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La Conspiración del Halcón: La Venganza del Halcón

[2] Capítulo VI: El Diario

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21/08/2017, 13:26
Director

Atravesáis el templo para llegar al edificio donde Talasek permaneció tras su asalto. Un clérigo os espera en el vestíbulo. No pide vuestros nombres, ya que os ha reconocido, sonríe y dice: - Por favor, síganme.

Os conduce a una gran sala de reuniones que tiene una mesa larga y ovalada. El clérigo que os ha guiado dice: -Haré saber a los demás que estáis aquí. Vendrán en un momento -.

Los muebles y las cortinas de esta habitación son simples pero de excelente calidad. Dos símbolos sagrados ornamentales cuelgan de las paredes en extremos opuestos de la sala. Sin embargo, las características más llamativas son las doce pinturas de tamaño natural que llenan las largas paredes de la habitación. Cada retrato cuelga en su propio marco tallado.
De los doce retratos, cinco pueden ser reconocidos como paladines y siete como clérigos. Los hombres se visten con sus mejores galas: los paladines con armadura completa, portando espada y escudo, y los clérigos con túnicas finas.

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21/08/2017, 13:27
Talasek

Talasek nota que observáis las pinturas, y empieza a explicar -. Estos son hombres que dedicaron sus vidas a San Cuthbert y realizaron actos nobles en su nombre. Los sacerdotes que véis son los sumos sacerdotes anteriores de este templo. Los paladines, cada uno a su manera, prestaron un servicio excepcional que requirió valentía y altruismo superlativo.

El hombre que véis aquí - Talasek se acerca a una de las pinturas - es mi abuelo, Talamar Thraydin. Nunca lo conocí, pero las leyendas dicen que luchó y derrotó a un culto del mal en la ciudad. De alguna manera parece apropiado que estamos aquí hoy para descubrir a un mal similar.

Eran humildes, muchos de ellos objetaron a ser honrados de esta manera. Pero los sacerdotes insistieron, para que todos los que siguieran sus pasos pudieran aprender de sus ejemplos. Muchos de los aprendices -de hecho, todos los sacerdotes de este templo- vienen a esta sala en momentos de necesidad para extraer inspiración. Los clérigos que iniciaron esta tradición eran sabios. Me pregunto si saben cuántos hombres y mujeres han sido ayudados a lo largo de los años por la inspiración que esta habitación proporciona. Esta es la razón por la que aquí se celebran reuniones y se toman decisiones importantes, con la esperanza de que estos hombres nos guíen en la dirección de la verdad, como deseaba San Cuthbert.

La pintura de Talamar Thraydin retrata a un hombre alto ataviado con una armadura de placas hermosa. Podéis comprobar la semejanza a Talasek en sus rasgos marcados y sus ojos verdes. Porta un pequeño libro verde en un brazo, la otra mano descansa sobre la empuñadura de su espada, que apunta al suelo. Su escudo está apoyado junto a sus pies. Un símbolo sagrado de oro de San Cuthbert cuelga de una cadena de plata y oro tejida alrededor de su cuello.

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24/08/2017, 20:17
Hodrum

Hodrum se paró a observar el cuadro del abuelo de Talasek, en especial el pequeño libro. Le resultaba curioso que saliese con un libro cuando en el resto de pinturas ninguno de los retratados lo llevase, lo que implicaba que ese libro era importante de una u otra forma.

- Talasek, ¿podrías contarnos más acerca del mal que combatió tu abuelo? Que ocurrió, donde ocurrió y esas cosas. - Hodrum no creía que el actual mal estubiese relación con el del abuelo de Talasek, pero de todas formas necesitaba asegurarse de que la visión en sus sueños no coincidía.

Aparte si no conseguían averiguar cual era el mal que en este tiempo acechaba, nadie les aseguraría una victoría, ya que no sabrían como podrían vencerlo. O al menos contenerlo hasta encontrar una manera de poder destruirlo.

- Otra cosa que me genera intriga es el libro que muestra tu abuelo en el retrato. - Miró a Talasek con ojos de un niño cuando mira a sus padres porque quiere un juguete que acaba de ver en un puesto del mercado. - ¿No lo tendreis para que pueda estudiarlo? ¿O al menos una copia del librito? -

En su interior, Hodrum se moría de deseos por meterle mano a ese libro y averiguar que contenía. Aunque seguramente el resto de compañeros ya se habían dado cuenta de ello.

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30/08/2017, 03:32
Élise de Sable

Contrario a lo que había creído, la vuelta fue rápida y no encontraron oposición ninguna. Nadie les esperó a la salida, nadie les emboscó a la vuelta, ni los sectarios, ni la guardia, nadie. Ella había estado segura de que algo pasaría, de que les atacarían y aprovecharían su cansancio y heridas para acabar de una vez con su intromisión, pero no fue así. Llegaron sanos y salvos hasta el Templo de Saint Cuthbert, y allí les hicieron pasar sin inconvenientes hasta el edificio interior. Una vez allí, todo se desarrolló con soltura, no hicieron falta palabras; mientras observaban con interés las magníficas pinturas que adornaban las paredes del lugar, Sir Talasek les empezó a explicar quienes eran. El primero, Talamar Thraydin, el abuelo del paladín.

Algún día también formarás parte de estas paredes, de esta historia – dijo con sinceridad, asintiendo para sí misma mientras recorría cada detalle del cuadro. También reparó en el libro, pero no le dio mayor importancia, no mayor que a la espada y al escudo, hasta que lo mencionó en alto Hodrum –. ¿Crees que alberga algo de valor? – miró a Sir Talasek –. ¿Qué es? ¿Un diario tal vez? 

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17/09/2017, 11:28
Talasek

Notáis que el resto de paladines tienen su espada en una mano y su escudo en la otra, en varias poses. Talasek parece pensativo por un momento, luego contesta.

¿Sabéis?, he visto este retrato tantas veces que ya ni siquiera percibo el libro. Me pregunto si podría ser el mismo que mi padre solía leer. Yo era muy joven cuando mi padre murió, así que estoy seguro de que se trataba de algo que yo no hubiera entendido. Pero recuerdo haber visto a mi padre leyendo un libro que se parecía a ese. Debo preguntarle a Eritai si el libro todavía existe. Tenéis razón, no debió ser algo tan banal si el abuelo lo quería en su pintura.

Talasek entonces guarda silencio, mirando de soslayo a la puerta, como expectante.

Notas de juego

Vamos reactivando esto tras un proceso gripal de vuestro amado DM y vacaciones varias :)

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19/09/2017, 01:07
Élise de Sable

Asintió. Muchos nobles y reyes eran excéntricos, cosa tal vez del poder que ostentaban y con el que habían crecido cumpliendo sus caprichos, y así mismo los mercaderes y comerciantes, nuevos ricos poco acostumbrados a semejantes lujos, solían tener ideas descabelladas; esa clase de gente solía tener retratos en sus lujosas mansiones, imágenes de ellos mismos ensalzadas de las maneras más extraordinarias posibles, y a menudo sin sentido ni fidelidad alguna. Los guerreros y paladines, aquellos adalides de la justicia, el honor, la guerra y otros menesteres similares, cuando tenían el honor de ser representados para la posteridad, solían tener algo más de cabeza; su figura no podía ser una simple decoración para las paredes, sino que debían guiar a los demás. Aquellas pinturas eran el legado de hombres sabios y poderosos, hombres que habían marcado una diferencia, y nada, absolutamente nada, podía ser una casualidad. Si uno de ellos había querido que su libro sirviera de faro para las próximas generaciones, no podía haber encontrado una manera mejor. Que su poseedor hubiera luchado años antes contra un culto similar al que ahora amenazaba la ciudad, no podía ser otra cosa más que un signo divino de que iban por el buen camino, de que se estaban acercando. Cuando los poderes que había por encima de ellos y a los que de un modo u otro todos servían se alineaban para marcar el camino, ¿qué otra cosa podían hacer sino seguirlos con fe y determinación?

Satisfecha, una ligera sonrisa curvó sus labios, normalmente serios en una máscara pétrea por las circunstancias.

Intente conseguirlo cuanto antes, Sir Talasek. Estoy convencida de que puede ayudarnos en nuestra batalla contra el mal que ha erigido desde los mismos cimientos desde la ciudad y ahora amenaza con destruir su orden y bienestar.

En el mismo momento de hablar, se fijó en que el hombre prestaba atención a la puerta, y siguió su mirada con curiosidad.

¿Esperamos a alguien más? – preguntó indecisa, llevándose inconscientemente una mano a la espada. Pura tendencia que no podía controlar incluso en aquellos lugares donde se suponía a salvo.

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20/09/2017, 18:02
Barakanar

Barakanar miró la sala curioseando los cuadros, vaya tiesos los han pintado pensó mientras sus dedos tamborileaban sobre su cintro.

- Eso es, esperamos a alguien más??? preguntó. Sino deberiamos pertrecharnos y volver a esa alcantarilla preparados. O la pista se enfriará y todo lo que hemos sangrado no habrá servido de nada.

- Necesitaremos fuego para ahuyentar a esas bestias que nos atacaron

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20/09/2017, 20:29
Director

La puerta se abre en ese momento y cuatro clérigos entran en la habitación: dos hombres, seguidos por una mujer, acompañada por un escriba. El escriba lleva las túnicas rojizas típicas de los clérigos de la orden, pero la mujer y los dos hombres van vestidos de verde. El saludo a Thlasek es caluroso y después Talasek os presenta a Eritai Kaan-Ipzirel, suma sacerdotisa del templo, y sus ayudantes, Latmin Doru y Figril Himman. Todos parecen sinceramente encantados de conoceros.
Una vez que las formalidades se han cumplido, Talasek se vuelve a Eritai para preguntarle sobre el libro. 

Perdóname, pero antes de comenzar la reunión, ¿Puedo preguntarte sobre la pintura de mi abuelo? - Eritai asiente -. Me preguntaba -, comienza Talasek -, si sabes algo sobre el libro que mi abuelo sostiene en la pintura. Me parece recordar que mi padre tenía un libro similar cuando yo era niño. ¿Sabes si este es el mismo libro, o dónde se puede encontrar? Supongo que se ha perdido después de todos estos años.

Eritai susurra algo al escriba, luego se vuelve hacia Talasek.

Ese libro era un registro de todos los hechos importantes de la vida de tu abuelo. Él mismo registró los acontecimientos para legar la historia familiar de generación en generación. Cuando tu padre murió, tu madre lo trajo aquí para ser almacenado en la bóveda junto con tu armadura y tu arma. Temía que, después de su muerte, no hubiera nadie para heredar su propiedad familiar. Ella te informó sobre la armadura, pero debió olvidar hablarte sobre el diario. He enviado al escriba a notificar al Maestro de la Cámara que debe localizarlo. Si nunca lo has recibido, debe estar en la bóveda. Lo sabremos en unos momentos. Mientras tanto, tomemos asiento. 

Eritai se dirige al extremo de la gran mesa ovalada y toma su asiento. Los otros hombres toman asientos a la izquierda y a la derecha de ella. Talasek se sienta al lado de Latmin y os hace un ademán para que toméis asientos cerca. Talasek está visiblemente emocionado por haber aprendido algo sobre el libro y que todavía puede existir. Justo cuando os estáis acomodando, el escriba reaparece en la puerta. Se acerca a Eritai, se coloca detrás de ella y dice que el Maestro de la Cámara está buscando el libro en este mismo momento. Enviará un mensaje con los resultados de su búsqueda. Luego tira de un alto taburete y una mesa de escritura y se escurre contra la pared hasta posicionarse detrás del codo izquierdo de Eritai. Desde su posición, puede ver y oír a todos en la mesa y comienza a escribir.

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22/09/2017, 04:01
Élise de Sable

Su pregunta fue rápidamente respondida, y ante la presencia de aquella gente apartó la mano de la espada y, con diligencia, inclinó la cabeza en una reverencia marcial, corta pero respetuosa. 

Es un honor conoceros, señora. También a vuestras mercedes, caballeros – dijo antes de levantar de nuevo la barbilla, y mirar a los recién llegados. A continuación siguieron todas las presentaciones, y ella aguardó hasta que dieran el siguiente paso. Fue pronto, y una vez mencionado el libro, cosa que agradeció al paladín, se empezaron a sentar.

Élise esperó con paciencia hasta que sus anfitriones tomaron asiento y luego, por supuesto tras el paladín, se sentó junto a este último, al otro lado que estaba libre. Una vez más, se mantuvo en silencio mientras los demás hacían lo propio, y entonces se giró hacia la suma sacerdotisa, alzando ligeramente un ceja.

Hemos encontrado indicios de que un mal acecha la ciudad desde su mismo seno – dijo sin rodeos, imaginando que aquella reunión era para tratar el asunto que tenían entre manos –. Creemos que algún tipo de secta u organización secreta y criminal se ha asentado bajo Greyhawk, y aunque aún no sabemos lo que se propone, estoy segura de que nada bueno es lo que traman – carraspeó; lo siguiente era cosa suya, una opinión que no tenía porque compartir el grupo, pero que le parecía importante expresar en voz alta –. También creo que la guardia está de alguna manera relacionada con este grupo. Preferiría que nadie fuera de esta habitación supiera de nuestra conversación hasta que tengamos más pruebas.

 

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25/09/2017, 19:38
Hodrum

Hodrum fué el último en entrar a la sala y coger sitio. Estaba observando el retrato del abuelo de Sir Talasek, por si algo más pudiese ser de ayuda, aunque seguramente hasta que no tuviesen el libro en sus manos no podrían encontrar nada que les fuese de utilidad.

Cuando todos estaban ya sentados, el escriba entró por la puerta, y a Hodrum casi se le salen los ojos de las órbitas buscando donde llevaba el libro. Tras escuchar lo que le tenía que decirle a Sir Talasek, Hodrum se vino abajo como cuando un niño piensa que le han comprado un regalo y descubre que tan solo han comprado lo necesario para hacer la comida. Estaba enojado internamente por no tener el libro y esperanzado de que el libro se encontrase allí guardado.

Era consciente que no podría ser el primero en leerlo ya que como era lógico pertenecía por herencia a Sir Talasek, pero algo tenía claro. No saldrían de esa sala sin saber cual era su contenido.

No prestó mucha atención a lo que Élise empezó a decir, y la verdad es que no podría aportar mucho hasta que los allí presentes comenzasen a realizar preguntas sobre la situación.

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29/09/2017, 12:51
Raff Stonecrow

Raff había contemplado el cuadro por largo rato en silencio, sin decir una sola palabra. No entendía mucho de pintura y cuando trabajaba en el gremio había tenido solo uno o dos encargos referidos a piezas de arte, pero una parte de él no podía dejar de calcular mentalmente cuanto le hubiera reportado ¡Hasta por el marco solo le habrían dado una buena paga!
Un tanto avergonzado por esto, decidió mantener la boca cerrada y dejar que el resto fueran los que hablaran.

Saludó a los recién llegados con una leve inclinación, y en cuanto vio que le daban permiso para sentarse, se desplomó sobre la silla. Quizás ya no estuviera herido, pero su pequeña aventura contra los cangrejos chupasangre lo había agotado física y mentalmente. No se había dado cuenta de cuanto le dolía el cuerpo hasta que tuvo que hacer el esfuerzo de incorporarse y sentarse como una persona normal y educada. Así y todo, no se percató de que estaba poniendo los codos sobre la mesa y descansado el mentón sobre una mano.
Abrió grande los ojos y miró incrédulo a Elise cuando la escuchó acusar tan abiertamente a la guardia temiendo que alguno de los presentes pudiera tener alguna relación importante con la seguridad de la ciudad, pero prefirió no decir nada para evitar más escándalo del que se levantaría si fuera así.

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29/09/2017, 19:03
Barakanar

Barakanar se sorbió sonoramente la nariz un momento despues de haberse sentado. Tanto formalismo me atasca la nariz, pensó mientras se tocaba la barbilla.

- Bueno, por lo que parece hay gente en esta ciudad que quiere tapar algo bastante oscuro. Tanto Ser Talasek como nosotros hemos sido atacados por husmear demasiado. Y los guardias de la fabrica de comida fueron tan fanaticos como para morir en vez de rendirse.

Las criaturas que nos atacaron en los corredores no son naturales, son bestias mágicas y deben tener un metodo para hacer que no les ataquen, porque tener un pasadizo a un cubil de fieras que devoran al que pasa me parece un mal negocio

Mal asunto, si me lo permiten sus mercedes, tengo que intentar ser educado.....

¿ Que hacemos ?

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30/09/2017, 13:29
Eritai

Eritai comienza la reunión con algunas anotaciones formales para el registro con respecto al propósito de la reunión mientras asiente a las palabras de Elisé y Barakanar después, sin hacer ningún comentario. Luego le pide a Talaasek que cuente su historia. Talasek se apoya en vosotros para revelar todos los detalles de la investigación. El paladin no omite ningún mínimo detalle.

Eritai, Latmin y Figril escuchan atentamente e interponen algunas preguntas educadas e interesadas. Comienzan a parecer preocupados cuando la historia se acerca a su conclusión. Incluso el escriba levanta una furibunda mirada mientras escribe incansable.

Cuando concluye su relato, Talasek pide a los clérigos su consejo y ayuda. Eritai es la primera en hablar. La sacerdotisa admite su preocupación e informa a todos en la mesa de que este es un asunto que es mejor mantener en secreto por dos razones. La primera es evitar el pánico, no quiere que se difunda por la ciudad. Después de todo, la gente aquí es muy supersticiosa. Permitir que esta información se revele podría deshacer mucho de lo que el Templo ya ha hecho.

La segunda razón de Eritai para mantener la historia en secreto es evitar que el culto descubra que el Templo sabe de su existencia. La sacerdotisa siente que lo que está planeando el culto podría acelerarse si sospechan que alguien puede entrometerse. Mirándoos fijamente os encomienda a descubrir todo lo que podáis y a planear una cuidadosa estrategia para poner fin al culto.

Eritai pregunta a sus ayudantes sobre el paradero de otros dos paladines, pero las respuestas son que los paladines están en misiones lejos de Greyhawk. Eritai piensa por un momento, luego se dirige de nuevo a vosotros.

Me gustaría tener una respuesta clara para vosotros, pero estoy perdida. Nuestros recursos son escasos en este momento. Lamento no tener a nadie que pueda seros de ayuda. Pero el grupo que veo reunido aquí ante mí parece formidable. Obviamente, habéis superado muchas batallas y desafíos. Ya habéis recorrido un largo camino para combatir este mal. No sé si mis mejores hombres podrían haber hecho más de lo que vosotros mismos habéis hecho y probablemente haréis.

Talasek es muy respetado y un hijo predilecto del Templo. Si él os ha elegido, creo que ha elegido sabiamente. Os pediría que continuéis con vuestras investigaciones y nos aconsejéis sobre cómo eliminar este mal. Voy a seguir pensando en el asunto en consenso con mis asistentes. Si podemos ayudar, ciertamente lo haremos. Pero ahora mismo, debo admitir, no tengo a nadie disponible para unirse a esta causa. Y los que están listos no son tan fuertes como vosotros.

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03/10/2017, 00:24
Élise de Sable

Asintió, en señal de conformidad a las palabras que marcaron el inicio de la conversación, agradeciendo también con un simple gesto, un cabeceo, el que aquello fuera a permanecer en silencio. Élise sabía que sus palabras habían sido arriesgadas en el mejor de los casos, peligrosas de cualquier manera que se mirara, pero ella jamás se había amilanado ante algo así, y era sincera cuando se trataba de decir la verdad. Si aquella gente estaba allí para ayudar, y así debía ser –o por el contrario mentían muy bien, pues no vio en nadie rastro de maldad ni un interés especial y traicionero en el rostro de ninguno–, entonces merecían tener toda la información que pudieran reunir, así como las sospechas que pasaran por su mente. Nunca se sabía que iba a ser útil, y sabía por experiencia que, dada la fragilidad de su situación, si algo les ocurría otros debían poder seguir la lucha.

Aunque  en esos instantes estuvieran solos para hacer frente a la amenaza, tenían aliados, aliados que llegado el momento no dejarían que la ciudad sucumbiera. Tanto era así que, en realidad, ella era la misma prueba de aquello; había vuelto a Greyhawk gracias a la carta de Sir Talasek, gracias a que el Templo de St. Cuthbert y sus paladines tenían amigos tanto dentro como fuera de los muros de la ciudad. Gracias, al final, a que aunque el mal y la oscuridad nunca descansaban en aquellas tierras, siempre existirían personas dispuestas a sacrificarlo todo por la justicia y el honor, por llevar la paz y la luz a los inocentes que desconocían el alcance del poder que se escondía en las sombras bajo sus pies. Sacerdotes guerreros, adalides del bien, soldados de la rectitud armados, todos ellos seguían rectos códigos que les impulsaban a unirse cuando era necesario. Esa era la fuerza que les respaldaba, aunque ellos fueran las armas que tuvieran que cortar de raíz el problema. No podían pedir más.

No se preocupe, mi señora. Vuestras palabras son suficiente aliciente para nuestra causa – dijo con solemnidad cuando Eritai acabó de hablar. Sus ojos, en seguida, recorrieron la sala, pasando por sus compañeros, aquellos a los que Sir Talasek había elegido y a los que ella se había unido. Pareció hacerlo durante una eternidad, evaluando a todo y cada uno de ellos, aunque solo pasaron unos segundos de silenciosa valoración, que acabó con un gesto serio que no daba muestras de lo que pensaba –. Ayudaremos, y triunfaremos sobre este peligroso grupo que pretende actuar sin ser descubierto. Pronto la hoja de Heironeus y el mazo de St. Cuthbert caeran sobre ellos – exclamó con decisión, golpeando con un puño la mesa mientras una chispa ardiente parecía brillar en su mirada. Después, lentamente, sus ojos, se apagaron, desaparecido el fervor religioso que a veces la poseía. Carraspeó, algo azorada, y más calmada continuó hablando.

Lo siento, por favor, acepten mis sinceras disculpas – se escusó en primer lugar –. Me he dejado llevar por la situación. Sin embargo, es cierto que si pretendemos acabar con esto, debemos ser rápidos. Si no tienen nada más que preguntarnos y hemos acabado, tal vez podrían permitirnos descansar aquí y prepararnos. Con suerte también podremos tener acceso a ese diario y descubrir algo – asintió, reafirmando sus palabras –. Por la mañana, con las primeras luces, deberíamos ponernos en marcha. Antes de que el culto descubra lo que ha pasado en los túneles o, si ya lo ha hecho, tome medidas contra nosotros.

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03/10/2017, 20:40
Hodrum

El golpe que dio Élise lo devolvió a la realidad haciendo que atendiese a lo último que decía.

- Eso eso, el diario. Tenemos que leerlo cuanto antes, y si pudiese ser antes de irnos a descansar mejor. - Al momento se percató que todos lo estaban mirando de golpe, lo que hizo que se hundiese deseando que la tierra se lo tragase. - Perdón - dijo con una vocecilla tímida casi pareciendo un susurro, ya que prácticamente estaba escondido en la túnica.

Como una tortuga, poco a poco fue saliendo de la túnica intentando recobrar la compostura. Hodrum era como una rata de biblioteca, si algún libro le causaba curiosidad necesitaba devorarlo en poco tiempo para saciar su sed de conocimiento y de curiosidad.

Un recuerdo le pasó por la cabeza. Desde el principio de esta aventura Sir Talasek ha sido víctima de amenazas y ataques que casi le causan la muerte. Quizás él mismo fuese una de las llaves para resolver el misterio, aunque eso tan solo eran conjeturas sin fundamento. Lo que sí que era cierto es que parecía llamar a los problemas. 

- Sin tener en cuenta lo del libro, opino que a partir de ahora Sir Talasek debería dormir con nosotros en vez de estar en una habitación individual. El peligro de un ataque contra usted posiblemente se incremente si hemos sido descubiertos. - Miró a los clérigos allí presentes. - Y no es que quiera desconfiar de vosotros, pero no sabemos si realmente aquí en el templo hay algún espía que pueda delatar lo que se está hablando en esta reunión, incluyendo el tema de la existencia del diario. Por ese motivo pido tener en cuenta mi petición respecto a Sir Talasek - 

Con esto deseaba evitar otro incidente o incluso lamentar su muerte, con lo que si podía estar con todos ellos podrían intentar frustrar los planes de agresión si llegaba a haberlo.

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05/10/2017, 20:56
Talasek

Talasek miró a Hodrum con los ojos abiertos como platos. Su insinuación y desconfianza hacia el templo era una falta de respeto que podría haber supuesto un grave problema para el mago en otras circunstancias.

¡Hodrum, por favor! - exclamó el paladín -. Te ruego muestres tu respeto por esta entidad y pidas disculpas a nuestra líder y guía espiritual. Tus palabras son del todo inadecuadas.

Justo en ese instante, Eritai silencia a Talasek con tan sólo una mirada y varios gestos de calma. Señal de que no va a tomar en cuenta las palabras del mago.

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05/10/2017, 21:09
Eritai

Los asistentes de Eritai comentan su conformidad en breves frases, dando la reunión por concluída. Todos parecen bastante consternados por las noticias que acaban de descubrir.

Entonces, Eritai se aproxima a Talasek y le habla en tono suave pero audible por vosotros.

Debes visitar la cámara. Así descubriremos si tu libro ha sido localizado. Informé al Señor de la Cámara de que debía dártelo si lo hallaba.

La sacerdotisa entonces se vuelve hacia vosotros y hace una ligera reverencia. 

No tenemos ningún problema en acomodaros en nuestras instalaciones. Será un placer.

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06/10/2017, 01:20
Élise de Sable

Al instante, puso mala cara ante las palabras del mago. Y al instante también, asintió, con el ceño fruncido. Por un momento había pensado lo mismo que expresó, en voz alta, Sir Talasek, pero en realidad Hodrum tenía razón. Los ataques contra el paladín no parecían simple casualidad, ni siquiera culpa de que el hombre hubiera estado presionando en las altas esferas para hacer más seguras las calles y limpiar la mancha de la corrupción en la ciudad; al fin y al cabo, esas eran las tareas de los paladines, era su deber, y aquello parecía ir más allá. Parecía ser algo personal. Algo contra su abuelo. Y eso significaba que entre los miembros del culto aún recordaban... O que en el Templo alguien era más de lo que parecía. Por supuesto, todo aquello eran simples suposiciones, fantasmas hasta que no se demostrara lo contrario, pero hipótesis factibles hasta cierto punto. Era mejor pecar de precavidos que dejar en manos del sino, o peor, de sus enemigos, el destino de aquella misión. No sabía si así lo había visto también Lady Eritai, o era simple mano izquierda, pero se alegró de que pasara por alto aquellos comentarios –seguramente desafortunados para el insensato en cualquier otro lugar y momento–, y siguiera con aquella actitud conciliadora.

Muchas gracias por todo – dijo Élise, poniéndose en pie también y acompañando las palabras con un cabeceo respetuoso –. Iremos en seguida a buscar el diario, y nos sentimos honrados por su hospitalidad. Esperemos estar a la altura de lo que se espera de nosotros y merecer esta amabilidad – miró a la sacerdotisa, pasó después a los asistentes, luego a sus compañeros, y por último miró al sacro caballero –. Si los presentes nos disculpan las prisas, deberíamos movernos cuanto antes, Sir Talasek.

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06/10/2017, 08:34
Barakanar

Barakanar iba a hablar justo antes de que comenzase la discusion, pero algo hizo que mantuviese la boca cerrada.

Conspiraciones, intentos de asesinato, pasadizos secretos llenos de monstruos y estos locos proponen leer UN LIBRO, Barakanar abre la boca como si fuese a decir algo, UN LIBRO, estoy rodeado de majaderos.

Acaricia a Findar mientras le dice en bajito, tranquilo amigo, por lo menos hay una persona y un leopardo en esta sala que estan cuerdos. Del resto tengo dudas.

- Si,si. Vayamos, detras vuestro, acaba diciendo el druida

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08/10/2017, 00:52
Raff Stonecrow

Raff rio para sus adentros ante la reacción de horror de Talasek y el resto del clero. Le parecía inocente que se tuvieran en tan alta estima, o que nunca hubieran escuchado de hechizos de ilusión. La charla continuó un rato más, pero el pícaro prefirió recorrer con la mirada toda la habitación, memorizando detalles, imaginando posibles entradas, etc.
Cuando escuchó hablar de aposentos y camas, volvió a prestar atención. El libro era importante, pero no le molestaba la idea de echarse una siesta mientras esperaban a que lo trajeran.
En cuanto los demás dieron por concluida la reunión, Raff se levantó y siguió al resto.