Partida Rol por web

-Yo haría lo que fuera por vos -Lo dijo casi con furia, incluso creyo elevar un poco la voz y miro a izquierda y derecha- lo que fuera... Es solo que... ¡arg! Necesito pensar...

Se quedo un instante pensativo, su respiración se había agitado considerablemente y su rostro se mostraba tenso.

"La cabeza fría, la cabeza fría, la cabeza fría" se repetía una y otra vez.

"A la mierda ¿De que ha servido decir nada de esto? Un momento de alivio, y luego todo a empeorado, ahora si que no hay forma de tenerla, lo he sacrificado todo por este reino. Y ha cambio lo voy a perder todo, el amor, el trono, la voluntad.... Todo, hasta la cordura a este paso"

Devolvió la mirada a Marian, le alzo delicadamente la barbilla para que le mirase directamente a los ojos.

-Aun no se como pero os juro que estaremos juntos, por los dioses mediante que he sacrificado muchas cosas, pero no os perderé a vos. -Su mirada estaba encendida y su voz destilaba convicción en lo que decía.-Pero necesito tiempo para que ocurra, ¿me lo concederéis mi reina? ¿me daréis la ocasión de que cometa una locura por vos?

Me quede helada, sus palabras me dejaron completamente helada.. Que podía hacer o decir, aquello estaba fuera completamente de mis planes, pero... ¿Quería fantasear con un hombre casado? Fantasear con el hijo de mi marido... Fantasear con un hombre que ya tenía una familia...

Yo puedo darte todo el tiempo que quieras pero... No soportare el viaje, no después de esto hoy, lo se... Gurne... En toda mi vida ningún hombre se ha interesado así por mi, el rey creo que solo beso ni beso mis labios el día de la boda y.... Se que no soportare un viaje solo con vos, se que querré mas de lo que podréis darme y eso me destrozara, destrozara mi alma y a la vez mi conciencia..

Se paso la mano por la cabeza rapada, podía sentir como todo se escurría entre sus dedos como si de arena se tratase, realmente no quedaba mucho que poder hacer simplemente no debía haber abierto la bocaza desde un primer momento, ¿realmente hacia lo correcto?¿O simplemente se agarraba a un clavo ardiendo para no perder lo único que realmente sentía que podía darle algún sentido a su existencia? ¿Y si ya lo había perdido todo y aun no se había dado cuenta? Y al fin una luz pareció verse al final del túnel, llegados a este punto, si realmente ya lo había perdido todo, al menos aun mantenía el honor y eso si que se lo llevara a la tumba.

-Mi reina, perdonadme pues al parecer mi mente se a enagenado. Jamas debí deciros nada de estos temas, lo único que he conseguido es incomodaros, y que no podáis volver a mirarme de la misma manera. Ninguno de los dos podrá hacerlo... Tampoco deseo que faltéis a vuestros compromisos espirituales por mi falta. Hablare con el rey, solo mencionare mi problema no os preocupéis, y que el juzgue lo que considere necesario.

Y dio media vuelta, dispuesto a salir del salón.

De repente note como si hubiera puesto un muro entre nosotros, como si se hubiera alejado kilómetros y esta vez fue mi mano la que lo agarro, la un paso su salida de aquel salón que estaba velando por nuestros secretos, ese salón que guardaría mas que un tesoro...

Mi cuerpo se acerco al suyo y lo abrazo con fuerza...No os vayáis... fue lo único que dije, no quería quedarme sola, y no podía hablar de aquello con nadie... Así que le suplique que no se marchara, luchando por no llorar pero con los ojos vidriosos...¿Que le diréis al rey?.... ¿Que amansa su esposa? Sabéis que vuestro padre es bueno no os recriminara nada, pero... No dejara que los ojos de otros pueblos vean tal ofensa... todo era por mi culpa, yo había desencadenado todo esto...

Gurne se quedo con el picaporte en la mano cuando sintió a la reina, lo soltó lentamente escuchándola. Cuando termino de hablar dio media vuelta tomándola por los hombros con las manos, quizás con cierta brusquedad. El guerrero estaba claramente alterado, la situación le sobrepasaba por mucho, estaba acostumbrado a que su palabra fuera ley, no ha abrir su corazón a nadie.

-¿Y que pretendéis que haga? Mirad en que estado os encontráis por mis palabras, no puedo teneros y vos habéis dicho que cuando estéis cerca de mi vuestra alma se destrozara ¿como puedo vivir sabiendo que yo he provocado eso en la persona que amo, y que no puedo hacer nada por solventarlo? Si, hablare con mi padre y le diré los motivos por los que no puedo cumplir con la misión encomendada, pero la escolta ya esta preparada, no se retrasara tu viaje. A mi en el peor de los casos me espera el exilio y en el mejor... Me mandara en campaña a alguna zona de las fronteras del reino. Como sea no volveré a pisar este castillo... Y sobretodo no os causare mas daño.

Tomo aire, y hablo con tristeza.

-Cualquier camino que tome ahora, sera equivocado, al menos tomaré el que mas daño me haga a mi y menos a vos.

Sus palabras fueron como una espada atravesando me, como si me hubieran matado por dentro una y otra vez..ahora si no pude aguantarlo mas, las lagrimas comenzaron a inundar mi mejillas, y mi cuerpo temblaba....

Te debes al rey, recuera la conversación de esta tarde Marían.... El ha sido muy buena conti.... pero mire a Gurne y todo mi juicio se mueblo abrazando lo, uniendo mi cabeza en su pecho....No te vayas, por favor no me dejes, no te vayas... le pedí no solo refiriéndose ahora, si no a lo que había dicho del ejercito... Mis manos se apretaban en sus ropajes mientras lloraba como una niña Besame... Por favor... Besame....

Observo a la reina, todo eso era por su causa, la veia tan fragil, tan delicada... Su pie se movió un paso hacia atrás, quedando el talón pegado a la puerta, bloqueando la misma. 

Y los primeros retazos de la conversación acudieron a su mente, ¿Que seria de ella cuando muriese padre? Nadie iba a cuidarla, no tan bien como Gurne, eso sin duda. Y para ello, necesitaba el trono, era como si todo volviese al principio, por mucha vueltas que le diese.

Decidió que seguramente ya estaba condenado sin saberlo, y si por poner en practica esta locura al menos se merecía una ultima voluntad.

Separo levemente a la reina y agacho la cabeza hasta que sus labios se fundieron en uno solo, deleitándose con esos inmaculados labios con los que tantas noches había soñado y con los que por fin podía probar su miel.

-Mi reina... Encontraremos otros momentos como este para estar a solas, pero serán solo nuestros, respecto a los demás debemos aparentar normalidad.

Mientras hablaba los dedos retiraban las lagrimas de sus ojos.

Cuando sus labios se juntaron con los míos un escalofrío me recorrió completamente, mis manos se posaron en sus brazos que me sujetaban con firmeza de forma dulce, había sido mi primer beso... El primero de verdad en los labios...

Cuando se separo tenía hasta la respiración cortada.

Tenemos varios días con momentos a solas... susurre de forma cómplice y cariñosa dejando de llorar...

La envolvió entre sus brazos, definitivamente ahora que habia probado el sabor de la reina, no podría separarse de ella. Pero ahora estaban donde estaban, y efectivamente les esperaban muchos días a solas.

-Esto es tan solo una muestra de mi amor, mas tienen que llegar. Ese viaje se convertirá en cómplice de nuestros secretos. Y ahora... debemos separarnos, ya hemos estado bastante tiempo aquí y puede que nos necesiten en otro lugar. Preparaos bien, mañana al amanecer nos encontraremos de nuevo.

Finalizo con otro beso, más prolongado e intenso que el anterior, pero igualmente tierno. Mientras sus brazos la apretaban contra su cuerpo.

Asentí aquellas palabras que me sonaron masa dulces que ningunas y respondí aquel ultimo beso con una pasión que desconocía, apoyando mi cuerpo en el el suyo y embriagando me con su olor y el calor de su cuerpo.

Os veré mañana entonces mi Lord... dije con una ultima caricia apartando,e de el, cogiendo aire y recomponiendo me para salir de la habitación no sin antes lanzarle una ultima mirada en el pasillo.

-Asi sea, mi reina...

Respiro con calma, después de tanto tiempo soñando, parecía que algo se hacia realidad. Su mirada acompaño a la reina por el pasillo hasta perderla de vista.

Sentía su corazón arder con euforia, hubiese sido un momento perfecto para un entrenamiento, aunque pobre de los que se enfrentaran a el. Así que decidió mantener la cabeza ocupada con otras cosas, se dirigió hacia los establos, debía preparar a Niebla para el viaje, y comprobar el carruaje y los caballos que tirarían de el.

Por la noche llovio escasamente dos gotas, despertando la mañana fria y nublosa.

El cochero tenia grabada en la memoria la ruta dada por Gurne, dispuesto como todos los hombres seleccionados para el viaje.

Gerel, gran amigo de Gurne, se encontraba al frente ultimando los preparativos con minuciosidad. El equipaje de la reina habia sido cargado y asegurado.

La esposa y el hijo de Gurne se levantaron temprano para despedirle, deseandole suerte y un pronto retorno. Mientras, el rey se despedia de su esposa con un paternal beso en la frente.

- Os confio la alegria de mis ojos cansados.- dijo el regente son una sonrisa, dejando la mano de su esposa sobre la de su hijo para que la acompañara cortesmente hasta el carruaje.

La mujer de Gurne vio el intercambio de vuestras miradas y su gesto se torcio, como si su intuicion femenina la hubiera avisado del peligro de perder a su marido de un modo que no esperaba.

Sonreí ante el beso del rey, y mi mirada cuando poso mi mano en la de su hijo fue distinta a todas, lo mire como si me disculpara por algo pero no dije nada. Opte por no llevar a mi ayudante, por dejar que esos días bajara al pueblo y disfrutara de su familia.

La mirada de la esposa de Gurne no me paso por alto, pero simplemente baje la mirada y le sonreí al pequeño. Tras ello subí al carruaje.

Gurne madrugo mas de lo habitual ese dia, los nervios previos al viaje, siempre que había algo importante que hacer al día siguiente es como si algo en su interior le obligara a despertarse, no quiso molestar a su mujer y su hijo. Se aseo vistió su vestimenta habitual para cuando iba de campañas, no la mas pesada de cuando sabia que a ciencia cierta entraría en combate, pero si una de pieles y placas que lo hacían destacar, así como sus armas.

Bajo para descubrir con agrado que todo estaba preparado para el viaje, comprobó que el carruaje estaba en orden, el era así, hasta el ultimo momento tenia que ver que todo estaba perfecto. Dio una ultimas instrucciones a unos guardias.

-Si hay cualquier noticia que deba saber, sobre la salud de mi padre o de mi familia, mandad al mensajero mas rápido  a nuestro encuentro.

Y por fin llegaron su mujer y su hijo, su rey y su reina. Todo estaba en orden, tal y como debía ser. Al igual que su padre hizo con su esposa, Gurne se despidió de su mujer con un beso en la frente y recordó al pequeño Lucc sus obligaciones de proteger a su madre ahora que el no estaría.

-Mi rey, os demostrare que soy digno de tal confianza, estaremos de vuelta en poco mas de una semana, si el clima es propicio.

Intercambio mirada con la reina y observo la expresión de su mujer, no dijo nada al respecto, simplemente acompaño a Marian hasta el carruaje y le hizo una señal a su hermano de armas Gerel, la señal era suficiente, la comitiva debía ponerse en marcha.

Me subí nerviosas a ese carruaje y ya dentro me acomode en el y me quite los Gates y la capucha, desabrochado un poco mi capa, pues allí el viento no soplaba y el frío era mucho menor bajo la protección de la madera.

Cuando vi entrar al príncipe me sonroje un poco y baje la mirada avergonzada, pues no sabia muy bien que hacer o decir en su presencia tras todo lo que había sucedido ayer.. Y para que negarlo... La mirada de su mujer me hizo sentirme fatal... Deje los guantes sobre la falda de mi vestido, y el cerro la puerta, a los pocos instantes el carruaje comenzó a moverse con el a mi lado...

No me salían las palabras así que use los gestos y cogí su mano con la mía de forma afectuosa.

La caravana se puso en marcha y viste a vuestra espalda que os despedian vuestros seres queridos.

Dejasteis atras los muros del castillo y atravesasteis la ciudadela y sus proteciones hasta dejarlo todo muy atras. Seguiais el camino mas seguro, incluso os cruzasteis con patruyas de vigilancia. Viajasteis hasta mediar el dia, tomando un descanso para comer y dar de beber a los caballos.

Al subir al vehículo, se quito la ropa sobrante que solo servia para cubrirse del viento, una pesada capa de piel de jabalí, un añadido de ultima hora. Junto a ellos viajaba Niebla, el corcel personal del príncipe, atado a la caravana, pero no tirando de el.

A pesar de que Gurne no fuera a cabalgar en sus lomos, no pensaba alejarse de palacio sin ese caballo.

Cuando sus manos se encontraron unas con otras, el príncipe sonrió, y beso su mano sin dudarlo, cuanto mas se alejaban de palacio mas se alejaban las dudas de su mente. Y fuera de los muros no parecía tener importancia que ella fuese la reina y el un heredero, tan solo eran una mujer y un hombre que se amaban. Gurne se aseguro de que el interior del vehículo estaba totalmente cerrado al exterior.

-Mi reina, este viaje puede ser una condena para ambos, lo sabemos. Pero yo me entregaría al señor de los infiernos a cambio de que detuviese el tiempo en este instante y que este carruaje fuese el guardián de nuestro secreto.

Sello las palabras con un beso, suave y cálido, tomando a la reina con una mano por la nuca para facilitar el mismo.

Mas tarde en el descanso en el camino, volvi a ponerse sus pieles y salio fuera, pues habría sido extraño no hacerlo. Ya lejos del palacio las normas y protocolos no eran mas que palabras y dejaban paso a la camaradería.

-Gerel, maldito bastardo, ven aquí ahora mismo -Dio un efusivo abrazo a su amigo entre sonrisas- ¿Que teneis que contarme sobre este viaje? ¿Marcha todo bien?

- Demasiado bien.- Respondio Gerel con la cara seria, puede que pecando de prevenido.- He hablado con las patruyas, hoy no han visto a nadie por esta zona, ni un comerciante, ni un viajero... se supone que esta parte del camino es la mas vigilada por la guardia y la mas segura. Todo el mundo sabe eso y la usa a diario.- Señalo antes de resoplar.-disculpar mi recelo, puede que no este aconstumbrado a una mision que no implique terminar bañado en sangre... No obstante... me gustaria mandar a los exploradores un poco mas adelantados... Si os parece bien, señor.

Gurne se meso la barbilla pensativo.

-Bueno, casi todo el mundo pensó que iba a llover y finalmente el tiempo fue bueno, puede que eso sea la causa de la escasez de viajeros.

Observo a sus hombres.

-Pero que la tranquilidad solo debe servir para que estéis mas atentos, no esperamos a nadie tan loco como para buscar altercado, pero nunca se sabe. Adelantad a los exploradores, y si llegan a alguna aldea cercana que recaben rumores.

Mi mente estaba completamente ida, habían apagado muchas cosas y no sabia que hacer, no bis como tenía que actuar con todo aquello, pero si tenía clara un co y lo hablaría con el....

Sonreí con sus palabras y cuando hicimos la parada con el trato familiar que tenía con los soldados, pues era agradable esa cercanía. Me quede dentro del carro esperando, pensando, meditankdo en que hacer y cuando el volvió a subir finalmente lo supe, espere a que se sentara y volviera arrancar.

Lo que mas deseo en esta vida es una familia y estoy apunto de romper una... La mirada de tu mujer lo dejo todo claro... No quiero destruir una de las cosas que mas amo... comencé a decir cogiendo su mano de nuevo Te quiero Gurne, te quiero muchísimo pero no te amo aun... Y... No quiero hacer daño a Lucc... Este carro este viaje será nuestra libertad... Pero... Al volver a palacio todo tiene que volver a la normalidad mi señor.... Yo... ¿Lo entiendes? le pregunte esperando que no me odiara... Pero mi conciencia no me dejaba hacer eso, me martillaba todo el tiempo y no podía callarla porque aunque lo quería muchísimo no estaba enamorada...