Partida Rol por web

Al ver el charco que se acercaba, asiento a Lidar a esos charcos ya me los he encontrado antes. Será mejor alejarnos y dejarlo ahí.

Pero si están, quizás es que sigamos en el laberinto helado comento pensativo ante la idea de enfrentarme nuevamente a ese frío intenso.

Sigues por la siguiente habitación dando un rodeo, no encuentras nada, solo el cadaver de un diablillo de hielo

Así que, el motivo era tan fácil como que el charco, fuera lo que fuera, se había movido. Dónde, era lo que tendría que averiguar. Despacio, fue acercándose hasta la siguiente puerta y, desde el recodo, asomó la cabeza a ver que veía.

Creo que lo mejor es permanecer juntos hasta que llegue el momento de enfrentarnos ¿no crees? - pregunto al mediano mientras me pongo en movimiento hacia la sala del norte - Aun queda un rival al que combatir y ahora mismo, debilitarnos entre nosotros solo le daran ventaja a él.

Asiento a Lidar, pensando en que, quizás, ni juntos pudiéramos vencer a Vincent, viendo el potencial que había demostrado en nuestro combate. Sea como fuera, estaba cansado, y no estaba mal ir con un compañero durante un tiempo

Vayamos juntos. Estoy cansado de que todas las putas trampas me salten en la cara digo sonriendo, ya hasta acostumbrado a este hecho no está mal que ahora haya otro que se las lleve me encojo de hombros, sin dejar de sonreir.

Si esto iba a ser el final, al menos tenía pensado disfrutarlo. Solo esperaba no tener que combatir con Lidar antes de tiempo, como había pasado con ese gnomo idiota.

Entrais en la habitación del norte, veis como el charco os está siguiendo, casi ha alcanzado a Lidar, al entrar en la nueva habitación veis un gran esqueleto, Lidar ya lo había visto con anterioridad, pero es nuevo para Lobatov. El gran esqueleto parece estar protegiendo un tesoro, podéis llegar a ver una gran montaña de monedas de oro sobre una esterilla para oraciones con taraceado de hilo de oro, a su lado podéis ver un relieve de mármol de luchadores enanos. Por la habitación también podéis ver un vial con líquido en el interior y un rollo de pergamino.

El gran esqueleto lleva dos mazas de armas que no duda en usar contra Lobatov haciendo que el joven quedase gravemente herido antes ni siquiera de poder reaccionar

Te asomas a la esquina para ver una pelea entre el gran esqueleto que de un golpe te hizo bastante daño y el charco gris, las dos mazas golpean al charco gris y ambas armas terminan desintegrandose. El charco se aproxima al esqueleto que lo golpea esta vez con sus manos y termina haciendo que el charco gris desaparezca

¡Sal de ahi, sal de ahi! - grito a mi compañero mientras retrocedo.

el cieno está cerca, pero no lo suficiente como para llegarme, por lo que le evito y corro hacia el pasillo de abajo
 

Ignorando las advertencias de mi compañero, y hastiado de llevarme ostias por todos lados, niego con la cabeza antes de moverme y soltar dos guantazos al esqueleto con toda la rabia que tenía dentro y que tenía que salir antes de que explotara dentro de mí.

No sabía ni dónde ni cómo, pero movía los brazos en amplios abanicos.

Lidar hace unas piruetas para esquivar el ataque del esqueleto, con la mala suerte que queda justo al lado del charco que lo golpea, la piel comienza a fundirsele, ese charco no es normal, es de ácido.

Por su parte, Lobatov no escucha las advertencias de Lidar y quiere enfrentarse al esqueleto, con unos fuertes golpes deja bastante herido al esqueleto, pero no consigue matarlo. 

Lidar se aleja unos pasos de la habitación en la que está el charco gris yendo por el pasillo, en ese momento es cuando se da cuenta que está solo y Lobatov no lo sigue

Viendo que la situación es desesperado,vuelvo a atacar con ambos puños antes de intentar alejarme de la peligrosa criatura antes de dar una voltereta hacia atrás para alejarme.

voy a dar la vuelta por el otro lado a ver si oigo lo que ocurre, desde el movil complicsdo lo del tablero. Si hace falta pierdo accione spero me mantengo fuera de alcance visual

Intentas dar un nuevo golpe contra el esqueleto esperando acabar con él cuando tropiezas golpeandote la cabeza contra la pared, caes inconsciente.

Dos cosas pasaron rápidamente por su cabeza al ver la escena. La primera, que aquellos charcos grises eran enemigos de temer, y que había hecho bien en no enfrentarse a ellos; si habían logrado hacer desaparecer las armas de metal con esa facilidad, no quería pensar en que habría ocurrido con sus manos. La segunda, es que sin las mazas el esqueleto parecía bastante menos peligroso que con ellas, pero no estaba indefenso aún así. Un mal golpe podría acabar con él, así que era mejor andarse con cuidado. Paciente, esperó un poco más, a ver que ocurría.