Partida Rol por web

-Por el emperador....-Guilz tragó saliva de forma lenta y notó como se acumulaba el sudor frio por su cuerpo- esto no tiene buena pinta-agarró con mas fuerza la espada de energia y observó con atención al marine delante de ellos, preparado para que al menor movimiento pudiese esquivar lo que presentia que se les venia encima.

Maldito desgraciado, la justicia no te la tenía que dar ese maldito hereje, mira tú locura a dónde te llevó.

Ahora pagarás por ello, maldito siervo del caos.

Miró al comisario, pese al sentimiento de temor que producía una visión de ese tipo, McStreen se sentía ligeramente aliviado de haberse librado de él. Quizás si fuese él mismo el que lo ejecutase habría conseguido algo mas de satisfacción personal, pero llevar a cabo ese cometido también podría haber sido difícil por el temor que inspiraba el comisario.

En cambio, la figura que dominaba la sala pese a su naturaleza herética, no inspiraba tanto miedo como podría haber inspirado el Comisario, y su deber y deseo le instaban en acabar con esa aberración con la mayor premura posible.

Su presentimiento no le fallo, otra sorpresa desagradable, y encima una de las gordas. Aquella figura era un enemigo poderoso, pero había varios soldados muy fuertes a su alrededor, había posibilidades...

Reimius en ese momento no supo como reacionar, esperaba llevar la ventaja y poder disparar entre ceja y ceja al comisario; pero lo único que se encontró fue su cabeza rodando.

Y delante de él, una figura que ya había visto en alguna ocasión, daba igual cuantas veces fuese testigo, el miedo que emanaba de ese hereje era tal que Reimius se vio obligado a recular.

Y avergonzado de haberse acobardado comenzó a fustigarse con el látigo que llevaba en su cinto.

- ¡No! ¡NO! ¡No sucumbiré al miedo! 

Pues no, el sonido no venía de arriba, si no del frente. Parece ser algo peligroso y bastante grande. Y antes de ver a lo que se enfrentan, ese ser les lanza algo y parece que no es algo muy agradable. La cabeza del Comisario. Por muy traidor que haya sido considerado, no merecía acabar de ese modo.

Y de pronto unas luces se encienden y dejan ver al enemigo... enorme.

Los guardias aguantaron bien el tipo salvo tres de ellos... el médico, Shmuel Abner empezó a sufrir un intenso temblor en sus manos, brazos y piernas mientras su desencajado rostro miraba asustado el marine del caos... misma reacción que sufría Reimius, el cual, aferrándose a su fe con toda la fuerza de la que era capaz había logrado evitar caer presa del pánico.

Por otro lado, Stabross cayó inconsciente sin previo aviso, la mujer guardia se vio sobrepasada hasta el limite que su cerebro se autobloqueo haciendo que se desmayara por la impresión... pero nada se podía hacer por el momento.

El Marine del caos os miró con curiosidad en el centro de aquella especie de templo - Bienvenidos a mi humilde Templo al gran padre - empezó a hablar, curiosamente su voz no sonaba tan horrible como cabría de esperar, solo era su respiración, pesada y gelatinosa - Veo que disteis buena cuenta del pequeño elegido Fryenh... una lastima, era un buen hombre - casi podíais percibir una sonrisa macabra y perpetua en el rostro del marine herético - Pero no importa, yo soy un buen hombre... soy El Hijo y ahora tengo un grupo de aguerridos adoradores al Falso Emperador - se rio con ganas - el Gran Padre Nurgle os aceptará en su seno con honor - extendió los brazos - ¡OH GRAN PADRE! ¡ACOGE A TUS NUEVOS ADORADORES! ¡DALES TU GRANDIOSA BENDICION DE LA INMORTALIDAD! ¡CURALOS DE SU CEGUERA! - parecía como un rezo, pero era demasiado corto... en cuanto acabó, las cuatros columnas empezaron a brillar con intensidad, con un tono verde podrido...

Aquello se estaba poniendo más peligroso a cada segundo, así que hizo lo que cualquier sacerdote haría, rezar. Rezar para que las armas de sus camaradas hieran y quemen al maldito hereje que se levantaba ante ellos. Rezar por la salvación...

El marine del caos ya había centrado su atención en la primera victima... Stabross estaba en la mirilla de su bolter maldito con el cual apuntó a la mujer lentamente hasta que apretó el gatillo. El proyectil salió disparado de su arma directo hacía ella, o al menos eso pareció ya que el proyectil pasó tan cerca que provocó una ligera corriente de aire al lado de ella... - Tú serás la primera en unirte al gran padre - dijo tranquilo, terminando con una ligera risotada al aprovecharse de alguien que había caído inconsciente... los débiles irían primero.

Abner que logró sobreponerse al miedo corrió como alma que lleva el diablo hacía los complejos eléctricos que había en frente dispuesto a cubrirse con ellos...

Ante un enemigo semejante cualquier prevención era poca, así que McStreen decidió buscar cobertura a un flanco del hereje al tiempo que lanzaba una bola de plasma incandescente hacia el horrendo ser putrefacto que los amenazaba.

Guilz observó con atención a la figura horrenda que tenian por enemigo- cargarle a eso es sinonimo de suicidio- envainó la espada que tenia preparada y se dirigió a Scarlet y se arrodilló a su lado, seguidamente le propinó un par de bofetadas- vamos maldita sea, no es momento de ponerse a dormir- al ver que no recobraba la consciencia el guardia soltó una sarta de maldiciones.

-Si salimos de esta me debes una-dijo mientras cargaba con el cuerpo de Scarlet.

Jehen apuntó con su arma al marine herético y en cuanto tuvo claro el tiro apretó el gatillo. La bala impactó de lleno en el casco del marine, y seguramente le hirió, pero a ojos vista fue insuficiente

Avanzo mientras desenfundo rogándole al emperador que este hereje arda tan bien como los otros desperdicios.

- ¡¡Por el emperador!!

- Necesito que alguien me acompañe, cargar contra este infiel sola sería un suicidio.

Maldita sea!. Los dos especialistas a melé incapacitados, y Venris cargando en cabeza. - Guilz, saca a Stabross de aquí! Reimius, fuego de cobertura! Vernis, sal del puto medio! Espera a estar agrupados! - Sturnn dudaba que el impacto de una granada de fragmentación hiciese algo aparte de molestar al marine, así que sacó la pistola sobrealimentada y disparó un tiro apuntado. Con un poco de suerte, la ceramita cedería al haz recalentado.

Reimius se sobrepuso del miedo e interrumpio su rito para entrar en furia debido a las órdenes del Teniente, por lo que sacó su Rifle y trató de disparar a aquella herejía viviente.

- ¡Vuelve al abismo del que saliste hereje!

El fornido marine espacial del caos resistió los ataques que fue recibiendo, riendo por cada herida que recibió aunque trató de evitar el fuego del lanzallamas de Venris, el cual, logró esquivar con cierta dificultad.

En cualquier caso, el combate seguía y el marine os observaba curioso a los guardias, viendo como actuaban, aunque sobre todo tenía su atención centrada en el Stabross, la más débil del grupo...

Lukas trató de mirar si veía algo que detonar, pero no vio nada con una sencilla pasada de sus ojos y sin centrarse en ser minimamente perspicaz

Aquel enemigo era muy peligroso, asi que Astaldo decide sacar el arma especial para estos casos, esperando que tenga la suficiente potencia y suerte como para acabar con el.

El hijo que no bajó el bolter abrió fuego nuevamente y esta vez impactó de lleno en Stabross. La mujer fue herida muy gravemente, y aunque parecía seguir respirando, aunque sangraba profusamente por la herida abierta... por desgracia para Guilz, parte de la detonación de la munición explosiva perforó la armadura de caparazón y lo hirió.

Abner, por su parte abrió fuego con tal precisión que logró varios impactos contra el marine haciendo que este cayera al suelo de espaldas, en apariencia muerto... Abner no se lo creía en absoluto y ni se movió de donde estaba; entonces, las cuatro columnas que brillaban con esos tonos verdosos empezaron a brillar con más intensidad y una neblina empezó a salir de ellas dirigiéndose hacía "El hijo"...