Partida Rol por web

"No sé lo que ha pasado, pero desafortunadamente las opciones son muchas en estos días de dudas... "

Ya fuera de la lujosa residencia de Glóin y armados con toda la información y ayuda que os ha proporcionado, os disponéis a reunir víveres y materiales para organizar el inminente viaje que os espera. Considerando la información que habéis reunido y la naturaleza de la misión, deberéis embarcaros en un viaje hacia el sur. Ahora disponéis del mapa con la ruta que pensaban seguir Balin y Óin en su misión hacia Nido de Águilas. 

Si decidís seguir la ruta marcada en el mapa, sabéis que entraréis en las Ciénagas Largas intentando llegar al punto donde el Camino del Bosque Viejo sale del bosque Negro y se encuentra con el río Rápido. Se trata de un trayecto largo y traicionero para cubrirlo a pie, puesto que cruza ciénagas y pantanos durante casi 130 kilómetros. Tal y como os ha aconsejado Glóin, recorrer la distancia en bote sería mucho más seguro, puesto que las aguas del río corren rápidamente hacia el sur.

Terminado el encuentro con el noble Glóin, Beran observa las calles de Lago Largo con otros ojos. Ahora está preparado para su inminente viaje hacia el sur. Aunque lleva mucho tiempo escoltando a los extraviados a lugares seguros, es consciente de los desafíos que les esperan en el trayecto. Nunca se sabe qué peligros acechan en esas tierras insospechadas. El mapa en sus manos representa un camino peligroso a través de las Ciénagas Largas y el bosque Negro, pero también es la ruta que Balin y Óin tenían previsto seguir.

El beórnida se reúne con sus compañeros y comparte sus reflexiones.

—Compañeros, estamos a punto de embarcarnos en un viaje peligroso, pero crucial. Las palabras de Glóin y la ruta trazada en el mapa guían nuestro camino. Este trayecto puede ser arduo y traicionero, pero también es nuestra mejor oportunidad para seguir el rastro de los mensajeros desaparecidos. Mantengamos la esperanza en nuestros corazones.

Beran mira a cada uno de ellos coincidiendo con sus ojos. Luego observa el mapa una vez más, trazando mentalmente la ruta en su mente.

—En el muelle debemos asegurarnos de que los desaparecidos tomaron la ruta del río. Si fue así, sigamos el consejo de Glóin y optemos por el bote para navegar por las rápidas aguas del río. Será más seguro y nos permitirá avanzar más rápido.

De entre todos, el pequeño Trotter tenía la especial relevancia en la vía del beórnida. Juntos habían iniciado este viaje y ahora mismo su presencia tan halagüeña y vivaz resultaba esperanzadora. Sabía que, a pesar de ser un pequeño hobbit, su presencia era crucial para obtener éxito en esta aventura que habían elegido.

Estoy de acuerdo con Beran. Si Glóin nos ha recomendado esa ruta, es porque sigue el trayecto que hicieron los enanos, pero yendo en barca podremos encontrar el rastro mejor, al estar descansados, que tras varias jornadas en la ciénaga en la que nos encontraríamos sólo con ganas de salir de allí lo antes posible. Dirijámonos hacia la taberna a coger provisiones, y luego salgamos lo antes posible.

Beli asintió también a las palabras de Beran, para encontrar a los enanos desaparecidos la única opción lógica era buscarlos en la ruta que se suponía iban a seguir y tal vez en el puerto pudieran obtener información con los barqueros que confirmasen que habían tomado esa ruta, si tenían suerte tal vez hubieran usado un guía y podrían conseguir más información valiosa, como dónde dejaron la barca y el camino por el que continuaron.

Sin embargo, también le llamaban la atención las palabras de Glóin acerca de que el cuervo Hraf, no había encontrado rastro alguno de los viajeros desde el aire. Era sabido que la vista de Hrabin y su progenie era aguda como una daga élfica, así que si no había descubierto ningún indicio es que simplemente los enanos estaban ocultos, ya fuese por voluntad propia o por acción de un tercero. Ninguna de las alternativas era demasiado tranquilizadora.

— También estoy de acuerdo, Beran, para encontrarlos lo único que tiene sentido es seguir el mismo camino que ellos tomaron, aunque Beli en su fuero interno mantenía la esperanza de que Balin y Óin se hubieran decidido por otro camino y pudiera mantener sus pies en tierra firme, sabía que esa era la ruta más probable y ya se había mentalizado para hacer de tripas, corazón, y subir a una de las barcazas que empleaban los hombres de Lago.

— Propongo que nos dividamos para ganar tiempo, un grupo hará las compras de provisiones y suministros para el viaje y un segundo grupo se dirigirá al puerto para ver que puede averiguar. Nos reuniremos nuevamente en el puerto para iniciar viaje, será lo más práctico, ¿no os parece?.

Tras salir de la casa de Glóin, Beli aprovechó para acercase a Trotter y palmearle afectuosamente la espalda.

 — Habéis estado increíble ahí dentro, mi estimado amigo, no sabía que tuvierais un don para la música, dijo recordando con una carcajada como Trotter lo había acompañado en su canción, espero que me enseñéis alguna tonada de la Comarca para tocarla en mi violín y poder retribuiros la gentileza!

No solo eso, si no que el pequeño hobbit se había ganado la confianza de Glóin con su franqueza, y su intervención había sido decisiva para que el enano finalmente se decidiera a confesar la identidad de los emisarios. Esa franqueza y la capacidad de encarar cualquier situación con una sonrisa hacían que Beli le hubiera tomado ya un gran aprecio al mediano.

Si pretendían seguir la ruta de los emisarios enanos, realmente no tenían muchas opciones a pesar de las apariencias. Internarse por las ciénagas lo más probable fuera que les llevase a perder el camino o cualquier rastro de Balin y Óin. Además, si seguían por tierra las riberas del Río Rápido, lo más obvio era hacerlo por la orilla occidental, lo que dejaría a su derecha las estribaciones orientales de las montañas que servían como defensa natural a Dol Guldur. Lugares siniestros y malhadados, seguro, y de los que Caranthir deseaba que no tuvieran nada que ver con la desaparición de los enanos. Aquellas montañas, incluso con las bajas de los trasgos y huargos cinco años atrás, aun eran un antro de criaturas oscuras.

Así que era lógica la sugerencia de Beran. Asegurarse en los muelles de que ambos enanos habían partido río abajo. Y separarse para hacer ambas cosas, preguntar por ellos y reunir equipo para el viaje, les permitiría ahorrar tiempo.

- Yo iré a los puertos. Si hay suerte, además de buscar información, tal vez me encuentre con algunos de los míos. Si no hay cargamentos destinados a los Salones, quizás pueda convencer a algunos almadieros para que nos presten uno de los botes.

La duda ahora era ver quién le seguiría y quiénes irían a por suministros. Miró de reojo al hobbit. Desde luego, no parecía el más adecuado para cargar mucho equipo, pero el elfo se abstuvo de comentar nada al respecto.

Durante el camino de vuelta, Trotter se dirigió a Beli con una sonrisa -

Tú sí que has estado bien ahí dentro, no he podido sino unirme al hermoso recital, que ha hecho que conquistes el corazón de Glóin. Te diré que cuando entramos pensé que nos iba a echar de allí, pero manejaste la situación de forma impresionante, ¡enhorabuena!

Es bueno saber que eres músico, y aún más que tienes un violín; para el camino seguro que podemos hacer un dueto con mi mandolina, para amenizar las largas noches, y cantar viejas canciones sobre antiguas hazañas.

Tras esto, Caranthir indicó que iba a marchar hacia el embarcadero, y le echó una mirada, lo que Trotter interpretó como una invitación a acompañarle - Yo iré contigo al puerto, amigo. Recuerda que tenemos el permiso de Glóin para usar una barca de forma gratuita, así que podemos dedicarnos a sacar información sobre el viaje a los marineros a tiempo completo

No tardáis en hacer vuestros planes preparando el viaje que os espera, por lo que os dividís en dos grupos: uno de ellos, formado por Beli y Beran, se dirigen hacia el barrio de los Mercaderes para hacerse con el resto de provisiones y útiles con los que afrontar la marcha, mientras que por otro lado, Caranthir y Trotter ponen camino hacia el barrio de los Astilleros para reunir más información y tratar de hacerse con un bote en condiciones que pueda soportar el arduo viaje por las ciénagas.

La abertura mayor en el centro de la ciudad del Lago es el estanque del Mercado, y el área abierta cercana es la plaza del Mercado principal de la ciudad. Ciertamente es el barrio mayor y más activo de la ciudad, donde vive una gran parte de la población y donde los mercaderes de las tierras distantes acuden a reunirse con los de Esgaroth, Valle, Erebor y el reino del Bosque, y donde los granjeros de las tierras cercanas acuden a vender sus mercancías.

Como casi todo el día, veis como botes y barcazas del sur descargan aquí sus cargamentos de vino, aceite de oliva, especias y sal, cerámica, tintes y otros objetos aún más exóticos que llenan los almacenes de la ciudad. Después son cargados de nuevo con grano y lana, la artesanía de los herreros enanos y los objetos vendidos por los vendedores de telas, curtidores, zapateros, fabricantes de sillas de montar y otros artesanos.

A un lado vuestro, la compra y venta de animales vivos tiene lugar en un área vallada cercana al estanque del Mercado; aquí, los granjeros venden sus vacas, ovejas y aves a los mataderos de Esgaroth, quienes preparan la carne para su venta a lo largo del muelle de los Mataderos, además de pescado y aves salvajes. A los granjeros que no tienen animales con los que comerciar se les permite vender queso, raíces y hierbas a lo largo de la calle del Puente, pero sin puesto fijo.

Cualquier cosa que se pueda comprar y vender en la ciudad del Lago está a la vista en este barrio, con la excepción de la madera, el oro y las piedras preciosas; parece ser que estos materiales tan sólo se venden y se compran en el llamado "barrio de los Elfos". Como ya habéis podido comprobar en los días en los que habéis pasado en la ciudad del Lago, las mejores cervecerías y posadas se encuentran a lo largo de la calle del Puente, que conecta las puertas de la ciudad con la plaza del Mercado. Aquí, los músicos errantes encuentran cobijo bajo los soportales para amenizar el día a los paseantes.

El barrio de los Astilleros está enteramente dedicado a la construcción de almadías, botes y cualquier otra cosa necesaria para el propósito principal de la ciudad del Lago, que no es otro que el comercio. Cada día, un pequeño bosque de antiguos robles es troceado por un ejército de carpinteros a fin de crear los largos tablones necesarios para dar forma a la quilla de las naves. Los herreros martillean sus yunques a todas horas del día para fabricar los miles de remaches de hierro forjado y de cables necesarios para fijar los tablones a las quillas. Centenares de remos se construyen a partir de altos abetos y cientos de metros de cuerda se tienden, tirantes, entre los edificios para que el sol los seque. Las velas son cortadas y cosidas cuidadosamente por artesanos expertos y luego pintadas con los colores de la ciudad. Los toneleros trabajan sin cesar para proporcionar los innumerables contenedores necesarios cada año para exportar productos locales o importar vinos de calidad u otros objetos exóticos.

La mayoría de los botes aquí construidos son esquifes y drakkars encargados por comerciantes privados. Los botes más pequeños se emplean a diario en la ciudad del Lago para todo tipo de usos y se trata de esquifes de quilla redonda que permiten albergar a dos, cuatro u ocho remeros en bancadas que miran a popa, dirigidos por un timonel que coordina sus esfuerzos y que dirige el bote con un timón lateral. Típicamente, los esquifes de la Ciudad del Lago llevan la proa adornada con cabezas de pájaro, siendo el cisne la elección tradicional, pero en los años recientes, los esquifes con proa de dragón se han vuelto más populares entre los habitantes más jóvenes de la ciudad.

A pesar de su longitud, incluso los drakkars mayores construidos en la ciudad del Lago están diseñados para ser relativamente ligeros, puesto que es necesario sacarlos del agua y cargarlos en los carros utilizados en la escalera de Girion, al sur, un camino de portazgo pavimentado, construido hace mucho tiempo por hombres del Lago con ayuda de canteros enanos, que permite un descenso rápido de los botes y de su contenido desde el lago hasta donde el río Rápido recupera su curso más allá de las cataratas, así como su ascenso hasta el lago desde el río para los botes que vienen del sur.

No os es nada difícil encontrar varios grupos de barqueros, algunos de ellos dedicados a tripular los pequeños botes que son enviados a remolcar las almadías de barriles que bajan por el río del Bosque. Sobre estas almadías reconocéis los rostros de elfos silvanos, barqueros del rey Elfo, que transportan mercancías para el reino del Bosque.

Beran avanza con paso seguro, atravesando el bullicio y la actividad frenética del barrio de los Mercaderes mientras se adentra en él junto a Beli. En su mente ya planea las compras que deberían hacer, enfocadas a la supervivencia. El beórnida se detiene un momento para contemplar la animada compra y venta de animales en el área vallada cercana. El intercambio de bienes y la variedad de productos disponibles en este barrio es abrumadora, pero Beran se mantiene concentrado en su misión.

—Aquí, en medio de todo este ajetreo, encontraremos lo que necesitamos para nuestro viaje. Estas Ciénagas Largas serán un desafío, pero con una buena planificación y los recursos adecuados, podemos superarlo. -murmura a Beli mientras continúan su camino por la concurrida calle del Puente, manteniendo una actitud positiva como era de costumbre-. Me imagino que para tu don cantor te interesará uno de esos instrumentos musicales. Yo no nací para la música y tampoco podría permitírmelo, pero prometo acompañarte con silbidos y palmadas que alivien las noches aciagas.

Beran se acerca a uno de los puestos de provisiones y se dirige al comerciante:

—Buen día, señor. Necesitamos víveres y utensilios para un viaje largo. ¿Podría indicarnos dónde podemos encontrar lo que buscamos?

El comerciante señala hacia una sección del mercado donde se encuentran los suministros de viaje. Beran agradece al comerciante y se adentra en la sección indicada. Examina detenidamente los productos disponibles, asegurándose de elegir aquellos que sean duraderos y de calidad. Mientras tanto, el bullicio del mercado y las conversaciones animadas de los comerciantes y clientes llenan sus oídos, recordándole la importancia de su misión y la necesidad de estar preparados para cualquier desafío que encuentren en el camino hacia el sur.

El distrito de los muelles reflejaba la actividad frenética de Esgaroth igual o mejor que cualquiera de sus mercados. Desde los artesanos carpinteros, cordeleros o calafateadores que preparaban las nuevas embarcaciones a los estibadores a los propios marineros, la ciudad hervía y bullía alrededor de Caranthir. Había oído hablar de ello a los elfos que subían y bajaban el curso del Río del Bosque llevando provisiones, pero las descripciones no acertaban a dar una verdadera impresión del bullicio de la ciudad comparado con la vida en el bosque bajo las estrellas.

Aunque el elfo confiaba en su buen oído para captar algo que le ayudase a orientarse, el mucho ruido y las demasiadas conversaciones triviales abundaban en el lugar y le resultaba difícil filtrar algo. Seguramente no les quedaría otra que preguntar.

- Probemos suerte con los estibadores. Seguramente a la gente que carga y descarga las mercancías les haya podido llamar la atención un grupo reducido de enanos que cargase suministros de viaje en lugar de bienes de comercio. O puedan indicarnos si alguno de sus colegas participó y Balin y Óin partieron efectivamente río abajo.

Si obtenían tal confirmación, Caranthir ya había comprobado que muchos de los suyos estaban por allí, así que no debería tener mucho problema en abordar a alguno y ver si tenían botes de factura élfica que no estuvieran comprometidos ya en algún transporte. Los constructores navales del Lago sabían sin duda lo que se hacían pero nunca estaba de más confiar en las virtudes de las embarcaciones creadas por artesanos elfos, especialmente si pretendían recorrer el tramo del río comprendido a lo largo de las Ciénagas Largas.

Para Trotter la actividad febril del muelle era algo completamente desconocido. Sí que había algo de transporte por el Brandivino, y más de una vez había cruzado el río desde la balsadera de Gamoburgo, pero la actividad portuaria era sorprendente para el joven hobbit, por lo que miraba a un lado y otro extasiado.
Cuando a instancias de Caranthir se dirigieron hacia un grupo de estibadores de la ciudad que trabajaban febrilmente en la carga de los barcos cercanos, Trotter no perdió tiempo para preguntar por los enanos expedicionarios. - Buenos días, amigos.
Me encanta el trabajo que hacéis por aquí, parece desde fuera una locura de movimiento sin parar, pero tenéis una forma de organizaros tan buena que no se os lía ni un solo paquete, estoy seguro que sin vosotros el comercio no sería posible... ¡Tenéis todo mi agradecimiento y mi respeto! - Tras esta introducción, se metió en el tema que les traía - Buscamos el rastro de un par de enanos que creemos que partieron hace unos cuatro o cinco días de aquí, en dirección al sur; son amigos nuestros y creemos que podrían haberse perdido en el camino. ¿Alguno de vosotros tiene idea de un viaje de esas características que se preparara por esos días, o nos podríais indicar a alguien que pudiera saber sobre ellos?.

Beran y Beli se adentraron en el barrio de Mercaderes con la idea de hacerse con las provisiones y suministros necesarios para el viaje que tenían por delante. Pese a que el beórnida parecía algo abrumado con el ajetreo y el bullicio de las calles y tiendas pronto demostró tener una naturaleza pragmática y un excelente ojo para encontrar, en la gran variedad de tiendas, aquellas que ofrecían la mejor calidad de producto.

Beli por su parte se encargó de la tarea de negociar y regatear el precio con los comerciantes, ya acostumbrados a la paciencia y tozudez enana cuando se trataba de ahorrarse una pieza de plata, mientras aprovechaba para preguntar de forma discreta por noticias de la región, pues los vendedores del barrio de los Mercaderes estaban sin duda entre los mejor informados de todos los habitantes de Esgaroth.

—Así es, estimado amigo, tengo confianza en que podamos encontrar a Óin y Balin con vida. Junto con el propio Glóin, son supervivientes de la legendaria Compañía que liberó la Montaña del aborrecible Smaug y su pérdida sería un duro golpe para todos.

Se detuvieron en el puesto de instrumentos que había señalado anteriormente Beran y Beli probó varios violines hasta encontrar uno de su gusto y tocar una alegre tonada que incluso despertó algunos aplausos de los viandantes.

—No hay pesar que una melodía no consiga hacer más llevadero y una canción puede traer de nuevo esperanza a los corazones, incluso en la hora más oscura. Me llevaré este, buen hombre.— dijo dirigiéndose al tendero.

De forma metódica y sin prisas fueron adquiriendo todo lo necesario y así equipados y cargados con los aperos de todo el grupo pudieron encaminarse al puerto a reunirse con el resto de sus compañeros. 

- Buen día, amigo hobbit - responde con alegría al saludo el estibador - ¡Gracias! Los hombres del Lago llevamos este trabajo en la sangre - se permite bromear - Respondiendo a tu pregunta, no son demasiados los enanos a los que se les ve bajando en barco al sur, pero sí los suficientes como para que no sepa con seguridad si vuestros amigos se encontrarían entre ellos. Oh, a menos que... - parece caer en la cuenta - ¿Dos enanos desaparecidos dices? Es difícil en estos días no haber escuchado en algún rincón de la ciudad la noticia de la desaparición de los enanos de Erebor ¿no serán por casualidad esos mismos enanos? ¿Me equivoco?

Muchas son las embarcaciones que observas, tanto aquí como las que se dirigen rumbo al barrio del Mercado; y no son pocos los rostros elfos con los que te encuentras, pero lamentablemente ninguno de ellos a bordo de botes que no sean almadías cargadas en su mayoría con barriles.

Preguntas por el camino a alguno de ellos pero pese a su buen afable trato contigo, algo que compruebas que también es atribuible con el resto de ciudadanos de Esgaroth, ninguno te llega a asegurar que una barca de esas características haya atracado estos días en los muelles o si alguna estará próxima a llegar.