Partida Rol por web

El wookie sacó el hacha de la forma más silenciosa posible. Hizo un gesto con la cabeza hacia el almacén. Su propuesta era clara, llamar a la puerta de forma contundente.

-Quizás pueda llamar su atención -rugió bajito- y mientras otro de nostros se cuela por detrás para echar un vistazo. Pero esos droides ¿quizás llevan explosivos o alguna trampa? Son demasiado raros.

-ahi está mi buen amigo - quiso aclarar tras la intervención del wookie - no me fío del comportamiento de esos droides...recordad que hay que mostrar nuestra valía a Draden, si queremos hacer negocios con él - como profesional se mantenía en su papel de principio a fin - no puede ser todo musculo...una pizca de astucia no está de más. Si los reprogramamos para que sean nuestra escolta o causen una distracción al otro lado con su autodestruccion - hizo una pausa cargando el peso de su cuerpo sobre la pierna izquierda y su mano descansando sobre la contraria - nos daría una ventaja para los problemas a abordar, tal vez puntos a favor...pero si no ninguno se vez capaz...-miro a Zex que no se había pronunciado al respecto - no pienso probar suerte que las máquinas no son lo mio

Zex se encogió de hombros con resignación.

-Lo siento Val, el plan me parece bueno pero sabes que toquetear droides no es lo mío. De todas formas parece que pueden ser unos droides de vigilancia, no actúan realizando su función y no dejamos de estar en su rango de control.  Por mi lo mejor sería seguir adelante con un ojo puesto en la espalda.

El chasquido que la lengua de Val emitió al dar la espalda a los droides y sus compañeros dejaba más que claro que estaba molesta, no era precisamente de planes elaborados o sutileza – de poco servirían en un planeta así – y para una vez que se le ocurría algo fuera de lo normal no contaba con su inseparable amiga peluda y amante de la tecnología como apoyo.

-muy bien...pues sin rodeos...entremos a la madriguera a por nuestra presa...- se encamino al interior del almacén ojo avizor a cualquier movimiento sospechoso – Eli...- llamó la atención de la médico junto a ella – a la menor señal que te haga quiero que te escondas sin rechistar ¿entendido? - pregunto con acritud no esperando replica a su orden

Era el momento de la verdad, hasta que punto tenía razón y su objetivo era solo un peón de Darga así como su pase un cara a cara o llevaría a su equipo a una muerte precipitada en aquel planetucho

Elisa estaba un poco desconcertada por el plan... tan elaborado que habían decidido seguir pero no dijo nada. Después de todo ella poco sabía de estrategias e infiltración. Su papel era que si algo salía mal, ninguno de los miembros del grupo perdiera un brazo.

Fueron las palabras de Val las que molestaron a la médico. Como una bofetada totalmente silenciosa.

- Ehm.. - carraspeó pero optó por no decir nada. No era el momento de discutir. Elisa se sintió pequeñita en ese momento. Podía entender que Val no la considerara apta para el combate, pero Elisa había sobrevivido a muchas cosas y también estaba de pie frente al Imperio. 

Los cuatro caminaron a plena vista. Cuando pasaron al lado de los droides pudieron ver como se detuvieron, haciendo que todos se tensasen y casi por instinto sintieran la necesidad de agarrar sus blasters; sin embargo, solo fue eso. Una vez a cierta distancia los droides continuaron con su aparente errático movimiento, que sin embargo no parecía tal, pues se mantenían a una distancia casi constante de los nuevos invitados de Warrick Draden.

No había puerta, ni siquiera alguien vigilando el enorme hueco que daba al almacén. Un lugar prácticamente vacío a excepción de unas cajas de metal a un lado y varias columnas distribuidas por toda la planta. Al fondo, una mesa, varias sillas y un par de sofas en donde seis humanos con armas miraban directamente a vuestra posición. De pie y al otro lado de la mesa, un devaroniano rojo como la sangre, con cuernos blancos os miraba inquisitivo. Sobre la mesa descansaba un blaster.

Cuando estuvieron a poco más de cinco metros levantó su mano

— Suficiente — Sus hombres ni se inmutaron.

— Tenéis un minuto para explicarme quienes sois y que hacéis aquí —

¿un minutos? No era devaroniano de paciencia, no. Tendría que servir, ella no era la más diplomáticas pero ellos tampoco tenían pinta de serlo.

-Negocios – dijo con sencillez – Kressa tiene nuestra tarjeta de presentación, buscamos alianzas para trabajar en la galaxia sin tener que responder preguntas del imperio...nos han dicho que tú eres el hombre indicado para ello ¿es correcto o debemos seguir buscando?

Elisa se había querido mantener en un segundo plano pero cuando vio cómo su amiga descarrilaba un poco decidió armarse de valor y dar un paso al frente, en este caso metafórica y literalmente. Avanzó unos centímetros y con un gesto cariñoso puso su mano en el hombro de su amiga. 

- Un buen protocolo de defensa tenéis aquí montado - dijo a modo de halago y luego miró a Warrick - No necesitamos más de un minuto.

Elisa se tomó un par de segundos para pensar lo que iba a decir, que apenas iba a ser un refuerzo a lo de Val y también para captar la atención de Warrick.

- Como ha dicho mi amiga, queremos hacer negocios, lejos de los ojos del Imperio.. para evitar impuestos, ya sabes de lo que hablamos. Trabajamos bien, desde hace años,  y no hacemos preguntas, nos han dicho que podemos conseguir eso de ti.  

El davaroniano hizo un gesto con su mano, y los seis hombres que lo custodiaban asintieron y volvieron a sus sitios, aunque sin dejar de vigilar. 

— Adelante, si os quedáis allí mucho mas tiempo mis droides terminaran por dispararos —

Los cuatro se acercaron hasta que de nuevo Draden levantó su mano para que se detuvieran. Chasqueó su lengua y se puso en pie, acercándose y mirándoos uno por uno. 

— Así que vosotros sois los que le disteis a Kessra... bien bien. Decidme ¿Que tipo de negocios son vuestra especialidad? O en otras palabras. ¿Como podríais beneficiarme? —

Zex se encogió de hombros.

-Cualquier negocio es nuestro negocio si hay créditos de por medio y la única manera de conseguir un mordisco de los buenos es tratar con la persona que dirige este lugar. Nos han dicho que tu tienes los contactos perfectos. Necesitas que demostremos nuestras habilidades o puedes ahorrarnos el trámite y ganar tu parte en los futuros negocios.

El piloto habló con voz dura y seca. Los intermediarios como Draden solamente entendían en una dirección, y esa era la que apuntaba al dinero y al poder.

Draden escuchó al piloto y aguantó un largo minuto sin decir nada. Solo mirando a cada uno de los cuatro de nuevo que se habían presentado en su almacén.

— Ya me han llegado rumores acerca de vuestras... habilidades — Mostró una blanca sonrisa. 

— Puede que tenga algo, pero no se si todos estáis preparados para ir a las grandes ligas — Se detuvo mirando a Elisa de arriba abajo. — Os podría poner en contacto con alguien, pero no me hago responsable si os mata, os come u algo peor... no os podría dar ninguna garantía ni de que fuerais bien recibidos. Es más, no se ni si querrá recibiros —

Abrió los ojos de par en par y dio media vuelta volviendo a su mesa.

— Bien, como he dicho es vuestra decisión si queréis correr el riesgo. Una vez entréis quizá no podáis salir... o puede que no queráis. No os tengo todavía demasiado calados la verdad —

-apuesta tus cuernos a que si, Draden – soltó con sonrisa socarrona la pistolera sin dejar de vigilar a la seguridad del devaroniano – no hemos venido hasta aquí para darnos la vuelta ahora, si hay alguien por encima de ti que pueda garantizarnos negocios buenos es con quien necesitamos hablar

Zex asintió a las palabras de Val.

-Estamos aquí por los créditos, con que nos consigas una invitación, nosotros nos valemos para el resto. - Siguiendo la mirada de Warrick, el piloto decidió echarle una mano a Elisa. -No tefíes de las apariencias, quizás el más inocente de nosotros sea el mejor en lo suyo.

Como toda respuesta Fror cruzó los peludos brazacos sobre el pecho y enarcó una ceja. Quizás el devanoriano quisiera que hicieran un ejemplo con alguna de sus extremidades.

-La gente que "nos cala" suele acabar en la morgue- dijo con un gruñido- al menos las partes de ellos que encuentran. Así que no te prives, haz la llamada. Y que sea convincente.

Warrick Draden río sonoramente ante los comentarios de la wookie. 

— Queridos míos, no hay ninguna llamada que hacer. Iremos ahora mismo —

Draden se levantó e indicó que le siguieran; pasando a la parte trasera del almacén en donde tenía guardado un deslizador en el que cabían todos. Dió orden de quedarse vigilando a sus hombres y una vez todos montados y el al volante comenzó el viaje.

El viaje discurrió primero por las diferentes callejuelas y luego por campo abierto en un entorno igual de decadente que la ciudad. La niebla impedía ver demasiado lejos, pero todo el planeta parecía haber sido dejado de la mano de Dios. Agujeros en todas las vías, la naturaleza recuperando lo que antaño fue suyo y pobreza.

Una media hora después de haber arrancado se dieron cuenta que se estaban aproximando a una serie de ruinas que conforman varios palacios neimoidianos derruidos. No parecía que hubiera nada digno de mención; pero cuanto más se acercaban y con más atención se miraba la cosa cambiaba. Entre las ruinas, y conformado por restos de los palacios se apreciaba una construcción diferente. Un palacio diferente.

Draden aparcó el deslizador y bajo, invitando a sus acompañantes a hacer lo propio. Se acercó a una gran puerta doble de unos cinco metros de altura y con los rebordes de la misma pincelados con runas hutt. No parecía haber nadie fuera. El devaroniano tocó algo en la pared y apareció un pequeño panel comunicador y tras presionar un botón comenzó a hablar en lo que parecía Hutt. Ninguno pudo entender nada... aunque entre sus palabras si que se entendió una Darga.

Tras unos tensos minutos en los que incluso el propio Draden parecía nervioso aparecieron dos niktos con rifles bláster en unas almenas encima de las puertas. Apuntaban a los acompañantes del devaroniano. Una rendija en la puerta entonces se abrió. A través de ella se asomaron dos ojos rojos y de nuevo hablaron en Hutt mencionando de nuevo a Darga. Draden asintió, parecía  haberse encojido, había perdido toda esa iniciativa y fuerza que parecía haber demostrado.

Las puertas se abrieron después de un sonoro ruido metálico y una ráfaga de aire frío y seco fluyó hacia el grupo. Draden entró e hizo señal a los héroes para que lo siguieran...

El viaje transcurrió con normalidad. Ella estaba intranquila. Aunque todo parecía ir bien ella no se fiaba. Cuando se trata con contrabandistas y con Hutts las cosas no suelen ir bien nunca. Siempre surgen complicaciones.. ella misma había tenido que atender a esas complicaciones en forma de operación quirúrjica.

- Estemos todos atentos.. - dijo al grupo aunque estaba completamente segura de que sus compañeros estaban analizando toda la situación mucho mejor que ella.

Suficiente para Val. El enlace de Darga, segundón o recadero, Warrick Draden había servido a su propósito y no habían tenido que sufrir otra escena como la bienvenida de Kressa.

La pistolera se acomodo en el transporte, no quitando ojo al recorrido, trazando un mapa mental para su posterior uso. Tal y como había acordado con la capitana Okefee envió una señal con su comunicador, un código sencillo que habían desarrollado para que pudiera seguir su posición por lo que pudiera pasar. Sí no tenía noticias en veinticuatro horas ya sabía que hacer.

-no te apures...solo son negocios...esperemos lo mejor de nuestro anfitrión – trato de tranquilizar a Elisa, a la que no podía ocultar su tensión profesional aún aparentando la mayor normalidad posible – tomemos esto con calma ¿de acuerdo?

El grupo había permanecido en un segundo plano mientras Draden lograba acceso al palacio del Hutt, divertida cuanto menos al ver que se lo ponían tan difícil aún siendo uno de sus hombres. Tremendamente curioso.