Partida Rol por web

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Al entrar en el palacio no hubo rastro de que o quien eran los ojos rojos que se asomaron por la rendija. El grupo siguió a Draden a través de un largo y oscuro pasillo en el que había a intervalos aleatorios algunas antorchas que arrojaban sombras bailarinas. Todos pudieron sentir como eran observados, y sin embargo no había más que lo que parecían puertas de metal camufladas de alguna manera en las paredes de aquel pasillo. El aire era denso con un olor a polvo y madera podrida que penetraba hasta el mismo cerebro.

No tardaron en escuchar un suave sonido de música y voces... y de la misma forma no tardaron en llegar al trono del Hutt. Se trataba al mismo tiempo de un lujoso y repulsivo lugar. Una pequeña cortina de denso humo aromatizado provenía de unos braseros situados en las esquinas de la sala que se mezclaba con el aire. Al fondo, en una de las paredes se podía divisar una serie de tapices de diferentes tamaños y que a pesar de algunos habían perdido color, estaban rotos o incluso quemados... era posible apreciar que, si ya no lo eran, al menos fueron espectaculares. 

Un gran bloque de piedra situado en el centro de la habitación soportaba el inmenso cuerpo de Draga el hutt, detrás del estrado había una gran platea abierta que parecía extenderse en la oscuridad.

El ruido de voces, la música y el choque de vasos cesó a la entrada de Draden y los héroes. Las miradas los siguieron y finalmente llegaron ante el gran Draga. Draden comenzó a hablar, a lo que el Hutt lo mandó callar con un fuerte grito en huttes que ninguno entendió. Sin embargo las risas surgieron entre la corte que observaba la situación.

Apareció entonces un droide de protocolo que se presentó como TC-663 y al parecer haría de intérprete entre Draga y el grupo.

Su metálica voz hablaba casi al instante en que el hutt pronunciaba las suyas — El gran Darga exige saber porque han venido hasta su palacio y como han engañado a la sabandija de Warrick para traerlos hasta aquí —

Silencio. Todo quedó en absoluto silencio, con Draden mirando al suelo y el hutt a cada uno de los cuatro nuevos invitados.

-Vaya es curioso que nuestro contacto sea una sabandija. -susurró por lo bajo a sus compañeros. El piloto dio un pequeño paso adelante, cuidándose de no resultar amenazante.

-Gran Darga, nadie ha engañado a nadie. Simplemente Draden sabe que somos los mejores en nuestro trabajo, y nos ha sugerido que podemos hacer negocios para beneficio de todos. -Zex hizo una pausa para que el droide pudiera traducir sus palabras al huttés.

-Estamos aquí para ofrecer nuestros servicios, Draden, la sabandija avala nuestras palabras y si necesitáis más referencias la banda de Kessra os lo podrá confirmar. -finalizó con una sonrisa.

El silencio se volvió a apropiar del lugar, y Zex retornó a su posición original.

Fror esbozó una sonrisa al oir las palabras de Zex. El humano era pequeñín pero sabía bien como dejar caer buenos discursos. La referencia a Kessra seguramente haría mucho por acrecentar su fama.

Y si no siempre podían repetir la demostración pensó. Y sonrió enseñando los dientes.

Era agradable tener a Zex pico de oro con ellos, con su labia y picardia todo se hacía más llevadero, pero estaban tratando con Hutts y, aunque no dudaba de sus saber hacer, era un juego peligroso.

-Excelentisimo Draga, como bien ha dicho mi compañero solo ofrecemos nuestros servicios – añadió en su propio estilo con el peso de su cuerpo descansando sobre la cadera derecha y las manos aferradas de su cinturón – son días complicados para los negocios, los controles imperiales hacen que los humildes trabajadores se ganen el pan sin los contactos adecuados y aquí Draden sostiene que su excelencia es el contratante ideal – adulo disimuladamente el ego del hutt con una afilada sonrisa de dientes blancos

El nerviosismo de Elisa empezó a subir de intensidad. La sala, el Hutt, el droide.. y la sensación de que acababan de entrar en la boca del lobo sin oponer apenas resistencia. Trató que no se le notara e intentó intervenir para acompañar a sus compañeros pero no estaba segura de poder hilar las palabras sin titubear.

Así que Elisa imitó a Fror y sonrió cuando Zex mencionó a Kessra y luego se cruzó de brazos y se colocó en una pose autosuficiente. Como si aquello fuera aburrido para ella y quisiera pasar ya a los trabajos que les encargara el Hutt.

Draga escuchaba a su droide, intercambiando miradas entre los cuatro y Draden. Entonces se hizo el silencio y de nuevo aguardó unos segundos, analizando la situación... o simplemente dándole algo de dramatismo. Entonces estalló en una sonora y grave carcajada que se fue extendiendo entre todos los acompañantes del hutt. Pudisteis ver como Draden se relajaba y Draga volvía a hablar.

— Vamos, contadme como habéis convencido a esta rata... y lo que paso con Kessra. Algo he oído pero prefiero hacerlo de vuestros propios labios. Además... muchos de los idiotas de aquí no sabrían encontrar el palacio ni a nadie que los condujera hasta aquí. Como poco habéis demostrado ciertas habilidades que posiblemente puedan serme de utilidad. —

No tardó en ofrecer sitio, bebida y comida mientras hacía preguntas y quizá... ofreciera respuestas... Durante las conversaciones os dejó caer que decidiría si os dejaba entrar a formar parte de su organización o no a lo largo de la noche. Hoy fuere como fuere erais sus invitados.

Nuestros héroes se habían ganado participar de la fastuosa y decadente invitación de Draga el hutt, habían despertado la curiosidad de la ruin criatura y eso era bueno, siempre que la mantuvieran por tiempo suficiente para que los aceptara. A Val le quedo claro que si pasaban de esa noche sin entrar en conflicto con el hutt y sus intereses aquello se convertiría en una maratón a largo plazo para infiltrarse en su organización y alcanzar su objetivo. No le gustaba, no con Elisa allí.

Parca en palabras dejo las florituras de la historia a Zex, procurando ser concisa en las respuestas que ofreció al hutt, no tenía ni que esforzarse en elaborar ninguna mentira, se vendió como lo que era una soldado de fortuna que se había ganado la vida como guardaespaldas en el mejor de los casos, mercenaria en el peor. No entro en detalles, ni dio nombres. Tan solo que tras las adversidades presentes por los continuos controles del Imperio cambiando las reglas del juego decidió adaptarse y buscar un grupo con el que trabajar, a más variedad de habilidades más variedad en los trabajos. Fue esquiva como una serpiente ante alguna de sus preguntas, mostrando que era reservada en cuanto a ciertos aspectos del trabajo, solo dejando ver que su alianza era reciente y buscaban otras nuevas que les pudiera abrir puertas que ellos no podrían solos. Dejando caer entre otras variadas preguntas sobre los negocio de Draga, si podrían ser mutuamente lo que necesitaban en los negocios.

Últimamente el piloto se estaba dando cuenta que estaba dejando de ser piloto para comenzar a ser una especie de relaciones públicas intergalácticas y todo ello debido a la experiencia adquirida viendo a Flamo O´Shil*, el cual era un genio de los contactos y relaciones, para sacar ventajas de ellas. El carácter cerrado de Val y en su momento el adusto de Marco Drasti*, no hizo más que reforzar su papel parlanchín.

Con cuidado de no meter la pata, relató de forma correcta y sin demasiada recreación en los detalles, los diferentes avatares sucedidos hasta que habían conseguido contactar con Draga.

De forma discreta trató de preguntar cómo era la forma de pago de la organización. Ese podía ser el primer en la investigación que tenían por delante. Si descubrían como se movían los créditos, estaba seguro de poder dar con el hilo que los encaminara en la pista correcta sobre el proyecto Sharlacc.

Elisa no se sentía segura en aquella situación. Habían ido directamente a la boca del lobo. Lo bueno es que no había habido necesidad de desenfundar las armas. No al menos todavía. Eso era bueno. 

Echó un vistazo alrededor. Ella era el apoyo del grupo. Cualquier equipo de contrabandistas que se precie tiene a un sanador con ellos por lo que pueda pasar. Eso era ella. No necesitaba fingir. Se mantuvo cerca de Val toda la velada. No quiso hacer preguntas, pero si alguien se acercaba a ella contaría con naturalidad su función dentro del grupo.

Fror era un wookie de pocas palabras. Callado incluso para un wookie. Lo suyo era lo comunicación "no verbal" preferiblemente a puñetazos y hachazos. Así que dejó que Zex hiciera de las suyas con su piquito de oro. Parecía tenerlo todo bajo control y si la cosa se desmadraba ya intervendrían Fror y su vibrohacha.

- Bien bien - 

Dijo el Hutt en un perfecto y comprensible idioma común antes de seguir hablando en huttes.

- Esta noche haremos un banquete para celebrar que os unís a nosotros. Realmente todas las noches hacemos un banquete jajaja. Pero esta noche brindaremos por nuestros nuevos miembros - 

El droide iba traduciendo sobre la marcha; sin embargo antes de que terminara de traducir lo siguiente visteis como aparecían unos gamorreanos armados y se llevaban a rastras a Draden.

- Draden irá al calabozo. No debería traer a nadie aquí sin mi permiso. Espero que entendáis esto. Todo lo que pasa aquí ha de ser aprobado por mi... todo - Aunque era el droide el que traducía pudisteis sentir la profundidad de su voz retumbando por la sala.

- Chips^[1] amigo mío. Según el contrato se os darán chips con los créditos acordados. Pero no adelantemos acontecimientos. Esta noche cenaremos y os preparemos unas dependencias en condiciones. Veremos si podéis ser de provecho para la organización de Draga y si la organización puede reportaros los beneficiós que habéis venido a buscar. - 

La sonrisa de Val se ensancho disimuladamente cuando los guardas del hutt se llevaron a Draden, quizá le diera un poco de lastima el pobre condenado pero se tenía merecido por haber vendido tan fácilmente a su señor. Solo habría disfrutado más del momento si hubiera sido el pellejo de Kressa el que sufriera el castigo, pero a esa se la reservaba para sus garras.

-nos honra con sus magannanimidad, excelentísimo Draga – agradeció en una inclinación de cabeza, tras la aclaración de los motivos del castigo se limito a responder con otra muda y respetuosa inclinación de cabeza para volver a sonreír cuando sus “honorarios” salieron a coalición – hablamos el mismo idioma, gran Draga, aunque se trate solo el de los crédito – añadió con picardia guiñando un ojo a hutt – así lo espero, gran Draga, así lo espero

Sin nada más que tratar fuisteis acompañados a través del palacio por diferentes pasillos y corredores de piedra. La cena transcurrió sin mayores problemas y pronto descubristeis que aquellas cenas no eran en absoluto especiales. Casi todos los días se organizaban con cualquier escusa o sin ellas. Pasaron dos días en los que se os dio bastante libertad dentro del palacio. El hutt gustaba de vuestra compañía como los nuevos miembros de la organización.

El tercero por la mañana fuisteis convocados ante Draga junto al resto de mercenarios y corte del palacio. Al llegar visteis que buena parte de los habituales ya estaban allí. Entre ellos Igren Demos, el mayordomo neimoidiano del hutt. Draga os saludo e invito a colocaros en un sitio cercano a él pues serías piezas importantes en el evento de aquel día...

La hospitalidad de los Hutt estaba presente hasta en ese recóndito vertedero que era Cato Neimoidia. Draga se había portado con ellos recibiéndolos entre los suyos, pero Val no era estúpida, la libertad de la que gozaban, husmeando alrededor del palacio, participando de las cenas que no eran tan especiales como si comunes, todo tenía un preció. El Hutt les había permitido quedarse allí para tenerlos vigilados, conocer más de ellos y ver si podían sacar algo los unos de los otros o destruirlos. Debían estar vigilantes y no bajar la guadia.

-excelencia – saludo a Darga cuando os invito a que se acercaran en presencia del resto de sus activos – que encantadora reunión – dijo de buen humor con una sonrisa de medio lado - ¿se celebra algo?

Elisa no bajó la guardia en ningún momento pero tampoco se limitó los movimientos. Quería examinar la situación y aparentar la mayor normalidad posible. Por lo que ella, siendo médico, lo lógico era que buscara el lugar en el que allí procedían a la atención de heridos.. que no serían pocos. Quería ver cómo se manejaban por aquellos lares y tratar tal vez de aportar sus conocimientos para que la fueran poniendo en valor y quien sabe, tal vez conseguir confianza con alguno de los médicos del Hutt y sacar información.

Cuando llegó la invitación a aquella cena se preparó y se sentí al lado de Val. Hizo una reverencia cuando su amiga se refirió como "excelencia" al Hutt.

Zex pasó las dos jornadas inspeccionando los hangares de Draga, siempre tenía curiosidad por ver qué tipos de naves se movían por los diferentes lugares a los que viajaba. En este caso también examinó los vehículos terrestres, no estaba de más por si tenían que huir conocer cuál era el más rápido de todos los disponibles.

El tercer día fue junto con sus compañeros, a reunirse con su “Excelencia”. Era un honor y un riesgo el que asumían pero era parte de la misión.

El palacio del Hutt era un lugar bien protegido, tenía numerosos pasadizos bloqueados bien por guardias bien por llaves de seguridad que no teníais. Lo cierto es que más que guardias lo que había eran mercenarios al servicio de Draga; casi todos gamorreanos que eso si... hacían las veces de guardias. Había invitados que parecían permanentes pues gozaban de los placeres que el Hutt les ofrecía, quizá a cambio de algo... pero de eso no estabais seguros en absoluto. Había dos puntos de acceso principalmente al palacio. La entrada de la que los héroes hicieron uso y un hangar al que no teníais acceso por lo que no habíais podido ver a donde daba exactamente; pero si que parecía que no solo daba acceso y salida via aérea... sino que también disponía de una salida terrestre para los diferentes vehículos que pudieran tener disponibles. Zex pudo ver más bien poco, pero si que escuchó que disponían de motos deslizadoras y algún transporte para cantidades grandes de mercancías.

Fror fue el último en llegar, que se sentó al lado de sus compañeros en silencio.

— Oh, si que se celebra si. — El droide iba traduciendo para vosotros y los presentes que no sabían huttes. — Hoy celebramos dos cosas. La primera y más importante es la de recordar a todos los presentes el precio de la traición — Draga levantó su mano indicando a un par de gamorreanos que llevaban a Warrick Draden esposado; y que dejaron a sus pies.

— La segunda — Dijo el droide mientras el hutt os miraba — Celebrar vuestra incorporación como es debido. — Os señaló primer a vosotros  y luego a Draden. — ¿Quien hará los honores? —

Fror se levantó sin decir palabra.

Ese lugar era un cubil de escoria y villanía. Nadie estaba limpio, nadie era inocente ahí. Y todos y cada uno de los despreciables gamorreanos y demás chusma merecerían la justicia de su hacha. ¿Cuantos miles de vidas reducidas a la esclavitud sostenían el degradante lujo del Hutt?

Miró fijamente al Hutt y luego a la encogida figura de Draden. No le gustaba ver como alguien debía morir así, de rodillas, atado como un animal, pero la verdad es que Draden era tan escoria como el resto de ellos. Que se diera por contento por tener una muerte rápida.

Volvió a mirar al Hutt y extendió su poderosa garra a uno de los gamorreanos. Sin apartar la mirada dijo:

-Tu hacha, ahora. - Si el Hutt quería disfrutar de su sangriento espectáculo que lo hiciera. Pronto sería su cuello el que caería bajo un golpe motivado no por la crueldad si no por la justa venganza del pueblo wookie.

Elisa escuchó con atención y al comprender lo que pasaba sintió una gota de sudor frío en la espalda. Aquel ser iba a morir por haberles ayudado a encontrar su objetivo y eso incomodaba a la médico. Intentó pensar en todas las cosas terribles que habría hecho para justificar lo que iba a pasar pero no podía, ella era médico, salvaba vidas, no las quitaba.

Cuando Fror se ofreció no pudo evitar sentir alivio. Habría pasado un mal trago de haber sido... Val quien hubiera tenido que ejecutarle. No quería que su amiga se viera en aquella posición por lo que cuando el wookie se ofreció estuvo algo más tranquila.

Aun así aquello no le gustaba, no lo iba a pasar bien. Se conocía. Instintivamente buscó la mano de Val aunque segundos después se arrepintió por estar tal vez fuera de lugar y rectificó.

Su postura relajada, reclinada en el respaldo de su asiendo con el pie descansando sobre la rodilla de la contraria, alzo una ceja mirando al Hutt y sonrió. Se sonrío acariciando la empuñadura de su vibroespada* cuando el wookie se levanto abruptamente de su asiento, y no es que lo hiciera de manera amenazadora pero cualquier gesto de la imponente figura de Fror llamaba la atención con estupor. No interfirió, solo observo.

-me gustan sus celebraciones, excelencia – declaró dejando que su imperecedera sonrisa de lado se afilara estirando la cicatriz que cruzaba sus labios creando un efecto inquietante en su expresión

Ensayada sin duda, y que le había ayudado a atemorizar a rivales más débiles de espíritu que ella, dejando patente lo despiadada que podía llegar a ser llegado el caso.

Junto a ella pudo sentir, sin tan siquiera mirar, la incomodidad de Elisa. No podía permitirse la debilidad de volcar la atención de Draga sobre ella, así que como si se tratara de una caricia seductora a una amante llevo su mano sobre el cuello de Elisa. Recorrió, ascendiendo y descendiendo lentamente con sus dedos, el esbelto cuello de la médico, presionando levemente en busca que se relajara ante lo que iba a presenciar. Desvió la caricia con estratégica medida a lo largo de su brazo hasta posarla sobre la mano de esta, envolviéndola con la suya, acariciando el dorso de su mano con el pulgar. Todo sin perder de vista la escena que sucedía ante ellas.