Partida Rol por web

Dejo pasar al clérigo y me coloco en último lugar para entrar: no tengo nada que hacer en una posada, pero si mis compañeros van a pasar la noche allí, tal vez entre a ver como era el ambiente. Incluso puede que conozca a los aventureros que dan mal nombre a nuestra profesión...

La posada era impresionante a simple vista.

-no tardemos en entrar entonces- dije dirigiéndome a Thanar. –necesito un buen trago y algo de comer-

Había que descansar un poco mientras encontrábamos un nuevo encargo que cumplir.

Kalka deja que Thanar entre primero y decidió entrar luego de que todos los demás lo hubiesen hecho. La precaución era la mayor parte de su valentía. 

También intentó avistar si había algún lugar donde dejar a su burro.

*Kraag se relame viendo los caballos atados al poste*

Adentro, ¡me está entrando hambre! - con cierta precaución, Kraag atraviesa el umbral, no sería la primera vez que es demasiado pequeño y deteriora la puerta.

Una vez dentro echa un vistazo desde su altura privilegiada a su alrededor, buscando un posible oponente con el que medir sus fuerzas.

Entráis a la posada por la puerta de diez pies de altura para encontrar un amplio bar. Os sentís empequeñecidos por las grandes proporciones de todo el establecimiento; los techos están a doce pies de alto. El perímetro de la sala se divide en pequeñas alcobas, cada una de las cuales tiene su propia mesa y bancos. La barra forma tres rectángulos, comenzando en la pared de la derecha y haciendo dos esquinas cuadradas hasta que finalmente termina en la misma pared de la que comenzó. Una puerta y una ventana hacia la cocina son visibles detrás de la barra. Mesas redondas y rectangulares con taburetes y sillas llenan el resto de la estancia. A la derecha de la barra, una amplia escalera de madera conduce arriba. Dos chimeneas y dos estufas de leña redondas están colocadas estratégicamente para proporcionar calor a toda la sala.

Cuando entráis en el bar, sois recibidos por deliciosos aromas y un ambiente acogedor (aunque ruidoso). A los pocos segundos, localizáis una mesa libre mientras una de las camareras alza la vista y da su aprobación para que os sentéis.

Era una alegría ver a aquella buena moza hacerles la indicación. Eso significaba que, efectivamente, había hueco en el lugar. La construcción seguía pareciendo enorme. Había sido construida pensando en algún tipo de gran tamaño. Algo como un ogro. Y era desconcertante encontrar algo como eso en la ciudad.

- La esperamos, señorita. Queremos saber la especialidad de la casa y ver su sonrisa.

Comentó, pues la sonrisa de una dama era siempre refrescante. El clérigo tomó asiento donde le indicaban. Se colocó justo al lado de la pared y apoyó la lanza en ella.

- Todas las posadas tendrían que ser así de altas.

Comentó con algo de jocosidad.

Ya podría ser como dices Thanar - dijo el semiorco estirándose cuán alto era - lo peor de las ciudades son sus estrecheces.

Sacó un taburete de debajo de la mesa con un ligero golpe con el pie, y puso a prueba su estructura sentando su peso encima, a la espera de que la tabernera se acercara, como le había indicado su compañero.

Cuando echáis un vistazo a la barra, las proporciones de la misma de pronto tienen sentido. El tabernero parece ser un gigante de las colinas, para vuestro asombro.

Una vez todos estáis sentados alrededor de una mesa de grandes proporciones, una de las camareras se acerca muy amablemente. No es una gran belleza pero parece muy eficiente:

- ¡Bienvenidos al Pez Silbador! El menú para cenar incluye a elegir guiso o sopa y después pollo asado, cordero o cerdo. El pan del día y los pasteles de postre están incluidos en el precio.

La camarera os mira atentamente pendiente de lo que le pedís.

El clérigo observó la llegada de la posadera. No era guapa, pero a la vez, lo era, porque llevaba muchos días viendo tan sólo hombres.

- Señorita, yo quiero guiso y cordero.

Se quedó observando al gigante. No había esperado que fuese tal criatura y aquello le descolocó.

- Para mí que ésta es la posada más tranquila de la ciudad.

Dijo, mirando al resto esperando que pidieran.

Sopa y pollo - dijo Kraag escuetamente, notando como empezaba a salivar ante la expectativa de una comida inminente.

Ante el comentario de Thanar, se percató del gigante que regentaba el local - Ya sabemos porque aquí sí que admiten aventureros, ¿verdad? - Y permaneció en silencio, mirándolo, sopesando si su fuerza sería rival para la del gigante

-No quiero ni sopa ni guiso, tráigame cordero directamente, por favor- El aroma le había despertado el apetito. Estuvo a punto de pedir un aguardiente pero considerando que podría haber seguidores de Cuthbert no tan abiertos como el decidió que no era buena idea. Probablemente argumentarían que hoy era algún día sagrado de ayunas o algo.

Me siento junto a mis compañeros, sin preocuparme mucho por mis alrededores, estoy cansado y hambriento del camino.

Cuando la camarera se acerca a nosotros, nos ofrece un menú que me resulta grato

-yo tomare guiso y pollo asado- digo dirigiéndole una sonrisa. Llevaba tiempo fuera y era grato volver a oir la voz de una mujer.

La camarera asiente a vuestro pedido en señal de haberlo entendido y retenido, haciendo una mueca de amabilidad. Después se queda mirando a Dalibor y a Raliet esperando sus respectivos pedidos.

- Mientras no arméis escándalo, siempre seréis bienvenidos al Pez Silbador.- Responde al comentario de Kraag- Si deseáis pasar la noche aquí tenéis que hablar con Gruenab - Dice señalando al semigigante-. Tenemos habitaciones para 6 personas por 3 monedas de plata, habitaciones para 4 personas por 6 monedas de plata y para 2 por 3 monedas de oro. Por supuesto estas últimas son de lujo. 

Quiero permanecer junto a mis compañeros un poco más, pero no creo que le siente bien a la camarera que le diga que hace tiempo que abandoné la ingesta de alimentos.

- Si me disculpa, me gustaría observar las comidas de otras mesas antes de hacer mi pedido, pues el hambre tiene que entrarme por la vista y aún no estoy seguro de lo que deseo. Por favor, sirva a mis compañeros, aunque cene más tarde que ellos la avisaré cuando desee hacerlo.

No me siento, y me voy moviendo ligeramente alrededor de la mesa, observando descuidadamente las demás.

El clérigo miró al resto de presentes, sonriendo ligeramente.

- ¿Alguien se ha vuelto exquisito?

Comentó, pensando que harían como casi siempre, tomar una habitación para todos. Solía ser la mejor opción, para estar más protegidos.

Con una amplia sonrisa, la camarera se despide por el momento.

- Perfecto, voy marchando lo que habéis pedido. Cuando decidáis qué tipo de habitación queréis podéis dirigiros a Gruen. Dice de nuevo dirigiéndose al semigigante.

El ambiente es ruidoso pero parece bastante amigable, casi todos los parroquianos parecen conocerse y hablan en un tono más bien alto con mucha cordialidad.

No es que fuera guapa, pero una sonrisa se agradecía.

- Está claro que vamos todos a la misma habitación.

El clérigo miró en dirección a los lugareños, tratando de sacar algo en claro de las conversaciones. Quizá hubiera algún grupo especialmente exaltado.

- En todas partes hay problemas y siendo esta ciudad tan grande, tienen que haber muchos.

Thanar acercó la mano al monje y lo sacudió suavemente, intentando que reaccionara. Pero parecía haber entrado en un trance profundo.

No sabes de quién proviene la voz pero oyes entre el gentío lo siguiente: "Los animales de granja han estado desapareciendo misteriosamente de sus rediles últimamente en las granjas que rodean Greyhawk".

Había intentado prestar atención a las conversaciones de los lugareños, pero aquello que escuchó le decepcionó.

- ¿Animales de granja que desaparecen? ¿Dónde no pasa eso?

Comentó en voz baja mirando al shamán del dragón, cayendo entonces en la cuenta de que podía tratarse de algún animal que valiera la pena cazar.

- En fin, quizá sea el comienzo de algo. Siempre que vamos tras una pista de ese estilo acabamos en una aventura.

- ¿Animales que desaparecen? ¿Dónde lo has escuchado? -pregunto a Thanar. Aquella información me parece bastante más interesante que al clérigo: una misión rápida y sencilla podría ayudarnos a entrar en esta comunidad, que por ahora se mostraba cerrada.