Partida Rol por web

Tras el arco, los hoodoos de piedra roja se abren a una gran ciudadela. La fortaleza parece tener dos aprtes diferenciadas: la más cercana es achaparrada, una fortaleza cuadrada cubierta de estuco resquebrajado y rematada por un enorme minarete del que surge un fino hilo de humo. Las paredes de estuco están ricamente decoradas con intrincados relieves de llamas danzantes, y unos pequeños minaretes surgen de cada esquina. Junto a la parte este del edificio, el suelo del valle cae repentinamente y una estructura con muchas ventanas se posa en una meseta más allá, levantándose con gracia en una maraña de minaretes y agujas. Aunque siglos de arena han arrancado muchas de las capas de oro que una vez decoraron la estructura, la luz del sol reflejada en las profundiades del rojizo cañón dando la sensación de que toda la estructura se encuentre en una enorme hoguera. Un delicado, y rojo puente conecta ambas estructuras. Un par de grandes puertas de bronce decoradas con fluidas escrituras os barran el paso a la fortaleza más cercana.

Adshareb se tomó unos segundos para contemplar la magnificencia de aquel lugar. Desde luego, el arquitecto había sido muy hábil. Se preguntó si aquella estructura como si fuera una hoguera tendría solamente fines decorativos o había otra razón más poderosa.

Se acercó con cautela a las puertas, comprobando antes de tocar nada que no hubiera trampas por los alrededores.

Contemplo pasmado las impresionantes puertas.

--- Ya estamos aqui, esta debe de ser la ciudad....-digo para mi con la boca abierta.

No ves nada que te haga sospechar la presencia de trampas.

Sin ver nada extraño, Adshareb intentó abrir las puertas con cuidado...

Haz una tirada de fuerza d20+ tu bonificador (-1 en este caso)

Veis como Adshareb empuja las puertas con un tremendo esfuerzo pero estas parecen no notar el frágil cuerpo del invocador que se ha puesto rojo al intentar abrir las puertas...

- Uff... pesan como mil demonios. Creo que necesito una ayuda aquí.- dijo encogiéndose de hombros. El esfuerzo físico no era precisamente su fuerte.

El eidolon fue el primero que se apresuró a empujar, esperando la orden de su amo.

Adhsareb llama a su compañero Eidolon que empieza a empujar la puerta, pero obtienen el mismo resultado que el invocador, la puerte parece no notar el peso del "ser" y no se mueve ni una micra.

Con la mueca de una sonrisa me coloco junto a Eidolon y Adshareb, para ayundarlos a empujar las puertas.

- Me parece que hay que hacer algo mas de ejercicio fisico.

Me acerco algo indeciso para ayudar ha abrir, aunque no estoy muy seguro de que vaya a funcionar.

A ver si quereis ayudar y no tirar para otorgar un +2 a uno de vosotros tirad con dificultad 10 (un d20 + vuestro bono de fuerza), el que tire para empujar de verdad, tira 1D20 + su bonificador de fuerza + todos los +2 de los que hayan sacado la tirada de ayudar.

Sichen antes de desparecer y morir en el desierto por castigo divino se pone junto a la puerta para ayudar a quien quiera empujarla.

Steelgart apoyo su cuerpo contra las puertas, esperando ayudar a abrirlas.

Algunos ponen sus manos y sus cuerpos contra la puerta, pero parece que nadie se decide a empujar con todas sus fuerzas y la puerta sigue impasible ante vosotros mientras se escucha el soplido del viento entre los cañones silbando al pasar por entre los hoodoos....