Partida Rol por web

La conspiración Luveh-Kerapf

3.-La investigación

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26/06/2018, 05:49
Laranda - Narradora

Belén se dirigió a su casa procurando observar todo alrededor. No había olvidado que el día anterior incluso se había planteado que les pudieran seguir.

En casa todo parecía tranquilo, no había malos olores ni comida estropeada. Deambuló por la casa mientras hacía las cosas que necesitaba y después, ya con todo en orden y ligeramente agotada por un día tan intenso, se acostó y cayó en un sueño profundo


Belén se encontraba en un lugar diferente, no reconocía lo que le rodeaba pero tampoco las plantas o el cielo. Estaba sola en medio de lo que parecía un páramo y el silencio la rodeaba.

Poco a poco, ese silencio fue desapareciendo mientras sonidos de voces, amortiguadas, llegaban hasta ella. A ambos lados de su cabeza, derecha e izquierda, podía sentir cómo la llamaban por su nombre. "Voces antagónicas" fue la expresión que resonó en su cerebro mientras su nombre era pronunciado por dos personas diferentes.

Belén volvió la cabeza a ambos lados. Dos figuras se acercaban, cada una por un lado. Una corría y gritaba su nombre con desesperación. La otra se aproximaba lenta y la llamaba con calma y seguridad.

La figura que corría cada vez estaba más próxima, más cercana. Y poco a poco pudo ir intuyendo su figura. Era su hermano. Pero no como lo recordaba en vida si no como le recordaba en la muerte. Su cuerpo, casi sin energía, estaba muy delgado. Su piel, mortecina y apagada. Su pelo lacio, colgaba por su frente sin brillo. Sus uñas y sus dientes parecían amarillentos.

-Belén, no puedo quedarme, no me deja. No sé ni cómo he podido llegar hasta aquí. Escucha, no te equivoques de bando. La vida eterna, aspira a la vida eterna. ¡No te equivoques de bando!- chillo mientras se desvanecía.

Para entonces, la otra figura ya estaba allí, al lado de Belén. Era más grande que Belén, mucho más, como un gigante. Y su rostro era la imagen pintada en el famoso fresco de la capilla del monasterio de Mariano.

-Lo único eterno es este mundo, lo único eterno es este mundo,...- parecía repetir como en una letanía. Pero luego, de repente cesó y miró a Belén a los ojos. La escritora sintió que le ardían los párpados y que las lagrimas que empezaba a derramar le quemaban, mientras escuchaba - lo material se deteriora y se desvanece, la única vida eterna es la inmaterial-


Belén despertó de golpe, bañada en sudor. Su rostro y su almohada estaban empapados en lágrimas.

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26/06/2018, 06:02
Laranda - Narradora

Marcos se dirigió a su casa pensando en todo lo que habían descubierto hoy y en lo que tendrían que preparar para mañana. Seguía dando vueltas al tema de qué protección podrían utilizar.

En casa todo parecía tranquilo y, después de asegurarse que todo estaba en orden, se dirigió a la cama. El día había sido muy largo y estaba agotado pese al café que acababa de tomar. Cayó en un sueño profundo.


Marcos se encontraba en un lugar diferente, no reconocía lo que le rodeaba pero tampoco las plantas o el cielo. Estaba en una especie de edificio pero con una arquitectura que nunca antes había visto. A su alrededor había montones de mesas con componentes electrónicos.

Ruidos de vida salían de los equipos, sonidos de circuitos de refrigeración, ventiladores que sonaban como corazones, procesadores cuyo sordo soniquete recordaba a procesos de pensamiento...

Marcos no podía evitar pensar que algo intentaba comunicarse con él por esa vía. Esa máquina o máquinas, estaban intentando decirle algo, lanzarle un mensaje, pero él no lo entendía.

Unos pasos resonaron entre los sonidos electrónicos. Marcos se volvió. A su espalda había aparecido una figura. Era más grande que Marcos, mucho más, como un gigante. Y su rostro le sonaba de algo pero no conseguía recordar de qué.

-Donde todo es entendimiento, donde todo es entendimiento,...- parecía repetir como en una letanía. Pero luego, de repente cesó y miró a Marcos a los ojos. El informático sintió que le ardían los párpados y que las lagrimas le quemaban en los ojos, mientras escuchaba - Fuera del mundo del lenguaje, fuera de las limitaciones de la consciencia, todo se entiende-


Marcos despertó de golpe, bañado en sudor. Su rostro y su almohada estaban mojados con lágrimas.

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27/06/2018, 09:58
Efraín Ibarz

—Discúlpeme, veo demasiadas películas. O será mi profesión, que me hace ser tremendista. Soy periodista de investigación, señor León. Pero, por lo que cuenta aquí María, está claro que no hay más que lo se ve. Un terrible malentendido… y todo para robar un miserable ordenador. El mundo está muy mal.

Ibarz esquivaba el arrebato del señor León. No parecía saber nada del asunto y mejor para él que siguiera así.

Podría tirar del hilo. Podría ser molesto. Pero no era necesario hacer más preguntas impertinentes. Preguntas como si se estaba investigando el número de serie de la placa base o el disco duro, para comprobar si aparecía en una casa de empeños o en un contenedor de basura. O si la policía científica estaba rastreando las rutas de Kain en las redes.

Esas eran preguntas que el señor León no podía responder y que, de conocerlas, no harían más que ponerlo nervioso. E Ibarz sabía que eran preguntas que María tampoco podía responder, con o sin ese señor delante. Y María no podía responderlas, no porque no las supiera, sino porque Ibarz sabía perfectamente que la policía no se iba a tomar la más misera molestia en investigar un caso que para ellos estaba claro: asalto, robo, homicidio. Un chaval sin nada, anónimo.

Eso no interesa. Caso cerrado.

No tenía más motivo para quedarse en el cementerio, pero quizá sí para hablar con María en privado. Ella estaría más enterada de lo que estuviera ocurriendo con Frohike y el resto de los foreros.

—Debería marcharme. Un placer conocerle, señor León. Siento mucho lo ocurrido—le tendió la mano—. María, me gustaría hablar contigo.

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27/06/2018, 20:48
"Mosfet"
Sólo para el director

¿Qué había sido eso?, pensó aun desorientado por la pesadilla. Miró la almohada y la vio empapada. Al frotarse los ojos, Marcos se dio cuenta de que tenía la cara mojada, y no solo de sudor, sino de lágrimas. Aquello había sido realmente extraño, ese fuego en los ojos, esas lágrimas ardientes... Nunca un sueño había sido más que eso, un sueño. Alguna vez había tenido una pesadilla, pero no había sentido más que terror o miedo al despertarse. Nunca se había hecho tan real un sueño como para llegar a llorar. Y eso lo asustó realmente.

Esa noche no pudo volver a conciliar el sueño. Dio vueltas en la cama, paseos por la casa. Hasta que se dio cuenta de que no se iba a volver a dormir. Así que cogió las revistas que había cogido prestadas de la casa de Kain y se puso a leerlas.

El sonido del despertador lo devolvió a la realidad. Cansado, dejó las revistas e inició la rutina matinal diaria para ir a trabajar.

Haber pasado parte de la noche en vela le estaba pasando factura. Si de normal era amable con los clientes, ese día Marcos se mostró ligeramente seco y tosco, queriendo despacharlos rápido. Y con las agujas del reloj pareciendo girar en sentido contrario, se acercó la hora de salida.

Antes de abandonar el trabajo recordó el localizador que les había dado María hacía unos días. No lo había cogido ni había reparado en él desde que lo dejó encendido en la tienda. No sabiendo muy bien por qué, decidió cogerlo y echárselo al bolsillo. Partió directamente para reunirse con Belén y Mariano.

Notas de juego

Me he adelantado hasta la quedad directamente, no sé si querías algo más entre medias...

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27/06/2018, 22:25
Mariano Arribas (Torquemada)

Mariano se despidió de sus compañeros y trató de darse la mayor prisa posible en regresar al monasterio. Desde el trágico suceso con el falso hermano Alejandro el cura había llamado la atención repetidas veces. Eran pequeños detalles, situaciones sin apenas importancia cada una de ellas por si solas, pero que en su continuación, dentro del espacio de tiempo de apenas unos días, no pasaría por alto el Abad de la congregación.
Y así fue. Al acabar la cena común, éste se le acercó pidiéndole unos minutos para hablar de algo. El religioso veía llegar una reprimenda oculta en un velo de preocupación y se preparó para escuchar como el Abad le llamaba al orden con palabras suaves pero muy medidas.

Sin embargo nada de eso pasó. Para sorpresa de Mariano, su superior simplemente se limitó a mostrarle su apoyo. Por la forma en que se dirigió a él, casi podría hablarse incluso de complicidad. Al parecer no sabía nada de lo que Torquemada se traía entre manos. Y sin embargo hablaba de una lucha contra las fuerzas del mal. A pesar de que el tono general era de comprensión y amparo, y de que el cura se sintió reconfortado por ellas, la elección de aquellas palabras por parte del Abad dejaron un poso de duda en el cura.

Se despidió de su superior con unas gracias sinceras, pero sin decir nada más, pues tampoco quería preocupar sin necesidad a aquel buen hombre, y se dirigió directamente a su alcoba. Estaba agotado -más que física mentalmente- y no tardó en quedarse dormido. Pero el sueño no fue para nada conciliador. Quizás motivado por la extraña referencia del Abad a una lucha de Torquemada contra las fuerzas del mal, aquel apareció en sus sueños ofreciéndole su apoyo. A partir de ahí su viaje onírico se convirtió en una historia grotesca y opresiva, y, cuando Mariano por fin despertó a la mañana siguiente, sin sentirse para nada recuperado, se encontraba completamente empapado.

Tras una noche como aquella, la mayoría de la gente se habría sentido desmoralizada y desanimada, sin fuerzas ni convicción para continuar. Habrían interpretado el mensaje del sueño como un aviso para dejarlo todo. Sin embargo a Mariano le infundió valor. Le sirvió para convencerse de que se encontraba en una misión divina y que Dios no le juzgaba por saltarse ciertos valores éticos y morales, pues era por un bien mayor.

Afianzado en sus convicciones, Mariano fue a tomar una ducha fría y prepararse para las tareas darías del monasterio que le esperaban.

- Tiradas (1)

Motivo: Int + Prof (Palabras del Abad)

Dificultad: 15

Habilidad: 6+6

Tirada: 4 4 5

Total: 4 +6 +6 = 16 Éxito

Notas de juego

Uso mi Habilidad de Profesión "Obtiene información adicional de las explicaciones", para ver si saco algún dato más de lo que me ha dicho el Abad (sinceridad, estado de ánimo, ... algo de eso). 

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28/06/2018, 05:58
Laranda - Narradora

Aún con la duda en su gesto, como si el comentario de Ibarz no acabase de resolver el borroso puzzle que parecía querer aparecer en su cabeza, Enrique León asintió dándose por satisfecho. Él no dijo nada más sobre el tema, aunque se le notaba ahora algo inseguro y receloso mientras echaba miradas fugaces hacia el periodista.

-Gracias por venir- fue todo lo que dijo cuando Ibarz comenzó a despedirse

María asintió -¿Me disculpa un momento?- pidió a Enrique.

Echó a andar entre las paredes llenas de nichos hasta alejarse lo suficiente como para que los oídos de Enrique León no pudieran escuchar lo que Ibarz quería contarle

-Dime…- le dio pie para arrancar en cuanto estuvieron a solas

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28/06/2018, 05:59
Laranda - Narradora

La noche no había traído el descanso que Marcos necesitaba. El informático estaba acostumbrado a dormir poco a causa de su insomnio, pero no a dormir mal. Las pesadillas, aunque las tenía como todo el mundo, no dejaban en él ese “poso” de intranquilidad, de desasosiego.

Marcos se levantó buscando algo que hacer. Por experiencia sabía que mantenerse en la cama no valía para nada, solo para incrementar su ansiedad por no poder dormir. Así que se paseó un poco y acabó revisando las revistas de Kain.

Las revistas estaban manoseadas, subrayadas… se notaba que a Kain le apasionaba todo lo paranormal. Pero no tenían nada especial, nada que pareciera relacionado con su muerte.

      

Cuando llegó la hora de ir al trabajo, Marcos se puso en marcha.

El día fue largo, demasiado largo. Y la gente era aún más pesada que de costumbre. Y Marcos, ese día, no estaba de humor como para aguantar tonterías. Incluso llegó a captar alguna mirada de su jefe recelosa y molesta cuando casi pierde los nervios con el tipo aquel que, pese a intentar explicarle que los ordenadores pueden hacer cualquier cosa para la que se programen, insistía en preguntar

-Pero ¿me saldrá a pagar? Por que todos mis amigos que han hecho la declaración de la renta con el ordenador, le sale a pagar… Si me sale a pagar, no lo quiero ¿eh?-

Por suerte, su jornada laboral, aunque en apariencia más larga de lo habitual, llegó a su fin y él pudo dedicarse a pensar en otra cosa. Disponía de dos días para hacer lo que quisiera con su tiempo libre.

Y lo primero que decidió hacer fue ir a recoger el localizador que Frohike le había dado. Comprobó que la pequeña lucecita que indicaba actividad permanecía apagada y, con él en el bolsillo, se encaminó hacia el punto de reunión donde había quedado con sus compañeros.

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28/06/2018, 06:00
Laranda - Narradora

A Mariano la regañina del abad pero no le extrañó. Era lógico. El sacerdote siempre había sido un hombre ordenado y cumplidor y en los últimos días se retrasaba o se ausentaba en algunas de las actividades de la comunidad. Así que la charla del abad no le pillo de sorpresa pero sí las palabras que usó en la misma. Por que allí había un mensaje implícito de entendimiento y apoyo. Mariano estaba acostumbrado a escuchar, a atender con todos los sentidos cuando le hablaban, a descubrir el significado que se ocultaba entre las palabras y utilizó esa misma habilidad para escuchar, más que oir, lo que el abad le estaba diciendo.

-Sé que estás investigando algo y tienes mi bendición. Esfuérzate por encontrar a quien está detrás de todo esto-

Ese era el significado real de lo que el abad le decía. Pero, si Mariano no le había contado nada al abad sobre Kain ¿cómo podía saberlo?. ¿Quizás podía estarse refiriendo a otra cosa? ¿quizás pensaba que Mariano estaba investigando sobre aquel falso hermano Alejandro?

Mariano optó por, de momento, no ahondar en el tema y ambos hombres se despidieron con amabilidad para ir a dormir.

Pero el sueño no fue reparador. Todo lo contrario. Pero, por la mañana, cuando Mariano se levantó, no se encontraba mal, en realidad. El sueño había servido para que Mariano sintiera aún más firme su resolución, como si le hubieran respaldado en sus decisiones.

Así, con la energía que tienen los que conocen su propósito y están deseando cumplirlo, Mariano dedicó toda la mañana a cumplir con sus tareas en el monasterio; un rato en la lavandería, otro poco ayudando en cocina, barriendo el claustro central… La hora de la comida le pilló satisfecho por el deber cumplido y deseoso de compartir ese pequeño momento con sus hermanos.

Cuando terminó de comer recogió un poco, durmió una pequeña siesta y, a media tarde, se encaminó hacia el punto donde había quedado con Belén y Marcos.

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28/06/2018, 06:00
Laranda - Narradora

Belén despertó del sueño y ya no consiguió volverse a dormir. Ya amanecía, así que optó por levantarse, desayunar y dedicar algo de tiempo al libro que estaba escribiendo.

La mañana fue productiva y varias páginas salieron casi solas de entre sus dedos, lo que le permitió recuperar el retraso que llevaba los últimos días.

La escritora comió de manera sencilla y descansó un poco por la tarde.

Cuando llegó la hora, se dirigió al punto de encuentro.

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28/06/2018, 06:01
Laranda - Narradora

Cuando se reunieron, ya pasadas las 5, su primera decisión fue cómo desplazarse hasta allí. Optaron por alquilar un coche y, después de que Marcos consultara algún sitio de alquiler cercano, se dirigieron allí.

Una mujer de mediana edad, algo arisca, les atendió en el mostrador. Les ofreció varios vehículos, al principio caros y grandes. Luego optó por coches más pequeños y baratos.

Cuando les solicitó la documentación, Belén aportó la suya, pues era la única con carnet de conducir en vigor.

-Pero alguien me tendrá que guiar- comentó ella, que hacia algún tiempo que no conducía, no tenía ni idea de qué ruta tomar para llegar a su destino y no estaba muy ducha en temas tecnológicos.

- Tiradas (2)

Motivo: ¿Cuántos tienen carnet de conducir? 4=0

Tirada: 1d4

Resultado: 1

Motivo: ¿Quién? 1 Mariano, 2 Marcos, 3 Belén, 4 Repito

Tirada: 1d4

Resultado: 3

Notas de juego

Sólo Belén tiene carnet de conducir

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01/07/2018, 04:08
Belén Arzuaga

Estaba todo decidido, una vez habían quedado sobre el día en que todos podrían ir a la casa de Kain sin tener que faltar a sus obligaciones no había más que hacer que esperar al viernes. Belén, una vez su hubo despedido de sus dos nuevos compañeros de aventuras, volvió a su casa sin olvidarse de mirar una y otra vez por encima del hombro por si alguien la seguía. De unos días a esa parte se había acostumbrado a hacerlo pues, después de todo lo que había pasado con algunos de los miembros del foro, no estaba dispuesta que a ella la pillaran desprevenida.

Cuando llegó a casa lo primero que hizo fuer ir directa a la cocina, abrir los armarios y la nevera buscando comida en mal estado y olisqueando el aire por si percibía algún olor extraño, en especial algo que oliera a podrido. Por suerte no parecía haber nada anormal ese día, algo que la dejó lo suficientemente tranquila para permitirle hacer todo lo que tenía pendiente sin pensar en nada ajeno a lo que fuera su rutina habitual.

Agotada, se metió en la cama y el sopor no tardó en llegar, sin lugar a dudas lo necesitaba. Pero lo que debería haber sido un sueño reparador y tranquilo se convirtió en algo muy distinto. Volver a ver, aunque supiera que no era real, a su hermano tan demacrado como cuando se fue, consiguió perturbarla más de lo debido. Y no sólo él sino la otra figura que no supo reconocer en un primer instante pero que, cuando la tuvo a su lado, pudo comprobar que se trataba del mismo rostro que había visto en el Cristo del Monasterio… Y las palabras que le dirigían… Esas palabras cuyo significado era demasiado oculto y difícil de entender para ella.

No era la primera vez que sufría de pesadillas y sueños extraños, y seguramente no sería la última y, como tantas otras veces le había sucedido, cuando se despertó agitada sintió cómo todo su cuerpo se encontraba empapado en sudor, pero lo peor eran la lágrimas que había sentido arder en sus mejillas y que ahora empapaban su cara dejando completamente mojada la almohada. Miró la hora en el reloj que tenía en la mesita de noche y comprobó que ya estaba amaneciendo. Intentó dar media vuelta para volver a dormirse y descansar un par de horas más pero su cuerpo, y en especial su mente, se negaban a hacerle caso. Incapaz de volverse a dormir se levantó e intentó que ese día fuera lo más fructífero posible, así que con una buena taza de té y trozo de bizcocho casero se dispuso a centrarse durante todo ese día en su libro, el cual tenía últimamente bastante abandonado. Y tal y como había sucedido tantas otras veces, las pesadillas consiguieron activar su imaginación sacando bastante provecho a la mañana.

El resto del día transcurrió sin novedad, una rápida y frugal comida, un poco de descanso, prepararse para la cita concertada y, cuando se quiso dar cuenta, ya se encontraba en el punto de reunión con la sorpresa de que debía ser ella la que condujera un coche de alquiler hasta el lugar que buscaban.

Estoy un poco oxidada así que no me riñáis mucho por mi forma de conducir y, por supuesto, no esperéis que vaya a toda velocidad —les comentó a sus compañeros una vez tuvo en sus manos las llaves del coche—. ¿Preparados? Espero que alguno de vosotros tenga claro dónde vamos exactamente. Lo digo para que me vayáis avisando cuando tengo que tomar algún desvío y, en ese caso, por favor, hacedlo con tiempo —les guiñó un ojo de complicidad al sacerdote y al joven para que se dieran cuenta que aquello sólo era una broma, más o menos, y sobre todo para aliviar un poco la tensión que, por lo menos a ella, empezaba a notar—. Espero que al final no vengas armado —dijo mirando a Marcos y luego desvió la mirada hacia el sacerdote—. Y a usted padre espero que no le vayan a reñir por pasar la noche fuera.

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01/07/2018, 17:50
Efraín Ibarz
Sólo para el director

Ibarz quería saber qué ocurría más allá de su vista. Estaba claro que los otros foreros que Frohike había convocado en el bar se habían tomado en serio la investigación. Ahora bien, ¿con qué objetivo?

—Al acercarme vi a los otros irse. Dime, no estaréis siguiéndole el rollo de Frohike, ¿verdad? Su propuesta era insultante. Tú eres policía y yo soy periodista de investigación. Tú y yo sabemos cómo va esto. Pero esa gente no tiene ni idea y esto no es un juego. Ha muerto un chico y quizá no sea el único. ¿A qué se dedican? ¿A husmear? ¿Y Frohike? ¿Escondido mientras los demás se exponen? Me da mala espina todo esto. Es algo que debería tratar la policía, es muy serio.

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01/07/2018, 20:35
Mariano Arribas (Torquemada)

Pasó el día ocupado con las tareas diarias del monasterio o escribiendo la misa que pensaba dar el domingo. Cuando vio que se acercaba la hora de salir al punto de encuentro, hizo una maleta pequeña con algo de muda, un juego de ropa para cambiarse, un jersey por si la noche en Segovia aún era fría y un neceser con algunos objetos de higiene. La noche anterior, tras la conversación que tuvieron, había avisado al Abad de que se ausentaría por una noche y éste, quizás con cierto aire apesadumbrado, le dio su bendición para que lo hiciera.

Llego puntual a la cita y, una vez estuvieron todos, acompañó a sus nuevos amigos a una empresa de alquiler de coches. Se llevaron una buena sorpresa pues, al parecer en los días que corren, y a pesar de lo que se pueda pensar, no todo el mundo tiene carnet de conducir. De hecho casi pudieron darse por afortunados por que Belén tuviera uno, aunque, según les dio a entender la escritora, se sentía algo enquistada.

– Lo harás genial. Ya veras. – animó a Morrigan sin haber entendido que la mujer había estado bromeando.

– Yo no sé cómo funcionan estos aparatos que te dicen a donde ir. – dijo mirando primero a uno de sus compañeros y luego al otro –. Pero supongo que las señales en la autopista ya nos indicarán el camino a Segovia, ¿no? Luego si no ya preguntamos allí como llegar hasta el Embalse de Torrelara.

Estaba claro que al Padre aún le quedaban cosas por aprender sobre la técnica moderna.

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02/07/2018, 18:18
Doc_alma

María se separó de Enrique León tal y como Ibarz le había pedido. Y luego, le escuchó con atención mientras le preguntaba...

"¿O la cuestionaba?" se preguntó la mujer policía

-Yo no "le sigo el rollo" a nadie. Yo hago mi trabajo y, además, me preocupo por las personas que tengo alrededor- comentó ella ligeramente molesta, como si pensara que Ibarz la acusaba de participar en una conspiración que implicaba mandar a personas a la muerte -Y la gente es muy dueña de hacer con su vida y su tiempo lo que quiera. Y también tienen derecho a asustarse y hacer algo al respecto-

María pareció dudar un rato antes de decir -¿y tú por qué me preguntas a mí qué van a hacer lo otros? Yo no lo sé ¿Por qué no se lo has preguntado a ellos? Dijiste que no te interesaba esto ¿no? Algo así como que no era asunto tuyo, si no entendí mal. Mira Ibarz, la policía ya lo ha investigado pero han dado el caso por cerrado como robo por que se llevaron cosas de la casa del fallecido ¿quieres que vaya a mis compañeros y les diga "¡Oh! por favor, seguir investigando, hay una conspiración de un grupo". Seguro que me harían mucho caso- respondió con ironía

-Yo no les he preguntado a los otros qué iban a hacer. ¿Tienes su teléfono? Si no lo tienes, te lo puedo dar para que les preguntes si sigues interesado- respondió antes de sacar el móvil y ofrecerle los teléfono de los demás. Después de la respuesta de Ibarz, se dio la vuelta para despedirse de Enrique León y dirigirse a la salida del cementerio.

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07/07/2018, 07:52
Efraín Ibarz
Sólo para el director

Ibarz soportó el ataque de resentimiento de Doc_alma sin más. Con sus palabras se ponía a la defensiva, como si el periodista la hubiera atacado o acusado de algo. No era el caso ni la intención. Pero la dejó explotar, más atento al fondo que a las formas.

Y detrás de esos reproches, que pasaron por él como aire, encontró la respuesta. Ella no tenía ni idea de nada. Lo que quería decir que los demás iban a lo suyo y que no la estaban teniendo en cuenta para su amago de investigación.

Como policía, María era nefasta. Ibarz se preguntó si de verdad lo era o si solo estaba en la centralita cogiendo avisos. O la limpiadora, que por poner la oreja en los pasillos podía enterarse de algunos cotilleos y poco más.

Ella volvió donde el señor León e Ibarz torció el gesto.

...imbécil…

Se encaminó a la salida del cementerio. Era hora de ir a casa y coger el macuto. Le esperaba un viaje que no podía esperar.

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09/07/2018, 05:38
Laranda - Narradora

Ibarz abandonó el cementerio con la clara idea de que los demás se estaban metiendo en un lío del que no iban a saber salir. Y lo peor de todo era que había esperado que María comprendiera la gravedad de lo que ocurría pero aquella parecía no darse cuenta de nada.

Con la idea en mente de que no podía perder más tiempo si quería adelantarse al movimiento que suponía que harían los demás, se apresuró a llegar a casa para recoger varias cosas.

Sin dejar de comprobar que no le seguían, alcanzó la seguridad de su hogar y comenzó a organizar lo que necesitaba para el viaje.

Fue entonces cuando cayó en la cuenta de que no podía conducir. Su tobillo estaba mucho mejor, de hecho ya le permitía moverse con una cierta libertada, pero aún así, el giro que requería la conducción unido a la larga distancia que tenía por delante, no era algo que pudiera realizar aún.

Ibarz descolgó el teléfono y llamó a la compañía de taxis. Cuando dio la dirección aproximada a la que quería ir, la telefonista le informó de una tarifa desorbitada y, lo que era peor, de que hasta el día siguiente, por la mañana, no podrían darle el servicio puesto que sólo hacían servicios nocturnos dentro de la propia ciudad.

Ibarz probó con otras dos compañías más de taxis pero el resultado fue el mismo. Tendría que esperar hasta el día siguiente a las seis de la mañana.

Frustrado pero sin otras opciones, Ibarz aceptó unas condiciones que le parecían inaceptables y agendó que le recogerían, al día siguiente, a las seis de la mañana en su domicilio.