Partida Rol por web

Comienzas a echarle nieve al charco, pero en vez de tapar el charco se funde al entrar en contacto con él, el charco gris comienza a moverse lentamente hacia ti, comienzas a caminar hacia la siguiente habitación, pero ves como a paso lento el charco te sigue.

Pasas por el arco de la puerta sur para encontrarte con una nueva criatura, un ser de hielo, una pequeña criatura alada, con rasgos más o menos humanoides, parece un diablillo de hielo. El diablillo da un grito, parece que espera a alguien, pero su cara se vuelve frustración al ver que nadie aparece

Recoges los papeles del suelo, todos están rasgados pero aún así puedes llegar a leer las locuras de alguien que pasó demasiado tiempo allí, entre otras cosas puedes leer: "Hace frío" "Este lugar está maldito" "Voy a morir aquí" "Todos moriremos". Colocado en el círculo de piedras hay púas que un buen artesano mecánico puede implementar en una armadura

—¡Tsk! —masculló entre dientes, molesto. Allí no había nada de utilidad, solo el diario destrozado de un loco moribundo y unos pinchos que no servían de nada.

Sin darle mayor importancia, volvió a sacar la pértiga y avanzó hacia el arco del oeste (7,30), siempre cauteloso y atento.

al ver al bicho de hielo, se me ocurre una idea que podría poner a prueba. Lanzando una mirada atrás, compruebo a ver si el charco de ácido sigue su avance y su búsqueda

Parece que esperas a alguien. Siento haberte asustado. digo poniendo las manos hacia delante, enseñándole las palmas

No estarías esperando a un charco de ácido que viene hacia aquí ¿verdad?

El diablillo de hielo te mira, parece no comprender lo que dices, pero parece que algo en tus palabras lo enfurece y comienzas a prepararse para atacar

Entras en una habitación, un hoyo estrecho cubierto por barras de hierro se encuentra en la esquina noreste de la habitación, parece que ese lugar en otra época sirvió de cárcel; separado en el lado sur de la habitación se encuentra una clava

Otro callejón sin salida, y ni rastro de la salida. Solo un agujero infecto en el suelo y un arma que no me servía para nada. Pero de una forma para seguir avanzando, nada.

Con un suspiro, se acercó a la clava y, tras asegurarse de que no iba a saltar alguna trampa —usó la pértiga para empujarla primero—,usando su chaqueta para cogerla sin tocarla directamente, se la echó a la mochila.

Luego se acercó al agujero, y echó un ojo a conciencia, a ver si había algo de interés. Quien sabía, él mismo había tirado la moneda de la Cornucopia a un foso, otro podría haber hecho lo mismo.

Viendo que el diablillo no parecía demasiado amistoso, quizás porque había malinterpretado mis palabras, o simplemente no me entendía, decidí dejarle tranquilo y seguir hacia abajo, camino de la otra sala.

Mientras me movía, señalaba de donde venía, como advirtiendo al diablillo

Al empujar la clava ésta cae al suelo pero no sucede nada más, miras en el fondo del agujero, pero no hay nada está vacío

Intentas marcharte de allí, pero el diablillo no tiene intenciones de dejarte marchar, te ataca con una de sus garras, pero solo consigue arañar la pared que tienes al lado haciendo que trozos de escarcha salte. Ves como el charco de ácido comienza a entrar a la habitación por la puerta que tienes enfrente

Otra vez nada, y empezaba a ser algo demasiado habitual. Pero tenía tiempo para explorar un poco más, así que con paso decidido —y pértiga por delante— avanzó por otro pasillo.

Avanzas hasta una nueva habitación, como ya viene siendo habitual, es una habitación vacía

—¡Tsk! —Esta vez el chasquido fue más alto de lo esperado, y resonó por toda la habitación. No podía estar dando vueltas sin sentido y sin encontrar nada, ni siquiera un mísero rival al que medirse.

No, no podía seguir así, era hora de gastar uno de los favores que le habían ofrecido los patrocinadores. Si todo salía bien, su mayor obstáculo era buscar; él mismo se encargaría de los guardianes que se interpusieran en su camino.

—¡Sudrak! —dijo para ser escuchado por uno de sus mecenas—. Humildemente pido ayuda. Deseo saber dónde está la salida de éste nivel.

Un tanto confundido por el entorno, pero ciertamente aliviado porque no lograra acertar con esas asquerosas garras, movi el bastón rápidamente, formando pequeñas estelas de fuego.

Si era una criatura de frío, el fuego posiblemente no le gustara demasiado

Te dí una oportunidad de vivir

Comienzas a dar golpes al diablillo de hielo, tus puños de fuego hacen que el daño sea superior, el diablillo cae al suelo muerto, en ese momento te das cuenta que has estado tan absorto en el combate que no has visto que otro charco gris se acerca a ti por el otro lado, son dos los que ahora te persiguen. En el lugar donde yace el cuerpo del diablillo ves que de su cuerpo ha caido 300 monedas de oro

En la nieve de repente comienza a verse pisadas va desde tu posición al pasillo sin salida que tienes justo al lado

Suponiendo que era obra de su patrocinador, asintió y siguió las huellas, elevando un "gracias" a Sudrak mientras caminaba.

No se bien si por el susto o simplemente para salir de ese atolladero, dí un saltito antes de agacharme y recoger las monedas corriendo.

Esperaba que los charcos se alimentaran de ese ser, que estaba ahi quieto y sin poner resistencia, mientras yo me alejaba de allí.