Partida Rol por web

Estando en camino a mi posición inicial, recibo la orden de seguir al sargento. Poniendome en camino, gasto un momento en soltar el cartucho vacío del rifle, y colocar el que estaba medio usado. No quedaban muchos bichos y quería poder disponer de los llenos para más adelante.

- Le sigo sargento. Me quedan dos cargadores llenos y uno con 9 balas. A parte 4 granadas Frag, 2 HE y dos FOG.

Bien. La situación iba viento en popa para la defensa, aunque no tanto para nosotros. Si la flota no aparecía en poco tiempo seríamos carne de bicho para el próximo ataque. 
Evans asintió a la orden del sargento y observó entre el muro de fuego al asqueroso bichejo que pretendía agujerear la puerta. Pulsó el botón de vaciado y el cargador se deslizó hacia el suelo produciendo un ruido amortiguado por la nieve. Inmediatamente extrajo otro cargador del cinturón cuando Mackeyn ya estaba disparando al objetivo y lo colocó en el hueco de su morita, justo debajo de la recámara. Con un chasquido el rifle volvió a quedar completamente cargado y listo para usarse. Mckeyn parecía que hilaba bien los disparos y no necesitaba ayuda. El cabo se arriesgó a llevarse una bronca del sargento mas tarde si el bicho no era abatido por su compañero, pero la intuición de supervivencia que le había salvado el culo hasta ahora le decía que no malgastara balas. Así que hizo que recontaba su munición y lo comunicó por el canal apropiado.-Tres cargadores enteros, uno con 20 balas, cuatro granadas de fragmentación, una de humo y las chocolatinas con bromuro de la flota. Ah, y la pistola.- Sabía que comparado a sus compañeros parecía una armería andante, pero lo suyo le había costado convencer al cabo furriel para que soltara el material.  

Joder Cabo... ¿cual es su secreto para obtener tantos cargadores?- le pregunta por el canal del comunicador- ¿no me diga que ha puesto el culo para ello? debería compartir, que salvo la pistola solo me queda un cargador con 20 balas.

- "Mackeyn, mi consejo táctico es que a partir de ahora dispares en modo tiro a tiro. Serán veinte disparos que añadirán algo de daño a los de tus compañeros." -

-Cuando necesites balas, -digo respondiéndole a Mackeyn- dame un aviso y te paso uno de mis cargadores, que tengo más que suficientes para aguantar esto y lo que se les ocurra a los bichos echarnos encima. -Digo rápidamente por el intercomunicador. Mejor avisar a tiempo, que luego en medio de la batalla descubrir que alguien no está disparando por el mero hecho de que ya no le quedan balas... y dejar que los bichos nos coman por eso.

Al escuchar el dialogo de mis hombres, corrijo de inmediato al consejo de mi táctico:

 - "Negativo Gawain. Nadie está autorizado a disparar de a uno. Es mucho más importante eliminar de inmediato a los arácnidos que permitir que sigan dañando este maltrecho muro. Sin municiones algo podremos hacer, sin muro, absolutamente nada más que esperar morir. Repito, todos disparen cuanto sea necesario para acabar a los adyacentes al muro."

Continúo disparando, preparándome ahora para una nueva ronda de disparos.

Gracias, Sonny- responde tras ver como cae el bicho al que había disparado- puerta despejada... creo que esa barbacoa esta mas cerca que nunca para celebrarla.

- "¡Bien!" -

El combate al fin había llegado a su fin, había sido duro y difícil, y sin embargo los infantes miembros de la compañía Sirius había logrado una gran proeza al mantener a los bichos a raya y no sufrir prácticamente ninguna baja.
El ultimo de los bichos había sido abatido por el teniente Brown, que haciendo una inspección en el muro, iba disparándole con su pistola a cualquier bicho que llegase a moverse siquiera un milímetro. Al igual que el resto del mando, el teniente había peleado codo a codo con los infantes, intentando mantener en orden a los infantes mientras combatían.
Agotados por la ardua jornada, los infantes se recargaban en el muro mientras vigilaban y escuchaban las palabras del capitán, quien personalmente había acudido a hablar con cada escuadrón.
Según parecía, la Sirius Prime estaba por mandarles atención médica y municiones, estas ultimas a manos llenas. Sin embargo se insistía en que la flota estaba por llegar y en que a toda costa debían mantener el fuerte integro. Era claro que esto al capitán le disgustaba, pero poco podía hacer él al respecto.
Para los infantes era claro que los muros no resistirían para siempre y que incluso quizá no resistieran ante un ataque igual de intenso que el anterior. Bajo ordenes del capitán, se había asignado la vigilancia de cada muro a 3 infantes por escuadrón, el resto debería descansar, preferiblemente en el frío suelo que el muro les otorgaba.

Para el escuadrón Fox, la prueba había sido realmente dura, los habían golpeado con todo, incluyendo a 2 muy duros tanques que heroicamente habían abatido el sargento y la fusilero Sonia. Muchas anécdotas se habrían de contar, mucho que reír y muy poco que lamentar. Para el sargento Focker era claro que sus hombres aun tenían que mejorar, pero también le era claro que hasta ahora, estaban logrando hacer un gran trabajo.
La única preocupación actual del grupo, era la salud mental de Mkoll; y es que este se encontraba en un estado delirante, incapaz de articular frase racional alguna. Por el momento le habían echado un par de colchas encima esperando que un poco de calor le hiciera bien; fuera de eso no les quedaba mas que esperar que los médicos pudieran hacer algo con él.

Me tiemblan todavía las manos por los nervios del combate.

Cambio el cargador al que le quedan diez balas por el último cargador completo que me quedan.

Tomo de mi cinturón un cargador al que le quedan cuatro balas y las paso, una a una, al cargador con diez balas, para que ese cargador tenga un total de catorce.

Después, procuro buscar algo de abrigo mientras aguardo a que el Sargento nos dé nuevas órdenes.

-Eres una nenaza-le contestó a su compañero Mackeyn.-Si pones el culo lo único que te darán será por ese ahí. Tienes que intimidarlo, ser agresivo, acojonarlo y así consigues más cosas.-El cabo se le acercó mientras le daba el cargador que tenía con 10 balas. Viendo al consejero Kurt como cambiaba las balas de uno a otro le pareció buena idea.-Chicos hazedme caso, llenar los cargadores que tengais a medias. Hablad con el que esté a vuestro lado para llenar cargadores y los que tengan mas que compartan, por que cuando estemos en combate no quiero que nadie deje de disparar para darle un cargador a otro y nos coman el culo por su culpa.-Dicho esto le doy a Mckeyn un cargador extra.-Así estamos iguales, dos cargadores enteros cada uno.-

Habían acabado ya con todos los bichos. Por fin. Al menos, por el momento, quién sabía si no habría otro asalto. Y si era como ese, estaba claro que no lo iban a conseguir.

Sin embargo, Sonia se permitió apoyarse un momento en el muro, suspirando con fuerza. Se miró las manos un momento, que le temblaron durante un par de segundos. Ahora, pasado el calor de la batalla, era muy consciente de que había habido momentos en que se había jugado la vida de veras: cuando fue a quitarle el bicho volador de encima a Sonny, cuando fue directo a por el tanque sola (por orden del sargento, sí, pero ella sola)... Y había evitado ser herida, con mucha suerte.

- Puf... - suspiró, sonriendo levemente - Bockman... si el sargento da su permiso, te agradecería que me pasaras una de esas cervezas que trajiste - le dió una palmada en el hombro a Sonny -. Nos libramos por ahora, ¿eh?

- "Diría que hemos hecho un buen trabajo." -

Cuando todo se quedó en silencio, me asomé por el muro. Tantos bichos muertos hacía que mi corazón se relajara. Habíamos conseguido sobrevivir y aguantar la posición sin demasiados daños.- Bueno salvo por el muro... - Preocupado de que un ataque rápido pudiera llegar de nuevo, cojo mi lanzagranadas y las recoloco de modo que sea más util durante el combate. Cuando termino miro el cargador con 9 balas y los dos completos. - Si alguien necesita balas? tengo 9 balas en un cargador casi vacío.

Al momento Sonia me recuerda que dispongo de 6 cervezas fresquitas.- Tengo 6 cervezas por si alguien tiene sed, yo con el permiso del sargento tomare una. - Toma Sonia! - comento lanzando una hacia la muchacha.

Me quedo varios segundos apuntando al cúmulo de bichos muertos, esperando por si alguno de ellos decidiese moverse lo más mínimo... pero resulta que no es así, por lo que al escuchar las noticias del pelotón sobre el frente limpio, lo primero que hago es cambiar de cargador de la Tinderbox y guardar al que le falta una bala en el sitio del otro. Después, aprovechando el momento de calma, guardo la pistola y me pongo a desencasquillar el condenado rifle, que seguro que voy a volver a necesitarlo. Cuando lo consigo sin demasiado esfuerzo, me pongo con el recuento de municiones y rellenar el cargador actual con las balas del que tenía un poco gastado.

-Señor, tengo tres cargadores llenos y uno con nueve balas. Si alguno las quiere, os las doy encantado. -Digo en general. Sonia me da una palmada en el hombro antes de irse a por una cerveza, así que me acerco a donde se está reuniendo todo el pelotón para festejar la victoria. -Ni que dudarlo. Ahora solo necesitamos un buen loquero para el pobre Mkoll, y estamos preparados para la siguiente oleada.

Cuando ya estoy suficientemente cerca, Bockman me ofrece una de sus cervezas, pero lo rechazo con un gesto.

-Creo que prefiero estar del todo sobrio. Aun así... -hecho mano de las cantimploras que tengo en la mochila, y le pego un buen trago a una de ellas. -Mucho mejor. Tanto asar bichos le deja a uno la boca seca.

Patrick, te besaría sino es porque te puede gustar- dice cogiendo el cargador extra que le da y las 10 balas del otro cargador. Con estos dos al menos podría hacer frente a lo que pudiera avecinarse... sino vendrían en grandes cantidades. No tiene otra cosa que hacer, así que comienza a rellenar su cargador de 20 balas con las otras 10 restantes- Hightower, yo me tomaría una si es posible. 

- "Con este frío helador yo preferiría una buena sopita de buey." -

El combate finalizó y no se llevó a ninguno de mis hombres, no físicamente por lo menos. Mkoll está perdido en su mente y no hay nada que pueda hacer para ayudarlo, por lo que tendrá que esperar a que los médicos lo vean. Hasta ese momento procuro que el frío no lo alcance y que esté lo más cómodo posible a ver si se calma algo.

Vuelvo al muro y abro mi casco para encender uno de mis Abanos, pues echaba de menos el amargo humo de un buen tabaco. Cuando estoy allí, escucho lo que los hombres dicen y me acerco a Bockman con expresión severa cuando comienza a repartir las cervezas, antes de hablarle fuerte a la cara:

 - "Nadie está autorizado a beber cerveza en este Fuerte... antes que yo. Así que dame una de esas hijo, o no beberán nada."

Tomo una de las cervezas, la abro y le doy un largo sorbo antes de volver a respirar. Luego uno más y vuelvo a hablar:

 - "Lo han hecho excelente, Soldados, y estoy sumamente orgulloso de haber luchado con ustedes. Son de lo mejor que hay en la IM en todo el Universo y los bichos de esta roca son unos hijos de perra desafortunados por tener que enfrentarse a ustedes. Pero no es el momento de descansar. Wallace, quiero un informe de reparación de emergencia. Autorizaré a desvalijar el puto Fuerte entero si con eso logramos reforzar un poco el muro. Sonny, ya que no quieres cerveza, ayuda a Wallace a ver qué pueden hacer. Cabo, no puede tener tan pocos cargadores, aquí tiene uno. Mackeyn y Sonia, aquí tienen uno más para cada uno. Gawain, quiero que vayas donde Mkoll y traigas sus cargadores. No podemos darnos el lujo de tener munición atascada en un infante inutilizado, así que sácale todos los cargadores útiles  y granadas, solo deja los de su arma de tirador y lo que tenga en las armas. Recuerden que cada uno tiene su posición designada, así que manténganse allí siempre que estén en el muro. La primera guardia la haré yo, Mackeyn y Bockman. Luego nos relevarán Gawain, Raynor y Sonia. Finalmente será el Cabo Evans, Sonny y Wallace. El resto puede descansar por el momento."

Luego de un buen trago me acabo la cerveza, lanzando el envase por el muro hacia el exterior, golpeando directamente a un bicho muerto. Luego de eso, vuelvo a apuntar al horizonte mientras descanso un poco, pues aun hay un muro que mantener íntegro.