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La Compañía Negra 3: Tierra de Sombras.

La Compañía Negra 3: Los Anales de la Compañía.

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13/11/2019, 22:36
"La Compañía Negra".

LA COMPAÑÍA NEGRA 3: LOS ANALES DE LA COMPAÑÍA.

Notas de juego

- Escena narrativa en la que el Analista escribe los Anales, narrando las vicisitudes de la Compañía Negra.

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31/03/2020, 16:59
Analista.

ANAL PRIMERO

LO QUE ANTECEDIÓ

La Asamblea

La noche del Noveno día del mes del Pie del año 202, se celebró la Asamblea General de la Duodécima Compañía Libre de Khatovar para elegir a un nuevo Capitán tras el fallecimiento del Capitán-Analista en la Batalla de Galdan.

Matagatos, hasta entonces Cabo y líder de los Hostigadores, fue elegido Capitán por más de diez votos de diferencia con el segundo contendiente, el Viejo Capitán, y por más de veinte con respecto al tercero y último, el Soldado Preocupado, miembro de la Escuadra Barril de la Infantería. Una de sus primeras decisiones es nombrar Teniente al Viejo, que acepta inmediatamente.

Asciende a Lengua Negra al rango de Analista, con lo que queda completado el cuadro de Oficiales de la Compañía y se debate brevemente la opción de fusionar Hostigadores con Campamenteros, pero finalmente se decide mantenerlos como escuadras separadas.

A propuesta de Lengua Negra, Piojillo es nombrado líder de los Campamenteros, aunque de momento no es ascendido a Cabo, tendrá que ganárselo. Piojillo podrá designar un Segundo de los Campamenteros. El Pelotón de Exploradores queda disuelto por ahora, igual que la Escuadra Ballestero de los Reservas. Frontera y Ballestero son transferidos a los Campamenteros.

Se aprueba la permuta entre Derviche y Desastre. Antes, Derviche es castigada por haber amenazado la vida de Lengua Negra, recibe diez latigazos de Piojillo. Derviche pasa a ser miembro de la Escuadra Barril, mientras que Desastre se integra en los Campamenteros. El Recluta Dolor es transferido de los Dolorosos a la Escuadra Barril, a petición del Cabo Barril.

Ponzoña es ascendido al rango de Cabo y nombrado líder de los Hostigadores. Duda por un momento en nombrar a Campaña como su Segundo, pero finalmente opta por funcionar sin un Segundo al mando nombrado oficialmente.

Khadesa la Quinta, pese a ser personal no combatiente y Seguidora de Campamento, sigue estando asignada a la Escuadra de Hostigadores, a la que acompañará en todo momento, aunque con instrucciones de mantenerse en retaguardia, sin entrar directamente en combate.

El Cuadro de Magos se reajusta automáticamente por antigüedad. Sedoso pasa a ser el Primer Mago de la Compañía, Caratótem el Segundo y Serpiente el Tercero. Todos saben que Serpiente es de lejos el más poderoso de los tres, pero el fiasco en el ritual del Señor del Dolor durante la batalla, del que muchos culpan al exceso de soberbia y de confianza en sí mismo de Serpiente, hace que a todos les parezca bien que siga jerárquicamente por debajo en el Escalafón de los otros Magos más veteranos.

Aunque algunos argumentan que el contrato de la Compañía para con Cho’n Delor ya ha sido cumplido con la toma de la Fortaleza de la Puerta de Galdan, el Capitán Matagatos decide que no es así, que el cometido del contrato es la conquista o aniquilación del Reino Pastel. En esto recibe el pleno apoyo del Teniente Viejo, de Portaestandarte, y de muchos otros.

El Chambelán de las Cuchillas

Una semana después de la Asamblea, el Chambelán de las Cuchillas visita a las tropas en la Fortaleza de la Puerta de Galdan. El Capitán Matagatos le informa de lo sucedido en la Batalla. El Chambelán de las Cuchillas promete una línea continua de suministros y nuevos refuerzos para la Compañía, en la forma de los Mercenarios Independientes y de tropas adicionales de los Comunes de Cho’n Delor. Además, en unos tres meses más se espera una nueva promoción de Reclutas para la Compañía, la Segunda de Dolorosos, lo que aumentará las fuerzas de la Compañía Negra en cincuenta efectivos más.

El Chambelán transmite también las nuevas órdenes para la Duodécima. Gracias a los esfuerzos del propio Matagatos, muchos se encuentran razonablemente recuperados para volver a la lucha. Las órdenes son volver a presionar en el ataque. Atacando primero pueblos y aldeas para cortar los suministros de comida a las tres principales ciudades del Triplete, y a continuación sitiar y aislar éstas para que no puedan comunicarse ni reforzarse entre sí.

Las instrucciones con respecto a los no muertos son en principio dejarlos actuar contra los defensores del Reino Pastel, pero eliminarlos cuando supongan una molestia o ya hayan cumplido su función. Son un arma, un arma contra el Triplete, que puede volverse contra Cho’n Delor y la Compañía Negra, por lo que es mejor inicialmente mantener la distancia y dejar que ambos enemigos se desgasten entre sí, para finalmente entrar y acabar con el que haya quedado en pie.

El Reino Pastel

Durante un mes, la Compañía avanza por territorio del Reino Pastel, tomando una aldea tras otra, un pueblo tras otro. En general es tarea fácil, pues los muertos ya han allanado el camino, eliminando o debilitando a los defensores. Cuando llega la Compañía primero los Arqueros cubren el cielo de flechas, con el apoyo de los Campamenteros. Después, siempre avanzan Hostigadores y la Infantería, sofocando cualquier foco de resistencia que pudiera quedar, exterminando a los supervivientes, ya sean vivos o no muertos.

Cada semana, la lucha se vuelve más cruel, pues son muchos los que sienten un odio enconado hacia el Triplete y las venganzas se vuelven sádicas y crecientemente inhumanas. La Oscuridad ha llegado, y con ella la Compañía Negra. Con casi todas las aldeas exterminadas o evacuadas, la Compañía se enfrenta, con apoyo de los Independientes y los Comunes, a la primera oposición seria: las tropas de elite del Triplete, los Guerreros del Cielo, y la caballería de los Dolientes.

En estas terribles batallas la ferocidad sanguinaria del Viejo y de Portaestandarte resulta decisiva, junto con el poder brutal del Mercenario Independiente Golkas el nar, de su líder Sierra, y la creciente habilidad con las armas de los Hermanos Juramentados de la Compañía, en especial Hostigadores e Infantería.

Como un incendio de verano, la maldad y la crueldad extrema se extienden por toda la Compañía. Desde el torturador Sedoso, el más vil de los hombres, al racista Caratótem. El sadismo es un mal contagioso que se va extendiendo de unos a otros. Pronto es compartido por la Caballería, y por las Escuadras Lemur y Mostaza. El miedo y el odio se funden a partes iguales en la voluntad colectiva del Triplete. Las tres ciudades aúnan todas sus fuerzas y hechicerías y crean una barrera mágica impenetrable un escudo de luz blanco-azulada que se extiende como un gigantesco triángulo alrededor de las tres ciudades: la Ciudad de las Panteras, la Ciudad del Dios Elefante, y la Ciudad Pastel. Es una barrera que tiene un coste espantoso, pues docenas de ciudadanos tienen que sacrificar sus vidas entre horrísonos gritos para mantenerla en pie, alzándose desde muchos metros bajo el suelo hasta una gran altura.

Los brujos y hechiceros de las tres ciudades suman su saber al del Irredento Hermano y tantos otros poderosos hechiceros, derivan sus nigromancias de las líneas geománticas de poder, e incluso roban irresponsablemente poder la línea de monolitos, desequilibrando su poder de contención y haciendo que, en muchas zonas, las Tierras Salvajes avancen y el propio suelo comience a mutar en formas extrañas e inquietantes, como una sopa burbujeante. Serpiente canaliza numerosas veces su poder hacia las barreras mágicas del Triplete, tratando de sobrecargarla, al tiempo que el Viejo y Portaestandarte realizan sacrificios y rituales oscuros al objeto de derribar la protección. Más y más supervivientes del Reino Pastel son traídos para ser ofrecidos como sacrificio al Señor del Dolor, y cuando se comienzan a acabar, van trayendo esclavos y ciudadanos cautivos de Cho’n Delor y de lugares más allá, como Dádiz e Idón.

Una noche Portaestandarte se enfrenta finalmente a Último Inmortal y junto con los poderes sombríos del Viejo ambos logran capturarlo y ofrendar su alma imperecedera a los poderes más oscuros y siniestros de la tierra. Esa noche la barrera mágica que rodea las tres ciudades comienza a vibrar y a pulsar en una poderosa onda creciente que causa terremotos y llameantes simas ardientes. El poder parece ir en aumento en lugar de disminuir.

En un raro momento de lucidez, Portaestandarte le entrega la Lanza de la Pasión a Matagatos y le conmina a que huya junto con aquellos Hermanos que aún no han sucumbido a la locura. El Viejo le ataca y desgarra su carne en un momento de rabia extrema, derramando su vida por el suelo terroso, acre y oscuro del Reino Pastel, que comienza a cubrirse de humo y llamas apocalípticas. Matagatos se enfrenta al Viejo, pero entonces, gran parte de los Mercenarios Independientes y varios Hermanos de la Caballería, Infantería y Arqueros se transforman en criaturas hambrientas, algunas con garras y colmillos, más semejantes a bestias que a hombres, otros con bocas babeantes que parecen gusanos.

La Huida y la Lanza de la Pasión

Lengua Negra insta a Matagatos a huir, y éste finalmente accede, portando el estandarte y conduciendo a quienes todavía son humanos hacia el Oeste. Hostigadores, Campamenteros y Escuadra Barril les siguen, manteniendo su lealtad hacia el Estandarte de la Compañía, hacia el nuevo Capitán, Matagatos, y hacia el Juramento de Hermandad de la Duodécima. Las fuerzas leales a Matagatos emprenden la retirada, aunque la mayoría de caballos enloquecen y descabalgan a sus jinetes, acabando después atrapados por los monstruos sedientos de sangre, que devoran sus vidas sin compasión.

Las ondas pulsantes de la barrera mágica que rodea las tres ciudades crecen en intensidad y violencia, tal vez alimentadas por la sangre derramada del Portaestandarte y por la cacofonía de energías violentas desatadas. Las tres ciudades explotan en una colosal explosión blanca. La onda expansiva comienza a causar una extrema devastación jamás vista en todo el terreno, que se cubre de grietas llameantes y de sofocantes vientos huracanados sembrados de infinidad de rayos. Parece el fin del mundo, aunque en realidad es sólo el final del Reino Pastel, de Cho’n Delor y de vastas partes de la Gran Sabana y tierras circundantes.

El fuego y los gritos de la tierra rodean a los supervivientes de la Compañía, las llamas han alcanzado a los antiguos aliados y Hermanos convertidos en monstruos, pero ahora amenazan con devorar a los últimos leales al Juramento. Siguiendo un extraño instinto, Matagatos estrella la Lanza de la Pasión contra una gran roca, partiendo la misma, y sumiendo el mundo en una cegadora luz resplandeciente, al tiempo que la Lanza y el Estandarte desaparecen.

Por un momento se siente un calor insoportable como si la sangre de todos los presentes hirviera y se evaporase, después hay una sensación de infinita caída antes de que Hostigadores, Campamenteros y hombres de Barril caigan a unas frías aguas poco profundas. Pronto la mayoría hace pie y pocos corren verdadero riesgo de morir ahogados. El agua fría llega por la cintura y el cielo parece cubierto de heladas nieblas y velos de sombra. Entonces, cuando todo parece más desesperado, el Sol se eleva desde el Este (o lo que pudiera ser el Este) iluminando el lugar, un gigantesco lago, y hacia el Oeste (lo que pudiera ser el Oeste) se atisba tierra. Tierra y seguridad, y la promesa de un nuevo comienzo.

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15/10/2020, 16:43
Analista.

En virtud de los usos y costumbres de la Duodécima Compañía Libre de Khatovar y a fecha de hoy, día de la Luna del mes de Farasto del 4715 RA, transcurrida ya una semana, hago constar en el presente anal, las resoluciones tomadas el Vigésimo Tercer Día tras la Ruptura de la Roca, data en la que la Compañía al completo fue reunida cerca de un gran fuego de campamento, en las tierras de la aldea de Verdín.

-Primero. Disolución de los Campamenteros.

Por las particulares circunstancias de nuestro estadío en estas extrañas tierras y como consecuencia de la merma de nuestros efectivos, se decidió que la existencia de tres pelotones no solo era algo innecesario sino contraproducente, al diluir la potencialidad de nuestros efectivos y reducir nuestras capacidades. Por ello se procedió a la disolución efectiva y definitiva del último de los pelotones creados, conocido como Campamenteros, y la redistribución de su soldadesca entre los dos pelotones supervivientes, Hostigadores e Infantería, los cuales a su vez cedieron y acogieron a recíprocos miembros. 

Pelotón de Hostigadores.

Con el Cabo Ponzoña al frente, está integrado por los siguientes miembros: Primer Mago Serpiente, Pitonisa Khadesa (a efectos no hermana juramentada) y los Soldados Nuevos Ballestero (Segundo de Hostigadores), Frontera, Indómito, Dedos, Caracabra, Chamán Rojo, Dolor, Guepardo, Pelagatos, Reyezuelo, Sabandija y Tarado. Quince miembros. 

Pelotón de Infantería.

Con el Cabo Barril al frente, está integrado por los siguientes miembros: Segundo Mago Chamán Rastrojo, Soldados Novatos Palomita, Lagrimita, Cielo, Grito, Preocupado, Romo y los Soldados Nuevos Campaña, Keropis, Derviche, Plumilla y Lombriz. Trece miembros. 

De igual forma y con carácter temporal se ha formado un Pelotón de Instrucción, al frente del cual se halla la Soldado Novato Palomita quien instruye a los aspirantes Sabueso (quien decidió permanecer y servir a la Compañía tras ser cedido por Seldocha) y Gobaldet (procedente de la aldea de Verdín), así como a los reclutas Piojillo y Desastre . 

-Segundo. Ascensos, degradaciones y nuevos aspirantes.

Reconocidas sus habilidades mágicas, el Chamán Rastrojo es ascendido a la condición de Segundo Mago de la Compañía.

Dado su compromiso y valentía, Dolor jura como soldado nuevo.

Desastre y Piojillo, como consecuencia de su probada insubordinación y desobediencia a órdenes explícitas de un superior son degradados a al condición de reclutas.

Sabueso y Gobaldet son designados como nuevos aspirantes tras su expresa declaración de servir en la Compañía. 

-Tercero. Defunciones.

Me queda el triste deber de hacer constar las muertes de Uro y Matador, Hostigador e Infante respectivamente, en el curso de sendas batallas. En el caso de Matador y dadas las especiales circunstancias de su caída, no pudo recogerse ni su capa ni su broche.  

Y para que así conste, lo firmo de puño y letra. 

Analista