Partida Rol por web

Mientras conversaban dentro, Amras trató de mantenerse atento para que nada le sorprendiera. Si ese cerrajero trataba de darse a la fuga o cualquier contingencia similar, él saltaría sobre él con el mismo salvajismo que el león sobre la gacela.

- Seré claro. Estoy convencido de que estaréis al tanto de los últimos rumores. Bien, son ciertos. Varios niños han desaparecido del orfanato. Hemos registrado el lugar, y no hay ningún lugar por el que puedan salir que no esté cerrado por una de vuestras cerraduras. Sin embargo, no hay muestra alguna de violencia en ellas. Por tanto, como vos habéis sugerido, sólo cabe la posibilidad de que se haya empleado la magia en abrirlas. A no ser...
[Pausa dramática esperando un qué]
- ...A no ser que alguien haya facilitado las llaves a los asaltantes -añade Markkum, mientras mira aparentemente distraido por la habitación.

Daeneris asiente ante el comentario de Saphon. Mientras el resto habla con el gnomo ella se cuela a mirar entre las cortinas.
Parece que lo consigue.

Tras lanzar una brevísima pero efectiva mirada a Saphon, Markku se gira hacia Ghelve, y con una voz tranquila, dice:
- Maestro Ghelve, miradme a los ojos. Os conozco desde hace años. Sois uno de los mejores artesanos de Caldera, con diferencia, pero también sois conocidos por vuestra honradez. Sé que sólo haríais algo que pudiera dañar vuestro prestigio y reputación en caso de que algo muy grave hubiera sucedido... Por favor, maese Ghelve, hay mucho en juego.

Empiezo a hacer ruidos de pasos pesados sin moverme del sitio, y miro hacia quien esté más cerca de la puerta; le hago gestos para que dé un portazo.

Todos os preparais para acorralar al visitante de Ghelve

Markku se queda quieto, sabedor de que el ruido producido por su armadura desmontaría por completo el engaño... Si es que este hubiera surgido efecto. Espera a que Daeneris sorprenda al vigilante, preparado para saltar sobre él en cuanto le vea.

Con algo parecido a un gruñido, el elfo entró en la sala con su arma en mano, se encaramó al mostrador y miró a Ghelve con aspecto furioso y amedrantador.

Markku se mueve hacia Daeneris, lanzando una mirada de enfado a Amras. Descubre la cortina con fuerza y da un paso dentro...

Máik, en estado de nervios, empieza a hablar sin parar.
¿Qué demonios es esa cosa calva? ¿Por qué nos quería matar? ¿Dónde está Ghelve? ¿Un gnomo ha querido matarnos? ¿Pero cómo es posible? ¿Quién me mandaría a mi meterme en esto?. Bueno, si, Maik, los niños... es por los niños, Maik... madre mía, que yo sólo se cantar y poco más...

Sabeis que es un humanoide de un raza conocida como skulks. Se caracterizan por poder camuflarse muy bien. A veces ni la magia los puede detectar.

Escuchando lo que hablan sus acompañantes, Amra baja del mostrador, traspasa la cortina, se pone en cuclillas y huele a la criatura aspirando fuertemente. Después, pone una cara que parece decir Pese al olor, podría conseguir una buena piel de esto... y se incorpora, recorriendo a la criatura con la mirada.

Miro a la criatura pensativo por un instante

Cuidado. dice Saphon al ver la puerta en forma de rueda dentada.

La profecía menciona que tuviéramos cuidado de las puertas con dientes...

Maik se sobresalta al ver hablar de repente a una máscara.

¡Madre mía! ¡Por poco me da un infarto!

Después se tranquiliza un poco.

Je, je, qué gracioso esto de que hable. Y en verso, nada menos. ¿Qué conjuro habrán lanzado para hacer esto? Esto es como la caja parlante que había en la fortaleza que el mago Bargle el Infame tenía en la ciudad de Umbral. Un mago de chichinabo, pero famoso por razones que se me escapan. Leí acerca de él en un libro muy interesante: "Auge y caida de Gundar". Hablaba, si no recuerdo mal, de un planeta llamado... Mystara, creo. Un mundo muy curioso. ¡Es hueco por dentro! No en el típico estilo de la Infraoscuridad, con grutas y elfos oscuros y lo típico. No, no, ¡hueco por completo! Con un sol y todo, plantado en todo el centro. Muy curioso, sin duda.