Partida Rol por web

 Fortuna mira a su superior al mando. Y asiente, sentandose en su lugar y terminando la cena. Odiaba que le recordaran cada segundo del dia quien era su hermano, ya bastante tenia con que su cabeza se lo recordara tambien, incluso mientras dormia.

-Si, señor.

Sijo mientras se introducia algo de comida en la boca, masticandolo con lentitud.

La ira contenida de Venris salió de estampida. Astaldo ni se inmutó frente a su compañera. Sabía que si le respondía terminaría todo en una bronca y no era el momento. Miró de reojo al Comisario, que seguro ahora prestaba atención. Cuando escuchó la reprimenda del oficicial Sturnn.

Esperó a que se sentara Fortuna para hablar.

--"Si señor. Fortuna, acepta mis disculpas por mi desliz. Tomo nota y no volverá a ocurrir." Lo dijo en su tono habitual, neutro, pero un oyente perceptivo o alguien que haya vivido con Astaldo dos años notaría las inflexiones en las palabras 'Fortuna' y 'disculpas' de forma que entendería que la disculpa es sincera.

Bien, ahora a ver cómo responde el Comisario...

La reacción de Fortuna fue seguido por todos y de cerca. Muchos dejaron de masticar lo que tenían en la boca, otros tantos miraban y susurraban algo por lo bajo; pero todo dentro de lo normal en aquellas situaciones... salvo el comisario.

El tintineo de su sable enfundado contra su armadura ceremonial resonó por todo el lugar y entonces todo el mundo si que se callo subitamente.. como si dejaran paso a un emisario de la muerte.

El rostro del comisario, cruzado a cicatrices no inspiraba demasiado confianza... pero como todos los de su calaña, el comisariado siempre prefirió tener miembros así... para inspirar miedo, y con el inspirar a las tropas en batalla.

Carraspeo poniéndose cerca de vosotros y os escrutó a cada uno de vosotros. La ultima a la que miró fue a Fortuna, y en ese momento abrió la boca... - Soldado Venris ¿Es necesario que le sea recordado como se debe comportar un soldado del Imperio? Espero que no... pero de igual modo espero que no deba de tener unas palabras con usted en privado por ese atisbo de insubordinacion... por no decir que parece que haya olvidado que SU hermano, es un Inquisidor, no un cualquiera del que pueda renegar como si de una muñeca se tratara ¿Entiende? - su voz era severa y grave - Son veteranos, demuestrenlo fuera y dentro del campo de batalla - dio un paso hacía atrás, sacó un librillo y empezó a anotar algo.

Sturnn depositó los cubiertos alineados a cada lado de la bandeja – Su preocupación es loable, lord Comisario, pero me temo que en este caso particular no es necesaria. - Sturnn miró directamente al rostro del comisario mientras cruzaba las manos debajo de la barbilla. - En los dos años que la soldado Venris ha servido bajo mi mando, su actitud y eficiencia han sido un ejemplo para todos. – Sturnn juntó sus dedos índices por las yemas, debajo de su nariz – Esta es la primera vez que asoma una brecha en su férrea disciplina.

 - Puedo asegurarle, por mi honor de oficial, que será la última, o – miró directamente a Venris – yo mismo me encargaré de tomar las medidas disciplinarias más estrictas. - En lenguaje no verbal, Sturnn insinuó con su gesto a Venris “no se te ocurra abrir la boca ahora, hablaremos luego”.

Mientras hablaba, a Sturnn se le cruzó una frase por la mente: “Hola, señora bala de bólter. ¿Qué tal se acomoda en mi cráneo?”

El comisario mientras anotaba lo que anotara en su libreta sonrió divertido... casi se podría decir que complacido. Cerró aquel cuaderno con un golpe seco y lo guardó en el mismo sitio del que lo sacó. Cambió el punto de equilibrio de su cuerpo sobre su pierna derecha y llevándose una mano enguantada al menton observo a Lukas con detenimiento. Aquel comisario no llevaba pistolera alguna, y eso no era muy común

 - ¿Loable? - empezó a decir como si se tratara de un chiste lo que acabara de escuchar - No es Loable teniente, es necesaria en casos como este. Caso que si que merece mi atención - entrecerró los ojos y lo atravesó con su mirada - He tenido hombres frente a mi que han servido años sin ninguna mancha en su expediente, pero con ínfimo detonante se vuelven irascibles, descontrolados, blasfemos y traidores. Mi labor no solo se queda en ajusticiar - empezó a andar hacía Lukas para poder verle mejor - mi labor va muchos allá; y si puedo evitar tener que castigar con pena máxima a un buen soldado dándole "tirones" de orejas se los daré ¿Lo ha entendido?.

Pero justo en ese instante de tensión "in extremis" una mano se apoyó en el hombro del comisario. Todos lo miraisteis y se trataba de Zakkai - Tranquilo Phassar, han sido dos duros y largos años después de aquella batalla olvidada por muchos, pero no por todos - dijo con aquella voz ajada y anciana cargada de sabiduria - entendemos todos la labor del comisariado, pero pasarse varios meses viajando a traves de la disformidad... ya sabe, enerva a cualquiera - le dijo con amabilidad - ahora, si me disculpa, tengo que mantener unas palabras con mi teniente - y en ese momento detuvo su mirada en Lukas al cual le hizo un gesto con la cabeza para que le siguiera...

Zakkai empezó a andar, no sin antes desearos una buena comida - Disfrutad muchachos, aunque acostumbrados al rancho, esto siempre viene bien. Os he hecho traer unas botellas de amasec y vino especiado, brindad por los vivos y los muertos - y fue caminando con paso lento para que Lukas le diera alcance, mientras aparecieron varios servidores portando varios bandejas llenas de copas y botellas.

Sturnn se levantó de la mesa, murmurando una despedida apresurada a la tropa, y tras colocar la silla alineada con la bandeja, siguió al anciano Coronel. No abrió la boca mientras le seguía. Su bocaza ya le había metido en apuros en ocasiones anteriores. Seguramente el Coronel querría explicaciones. Sturnn se limitó a esperar a que este solicitase respuestas directas.

Reimius observó la escena desde un segundo plano, como espectador. Lo habían educado en Terrax, bajo la tutela del comisariado, así que, por más que lo quisiera, costaba ponerse en contra de un comisario, más en aquella situación, en la que tenía razón. Venris había actuado de forma completamente reprochable y con una subida de tono fuera de lugar. No obstante, por otra parte, entendía a su compañera, o podía comprender que los sentimientos hacia familiares que te decepcionan, de uno u otro modo. De algún modo, estaba de acuerdo con ambos, así que decidió callarse y no decir nada. Agradeció la aparición del amasec, del que se sirvió un buen vaso, del que se bebió la mitad de un solo trago, mientras observaba, por el rabillo de ojo, como Sturnn debía atender una vez más a sus responsabilidades como oficial para con el alto mando. 

Dos preguntitas:

¿El comisrio Phassar es nuevo o es un 'viejo' amigo de la unidad? ¿está ahí o se ha ido?

Paso a paso, siguiendo a sus compañeros, su, ahora, familia, camina hacia el lugar donde los esperan los altos mandatarios de esa colmena... A medida que avanzan más y más miradas se centran en ellos, como si de monos de feria se tratasen... Sí, eso es lo que piensan de nosotros... somos monos de feria para ellos... los locos de la 272 que sobrevivieron en el mismísimo infierno...

Pero no le hace ni caso a esos pensamientos... está orgullosa de pertenecer a la 272 y nada le hará perder ese orgullo... es más, esta orgullosa de haber sobrevivido a ese infierno y si por haberlo hecho los consideran poseídos por los demonios y unos locos, entonces que les jodan... el Dios Emperador ha estado siempre con ellos...

Después de la ceremonia de entrega de mando, otra tontería para entretener a los nobles de la colmena, los guían hacia una sala no tan lujosa y con una comida más bien sencilla... como es lógico, la comida consistente es para los gordos nobles que se sientan en sus salones engalonados de lujos...

No hace comentario alguno cuando se comenta al Inquisidor o cuando Venris monta en furia al hacer mención a su hermano... y se mantiene aun más callada cuando el Comisario se acerca a la mesa... en su presencia es mejor no decir nada...

Demasiada gente nueva, y no precisamente novatos, sino gente que puede hacer que pases de no estar precisamente comodo a directamente no estar, o incluso algo peor, hablan de vacaciones, comida mucho mejor que el rancho, alcohol...

Un veterano no sobrevive pensando que solo hay peligro en el campo de batalla, no, hay situaciones peligrosas tambien en las colmenas, asi que en estos casos, lo mejor estar ocupado comiendo y parecer mudo... y por desgracia no tocar el alcohol mas que el minimo necesario para no destacar

Una vez os alejasteis de donde estaba el resto Shalom cruzó sus brazos a su espalda y mirando al frente empezó a hablar - aciagos momentos atravesamos teniente... Lukas ¿Me permite que le llame así? - no espero a la respuesta, sabía que sería "si o si" - Después de todo lo que hemos sufrido y vivido nos destinan a hacer de perros guardianes, abandonados por el miedo de ser portadores de la semilla de la herejía... por lo menos seguimos con vida y no hemos sido ejecutados burdamente por un pelotón de las hermanas del silencio. En fin hijo... a lo que iba. Se te ha asignado una única escuadra. Debemos dividirnos por sectores y formar pequeñas unidades de no más de ocho integrantes. Por lo tanto desde este preciso instante, Lukas, tiene bajo su mando a Stabrsos, Venris, McStreen, Kolhja, Krugbarg, Abner y el tecnosacerdote Astaldo os acompañará también. Mañana tendrá las instrucciones sobre la mesa, y para entonces quiero que elija un subalterno. ¿Alguna pregunta? - se paró girando sobre sus talones mirándote fijamente. 

Sturnn ajustó el paso para sincronizarlo con el de su oficial, ligeramente detrás del mismo, a la vez que evitaba pisar las juntas entre las baldosas del suelo. Escuchó a su oficial, esperando una bronca por haberse encarado con el Comisario. En lugar de ello, recibió un reporte de misión.

“Sólo los necios preguntan. Sólo los estúpidos preguntan dos veces” rezaba el credo Imperial. Después de encarar al Comisario, Sturnn seguía sintiéndose bastante estúpido. “Señor. Asumo que las instrucciones contarán con toda la información que necesite para desempeñar mis deberes. ¿Que debemos esperar en nuestras patrullas? ¿Sólo la ralea pandillera de subcolmena, o algo más?” Esperó a la respuesta de su oficial.

“¿Permiso para hablar con libertad? Si las autoridades locales han oído hablar de la 272, me temo que posiblemente nos hayan traído con un objetivo específico. ¿Es posible que los nobles hayan comentado algo al respecto?”

Sturnn sabía que no debía preguntar lo que iba a preguntar a continuación, pero nunca supo permanecer callado “Señor, si me permite la indiscreción, no he podido evitar observar la presencia de un Inquisidor entre los nobles de la recepción. ¿Sabéis si él está aquí por nosotros? ¿O somos nosotros los que estamos aquí por él?” Sturnn estaba abusando de la confianza de su superior, y lo sabía. Tan sólo esperaba que la réplica no le mordiese en el culo.