que dan fuerzas a sus nuevos "aliados".

Seguidamente intenta empalar a la estirge herida con su lanza mientras la interpone de nuevo frente a ella y el dracónido, intentando proteger a ambos.

Pocas veces sentiréis el poder de Avandra correr por vuestras venas como lo hace ahora, así que aprovechadlo, tenemos que acabar con ellas cuanto antes.

La espada del guerrero abre una fea herida en la estirge que tiene cerca y la de al lado además se lleva un rasguño.

Rhoswen invoca el poder de Avandra, pero solo hay una estirge que parece verse afectada por la luz cegadora, la afecta lo suficiente como para que la pueda atravesar con su lanza. Está maltrecha.

Tyfid se encuentra solprendido y de repente se da cuenta que un estirge le ha agarrado por el hombro, se intenta zafar de el pero no lo consugue asi que con toda la sangre fria que puede acumular le lanza el hechizo Impacto helador intentando matarlo, y si no es asi, al menos dejarlo atontado para poder quitarselo de encima.

¿por qué soy incapaz de olvidarme de mi hermano?

Mientras observo lo que me rodea, mi mente divaga sobre las dudas que parecen haber decidido anidar en mi mente. Lo cierto es que me creía capaz de soportar el echo de verle, pero está visto que no es así. ¿Es por el echo de ser basura? ¿Intento de manera patética buscar una forma de autoconvencerme con falsas imágenes de una niña perdida? ¿o es otra cosa?. Maldigo silenciosamente mi loca cabeza, que desde siempre me ha quitado el sueño en muchas ocasiones y que en esta ocasión me mostraba débil y asustadiza frente a una situación que exigía mi completa atención.

Ya vale Nia, olvídate de tu hermano, olvida ya el pasado. Lo importante es el presente, la ciudad esta siendo atacada y...

En apenas un parpadeo, creo haber visto una sombra moverse tras la casa de mi izquierda. No ha sido mas que una mota que ha aparecido y desaparecido con la misma velocidad ¿habrá sido mi imaginación? De nuevo, el no estar concentrada me ha pasado factura. Ahora imagino cosas. Intento sacudir de mi cabeza cualquier estúpida preocupación a fin de que no me vuelva a afectar cuando veo de nuevo la sombra, pero esta vez toma forma, la de una criatura del infierno, la forma de una Estirge. Intento por acto reflejo más que por una reacción preparada el detener el ataque que la bestia lanza sobre mi. No puedo evitarlo, he cometido un error y este es mi castigo. Los dientes de la criatura se hunden profundamente en mi hombro. Siento la sangre brotar de las heridas recien abiertas, el dolor, lacerante, creciendo desde el hombro hasta la mano. Casi me hace soltar el arma. pero no lo haré, no puedo caer tan facilmente

Mal...di...ta ¡CRIATURA!

Con mi grito, siento como las fuerzas me vuelven, tal vez sea un milagro, quizás solo la adrenalina que expulsa mi cuerpo a fin de mantenerlo en funcionamiento, pero una cosa es clara, no caeré aquí, no caeré ahora. Mis músculos se tensan, mi vista se clava en la estirge que tengo frente a mi. Otras nos rodean y atacan al grupo. Pero mi objetivo es la que me ha herido. Pienso hacer que lo lamente. Con sus dientes aun clavados en mi hombro, tomo su cabeza y la mantengo presionada contra mi a fin de evitar su huida. La estirge intenta huir, pero yo no se lo permito, descargo un fortísimo golpe contra su vientre, poniendo en el golpe toda mi potencia de ataque. este impacta con furia arrolladora y separa a la bestia de mi. Entonces aprovecho estos segundos para girarme hacia mi hermano

Soldadito, cambiemos posiciones, estando rodeada no puedo emplear mis habilidades, necesito espacio

Le hablo con despecho, sin embargo, le miro como lo hacia cuando eramos pequeños y nos enfrentábamos juntos a problemas. Es una mirada cálida, casi risueña. Como si mi mente y mi cuerpo chocasen ante la simple imagen de mi hermano provocando una vorágine de confusión que se exterioriza en contradicciones. Pero eso no me preocupa ahora, solo importa salvar la vida y mi hermano lo sabe, solo espero que acceda.

El tazo horizontal ha alcanzado a dos de las criaturas pero desde mi posicion no puedo atacar a más. Cuando Nia me lo propone, me doy cuenta de que estamos pensando lo mismo. Sonrio par ami mismo y doy un par de pasos laterales, ocultando con mi cuerpo el de Nia para intercambiar posiciones. Ahora estoy rodeado: esto ya es otra cosa, ahora si que puedo hacer daño...

A Pecham no le dolia tanto los golpes que ultimamente habia recibido por su propia culpa, no tanto como el dolor desgarrante que tenia por los papelones pasados ultimamente. A que maldito Dios ofendi para recibir tal maldicion. Imbuido en sus pensamientos tardo en reaccionar al grito del soldado.

Estaba arto de ser un titere del destino, sus ojos se enrojecieron de la ira y de sus labios sobresalia furiosa saliva.

-Maldita bestiaaa.... TEEE MALDDIGOOOOOOOOO.

Se habia quedado esperando que se acerque lo mas posible para que su disparo sea de lo mas efectivo, agazapdo habia quedado, apenas atino a acuclillarse cuando la estirge se le vino encima.

Pronto sus ojos se volieron rojos y su manos ardieron, y dando un grito desgarrador y a su vez liberador arrojo todo ese fuego a la criatura al mismo tiempo que esta se engachaba en su hombro.

El dolor del aguijon de la estirge no habia surgido efecto en él, pues la euforia lo sobresalto.

Ni bien la sintio clavrse se dejo care al suelo y roddo para dejarla que quede entre el suelo y el y asi trabandola con su codo y con sus rodillas tiro para soltarse de ella.