Partida Rol por web

Apenas se ha levantado el sol cuando entráis en el barrio de Astilleros. Presentáis la orden de Gloin al primer hombre que se cruza en vuestro camino, y éste os deriva a Lomund, el capataz del puerto.
Sin hacer preguntas, os conduce hasta el amarre de los muelles, y os muestra un esquife adornado con una cabeza de dragón.
 

-¿Es de vuestro agrado? -os pregunta.

"Un dragón llevó a mi gente a la ruina, y un dragón llevó a mi gente a recuperar su hogar, y conocer una nuevo era de prosperidad."

- Es de mi agrado.- Sonrío bajo la barba.- Mas no creo que debamos perder tiempo. A buen seguro que esta aventura nos lleve largos días, y no quisiera encontrarme con más inconvenientes de los habituales. ¡Al bote!

- Parece un buen bote- digo examinándolo- deja que le eche un vistazo más de cerca.

Con ojo experto, Farald recorrió las partes más críticas del bote, tratando de encontrar cualquier defecto que pudiera ponerles en problemas. Una vez en el agua, ya no tendrían forma de volver atrás.

Farald se acerca al bote y lo estudia. Los tablones usados en la quilla son de roble y los remos parecen hechos de madera de abetos. Todo está como debe. No hay fisuras. Las palabras de Gloin no son tomadas a broma en Esgaroth.

- Es sencillamente espléndido- respondo con un asentimiento y los brazos en jarras- un bote magnífico. Agradeced a Glóin por sus desvelos. 

Subo al bote e invito a los demás compañeros a tomar sus asientos.

- Vamos muchachos, no tenemos tiempo que perder. ¿Necesitáis invitaciones por escrito?

Bonito, muy bonito, casi irónico. Pienso al ver nuestro bote y la cabeza de dragón en su extremo. 

Cuando Farald nos invita a subir río por su gracia. No será necesario compañero, espero no perder el equilibrio. -De un salto subo al bote y me siento en un banco casi en el mismo movimiento. - Perfecto, seguro y cómodo. ¡Vamos amigos! Veamos qué nos depara este viaje. 

Los “wyrm” y los míos no se encontraban en armonía y como elfo prefería los navíos que emulaban a los bellos y gráciles cisnes y aun así, aquel bote que ahora se nos ofrecía no dejaba de tener a su favor la recia manufactura de los hombres de esta tierra.

Hantalë  (gracias), le dije al humano que nos ofrecía el navío antes de abordar el esquife y luego, volviéndome a mis hermanos de armas con emoción les hable con las siguientes palabras:

Nai tiruvantel ar varyuvantel i Valar tielyanna nu vil.

(Quieran los Valar protegernos en nuestro camino bajo el cielo).

Dentro del bote, Aerandir y Khargûl se colocan a los remos, de espaldas a la proa y mirando hacia Farald, quien guía el esquife desde la popa con un timón lateral y coordina los esfuerzo de los dos remeros. De pie en la proa viaja Jooy, mirando al frente y tratando de no perder detalle del paisaje para alertar a sus compañeros si hiciera falta.

Así parte la compañía Umbría, dispuesta a seguir el rastro de Balin y Oin.

1ª jornada de viaje: por la mañana

Durante la mañana, Farald guía el esquife de forma magistral, aprovechando las corrientes favorables y esquivando las que os apartan de vuestro rumbo, tanto así, que avanzáis extraordinariamente a pesar de la indisposición de Jooy, quien se marea poco después de subir al bote y acaba cayendo por la borda. Aerandir, sin pensarlo dos veces, se lanza al agua para salvar a su amigo mientras Farald desvía el rumbo para acercarse a ellos y Kharhûl trata de maniobrar ambos remos.

Tras un gran esfuerzo por parte de todos, Aerandir y Jooy suben de nuevo al esquife, y mientras ambos recuperan el resuello, Farald se percata de que, al desviarse, ha perdido el rumbo en el inmenso lago.

Una vez de vuelta en el bote, sentado sobre el suelo, con las piernas estiradas y empapado me miro de arriba abajo. -¡Terriblemente fría! -Con una sacudida intento secarme y me abrazo a mi mismo intentando darme calor - No era momento para pescar ciertamente, Aerandir te estoy eternamente agradecido. Perdonad el revuelo amigos, y el retraso, ¡lo que nos faltaba! - Exclamo más para mi que para los demás, enfadado conmigo. Vaya manera de empezar un viaje Jooy. Buscando algo con lo que secarme vuelvo a mi puesto e intento concentrarme de nuevo. Espero que podamos encontrar de nuevo el rumbo, Farald es un gran guía, ¡incluso con un vigía como yo!