Partida Rol por web

En un momento dado, la enana se giró hacia ellos y todos pudieron ver cómo una serie de jeroglíficos habían aparecido en su rostro.
El aparente estoicismo de la compañera no hizo más que acrecentar la desconfianza del resto.
Ibrahïm sujetó con firmeza el cayado en un involuntario gesto protector y trató de concentrar sus exiguas energías en el semblante de la paladín.

No es exactamente igual, pero esto es lo que saves tú de Marca Arcana

- Es como... si se tratase de una broma...
Ibrahïm bajó el bastón y terminó de explicarse: - Reconozco el patrón de este sortilegio. Es un encantamiento muy sencillo, aunque difiere un poco del tipo de magia que yo conozco. Si no me equivoco, esas marcas desaparecerán paulatinamente en unas semanas. Pero no te preocupes, Awib; además de la obvia incomodidad de llevar eso escrito, no creo que te cause mayor perjuicio.

Nylwa escuchó perpleja, la pregunta de Ravic:  ¿Quién o qué eres?

- ¡Pues quién va a ser...!- comenzó a responder la chiquilla de ojos verdes ¡¡Pues nuestra amiga Bowi!!- respondió con total seguridad. - ¡Por cierto!... ¡Qué monada de dibujos y tatuajes! Yo quiero, yo quiero...- insistió la muchacha ajena a lo que verdaderamente estaba sucediendo allí. 

Al cabo de unos segundos, Ibrahim tomó la palabra e informó al grupo de aquel patrón era el resultado de algún efecto mágico

- ¡¡Aaaaaaaaah!!- exclamó boquiabierta ante la sabiduría del chico de la cabra.

Ante el asombro de los demás miembros de la expedición, la paladina enana empezó frunció el ceño con un rostro de evidente enfado mientras se agachaba y recogía de nuevo su martillo. 

- NO - contestó de forma enérgica ante las dudas de que la ferrea paladina hubiere sido objeto de una posesión. - Ni Akhentepi ni ninguna otra sombra del pasado ha entrado en mi mente ni lo hará, por Torag que no... - señaló con una mirada desafiante al espejo. - pero como dice Ibrahim, parece que este espejo maldito ha conseguido grabar este jeroglífico en mi frente... no le culpo, pues aunque nuestras intenciones aquí sean legales dudo que el difunto faraón lo aprovase. - 

Tras esas palabras, la paladina phamet se giró hacia sus compañeros de nuevo. - No le demos más importancia y evitad mirad de nuevo ese espejo, aunque me ha parecido ver que en el interior presenta un mapa o una imagen de una estructura, podría ser una pista importante pero he fallado la prueba... - se lamentó la disciplinada paladina, como si se sintiera culpable. - Será mejor que sigamos explorando, Ravic, ¿has encontrado evidencias de que ha pasado alguien antes por aquí de forma reciente? Entonces no estamos solos... -

Una línea de pilares se sucedía en las paredes de esta cámara rectangular, intercalados con cabezas de chacal de piedra. Un altar de piedra, cubierto por una capa de polvo, se encontraba en el extremo oriental de la habitación.

Ravic descubrió que los rastros que había descubierto en la sala del espejo también se encontraban en aquella sala.

Nylwa entró justo detrás de sus compañeros en aquella sala. Los pilares y esculturas resultaban ciertamente majestuosas, cosa que agradaba sobremanera a la chiquilla de piel bronceada. Mientras permanecía observando los detalles y relieves de aquella cámara, Ravic advirtió de la presencia del mismo rastro que anteriormente encontrara.

-... Pues deberíamos abrir bien los ojos. Es posible que nos estén acechando.
Ravic descubrió marcas también en esta estancia, repleta de grandes pilares. Un motivo más de preocupación; estaba claro que explorar ese complejo funerario no iba a ser precisamente un paseo.
Ibrahïm aprovechó para renovar el conjuro lumínico que operaba sobre su bastón y observó bien lo que le rodeaba.
- ¿Qué hacemos? ¿Intentamos descubrir quién está detrás de esas huellas?

Ravic estaba mirando el rastro que había descubierto, y había comentado al resto del grupo. Parte de ellos comentaban de seguir esos rastros, pero su sexto sentido invitaba primero a asegurar la zona y luego proceder con el rastreo de aquellas marcas.

 - Mejor será que primero nos aseguremos de que no haya ninguna sorpresa desagradable. - Dijo mirando al hechicero de la compañía de La Cabra - Luego ya tendremos tiempo de seguir rastros.

En el momento en que Ibrahïm habló se produjo un movimiento que todos detectaron... De detrás del altar aparecieron dos criaturas aracnoides frotando un par de apéndices ante sus ojos... Al parecer habían aparecido los responsables de los rastros que Ravic había descubierto.

La chiquilla quedó una fracción de segundo estupefacta ante la aparición de tan grotescos y descomunales insectoides...

- ¡¡Qué grima, Chawi!!- exclamó acercándose a la enana pahmet, en un claro gesto de asco y miedo a partes iguales. A pesar de eso, la muchacha aferraba su astada arma con tesón. ¡¡Qué no se acerquen!!- 

La muchacha recordó con pena y dolor, el día que una abeja del templo de Serenrae le inoculó su aguijón el brazo. Estuvo tres días sin poder moverlo, con una escara necrótica de muy mal aspecto y pasando unas fiebres que casi acaban con ella.

¡¡¡KALIIIIIIIII!!!- gritó llamando al buen mercader del grupo -sobre todo por la varita.

Ibrahïm notó un movimiento al otro extremo de la sala. En ese mismo instante, Nylwa dio un respingo por lo que acababa de ver. Dos criaturas asquerosas hicieron acto de presencia, con clara intención de atacar...

Menudo sobresalto cuando aparecieron esas enormes y peludas criaturas arácnidas. A la joven y algo locuela compañera parecieron darle especial grima, a Ali no más que otras criaturas, pero lo suficiente como para dar un paso atrás y preparar una de sus dagas para intentar ser útil en este inevitable combate

Los ojos de Ravic se entrecerraron ante los rastros. Alguien rondaba por allí, y aunque continuaba hablando y prestando atención a sus compañeros, por el rabillo del ojo estaba pendiente de la situación. Quizá por esta razón la aparición de los arácnidos, no le pillaron por sorpresa.

Se desplazó hacia su derecha, con la sana intención de liquidar rápidamente una de las dos amenazas, pero cuando fue a descargar la estocada, tropezó con una roca en su camino, y a punto estuvo de caer de bruces al suelo. Logró evitar esto, pero su estocada quedó en un infantil tiro, fácilmente "esquivable" por un oponente, aún estando sorprendido.

 - ¿Qué pasa aquí? - Se preguntó Ravic para sus adentros - Es como si Akhentepi nos hubiese lanzado una maldición. - Se quejó nuevamente Ravic, para sus adentros, por la situación que le había tocado vivir.

Nylwa observó como Ravic se apresuraba por ocupar las posiciones delanteras del combate. Las criaturas arácnidas no estaban exentas de agilidad y velocidad en sus movimientos, y aunque fueron cogidas por sorpresa, no les costó evitar los débiles ataques de los novatos aventureros. Parecía que todo volvía a torcerse para los Leones de Wati, que eran incapaces de finiquitar a las criaturas insectoides de forma eficaz.

La chiquilla de ojos verdes como esmeraldas, sólo deseaba que no fueran venenosas...