Partida Rol por web

Un nuevo mensaje, junto con una carita sonriente, apareció en el chat después mensaje de Mosfet

Mosfet: ¡Hola! ¿Qué tal lleváis la semana? ¿Se sabe algo nuevo sobre Kain o Mixi? Espero que se aclare todo el asunto pronto, porque está empezando a preocuparme un poco.

Mixi: ¡Hola! Yo estoy por aquí :) ¡Gracias por preguntar! Creo que todo bien. Es verdad que me pareció ver a ese tipo de nuevo ayer, pero yo creo que ya me estoy obsesionando ¿no?

Con un momento de "iluminación", Marcos ideó la manera de acceder a los equipos del monasterio en remoto. Impaciente, con la toalla atada a la cintura, se abalanzó sobre la silla y comenzó a teclear rápidamente.

Traducido gracias a sus conocimientos, el formato código que fue leyendo, se transformó en ideas claras en su mente.

No habían usado los equipos del monasterio como "puente", si no como "puerta". Alguien allí había entrado directamente, desde aquellos equipos. Y había accedido a la información del foro, en concreto a la base de datos de usuarios, pero también había sido desde ahí desde donde habían borrado el post de Kain. Esa había sido la única ocasión en que habían accedido en un horario "diurno". El resto de accesos habían tenido lugar de madrugada, probablemente cuando toda la gente del monasterio estaba dormida.

Doc_alma contestó más rápido de lo que Efraín esperaba... 

¡No sé dónde vive RIP_er! Sólo tengo su móvil. Y para conseguir más información de él necesitaría una orden.

Pero sí. Yo también creo que es mejor vernos en persona. ¿En media hora en el mismo sitio del otro día?

 Y, media hora más tarde, la mujer policía estaba sentada en una de las mesas, con la cabeza entre las manos, con gesto de preocupación.

-Le di la dirección donde encontraron el cadáver del chico. ¡No me pidió más! Dijo que me llamaría... pero no lo ha hecho y tampoco coge el teléfono... No sé qué hacer, la verdad-

Belén había accedido a encontrarse con él en el monasterio. Esto demostraba a Mariano que la escritora reconocía la necesidad de extremar las precauciones a partir de ahora y que confiaba en él. O eso o su curiosidad era lo suficientemente grande como para atreverse a abandonar la seguridad de su hogar y citarse con alguien a quien solo había visto una vez en su vida.

El día había salido soleado y Torquemada decidió aprovechar las agradables temperaturas de la tarde para pasear con Morrigan por los parques del monasterio. Pero el interés del religioso no era únicamente disfrutar de las sombras que proyectaban los árboles del jardín, sino disponer de un marco de intimidad en el que poder hablar con su invitada sobre los temas tan delicados que tenían que tratar. Podría incluso decirse que peligrosos, si se tenía en cuenta que dos personas habían dejado la vida posiblemente en relación con esos asuntos.

Belén pasó en seguida a interesarse por el fresco del Cristo sedente y los motivos que habían llevado al religiosos a querer informarse sobre este.

– Por supuesto que podrás echarle un vistazo al fresco, Belén. Todo el tiempo que quieras. Pero antes creo necesario informarte sobre los acontecimientos que han ocurrido en el monasterio desde la última vez que nos vimos y por los que he tratado de saber más acerca de esta obra de arte.

Un monje se cruzó con ellos y se saludaron afectuosamente. Mariano espero unos minutos antes de continuar.

– Un monje boliviano estuvo viviendo entre nosotros hasta hace poco. Era alguien muy callado. Muy reservado. De hecho creo que en el tiempo que pasó en el monasterio no crucé ninguna palabra con él y no tenía amigos en la congregación. Pasaba todo el tiempo del que disponía en dos salas del edificio principal. La que cobija el fresco del Cristo sedante y la de ordenadores. Un día vinieron a pedirme ayuda para buscarle, pues no le encontraban en su habitación. Nuestros esfuerzos fueron inútiles y dimos por hecho que había salido de noche fuera de los muros de nuestra comunidad.

Torquemada detuvo su narración durante unos segundos. Ahora venia la parte más dramática de la historia y no quería abrumar a su invitada con la narración. Así que esperó un poco antes de continuar.

– Al día siguiente lo encontraron muerto en una habitación de un hotel cercano. Y la policía nos dijo que se trataba de un criminal conocido. Un tal Pablo … Guzmán. Si. Pablo Guzmán. ¿Entiendes ahora mi súbito interés por el fresco? Un criminal se hace pasar por un religioso y vive varias semanas entre nosotros dedicándose únicamente a contemplar esa obra. – Otro silencio –. Bueno. Y a entrar en Internet. ¿Sabes donde? – miró a Belén a los ojos y creyó encontrar una mezcla de sorpresa y sabiduría.  La mujer empezaba a comprender el resto de la historia, o eso creía Mariano. Sin embargo continuó.

– Cómo yo no sé mucho de tecnología me puse en contacto con Frohike y le hice venir aquí. Él investigó nuestros ordenadores y le siguió la pista hasta… La Tela de Araña. Se había conectado desde aquí a nuestro foro. Sin permiso. Frohike no está nada contento y yo… Bueno. Yo creo que la desaparición y posible muerte de Kain están relacionadas con todo esto. Por eso quería hablar contigo y no contarlo en el foro. Lo entiendes, ¿verdad?

Habían pasado un buen tiempo paseando y las sombras que proyectaban los árboles se habían vuelto más alargadas. Empezaba además a hacer fresco y Mariano dirigió sus pasos a un lateral del edificio principal. Tras cruzar una puerta y recorrer dos pasillos se encontraron de repente en una habitación poco iluminada donde una obra de arte dominaba con su presencia el interior de la estancia.

– Y aquí lo tienes. El Cristo sedente. ¿Qué te parece?

Si la pregunta se refería al cuadro o a la historia que había compartido con ella, fue algo que no quedo claro.

Belén y Mariano se encontraron después de comer en el monasterio.

Después de varios sorbos de café y de las iniciales frases de cortesía, Belén quiso adentrarse ya en el tema que les había llevado a reunirse. Pero Mariano le pidió entonces que salieran a los parques del monasterio. Y no fue, hasta que estuvieron allí, que en voz queda, comenzó a relatarle los últimos sucesos que habían perturbado su monotonía.

En voz de Torquemada, aquellos sucesos sonaban aún más imposibles de lo que ya parecían.

Para cuando acabaron, la tarde caía y comenzaba a refrescar.

Entonces Mariano acompañó a Belén hasta la capilla para ver el fresco del Cristo. La imagen representaba a un hombre muy atractivo, sentado en un trono e iluminado por una luz divina. Esa imagen transmitía serenidad. Sentados en los bancos, Belén y Mariano observaban en silencio, sintiendo su respiración hacerse más lenta y acompasarse.

Ese era el efecto que la imagen producía en mucha gente, aunque no faltaba quien, ante la visión de la pintura, enmudecía aterrado y abandonaba el lugar justificando desasosiego.

Mixi meditaba mientras se vestía para salir. ¿Volvía al chat sin más? ¿Y no le respondía al privado a él? Extraño. Tan preocupada por Kain no estaría, entonces. Si verdad tenía angustia, estaría implicada de verdad. Eso... o no era Mixi quien chateaba.

Ahí se demostraba el nulo valor de un nick. Solo sirve para enmascarar. Igual que Kain, Mixi podría ser en ese momento un cuerpo frío, y alguien que quisiera desviar la atención podría estar escribiendo por ella. Aunque, de ser así, quizá no habría insistido en el seguimiento.

No estaba del todo claro, pero sí parecía que Mixi ya no era el mejor objetivo sobre el que volar. Si no estaba interesada de verdad en Kain, le serviría de poco. Si no era Mixi, obviamente no le servía de nada. Al contrario.

Miró por la mirilla para comprobar que no había nadie en el pasillo de afuera. Salió, cerró las cerraduras y se asomó al hueco de la escalera para mirar arriba y abajo. Nadie. En teoría. Llamó al ascensor pero no lo usó, bajó los pocos pisos por la escalera. Se asomó a la calle con cautela, dejando pasar unos segundos para estudiar los rostros, los pasos. Cuando se sintió conforme, salió y caminó rápido y seguro, pero discreto y huidizo, en dirección al bar.

Cuando llegó, ahí estaba María, tensa y nerviosa. Miró alrededor antes de sentarse, estudió a la gente.

—Algo va mal, María. Dame la dirección del chico y el teléfono y salgamos de aquí. No es buen sitio.

No lo era, por supuesto. Era lo otro que tenían en común los foreros. Los sitios: el foro, el bar.

Belén se estaba dando cuenta que ya no sólo eran unos desconocidos que escribían sobre temas que a la mayoría de las personas les resultarían tonterías sino que, a raíz sobre todo de la quedada que habían hecho, ahora se preocupaban los unos por los otros, sus lazos de amistad se habían afianzado una vez se habían puesto cara unos a otros. El mensaje de Efraín así se lo indicaba.

Hola de nuevo Efraín:

Tranquilo, estaré todo lo atenta y tendré todo el cuidado que sea posible. Pero por favor, haz tú lo mismo. No sé qué está sucediendo ni porqué, pero que sin darnos cuenta hemos molestado a alguien que se ha enfadado con nosotros eso estoy segura de ello.

Y te repito de nuevo, si ves algo raro, si te preocupa algo que no debería estar pero está o ves que alguien te sigue, no dudes en comentárnoslo al resto. Juntos tendremos más posibilidades de hacer algo que hacernos los héroes.

Un saludo y cuídate.

Belén.

Saludos.

Belén no podía negar que de todos los que había conocido en persona el día de la quedada, Mariano era con el que más había congeniado. La seriedad del hombre, su extensa cultura y una curiosidad parecida a la suya habían conseguido que los dos conectaran, de ahí el hecho de que nada más llegar al monasterio, la conversación se hiciese tan amena y agradable.

Pero no era para intercambiar frases de cortesía o contar historias sin demasiado trasfondo para el que ella había acudido a visitar al sacerdote, había algo más que seguramente el hombre le quería decir, algo que le carcomía por dentro y que no quería comentarlo delante de la pantalla del ordenador. Y Belén era demasiado directa para andarse por las ramas.

Sin embargo, con lo que no contaba la escritora era con la historia que le estaba narrando Mariano y, aunque al principio pudiera sonarle como una mala novela, Belén sabía en el fondo que lo que el sacerdota contaba era cierto, era demasiado real para ser inventado. Tan impactada había quedado con lo que había escuchado, que por una vez la mujer no sabía qué decir. Si las circunstancias hubieran sido otras seguramente hubiera cogido la idea para desarrollarla en alguna de sus novelas, pero aquello era demasiado real para andar jugando con ello y saber que cualquiera de ellos pudiera estar en peligro... Eso lo convertía en un juego del que no estaba segura querer jugar.

En silencio, rumiando las palabras que le había contado Mariano, Belén ni siquiera se dio cuenta que ya la tarde se había ido echando encima y que habían estado caminando hacia el lugar donde se encontraba el famoso fresco. Se sorprendió al encontrarse ante aquella increíble representación de Cristo, uno realmente hermoso y que, según había leído, había causado en más de uno ansiedad, aunque mientras lo miraba no podía entender bien el porqué.

Fue la voz de Mariano a su lado la que la sacó de su ensimismamiento y, girándose hacia él a pesar de lo difícil que le resultaba apartar la mirada del Cristo, por fin dijo algo.

—Si te refieres a la historia... Me da miedo, no te lo voy a negar. No tanto el hecho de que un delincuente haya estado conviviendo con vosotros sin levantar sospechas, que eso ya es algo terrible de por sí, sino porque saber que pueda estar relacionado de alguna forma con nuestro foro... ¿Qué está pasando? ¿Por qué ese repentino interés por los temas que desarrollamos en el foro? No creo que sean cosas tan graves ni tan terribles para que alguien se sienta amenazado. ¿Qué hemos descubierto sin darnos cuenta? —Preguntas y más preguntas era lo único que podía decir Belén. Preguntas sin respuestas que a su vez generaban nuevas cuestiones—. Y sobre el cuadro... —Desvió de nuevo la mirada hacia el rostro del Cristo—. Es un fresco increíble, eso hay que reconocerlo, y su conservación en sorprendente, pero no sé el motivo que hubiera llevado a un delincuente mostrar tanta atención si no fuera simplemente porque lo querría robar. Pero algo me dice que no era ese el motivo. —Se alejó unos pasos para observar mejor todo el conjunto del fresco, buscando algo que pudiera justificar ese desasosiego que producía en determinada gente.

—¿Qué hay de extraño en esta representación aparte del rostro del Cristo? —Murmuró casi más para sus adentros que para que Mariano pudiera escucharla—. Quizás haya determinadas personas mucho más... cómo decirlo... más sensibles, más receptivas ante ciertos fenómenos, acontecimientos o simplemente ciertas figuras... No lo sé, pero que este cuadro tiene algo extraño eso no se puede negar. Pero ¿qué?

Tras unos momentos de meditación, en los que la escritora con gesto de desasosiego pareció rumiar por dentro toda la información que acababa de recibir de Mariano y por lo que el religioso se amonestó, pues no había sido su intención preocuparla, Belén compartió con él sus temores. Fueron más bien preguntas hechas en alto, lo cual era bastante lógico. Si había esperado que, después de soltarla toda aquella información de golpe y porrazo, ella iba a poder explicarle lo que estaba sucediendo, es que Torquemada era un ingenuo. Y al cura quizá se le podía acusar de paranoico e incluso de esquizofrénico, pero no era tonto. Con la escritora había hecho buenas migas durante la reunión del foro y su intención había sido compartir con ella la información que tenía, para en parte ponerla sobre aviso y en parte discutir con alguien de suficiente confianza, con el que sabía que podía hablar de este tipo de asuntos, la situación en la que se encontraban.

Y la reacción de Belén le confirmó que ella lo veía con los mismos ojos.

– Veras, Belén. – comenzó Mariano a responderla –. Yo tampoco tengo aún ni idea de lo que está pasando. Ni lo que puede tener este Cristo de interés para esa gente, ni lo que andan buscando en el foro. Pero creo saber dos cosas. Primero que ya no sé en quien confiar en el foro. Puede sonar demasiado catastrófico, pero por el amor de Dios, estamos hablando de dos muertes. Por eso te dije que nos viéramos aquí. Ya no sé cuanta privacidad tenemos en La Tela de Araña, ni quienes están de “nuestra” parte. – dio cierta entonación imposible de pasar por alto al pronombre posesivo, queriendo mostrar con ello a Belén que él confiaba en ella –. ¿En quien crees tú qué podemos confiar?

Espero un momento con los dedos pulgar e índice de la mano derecha sobre el tabique nasal, como quien toma fuerzas antes de continuar o tiene una lucha interna por decidir si debe de seguir hablando o no. Tras unos segundos decidió seguir.

– En segundo lugar creo que tenemos que tomarnos muy en serio los comentarios de Mixi acerca de que alguien la esta siguiendo. Puede que todo sean imaginaciones suyas. La chica esta muy afectada desde que Kain desapareció. Pero sabiendo lo que sabemos nosotros es mejor que estemos preparados para lo peor y tratemos de evitarlo. ¿Crees que podríamos quedar con ella y que nos explique lo que ha visto? Tú la conoces mejor.

Mucho más no tenia Mariano que decir por el momento y se dispuso a esperar a las respuestas de la escritora, pero entonces se acordó de otra cosa.

– ¡Oh! Disculpa por favor mi egoísmo. Después de contarte todo lo que me ha pasado a mi, no he sido capaz de darme cuenta que a ti también te han sucedido algunas cosas extrañas. ¿Qué ha sido todo eso de unos gusanos?

El cura mostraba interés y preocupación al mismo tiempo. No había hecho aquella pregunta por educación.

Por tanto, si el acceso se había producido desde el monasterio y Torquemada estaba en ese momento en la reunión, no había podido ser él —dedujo Marcos.

Parecía que estaba llegando a un punto muerto. Por un lado, la desaparición de Kain y las coincidencias con el asesinato de un joven. Por otro lado, la hackeo de algunos usuarios de la web que se había producido desde el monasterio de su compañero de foro Torquemada.

Era todo bastante misterioso y Marcos comenzaba a entrar en paranoia y dudar de en quién podía confiar. Aunque no era muy sociable, se le ocurrió una idea para poder tratar estos temas. A veces el anonimato de la web es una buena herramienta, pero otras, es mejor que las cosas no queden registradas en un sitio y poder asegurarse de quién es el auténtico y único receptor. De esta manera, se le ocurrió que podría proponer otra quedada y evaluar en persona a quién confiarle algunas de sus indagaciones.

Mosfet: ¡Hola! ¿Qué tal lleváis la semana? ¿Se sabe algo nuevo sobre Kain o Mixi? Espero que se aclare todo el asunto pronto, porque está empezando a preocuparme un poco.

Mixi: ¡Hola! Yo estoy por aquí :) ¡Gracias por preguntar! Creo que todo bien. Es verdad que me pareció ver a ese tipo de nuevo ayer, pero yo creo que ya me estoy obsesionando ¿no?

Mosfet: Me alegro. ¿Qué tal llevas lo de Kain?

Mosfet: Por cierto, he pensado que quizás podríamos hacer otra quedada este viernes. ¿Qué os parece?

Justo cuando iba a apagar el ordenador, antes de salir por la puerta, el icono de los mensajes privados mostró una respuesta

Buenas!!!

Perdona el retraso, Red_Pill , he pasado unos días malos. He estado agobiada y tenía miedo de entrar en el foro. A decir verdad, tenía miedo de casi todo ¿me he vuelto una paranoica? Puede ser. El caso es que el otro día quedé con Belén. Me tranquilizó bastante la verdad. Y hoy, por fin, me he animado a volver por aquí.

Me preguntabas por la música de Kain ¿no? Le gustaban Red Hot Chili Peppers y también Capital Cities y Of Monster and men. Pero no sé a qué bares iba. La verdad es que mi impresión fue que no iba a bares. Sé que estudiaba informática en la universidad y que tenía una beca. ¿Te ayuda eso?

Ya me dirás si hay algo más en lo que te pueda ayudar. Lo cierto es que he perdido la esperanza con él, ya sea porque le ha pasado algo, ya sea porque no quiere saber más de mí.

Cuando Efrain llegó al bar, María ya estaba allí. Le contó la situación y, cuando él se lo pidió. Deslizó el papel con la dirección y el teléfono en su mano. Luego se levantó para hacerle caso e ir a otro sitio.

En ese momento sonó el móvil de ambos. Era un mensaje de Frohike. El mismo para los dos

Esto es URGENTE. Necesito veros. Rápido. RIP_er ha desaparecido. Quedamos en 2 horas en el Cat Sire. Aseguraros que nadie os sigue… y si lo hacen, despistarlos antes de venir.

Las averiguaciones de Mosfet le llevaron a descubrir que eran unos cuantos los usuarios hackeados. Estaban todos los que estuvieron en la quedada. Y, además, investigando un poco más, descubrió que todos tenían algo en común, habían estado hablando con Kain la semana previa a la fiesta. Nadie más lo había hecho. Y nadie más había sido consultado y revisado.

Mientras Mixi contestaba en el foro que estaría encantada de quedar otra vez y Firefly92 confirmaba que él asistiría a cualquier evento que montasen, Marcos recibió un mensaje en su móvil

Esto es URGENTE. Necesito veros. Rápido. RIP_er ha desaparecido. Quedamos en 2 horas en el Cat Sire. Aseguraros que nadie os sigue… y si lo hacen, despistarlos antes de venir.

Belén y Mariano se confiaron sus impresiones de manera abierta. Ante un Cristo que producía un cierto desasosiego por momentos, ellos encontraban algo de paz en confiarse sus temores.

En concreto, los miedos de Mariano, además de por la situación vivida en el Monasterio, se concentraban en el foro porque parecía que las pistas de ambas historias, le llevaban hacia allí.

Y justo en ese momento, como si el destino quisiera jugar con sus miedos y reforzarlos, sus móviles, los de ambos, sonaron con un mensaje

Esto es URGENTE. Necesito veros. Rápido. RIP_er ha desaparecido. Quedamos en 2 horas en el Cat Sire. Aseguraros que nadie os sigue… y si lo hacen, despistarlos antes de venir.

Casi como por obra del destino, apenas Marcos había propuesto repetir la quedada recibió un mensaje de texto en el que le citaban en dos horas en el Cat Sire.

¿Quién tiene mi número de teléfono?, se preguntó mientras aún sujetaba el terminal con el mensaje abierto, tratando de hacer memoria y recordar si se lo había dado a alguien.

Cada vez era más extraño todo. Ahora había desaparecido RIP_er y la noticia le había llegado de forma anónima a través de un mensaje de texto. Marcos dudó. ¿Y si se trataba de una trampa? ¿Si todo fuese verdad y los estuviesen cazando uno a uno? Tenía que averiguarlo.

El tiempo se le hizo infinito mientras esperaba para salir de casa. Una vez en la calle, le entró el instinto conspiranoico y comenzó a dudar de todo: la gente con la que se cruzaba, los ruidos que oía en la calle, las sombras en los callejones... Ya fuese por hacer caso al sms o por su propia seguridad, dudando incluso que la cita fuese una trampa, decidió andar con cuidado y se fue acercando al lugar dando un rodeo. Por suerte, había salido con bastante antelación, por lo que tuvo tiempo suficiente para dirigirse en otra dirección.

Tomó un café en un bar, apostado contra la barra, rápido, vigilando si había alguien sospechoso que lo pudiese estar siguiendo. Antes de acabárselo le vinieron a la mente las palabras de Firefly92 el día que quedaron. El joven decía que creía que lo estaban siguiendo y nadie le dio importancia. ¿Y si tenía razón? Marcos se sintió un poco estúpido al darse cuenta de que podían pensar lo mismo ahora de él. Pero las circunstancias parecían haber cambiado. Se acabó el café y puso rumbo al Cat Sire.

Aún quedaban 15 minutos cuando llegó a la calle. Decidió repetir la operación y meterse al bar más cercano. De nuevo, pidió un café y se lo tomó desde una mesa donde podía observar la puerta y parte de la calle.

Dos minutos antes de la hora estipulada, Marcos se dirigió con paso ligero al Cat Sire y entró.

No podía quitarle la razón a Mariano ya que ella misma había comenzado a desconfiar de los integrantes del foro. El hecho de haberlos conocido a algunos de ellos en persona no era suficiente para que, después de todo lo que estaba sucediendo, se fiara de ellos. Que algo estaba pasando ya nadie parecía dudarlo, y que era algo muy grave y peligroso también, prueba de ello eran los dos muertos ya que Belén en ningún momento había creído que aquello fueran simples casualidades.

Negó con la cabeza ante la pregunta del sacerdote sin saber muy bien qué contestar pues no podía darle nombres de en quién confiaba sin arriesgarse demasiado.

—Aparte de ti… No lo sé, quizás Mixi pero no sé hasta qué punto es una persona estable así que confiaría en ella sólo a medias. Del resto tengo mis dudas, quisiera confiar en ello pero después de todo lo que está sucediendo no puedo. Lo que me extraña…—Murmuró para sus adentros como si de repente se le hubiera venido algo a la cabeza—. Quizás Doc_Alma, pero me imagino que simplemente por el hecho de saber que es policía, un pensamiento bastante ridículo. ¡Cómo si no hubiera policías delincuentes! Aunque habría que preguntarle de todas formas si podría enterarse algo sobre la investigación de los dos asesinatos. —Movió la cabeza negando, intentando apartar de su mente la idea que se le había ocurrido de repente pero que, molesta como el zumbido de una mosca, no se quería ir—. Por otra parte Frohike sabía lo del asesinato y no nos lo había comentado y él es el responsable del foro… No sé, creo que es de quien menos me fío pero ya te digo que sólo es una intuición ya que ahora mismo creo que dudo de todo el mundo y quiero ver cosas que no son.

Seguían ante el impresionante fresco y, por unos instantes, Belén se quedó en silencio mirando el rostro del Cristo representado, preguntándose una vez más quién habría sido el modelo que habría utilizado el artista para plasmar semejante belleza. Mientras tanto, la voz de Mariano la sacó de su momentáneo ensimismamiento.

—Yo he creído a Mixi casi desde el primer momento, no voy a negar que quizás al principio dudé un poco pero se me pasó pronto, sobre todo después de tener una reunión con ella. —Se había girado para hablar con el sacerdote, dándose cuenta que nadie conocía la cita que había tenido con ella—. Me llamó el otro día y quedamos a tomar un té el domingo por la tarde y te puedo asegurar que no me pareció tan afectada por lo de Kane como todo el mundo piensa. Por ese motivo la creí. Alguien la estaba vigilando, había estado en su portal y quizás hubiera entrado en su casa, aunque eso es demasiado imaginar por mi parte. Y seguro que si le mando un mensaje estará encantada de quedar.

Justo en el momento en que Mariano se estaba disculpando por no haber preguntado por lo sucedido con su basura y los gusanos, el teléfono de Belén hizo el sonidito correspondiente a un nuevo mensaje. En un principio iba a pasar de mirar el teléfono ya que le parecía de mala educación cuando estaba reunida con otra persona, pero se dio cuenta que a Mariano también le había sonado el móvil y, mirando con sorpresa hacia él, sacó el teléfono del bolso para mirar el mensaje. Y la sorpresa fue en aumento cuando lo leyó.

—Oh, dios mío —Belén no era una persona particularmente creyente pero había expresiones que estaba demasiado arraigadas para pensar en lo que se decía, de hecho ni se había dado cuenta que quizás al sacerdote le hubiera parecido mal—. Ahora RIP_er. ¿Qué está pasando? —El tono de voz había pasado del asombro al temor en pocos segundos y es que la situación ya empezaba a ser demasiado terrible para obviarla. Ni siquiera se molestó, pues lo había olvidado por completo, la pregunta que Mariano le había hecho sobre los gusanos—. Van a por todos nosotros… Esto… Esto no puede estar pasando… —Miró a Mariano para buscar algún tipo de consuelo en él—. Vendrás conmigo ¿verdad? —Ella tenía pensado acudir a la cita que les pedía Frohike y esperaba no tener que llegar sola a la reunión.

La reunión no había durado mucho. Como debía ser, según el gusto de Ibarz, que no quería exponerse más de la cuenta. Y lo cierto es que había motivos, tal y como se vio con el mensaje de Frohike.

...ha empezado...

La carrera había empezado. Ahí estaba el pistoletazo de salida. ¿Qué querría el administrador del foro y con qué objetivo?

—Dos horas.

Miró a María de reojo mientras lo decía y releía el mensaje. ¿Debía deshacerse de ella? Lo sopesó.

...mejor cerca...

Si se separaban y a ella le ocurría algo, sería un fleco suelto más por investigar. Y ya tenía muchas incógnitas sobre la mesa. Lo mejor, seguir juntos. Él no tenía motivos para volver a casa. Podría esconderse en cualquier lugar oscuro y discreto durante dos horas. Pero a lo mejor no era eso lo que hacía falta.

—Yo tenía razón... —lo dijo como si nada, pero con la intención de resaltar su importancia, su factor imprescindible: o vas con el experto o lo harás mal.— No debemos separarnos. Tenemos algo pendiente con Frohike. Yo al menos. Si quieres te acompaño donde quieras esconderte, pero te advierto que sola no estarás segura.

Guardó la nota que ella le había pasado.

—Si me acompañas, iremos a vigilar el bar. Quiero saber quién entra y quién sale de allí antes que nosotros. Este es mi trabajo, María. Así se juega cuando se juega en serio. Mordiendo la roja. ¿Vienes?

Mariano escuchó a Belén con la calma y paciencia que todo sacerdote aprende a usar con sus feligreses, mostrando que toda su atención estaba puesta en ella. Cosa que, teniendo en cuenta la gravedad de los temas que estaban tratando, tampoco le costó esfuerzo alguno. En ese momento la opinión de la escritora era muy importante para él.

Al principio salvo algún que otro gesto con la cabeza o las manos no dio más respuesta, pues no se atrevía a interrumpirla, pero entonces ella le expuso su recelo hacia Frohike, algo que hizo que todas las alarmas del religioso saltarán. Su cabeza iba a toda velocidad.

– ¿Y si…? – la interrumpió por primera vez –. Perdona pero estaba pensando… Frohike es quien organizó la reunión del foro. ¿Y si su intención era solo ponernos caras para reconocernos más tarde? Conocía todo sobre nosotros salvo esos datos personales y ahora sabe que aspecto tenemos y en muchos casos como encontrarnos.

Su preocupación iba en aumento. Incluso le había invitado a encontrarse con él en el convento y le había dado acceso a los terminales de ordenador. Podía haber destruido cualquier información que el criminal asesinado hubiera podido dejar y Torquemada no sabría nada. Sólo había un punto que Mariano no terminaba de entender. Sí Frohike estaba detrás de todo esto, ¿por qué avisarles de los asaltos al foro desde el exterior? Esa pieza no terminaba de encajar en el puzle que empezaban a hacer.

Y, como si de una señal se tratara, llego un mensaje del administrador del foro. Quería juntarse con ellos de nuevo urgentemente y en apenas unas horas.

– Claro que iré contigo. – respondió a la petición de Belén, tratando de apaciguarla. Tampoco es que les quedarán muchas alternativas. No acudir a esa reunión podría suponer que, fuera quien fuese la persona que se encontraba detrás de todo esto, sospechara de ellos –. Nos sentaremos juntos. Pero creo que no debemos de llegar al mismo tiempo. Pueden pensar que tramamos algo juntos. Unos pocos minutos de diferencia deberían de bastar.

El ceño arrugado de Mariano, algo poco habitual en él, dejaba entrever su sensación de aguda preocupación.

– No tienen que saber que sospechamos. Hemos de convencerles de que no sabemos nada. – Fue lo último que le dijo a la escritora antes de levantarse para prepararse para salir. ¹⁾

Ni siquiera se había acordado de que había sido el mismo Frohike el que había insistido en la quedada y escucharlo en boca del sacerdote sólo sirvió para preocuparla aún más, aunque tenía que reconocer que sólo eran teorías que con toda seguridad no tendrían ningún sentido y sólo eran producto de la psicosis que estaban viviendo.

—Sí, sí, tienes toda la razón. Será mejor que no nos vean llegar juntos. Me imagino que todos estaremos nerviosos con lo que está sucediendo y lo mismo que nosotros sospechamos de algunos ellos pueden sospechar a su vez de nosotros. Cuanto menos llamemos la atención será mejor.

Si se parase a pensar dos segundos se daría cuenta que, de todos los integrantes en el foro ella no era precisamente la que más actividad tenía ya que sus temas de interés solían ser más concretos, eso quizás fuera un buen motivo para no preocuparse tanto. Pero Belén no estaba para pensar con demasiada frialdad en esos instantes y mucho menos se iba a dejar de preocupar ya que, aunque ella pudiera creer que corría menos riesgo que otros participantes del foro, no era motivo para no preocuparse por los demás.

—Te espero aquí —le dijo a Mariano mientras el hombre se dirigía a coger sus cosas. Necesitaba un momento de paz para encontrar calma interior. Tenía que tranquilizarse y estar ante ese impresionante fresco rodeada de silencio la ayudaba a meditar y, tal vez consiguiera encontrar una pista por pequeña que fuera sobre qué tendría de especial el Cristo.

Con la sensación de que igual le seguían, de que podían estar observándole, Marcos se dirigió hacia el lugar del encuentro.

Aprovechando el tiempo de más del que disponía, se desvió un poco y entró en un bar. Allí permaneció un rato, atento a todo lo que le rodeaba, hasta que se aseguró de que nadie le seguía y nadie le observaba con especial atención. Sólo entonces, se atrevió a dirigirse hasta el Cat Sire.

Pero, incluso con la tranquilidad de saber que no le seguían, el recelo le hizo esperar y ver quién se aproximaba, antes de atreverse a entrar al Cat Sire.

10 minutos antes de la hora fijada, Frohike apareció en escena dirigiéndose al punto de encuentro. Seguramente nadie más se daba cuenta, pero Marcos estaba atento justamente debido a sus propios miedos, y fue así como se percató de que el administrador del foro tomaba todas las precauciones, mirando una y otra vez a su espalda y revisando por el escaparate las personas dentro del Cat Sire, antes de atreverse a entrar.

Dos minutos antes de la hora estipulada, Marcos se dirigió con paso ligero al Cat Sire y entró.

La reunión con María no se prolongó demasiado, quizás porque con esos minutos les sobraba el tiempo para decirse lo que necesitaban, quizás por aquellos mensajes les interrumpieron.

Ibarz leyó su mensaje y luego observó a María mientras ella leía el suyo.

-He recibido esto- le comentó la policía mostrándole el mismo mensaje que él acababa de recibir. Eso acabó de ayudar a Efraín a decidirse sobre qué hacer con ella, por lo que le propuso mantenerse juntos.

-Sí, te acompañaré.- le confirmó la mujer, aceptando su plan de vigilar el bar antes de entrar.

Llegaron al Cat Sire con tiempo suficiente y, además, lo hicieron a través de una callejuela cercana, en la que se quedaron observando entre las sombras durante un tiempo.

10 minutos antes de la hora fijada, Frohike apareció en escena dirigiéndose al punto de encuentro. Seguramente nadie más se daba cuenta, pero Efraín, que estaba atento debido a sus propios intereses, se percató de que el administrador del foro tomaba todas las precauciones, mirando una y otra vez a su espalda y revisando por el escaparate las personas dentro del Cat Sire, antes de atreverse a entrar.

Dos minutos antes de la hora estipulada, Mosfet apareció y se dirigió con paso ligero al Cat Sire y entró. Después de eso, María con gesto decidido le propuso

-Voy a entrar ya. ¿Entras un minuto después o pasamos a la vez?-