Partida Rol por web

-Bien,- dice Geon finalmente satisfecho con la carnicería -¿Dónde están el resto de los bichos verdes, mocosos?- pregunta con su tacto habitual -Os hemos rescatado y ahora estáis a salvo con nosotros. Pero indicadnos el camino y acabaremos con esta plaga, para que nunca vuelvan a llevarse amiguitos vuestros.- trata de suavizarlo al ver la cara de los niños -Y vosotros... vosotros podéis esconderos en la sala de los mosquitos, claro.- añade reacio a compartir la gloria de la matanza con nadie.

¿A quien llamas mocoso? Yo ya no soy ninguna niña. ¡No pienso esconderme! se adelanta la joven y larguirucha joven con el puño cerrado. ¡Venga! Rápido. ¡Que Savram está al norte y puede que esté en peligro!

Tranquila, Kimi. Esta gente está aquí para ayudar, se merecen nuestra gratitud. Muchas gracias, buen enano. Tus fuertes brazos nos permitirán rescatar al resto. Disculpa a la joven, es muy audaz y valiente pero un poco impaciente. ¿Cual es tu nombre?

Si como dice la niña hay otro de los niños cerca, deberíamos ir a por él rápido.

Dice Soker adelantándose a donde va Kimi no sea que se vaya sola...

Venga, vamos. Cuanto antes los encontremos, antes podremos devolverlos a sus familias, dice el semiorco, algo incómodo por tener a unos niños como ¿compañeros de aventuras?

Las amables palabras del mediano sorprenden a Geon, que murmujea unos instantes, casi como si carraspeara, antes de declarar:

-Eh... Geon, azote de kobolds.- se le ocurre añadir a su nombre en plan efectista.

Si este tipo es bardo, como cree, bien podría inmortalizar su nombre, así que mejor que quedara digno. Entonces recuerda el resto de bichos reptilianos que quedan con vida y añade:

-Y ahora vamos. Hay que limpiar esto.- se gira hacia la niña y añade -Si quieres matar lagartijas, no seré yo quien te lo impida, cachorrillo humano. Pero vas a conseguir que te hagan daño.- advierte, tirándole una lanza, sin embargo, para que se defienda.

Si no tienen que llevar a los niños fuera, la matanza empezará antes...

El ennanno gruñññe muccho Kimmmi se ría Mikra.

Avanzáis por el norte, el pasillo tiene una salida hacia el este y otra al norte.
Edgrin os indica que ellos huyeron por el pasillo del este, desde otra sala más al norte. Savram se separó de ellos por el del norte.
El pasillo del este tiene una puerta cerrada al fondo y a mitad hay una salida que gira al norte, que es por donde llegaron el bardo y los niños.
El pasillo del norte, por el que huyó Savram lleva a unas dobles puertas abiertas.
Tras esas puertas es ve un oscuro osario colmado por el sonido del goteo de la humedad. Veis un corredor que va hacia le norte por el centro de la habitación, flanqueado por varias alcobas y otros dos que se abren a los lados. Las de los lados están repletas de huesos de enanos. En el extremo final del corredor central podéis ver un gran yunque de hierro yunque.

- Creo que deberíamos ir por donde vinieros los mocosos. Y rápido.

Tekdur comienza a caminar por el pasillo del Este, si hubiera trampas las habrían disparado los niños, espero.

Al doblar la esquina mira de reojo al osario.

Seguro que al final me toca entrar ahí y perturbar el descanso de mis hermanos.

Un escalofrío recorre a Soker.

Parece que el chiquillo entró en el osario...

Mira a Rumuk y le dice.

Creo que deberías ir delante y deprisa, no sea que los muertos estén haciendo de las suyas con el chaval.

No obstante, antes de entrar en la sala (si es que se dirigen allí) echa un vistazo por si las trampas.

¡Pero Savram se escondió en el osario!

Iremos a por Savram, jovencita, no te preocupes. Pero ese osario puede ser peligroso y debemos tomar precauciones...

Esto último lo digo mirando a Rumuk.

Geon carraspea como única respuesta, y luego vuelve a su puesto guardand la retaguardia. No se iba a olvidar tan rápido de lo del otro kobold, claro, y por donde se aventuraban era más difícil que encontraran lagartijos que justo detrás de ellos emboscándolos.

Rumuk asiente ante las certeras observaciones de Soker. Vamos, amigo. Estoy preparado. El semiorco avanza junto con el humano, su espada en un mano y el símbolo sagrado de Iomedae sujeto en la otra.

Soker sigue avanzando por el pasillo del este, haciendose el sordo. Cuando llega a la puerta abierta se asoma cuidadosamente y mira qué hay más allá.

Después se para y, como nadie le sigue vuelve sobre sus pasos
Lo sabía, sabía que acabaríamos rodeados de cadáveres y lo que es peor, acabaré profanando el descanso de mis hermanos a hachazos. Esto no puede ser bueno.

Al llegar al nivel de sus compañeros dice:
- Ya estoy aquí, estaba comprobando que no hubiera nadie más por ese pasillo. Al menos de momento.

Tekdur se asoma por el pasillo del norte y ve otras dobles puertas que están cerradas, parece ser que alguien las ha cerrado tras la huida de los niños.
Sin más regresa con sus compañeros.
Mientras, Rumuk y Soker avanzan por el centro. ¡De las alcoba surgen unas manos esqueléticas que arañan a ambos! Rápidamente el clérigo y el pícaro retroceden.
Parece que los esqueletos de esas criptas se han animado en cuanto pasaron por delante.

Finn mira a Rumuk en cuanto ve a los esqueletos animarse, esperando que el seguidor de Iomedae pida ayuda a su diosa.

Rumuk, parece una tarea para ti. Dice desenvainando su espada.

Agh...

Se queja Soker mientras retrocede mirando a su compañero.

Estos son tuyos, amigo.