Partida Rol por web

Geon no perdona con su hacha y deja otro kobold ensangrentado y muerto en el suelo.

Tekdur no le hace ni caso a los restos de los kobolds y se dirige al siguiente...

Desgraciadamente su hacha se estrella contra uno de los bancos de piedra..

Uno de los kobolds trata de golpear con su lanza a Tekdur, pero choca con su escudo. El otro sale corriendo como puede hacia el sur.
El mediano intenta ayudar a Tekdur con su daga sin mucho éxito.

¡Eso eso! ¡Corre lagartija, antes de que te demos tu merecido! grita la niña al verse libre.

Soker se mueve a las cercanías de Tekdur y atosiga al kobold con su arma para que no se dé cuenta de lo que hace el poderoso enano...

Rumuk se mueve para atacar a uno de los kóbolds que quedan, pero está tan distraído mirando si los pequeños están bien, que su golpe falla por mucho.

Geon carga detrás del semiorco, tratando de llegar al enemigo antes que él. El reptiliano aprovecha su mucho mayor agilidad para agacharse ante el espadazo del clérigo, que silba sobre su cabeza sin efecto. Encogido no tiene tanta suerte con el hacha del implacable enano, que se le hunde en el pecho con un sonoro crujido a costilla rota. Al enano le falta tiempo para recuperarlo, echando al bicho hacia el pasillo de una patada:

-¡AL INFIERNO CONTIGO, ENGENDRO!- grita exacerbado.

el kobold cae ensangrentado al suelo.

El golpe del hacha de Tekdur termina con la vida del último kobold

La niña de la esquina se limpia las lágrimas y los mocos y os dice.
¡Menos mal que habéis llegado a tiempo! ¡Creía que nos volvían a llevar!

Rumuk se acerca a los niños, muy preocupado por ver cómo se encuentran: ¿Estáis bien todos? ¿A dónde se os querían llevar?

Viendo que Rumuk está hablando con los niños, Soker se tapa las heridas de las lanzas como puede y se acerca a examinar el cadáver del kobold verde.

A pesar de haber acabado con ellos, Geon no se conforma. Bastante ajeno a la presencia de los niños, guarda su hacha de mano y se dedica a "talar kobolds" por las inmediaciones:

-Veremos si os atevéis a volver a salir de vuestro agujero cuando sepáis lo que hacemos con los que lo hacen, ratas reptilianas.- le comenta a los cadáveres, mientras espare trocitos por doquier.

Os debemos una. Mi nombre es Edgrin Galesong. Soy miembro de las Águilas Grises, una tropa de aventureros que ha vivido mejores días. Nos adentramos en el valle hace unas semana en busca de tesoro. Fuimos emboscados por un grupo de koblods. Mataron a todos salvo a Tyran y a mi. Nos hicieron prisioneros.
Yo ya me había rendido a mi destino aciago cuando trajeron a los niños. La pequeña Kimi me convenció para escapar. Conseguimos abrir nuestras celdas, pero mi amigo Tyran y el pequeño Hollin fueron paralizados por sus ponzoñosas lanzas.
El resto subimos hasta este nivel.
Sin embargo, nuestro destino aun era negro... Una horrible criatura cubierta de cadena y cuyas barbas eran una humareda negra atrapó al joven Jurin y lo arrastró a su guarida. Luego nos alcanzaron aquí, Kimi y yo decidimos aguantar aquí y les dijimos a Mikra y Savram que huyeran. Mikra no se atrevió a huir y se ocultó bajo la mesa, pero Savram escapó de vuelta hacia el norte. Luego nos salvasteis la vida. Por fin nos sonríe la suerte. ¡Debemos rescatar a los demás!

La niña se abraza al chico que está bajo la mesa. Mikra, tonto. ¿por qué no te fuiste con Savram? podrías haber muerto. Aunque pensándolo bien... el muy inutil tiró para el norte de vuelta ¿en qué demonios pensaba?

Perio, yo queria esttttar cntttigo. Savvvram no me habbbla.