Ab iba a contestar a Sonny, cuando Matt habló. Sus palabras hicieron que un nudo se le hiciera en el estómago, pues decía estar escuchando una voz que le llamaba, una voz que por lo menos el cabo no oía.
Pero habían vivido situaciones tan complicadas y fuera de lo común como para creer que realmente estaba escuchando esas voces, por lo que Ab se acercó a su compañero y le preguntó: -¿Qué estás escuchando? ¿cómo son esas voces? ¿podrías decir de donde vienen...vamos, seguirlas?
-¿Llamando?- Preguntó incrédulo Sonny mientras se metía los dedos en las orejas por si tuviera algún tapón de cera que no le dejara escuchar bien.- Yo no oigo nada.- Aunque antes había sentido que iban en la dirección correcta.
Roderick enarcó una ceja al escuchar al señor Winwood decir lo de la llamada.
- No hay ninguna cabina de teléfono a la vista...- comenzó a decir tratando de quitarle hierro al asunto- quizás es un espejismo- se encogió de hombros algo nervioso para terminar por ponerse a su lado y preguntar- ¿De donde viene?- con suerte lo mismo le daba a todos por ir en dirección contraria y salvar el pellejo...
–¿Llamando? Pero...¿Cómo? Por tu nombre o...– Daphne tragó saliva, sin atreverse a albergar esperanzas de que aquella voz fuese la de su hijo.
–Por mi nombre, pero ya ha parado. Vienen de allí– Matt apretó el hombro de su mujer y señaló en una dirección, escamado. ¿Sería una trampa?– Pero no es una persona. Son varias, como en esos seriales de la radio donde voces fantasmales llaman a alguien.
Matt se quedó en silencio lanzando un gruñido cuando Roderick sugirió que estaba perdiendo la chaveta. En realidad no era algo descabellado y él mismo dudaba de ello. Quizás por eso no le respondió insultando o en un tono brusco.
–Puede que tenga razón pero... tampoco tenemos ninguna pista de donde ir. Quizás ese calambrazo tenga algo que ver con que solo yo lo oiga.
Subidos a los camellos comenzasteis la lenta marcha en la dirección en la que Matt había oído las voces.
El sol pronto hizo acto de presencia y con él llegó el calor. Un calor insoportable, los gruesos ropajes con los que os había equipado Yusuff os aislaban de lo peor, pero el trayecto era duro y el agua de las cantimploras descendía a una velocidad alarmante. Un rápido cálculo y os disteis cuenta de que no duraría más allá de dos o tres días. Y sin agua, lo más razonable sería hacer caso a Yusuff y volver al oasis.
La marcha fue lenta, sumidos en vuestros propios pensamientos e inquietudes. Ya caía la noche cuando creísteis vislumbrar un poco de vegetación en la lejanía. Con ánimos renovados recorristeis los últimos metros que os separaban de ellas.
Un pequeño charco de agua cristalina os esperaba cuando lo alcanzasteis. ¿Sería posible que el francés estuviera equivocado y sí hubiera un suministro de agua en el desierto?
Hora de pasar la noche. Os quedan 2/3 de las reservas de agua. ¿Bebéis en el charco? ¿Rellenáis las cantimploras?
Independientemente de la respuesta, tirar por Suerte.
–Ese hombre mucha palabrería y poco conocimiento, diría yo– Matt empezaba a creer que aquel francés no había pisado aquella zona en su vida, de lo contrario les habría advertido de aquel manantial. Para horror de su mujer, Matt metió la mano en el agua dispuesto a dar un buen trago para comprobar su sabor antes de rellenar la cantimplora. Les quedaba mucho camino, y no estaba seguro de que pudiesen conseguirlo con las actuales reservas.– ¿Será de aquí de donde venían las voces?
Motivo: Suerte
Tirada: 1d100
Dificultad: 40-
Resultado: 36 (Exito)
-Es posible, Matt, pero un hombre del desierto sobrevive gracias a conocer dónde puede encontrara agua y si él no conocía esta fuente de agua quizás sea algo temporal que se secará dentro de poco, o quizás sea una trampo o un ilusión.
Al decir esto el cabo miró en todas direcciones para ver si encontraba alguna pista o veía algo que le dijera que todo aquello era una trampa. Al poco, Colt se bajó de su camello y se acercó al agua junto con su compañero.
-Pero lo que teambién es cierto es que debemos recoger todo tipo de agua, pues el desierto es traicionero y no sabemos si nos durará el agua que tenemos hasta que encontramos a los niños.
Tirada oculta
Motivo: Descubrir
Tirada: 1d100
Dificultad: 70-
Resultado: 77 (Fracaso)
Tirada oculta
Motivo: Escuchar
Tirada: 1d100
Dificultad: 70-
Resultado: 74 (Fracaso)
Motivo: Suerte
Tirada: 1d100
Resultado: 64
Daphne había tenido problemas a la hora de bajarse del camello, y no se había percatado de la locura que había hecho su marido. Cuando se giró los ojos se le abrieron como platos. No podía creer que fuese tan inconsciente.
–¡Matt! ¿Estás loco? ¡Abe!, detengase. ¿Y si el agua está envenenada? O peor, ¿y sí tiene que ver con esos seres?
Motivo: Suerte
Tirada: 1d100
Dificultad: 50-
Resultado: 100 (Fracaso)
si fracaso, que sea a lo grande xD
Roderick a quien la comodidad le encantaba y el calor y el sufrimiento le horrorizaban a partes iguales... en cuanto vio el charco con agua se bajó del pestilente animal que montaba y fue directo a meter la cabeza en el agua y saciar su sed, sólo la levantó para ver como la americana regañaba a su marido, momento en el que arqueó una ceja y todo digno se limpió el bigote para que no lo fueran a reprender a él.
Motivo: Suerte
Tirada: 1d100
Dificultad: 80-
Resultado: 23 (Exito)
Roderick primero bebe agua... luego si puede y no se ha muerto rellena la cantimplora ^^
A Sonny le daba igual. No iba a beber de ese agua aunque fuera lo último que hiciera. ¡Qué solo aguantaban dos o tres días más? Si no encontraba a sus hijos en ese tiempo poco le importaba morir.
- ¿Qué hacéis?- Recriminó a sus compañeros uniéndose a la mujer.- Es un espejismo o...o algo peor.
Motivo: Suerte
Tirada: 1d100
Dificultad: 70-
Resultado: 94 (Fracaso)
–Pero...–Daphne hubiese estrangulado a sus compañeros, marido incluido salvo a Sonny, que parecía el único con un poco de cabeza por allí.
–Y usted... ¿Qué se supone que hace teniendo agua en la cantimplora?–recriminó a Roderick–¡Se supone que usted es la voz de la razón, no el que se lanzaría al primer charco de lluvia!
A primera vista, nada parecía indicar que aquello fuera algún tipo de trampa. El desierto estaba tan solitario como lo había estado durante todo el día.
Aunque con diferentes modales, Roderick y Matt saciaron su enorme sed sin importar lo que Sonny y Daphne pudieran decirles. El agua estaba fresca y sabía a lo que debe saber el agua, a nada, pero no había forma de saber si podía estar envenenada.
Los demás prudentemente decidisteis que ya que aún quedaba agua en vuestras cantimploras bien podíais esperar a mañana para decidir si llenarlas o no.
Tras tomar la parte de las raciones de viaje que llevabais en los camellos, formasteis los turnos de guardia y os fuisteis a dormir. La noche transcurrió sin ningún incidente y todos despertásteis al alba sin ningún contratiempo.
Había que ponerse nuevamente en marcha. ¿Seguiríais la misma dirección que el día anterior?
Abraham, Sonny y Daphne tienen que decidir si beberán del agua.
Algo en tu interior te dice que sí, pero que no. Que vuestro camino hacia el centro del desierto es el correcto, pero que en el día de hoy deberíais variar la dirección que lleváis. No mucho, solo un poco, virando no más de 5º hacía el norte.
Daphne seguía desconfiando, de modo que bebió el agua de la cantimplora pero, al terminar, la rellenó con el agua del manantial. No bebería de ese agua sospechosa hasta que fuese completamente necesario, pero el hecho de que Roderick y Matt estuviesen bien indicaba que no podía ser tan mala. Quizás....
-No digo que el agua que hemos encontrado sea mejor que la que tenemos, pero es agua y en el desierto eso es fundamental -dijo encogiéndose de hombros-. Lo que podemos hacer es cogerla como se hace con las jeringuillas para esterilizarlas, así tal vez evitemos alguna enfermedad*.
-Busquemos un sitio donde pernoctar y algo de combustible para hacer un fuego.
*.- lo pongo por haber estado en la guerra y que tal vez siendo cabo lo haya visto. Si no cuadra quítalo.
Sonny no bebería de esa agua. Lo había de idido y, mientras tenía agua de su cantimplora, lo veía lo más lógico. Si no encontraban a los niños más le valía morirse allí.
-Creo que vamos bien, algo me lo dice, pero iría un poco más hacia allí. No mucho, solo un poco, virando no más de 5º hacía el norte.
–¿Estás seguro? Juraría que las voces venían de allí– el desierto era asqueroso, la arena molesta y el calor agobiante, pero tenía muy claro el lugar de origen de las voces que había oído
Ab escuchó a Sonny y se encogió de hombros. Él cabo no había escuchado nada, pero no dudaba de la palabra de su compañero, pues vicido lo vivido ahora era todo posible.
-Yo no he oído nada y no tengo ningúna percepción cobre a dónde tenemos que dirigirnos -dijo francamente a sus compañeros-. Pero lo que sí sé es que tenemos que etar por aquí.