Partida Rol por web

Después de entrar en el teletransportador apareces en lo que parece ser el Capitolio

-Bienvenida al Capitolio señorita- te dice un pequeño gnomo- Mi nombre es Dobby, dejeme que le enseñe el lugar- se pone en marcha parandose en los lugares claves- Aquí puede encontrar a los patrocinadores, puede ver aquellos que le siguen o siguen a sus rivales, en aquella estancia está el mercader, si ha conseguido algo puede venderlo o comprar algo allí que desee, aquella puerta es su habitación si desea descansar, el médico es ese de ahí, aunque le costará algunas monedas; y por último...- te lleva a la puerta más alejadas de todas- cruce esta puerta cuando desee continuar con la Cosecha

- ¿A quién sirves, Dobby? ¿es a mí ahora? - dejó sobre el suelo el equipo que tanto le pesaba antes de desentumecer sus propios músculos e indicarle a la criatura con qué debía cargar, si es que ahora le atendía a ella- ¿Se me permitirá descansar un buen sueño? -había prioridades a atender antes de poder dormir- Llévame hasta el vendedor para que tase lo que obtuve, necesito saber si el arma buscasangre está entre las mías.

-Sirvo al Capitolio, estoy aquí para dar la bienvenida a los tributos que llegan y enseñarles las dependencias -Dobby chasquea los dedos y el equipaje comienza a levitar siguiendote-. Puedes descansar el tiempo que necesites, aunque la Cosecha sigue, mientras más duermas, más probable es que te dejen atrás.

Dobby te acompaña al mercader, cuando le dices que quieres saber si alguna de las armas es la buscasangre su respuesta es la siguiente:

-Para identificar las armas necesitas pagar mi trabajo. Por cada arma que revise te costará 5 monedas de oro, más si descubro que tiene alguna propiedad especial

- Idéntifícalo todo, el platino debería poder costear tu buen ojo; empieza con las armas, sigue con el escudo y la armadura lo último ¡Ah! Disculpa, esto lo primero- dijo entregando el extraño frasco*-. Por cierto, ¿qué tienes a la venta? ¿Pociones, tatuajes, escarificaciones, tomos u otros objetos de poder?

Fue examinando también las cosas por su cuenta y tomando nota de lo que le fuera diciendo el mercader.

- Además de identificarlo todo necesito precios de compra y tú, Dobby -dijo girádose hacia el diminuto monstruito-, necesito saber si puedo ver a Viltur, mi lobo. Si no es así quiero una víctima en mis aposentos, sus gritos apurarán el sueño y vigorizarán mi cuerpo para La Cosecha -después de haber sufrido tanto tan sólo deseaba dormir con el pellejo del lobo bajo su piel o, a falta de ello, pasándole su dolor a otra criatura que no se lo mereciese.

El mercader comienza a girar la esfera y sonrie:

-Interesante -te comenta-, es un remedio mágico para no quedarte embarazada. Las armas, el escudo y la armadura son normales, no tienen nada de especial. Tengo a la venta todo lo que quieras, solo pídelo.

Dobby señala al punto en el que has aparecido cuando preguntas si puedes ver a Villtur, el lobo aparece en ese preciso instante en la sala

Apareces en un lugar ya conocido, en el Capitolio, en esta ocasión no hay nadie para recibirte, pero un rápido vistazo te hace ver que Anazareth junto a Dobby están en el mercader

- ¡Viltur! -dijo feliz de verle aparecer de la nada, rápido volviendo a pasar sus dedos por su pelaje- Van a ir a por ti esta vez pero serán ellos quienes huyan perseguidos por nosotros, jajajajá -rió en referencia a la apuesta contra la vida del lobo. Tras un suspiro entre carcajadas ahogadas cambió el rostro de la drow por uno más serio- . Tu forma humana me asquea pero es parte de ti. Transfórmate y procura vender todo el equipo no mágico de la mochila, yo voy a intentar algo en un momento... Nuestros enemigos nos llevan una enorme ventaja en influencia y recursos.

Se giró hacia Dobby.

- Necesito saber quién ha apostado porque llegue la primera, ¿Imgur, Glith, Sudrak, Lea o Kron? Si no puedes decírmelo ¿Puedes hacerle saber al menos que esta poción es suya para hacer de ella conmigo lo que desee? -la perversa sonrisa de Anazareth reflejaba lo retorcido de su pensamiento, si la fortuna no le sonreiría lo suficiente como para darle la ventaja en monedas para comprar la lealtad de los patrocinadores usaría otros recursos.

Se giró entonces hacia el Mercader, le preguntó que cuántas monedas le daría por cada pieza en su poder y ennumeró todas las cosas que le interesaban, consultando sus precios:

- Tatuaje de mente despierta, necesitaba hacer brotar el saber que su maestra elfa había tratado de inculcarle sobre cómo conjurar con pulso firme
- Saco contenedor adaptado a un arnés para Viltur, para poder acceder a sus contenidos en su forma animal
- Poción de descanso o algún otro brebaje que le ahorrase las horas de sueño para recuperar sus hechizos y volver a la carga cuanto antes
- Monóculo de ver objetos mágicos, para así sólo mandar identificar los que tengan un aura la próxima vez

-Sudrak fue quien apostó por ti -te informa Dobby. El gnomo se va para dar tu mensaje a Sudrak

-Son baratijas todo lo que tienes, te daré 150 monedas de oro por todo -dice el comenciante, al escuchar lo que desea Anazareth suelta una fuerte carcajada- Necesitas miles de monedas de oro para poder optar a alguno de esos artículos.

Dobby vuelve a aparecer

-Amo Sudrak accede a ver a la señorita

Comprendiendo lo limitado de su fortuna Anazareth vendió unas pocas cosas a cambio de una buena mochila.

Mirando a Dobby asintió, partiría en breves para conocer en persona a una de los directamente implicados en su secuestro.

Depositó sobre el suelo frente a Viltur lo que quedase tras sus gastos.

    Tras reaparecer en el capitolio, Villtur tardó unos momentos en comprender lo dicho por la elfa, por lo que pasó a su forma humana y comprobó los tableros. Lo habían marcado, su sangre se heló ante lo que aquello significaba para acto seguido notar como su pulso se aceleraba buscando por algún lugar a aquellos crueles maestros de ceremonias ¿Lo querían muerto? Pues que se preparasen si pensaban que vendería barata su piel.

    -Quédate tú con el resto, no lo necesito.- Dijo posando la bolsa en e suelo entre los dos con un tono frío y distante. -Aléjate de mi, no voy a permitir que te arrastren conmigo, encararé la próxima prueba solo.- Un destello de rabia iluminó sus ojos negros antes de que se decidiera a iniciar también la marcha, aunque en su caso sería para ir en dirección a la siguiente prueba.

- ¡Quieto!- le gritó señalándole con las uñas afiladas- Nada como volver a tu forma humana para que te sobrecoja tu sentimiento y olvides sus instintos; no me obligues a retenerte con magia.

El asco que le daba ver la segunda naturaleza de la que consideraba su bestia era evidente en el rostro de Anazareth, pero la rabia se abría paso para dirigirse a la parte del todo que deseaba para sí misma.

- ¿No lo comprendes? Juntos somos manada mientras que solo no eres más que un hombre disfrazándose de lobo- la ira hablando, tardó en cambiar a un tono más conciliador pese a que seguía refiriéndose al humano y al lobo como criaturas separadas -. Nos sacan todas las ventajas, cualquiera de ellos acaparando más puntos que nosotros dos juntos; ven conmigo, venderé mi piel por favores para mi alpha y sus colmillos serán lo último que vean quienes se atrevan a desafiarle.

La condena de todo poder de control es el saber que anulas el libre albedrío, un hecho innegable que en aquel momento ardía en el corazón de Anazareth, pues ansiaba al lobo a su lado por decisión propia - querida por el objeto de su deseo en lugar de servida por el producto de su magia.

- Sea, si ha de ser así, sea -admitió con voz derrotada-; no culparé a Viltur por los actos de tu naturaleza humana.

Puso la bolsa que él había puesto entre los dos en manos del mercader para que lo identificase también todo.

- Cuando vuelvas a ser él quiero que sepa que me bastará su aullido para saber que vuelve a mi lado -reconocer aquella debilidad le agravió sobremanera-, pero si vuelvo a ver tu asquerosa homínida forma de nuevo...

Cerró los ojos, dolida en lo más profundo de su ser. Aquella Drow acostumbrada a tenerlo todo no podía soportar perder nada.