Partida Rol por web

Veo entrar a unos guerreros que acaban de entrar en combate y me intento unir a ellos, Hola os invito a unas cervezas que estais de paso?¿?

del piso de arriba de la posada veis aparecer a Mika Slanger, que parece haber llegado ahora y os reconforta saber que podéis contar con un amigo más para luchar..

Llaman a la puerta y véis que es la mujer del posadero con el curandero. Cuando abrís os dáis cuenta de que el curandero es una mujer con extraños símbolos y ropajes. Parece proceder de tierras lejanas..

"..saludos. Sólo he venido porque hay alguien en peligro de muerte y por la amistad que me une con la familia. Habéis de saber que soy la única curandera de Miriathir y probablemente en cientos de kilómetros y que no soy precisamente barata. Por la importancia de las heridas he de actuar inmediatamente. Sé que me pagaréis adecuadamente.."

Y se pone inmediatamente a limpiar las heridas de Aranas, limpiándole con un líquido que os recuerda a un despertar en un bosque la maltrecha pierna y ha entablillársela. Parece tener una destreza sin igual..

El pobre Aranas se pone un trozo de cuero en la boca para evitar morderse la lengua y atragantarse por el dolor. Sudores recorren su rostro y sus manos apretan con fuerza los bordes de la mesa pero ni un sólo grito se escapa de la garganta hasta que cae inconsciente en el momento que la diestra curandera le vuelve a colocar la tibia y el peroné en su sitio..

En un tiempo que os parece de record termina de entablillar y de vendar la pierna de Aranas..

"..ha perdido mucha sangre y deberá guardar reposo durante un par de días antes de intentar moverlo. Deberá alimentarse con esto al menos tres veces al día para evitar posibles infecciones.."

y con la misma destreza limpia, cura y venda a Slovo, que tiene un tajo que le cruza el pecho.."

- Despues de agradecer los cuidados de la curandera con una profunda inclinacion de cabeza, voy despacio sin hacer esfuerzos a por el arco que deje caer y todas las flechas que pueda recojer, le hecho un vistazo a Liam y pruebo a moverlo sin que se me vuelva ha abrir la herida....en caso de no poder, cierro sus ojos y coloco sus armas en el pecho, rezando una plegaria a los muertos. Una vez terminado vuelvo al interior de la posada con mis compañeros.

Recoges el arco, las flechas en tus enemigos están demasiado profundas y no puedes extraerlas sin romperlas. Pruebas a intentar mover a Liam pero te duele demasiado el tajo sufrido y temes abrir los puntos así que regresas al interior de la posada. De repente se escucha un chillido escalofriante en las alturas y se escucha un tam-tam muy cerca de la ciudad..

un aldeano pasa corriendo al lado de la posada gritando..

"..HAN CERRADO LAS PUERTAS. TRASGOS! cientos de ellos atacan la ciudad.."

¿qué hacéis?

- Vuelvo a salir al escuchar los tambores, con la vista busco el punto mas alto a mi alcance y me subo a el, mirando a la distancia, buscando el origen de los tambores...

La noche llegaba a su ecuador y el frío se hacía cada vez más presente en la ciudad de Miriathir, un escalofrío recorría el cuello del vigía. Las teas de las almenas y el patio de armas iluminaban las oscuras sombras. Paseando por lo alto de las murallas una figura cansada deambulaba haciendo guardia, mascullando improperios sin ton ni son y escupiendo al suelo cuando algo lo disgustaba. Era uno de los pocos vigías de la torre, un fornido aldeano que formaba parte de la pequeña guarnición de Miriathir, un puesto avanzado fronterizo con las tierras orientales.

Su cometido se había visto reducido a montar guardia durante las últimas noches ante las mas que frecuentes desapariciones de ganado en la zona, mas hasta la fecha no había sucedido nada que justificara allí su estancia, soportando la vigilia entre trago y trago, mientras el resto dormitaba apaciblemente.

Durante esa noche se mostraba especialmente intranquilo (tal vez por el hecho de tan solo haber bebido cinco pintas de cervezas) y no dejaba de mascullar entre dientes que el enemigo acechaba entre las sombras, podía ver sus mezquinos ojos rojos brillando en la oscuridad y que, incluso, podía distinguir su fétido olor corporal; mas aquello entraba dentro de la rutina de la guardia nocturna con lo que nadie presto especial atención a las palabras del curtido, aunque algo desquiciado, aldeano guerrero.

No pasaron demasiadas palpitaciones de su corazón cuando unos sonidos al otro lado de la muralla llamaron su atención. Pequeños arañazos y algo parecido a una estridente vocecilla resonaban bajo la el portón principal. Sin pensarlo dos veces dio la voz de alarma a pleno pulmón, haciendo sonar el gong de alarma... mas el desastre ya no se podía evitar.

Como si esperaran alguna intrínseca señal las cuerdas que fijaban el portón fueron cortadas por dos pequeños trasgos que se habían escurrido en el interior de la ciudad, haciendo que con un pesado golpe el portón dejara paso franco a la fortaleza. Una marea de trasgos emergió entonces de las tinieblas entrando en tropel al interior de la fortaleza.. su número era incontable y el vígia creyo ver el mismo diablo abrirse paso hacia el interior de la ciudad.

Los sorprendidos vigías salían presurosos y a medio vestir de los barracones al encuentro de sus ancestrales enemigos, iniciándose una cruenta y sangrienta batalla en el patio de la principal entrada de la ciudad. Por su parte, el fornido vigía, completamente fuera de si debido al enojo y a la rabia se abalanzo, desde lo alto de las almenas, sobre la masa de trasgos que avanzaban por la entrada mientras su gutural grito de guerra retumbaba por encima de los ecos de la batalla..

- Entro con rapidez en la posada, Rapido, trasgos en la ciudad, han superado las murallas, tenemos que cerrar todas las entradas, excepto una. Busco con la mirada las zonas del local que se puedan bloquear con mayor facilidad y dejar solo una puerta de entrada, por la que vayan entrando de uno en uno o dos en dos y poder acabarlos con facilidad.Una vez este todo bloqueado, si la posada tiene dos alturas, me situo en el tejado y vacio mis 31 flechas sobre los que me parezcan los jefes.

"..buscad!!... ..lágrima!! ..mercenarios!!.."

- Si soy capaz de enfilar, al que ha hablado, apunto al mismo y dejo escapar la afilada muerte en su direccion...

¡¡ Maldita escoria trasga, vereis hoy lo que es pelear!! Tras terminar esta autoarenga al combate, aferro el hacha en una mano y coloco en el cinto cerca de la otra mano la cimitarra cojida al jefe dundlendino. Al acabar, paso la daga también al obtenida a Aldarion con un leve gesto de manos Toma elfo, se que tu le sacarás más provecho que yo a este mondadientes.

Tras terminar estos preparativos, el enano espera el asalto y reza una plegaria a Aüle, gran forjador y creador de la raza enana. Una vez acabada, comento a Mika Bien señor Slanger, ya es hora de que esos miserables trasgos aprendan como se las gastan unos auténticos hijos de la piedra...

Un grupo de 20 trasgos se acerca a la posada. Slovo te da tiempo a lanzar 10 flechas pero sufriras 20 p.v. y se te abrirá la herida..

Guntarr, deberías atrancar la puerta del piso de abajo, con eso ganaríais tiempo y os facilitaría la defensa..

10 primeros Goblins defensas:

Los goblins se mueven rápido y sólo aciertas a 3.

Escucho pasos inconstantes y un olor fétido que nada puede impedir que sepa lo que es ¡¡Trasgos!! Son bastantes y se acercan a este lugar.... Sólo somos cuatro para hacer una defensa, asi qué......

De repente Guntarr recoje y levanta con dificultad aunque eficazmente una de las mesas de la planta inferior y la pone junto a la puerta de entrada, de manera que este impedimento haga fuerza hacia afuera.