Partida Rol por web

–No será muy problemático si vamos bien surtidos de agua, creo yo.– Ahora que habían encontrado una esperanza, no iba a dejarla escapar.– Puede que no haya nada, pero ha guiado a otras expediciones hacia allí. ¿No? Tampoco es tan raro que queramos ir.

Sonny se puso rojo como un tomate y se reclinó entre los cojines cuando Yusuf al-Akba respondió a su comentario que había tratado de pasar desapercibido. Eso le mantuvo un largo rato callado, tratando de no llamar la atención. Por su parte sí que cogió la manguera y le dio un fuerte sorbo.

- Cof....cof...- Se sentía ridículo por su torpeza con el artilugio, pero la curiosidad era algo superior a sus fuerzas.- Está...bueno...- La situación se tensaba con acusaciones de ambos bandos. lo que más llamó la atención a Sonny fue el comentario realizado por el guía acerca de los genios maléficos.- ¿Genios maléficos?¿A qué se refiere?- Seguramente serían las alucinaciones provocadas por la deshidratación, pero tenía que preguntar, sobre todo después de lo ya vivido.

Sí, he guiado otras expediciones.- Le confirma a Matt.- Y ustedes, permítanme la observación, no tienen pinta de expedicionarios "normales". De todas formas.- confirma después a Abraham.- tiene usted razón, sus asuntos son suyos no tienen por qué compartirlos conmigo. Lo único que yo podré hacer entonces es doblar el precio que iba a pedirles por mis servicios.- Sonríe enigmáticamente.- Aunque supongo que eso tampoco será un problema, ¿Verdad?

Mejor que el tabaco de occidente.- Le contesta después de que Sonny haya probado la cachimba. Con lentitud recupera la boquilla y le proporciona otra fuerte calada.- A nada, los genios maléficos no existen, son supersticiones de estas gentes. Ninguno de los que hace referencia a esos genios ha pisado nunca Rub el-Jali.

¿Viajan con mucho equipaje o solo con eso?- Os pregunta señalando los bultos y maletas que habéis traído con vosotros desde el hidroavión.

Roderick se llevó el primer zas en la boca cuando el infiel les soltó que no los llevaba, el lama se le cayó literalmente a los pies... aunque su otro yo casi se puso a dar saltos de alegría. No ir al desierto implicaba ahorrarse sudor, sufrimiento y monstruos... sin embargo el matrimonio Greywood fue arreglando la situación ayudados por sus otros compañeros de desventuras.

El pobre capellán miró su cigarrillo y comenzó a fumar, poniendo cara de asco al momento en que Whitetaker le dio una calada a la manguera moruna. ¿A quien se le ocurría?

Entonces una nueva combinación de palabras llamó la atención de Craven ¿Genios maléficos? Roderick puso todos sus sentidos en la respuesta de "El Loco" para después no saber si suspirar o maldecir nuevamente su suerte... aterrado como estaba de cruzar el desierto a expensas de aquel guía, decidió hacer de tripas corazón y centrarse en su cigarrillo.

¿Viajan con mucho equipaje o solo con eso?

- Ese es todo nuestro equipaje, caballero- respondió mirándolo de reojo- el dinero...- dio otra calada- no será problema. ¿Díganos cuanto pide?

-De hecho le pagaré cinco veces más si nos lleva y nos trae de vuelta- dijo muy seguro de lo que decía.

El cabo quería acabar cuanto antes con aquello y el dinero que tuviera que pagar era ridiculo con la posible recompensa que pudieran obtener. Máxime si se aseguraba de que su guía les ayudaba a volver nuevamente a buen puerto.

Si siguen mis instrucciones volverán los seis de una pieza.- Os dice Yusuf.- Veamos..... necesitarán provisiones, ropa, siete camellos serán ..... quince mil rials en total.- Yusuf da una nueva calada.- A la vuelta pueden vender los camellos, si están en buen estado, y recuperar hasta cinco mil rials.

Roderick escuchó con atención las instrucciones del "francés" no le hacían mucha gracia las ropas morunas, eran poco estéticas y poco probable que a él le quedaran bien.

- ¿Podría indicarnos que tipo de provisiones y cantidades son necesarias? Con respecto a la ropa...- torció el gesto- ¿Tenemos que ir vestidos con eso?- señaló con la mano con la que sujetaba el cigarro a la cabeza de su nuevo guía- Y... ¿donde podemos comprarlo todo? no conocemos este sitio.

- No seas estirado, Roderick.- Sonny se permitió intervenir, divertido.- Donde fueres haz lo que vieres decía mi madre.- Aspiró otra profunda bocanada, esta ya sin que le provocara toses, y exhaló sintiéndose, desde hacía mucho tiempo, algo más relajado.- ¿Cuándo podremos partir?- Si a nadie le preocupaba el dinero a Sonny sólo le preocupaba partir cuanto antes.

-La verdad es que es mejor pasar desapercibido y copiar las costumbres de los lugareños en cuanto a ropa, comida y desplazamiento. Ellos sin duda saben mejor cómo moverse por el desierto...y si usted ha convivido con ellos creo que será el que mejor nos pueda indicar y tratar. Si no le molesta, claro.

Pese a haber empezado con mal pie, doblando el coste de la expedición, Ab quería que aquel tipo les ayudara pues ellos estaban perdido en aquella ciudad y en el posterior desierto. Además lo importatente eran sus hijos y el dinero que tuvieran que pagar era ridículo en comparación con sus vidas.

-Pero tenemos prisa, mucha prisa, con lo que si nos ponemos manos a la obra de inmediato se lo agradecería.

–Dicen que es la mejor ropa para la arena, señor Roderick. Además, no hemos venido a ningún desfile de moda, ¿no?– el tono de la mujer era suave. Sin duda su relación con Roderick había mejorado, pero no iba a perder el tiempo en aquellas menudencias. Del mismo modo que se había ataviado con un pañuelo para que su melena no llamase la atención, se embutiría en cualquier tipo de vestimenta que fuese necesaria.

Roderick miró de reojo a sus compañeros y la señora, tenían razón... no podían perder el tiempo con aquellas cosas y a pesar de su reticencia a llevar ropa infiel, se resigno con un hondo suspiro.

- Un hombre de fe como yo... llevando esas ropas- se lamentó con amargura, seguían siendo capellán al fin y al cabo- pero está bien, está bien...- continuó en tono lastimero, no seré yo quien entorpezca la expedición- hubiera llorado, pero le daba verguenza y se conformó con un sorbo de café... después le daría un trago a la petaca para terminar de aplacar su disgusto- démonos prisa...

–¡Oh venga! Puede llevar el alzacuellos con ese traje. Quedará raro, pero no más que otras cosas que hemos visto– En ese momento, Matt cerró la boca con un chasquido. Acababa de meter la pata con aquel comentario sobre haber visto cosas raras. O quizás no, al fin y al cabo ¿quien no había visto cosas raras? Claro, que el hecho de que estuviese sudando llamaba la atención. Tratando de corregirse añadió– Y si eso quita un poco del infernal calor que hace aquí, lo agradecerá

Sí que quita algo del calor.- Reconoce el francés.- Ya saben lo que tapa del frío tapa del calor.

Me alegra que acepten mis consejos sobre vestimenta, pero no veo que hayan hablado del pago. Mis servicios cuestan quince mil rials ¿Pueden permitírselo?

No sabéis cuanto es esa cantidad en dólares, pero lo que si sabéis es que Keeper tiene un fondo para emergencias. Un telegrama y en poco más de una semana podréis retirar los fondos de algún banco local.

Roderick terminó por darse por vencido, si las ropas esas servían para aislarlo del calor tendría que usarlas, así que se bebió el café de un sorbo, si le hubieran dicho a él que se iba a ir de excursión persiguiendo demonios atabiado con ropas infieles... jamás se lo habría creído, hasta se imaginó la carcajada de su hermano mientras lo pensaba... 

Me alegra que acepten mis consejos sobre vestimenta, pero no veo que hayan hablado del pago. Mis servicios cuestan quince mil rials ¿Pueden permitírselo?

- Podemos, si no, no estaríamos teniendo esta conversación...sólo necesitamos una semana para poder realizar el pago en efectivo- le dijo al francés

–El dinero no será problema– aseguró Daphne. La mujer tenía la total seguridad de que el gobierno financiaría aquella aventura. No por los hijos de los soldados sino por todo lo que habían ido viendo. Puede que el Mayor Leighton si se prestase a ayudarlos por simpatía, pero aún sin su apoyo, los altos cargos querrían saber, como habían querido saber desde que aquel extraño hombre demostrase que podía arrancar miembros solo con desearlo. –Si me permite la pregunta señor  al Akba... Usted es europeo pero ahora parece haberse adaptado muy bien a este país. De hecho, parece más un nativo que algunos de ellos. ¿A que se debe el haber abrazado con tanta intesidad esta cultura?

Sonny no decía nada del tema económico. No sabía si sus amigos y compañeros se tiraban un farol o no, pero no iba a estropearlo si era el caso.

- ¿Es necesario que vayamos en camellos? Es decir, no podemos hacernos con algún automóvil que pueda ir bien pro el desierto?- Preguntó ingenuo.

Ab, pese a su nerviosismo por lo que él consideraba una perdida de tiempo, siguió el curso de las conversaciones. Viendo que este trámite se iba a eternizar, decidió pertrecharse lo mejor posible.

-Sí, por el dinero no hay problema, como ya le dije antes. De hecho estoy buscando armas, armas potentes, poderosas, ametralladoras, dinamita, granadas...lo más poderoso que pueda encontrarse en este lugar. ¿Sabe dónde podemos adquirirlo?

Ab sabía que esas armas serían extremadamente raras en aquel sitio, pero siempre era bueno pedir algo muy raro pues lo común siempre aparecería si se busca lo extraordinario.

Pasasteis la siguiente semana en una pensión de mala muerte que os recomendó Yusuf. Salisteis un par de veces, pero pronto os quedó claro que fuera de las pocas zonas controladas por el protectorado, Aden no era un lugar amable para los infieles extranjeros, mucho más aún si se trataba de una mujer.

El francés le explicó a Abraham que incluso con los dólares llegados desde los Estados Unidos era imposible conseguir en la ciudad la clase de armas que estaba buscando y que tendría que conformarse con algún revolver y fusil.

Pese a que Yusuf se negó a entrar en el desierto con nada que no fuera camellos, si que accedió a daros unas clases y el comerciante que os los vendió os dejó practicar en sus cuadras. Tras varias caídas y algún pequeño hematoma, empezasteis a dominar su monta.

Quien tuvo más suerte fue Matt, quien poco a poco fue controlando las descargas eléctricas el aparato alienígena. Aunque no había conseguido que lanzara rayos, como hacían los seres insectoides, ahora era capaz de electrocutar a quien tocara con él, pudiéndose usar al estilo de un puño americano.

El día acordado, a la hora acordada para la partida Yusuf se presentó en la pensión.

Salam aleikum.- Os saludó.- ¿Preparados para partir?

Los días transcurridos en aquella aldea de mala muerte, transcurrieron lentos... muy lentos para Craven que tuvo que resignarse a vestir de manera infiel y adquirir tabaco y bebida de calidad... moderada, por no decir otra cosa... para el duro viaje que tenían por delante. Al menos se había podido hacer con un arma y munición suficientes para sentirse seguro, sólo que había visto tantas cosas que seguridad no era precisamente la palabra adecuada...

- Aleikum Shalam...- le respondió "al francés" educado pero con un rictus raro en su cara por tener que vestir de aquella guisa, con su turbante, la chilaba y demás enseres no terminaba de reconocerse, lo único bueno era que estaba tan tapado que pocos le verían la cara... que era lo que prefería en aquellos momentos- Preparado...- suspiró con resignación.