Partida Rol por web

- ¡Me cago en la put...!- Sonny tenía los oojos abiertos como platos y los frotaba como si estuviese viendo un espejismo.- ¡Se mueve! Quiero decir, está ahí pero cambia de forma. El templo. ¿No lo veis?

—Tranquilo Sonny —dijo la mujer acercándose a su compañero y poniendo la mano en su hombro—   En el mejor de los casos, es un espejismo. En el peor y más probable... Hemos visto cosas peores, ¿no crees?

Después de hombres insectos, magos con la capacidad de hacer desaparecer miembros, ciudades pobladas de seres imposibles y portales espaciotemporales, aquel aspecto no era demasiado perturbador. Era incluso hermoso.

—Lo importante es que estamos cerca de los pequeños. Lo presiento.

Matt asintió ante las palabras de su mujer y a las de su amigo y compañero. Aquello no era nada en comparación con lo que habían vivido. Y probablemente con lo que fuesen a vivir.

—Adelante

Ab no dejaba de mirar hacia adelante, incluso cuando Sonny comenzó a vociferar sobre algo raro que veía en el templo. Era un soldado y en momento como ese nada podía distraerle, sobre todo en aquel lugar tan extraño. Sin dejar de mirar al templo el torció el gesto y asintió.

-No sé lo que es, pero en el Templo hay algo raro -dijo mirándolo fíjamente-. No sé si es el propio templo o lo que se esconde en él o...o lo que sea, pero ahí hay algo raro.

-Sigamos -coincidió con Matt.

No podían detenerse y parar pues presentía que debnían darse prisa. No sabía si sus hijos podrían estar en peligro pero lo intuía.

Roderick miró el templo, y lo volvió a requetemirar hasta casi parecer que se iba a quedar vizco, se había dado cuenta de que algo raro tenía... sólo que a simple vista no era visible, pero el capellán estaba seguro que si prestaba atención se daría cuenta de lo que le pasaba... entonces varios de sus compañeros empezaron a decir que se movía. El señor Craven los miró a ellos y después al templo, para después volver a mirarlos y volver a mirar al templo por si él también veía tal cosa o veía otra.

- ¿De verdad queréis seguir?... de acuerdo... sí... sigamos- dijo con un suspiro, era entendible que después de todo quisieran continuar.

Mientras avanzas miras hacia todos lados, buscas la extraña presencia que os ha acompañado durante vuestro caminar por la ciudad de los pilares, sabes que está allí, pero no puedes verla.

Es cuando llegáis a la escalinata que vuelves a percibir algo; es el brillo de unos ojos inquietantemente inteligentes, vuestras miradas se cruzan solo durante un segundo, pero te basta para comprender que el ser tiene tantas ganas como vosotros mismos de que entréis y que es justo por eso por lo que no ha tratado de impedir vuestro avance.

De todos modos, importa poco lo que ese ser quiera, pues tú sabes que la única forma de rescatar a vuestros hijos es entrar en el templo.

Mirando hacía todos lados en busca de la presencia que parecía observaros recorréis los pocos metros que os separan del templo, el cual no dejó de cambiar sus perturbadoras formas en ningún momento.

Si esperabais que el ser que os observaba hiciera algún movimiento nada ocurrió y absolutamente nadie os impidió el paso al extraño templo.

Después de los segundos que tardasteis en acostumbraros a la penumbra percibisteis las dimensiones del templo, y una vez más algo no cuadraba. Habíais visto el tamaño del templo y ahora dentro del mismo, estabais convencidos que era físicamente imposible que la inmensa sala donde os encontrabais pudiera entrar dentro del edificio al que acababais de entrar, pero lo cierto es que así era.

En mitad de la enorme y completamente vacía sala, se encuentra una gigantesca estatua de figura humana, de más de diez metros de altura con esferas en lugar de cabeza. Acurrucado a sus pies un viejo hombre desnudo os mira desde el suelo.

Tú has visto antes esa imagen, estás seguro de ello, fue en España, en la ciudad de Tartessos, en las escenas esculpidas en las paredes dentro del templo.

Tú has visto antes esa imagen, estás seguro de ello, fue en España, en la ciudad de Tartessos, en las escenas esculpidas en las paredes dentro del templo.

Tú has visto antes esa imagen, estás seguro de ello, fue en España, en la ciudad de Tartessos, en las escenas esculpidas en las paredes dentro del templo.

Tú has visto antes esa imagen, y no solo en un sitio, recuerdas perfectamente lo vivido en San Mateo; la sala llena de sangre que había en los sótanos de la asociación la puerta y la llave y la pequeña y extraña estatuilla que había encima del altar. Igual que tampoco puedes olvidar las escenas esculpidas en las paredes del templo de Tartessos, en España.

Tú has visto antes esa imagen, recuerdas perfectamente lo vivido en San Mateo; la sala llena de sangre que había en los sótanos de la asociación la puerta y la llave y la pequeña y extraña estatuilla que había encima del altar

¡Por fin habéis venido! Hace mucho que esperaba a los Elegidos de Yog-Sothoth.- Dice desde el suelo deteniendo su mirada en todos menos en Daphne.

El hombre que os habla es un ser tremendamente viejo y lleno de arrugas, con los ojos amarillos y las pupilas negras con la forma de un gato. Y completamente desnudo si exceptuamos un pequeño colgante que pende de su apergaminado cuello.

Ab notó que entrar en el templo era lo que aquel ser quería, ese mismo ser que había percibido desde que entraron en aquella ciudad. Era por eso que no les había detenido en su avance por la ciudad. Pero también sabía que sus hijos estaban ahí dentro, por lo que no se negó a entrar a pesar de que todas sus alarmas sonaban a la hora de traspasar el umbral de aquel templo.

Al entrar una inmensa estatua ocupaba casi la mitad del templo. Aquel humanoide con la cabeza con grandes lóbulos los había visto antes -...en España, creo recordar que vimos algo parecido en España-. dijo señalando la estatua.

Pero al instante se dio cuenta de que había una persona totalmente desnuda al pie de la estatua que les habló. El cabo apuntó con su arma al tipo mientras le escuchaba y escudriño el templo por si veía algo u oía algo que estuviera escondido. Además quiso saber si había alguna entrada, puerta o grieta por la que poder seguir y llegar hasta sus hijos.

-¡¡Calla anciano!!. No somos los elegidos de nadie, solo hemos venido a por nuestros hijos. ¡Llévanos a ellos! -le ordenó el cabo algo nervioso.

Roderick estaba sudando, no sólo por el calor que hacía sino por algo que había visto o quizás recordado... o ambas cosas a la vez, ya el pobre hombre no sabía ni por donde tirar... o quizás sí y lo que estaba era acojonado. Fuere como fuere la tez se le puso blanca y al mirar al anciano en bolas no hizo lo que el Craven de toda la vida hubiera hecho... que sería liarse a improperios sobre la indecorosidad de su estado... porque atuendo no llevaba y darle una retahila de salmos y otras cosas mientras le encomiaba a vestirse tirándole lo que fuera para cubrir lo que le colgaba... y no era el colgante precisamente.

..en España, creo recordar que vimos algo parecido en España-.

- Sí... en Tartessos y en San Mateo... hay un número de hombres con niños... el mismo número por criatura y... y... un hombre con muchas caras- atando cabos parecía que todos los presentes cumplían con el número de hombres y retoños excepto Roderick... ¿acaso a él le correspondería ser el hombre de muchas cabezas? la mera idea hizo que se le erizara la piel- ¿Yog qué?- no pudo evitar mirar el anciano y temblar nuevamente

Evidentemente, no era el primer hombre desnudo que veía Daphne. De hecho, en Francia había visto a todos los presentes como dios los trajo al mundo. Pero por algún motivo, el cuerpo de aquel hombre la perturbó como pocas cosas habían hecho antes. Cuando recordaron San Mateo Daphne no pudo más que asentir.

Deaths... Los mi-go... ?El dios de los Mi-go?

—Yo soy más fan del padre Dragón— gruñó Matt intentando provocar al hombre y recordando la conversación de Tartessos. Pero Dragon, hongo o migo, o me dices donde están los niños o te piso la cara, que es lo único que te mereces.

El viejo parece ignorar las amenazas de Abraham y Matt y continua hablando con su vieja y cansada voz.

Sólo aquellos que hayan sido marcados por el Sagrado Signo pueden atravesar la Puerta, para enfrentarse a su Destino. Antes, sin embargo, deberéis responder a la Pregunta. Y esta es: ¿Cuál es el nombre del Dios que no ha sido, pero con vuestra ayuda será?

Matt no se aguantó y soltó al hombre un puñetazo.

—¡Déjate de Dioses!¿DÓNDE ESTÁN NUESTROS HIJOS?