Partida Rol por web

Bajando a la base del muro tras el sargento y Raynor, comienzo a seguir la orden recibida y cargar con los bichos hacia el muro de fuego. Por precaución golpeo al bicho con el morita antes de cargar con el. Nunca sabes si queda alguno con algo de vida.

Me sitúo en lo alto del muro junto a Mackeyn y fijo la vista sobre el Sargento y lo que le rodea.

- "Como odio a esos seres. En un momento dado todo está tranquilo y al siguiente nos están atacando por el aire y desde bajo tierra." -

Hecho,-contestó a Raynor,-el caviar y el champán van de mi cuenta pero, mi bicho me lo pasas bien por la parrilla. Me gustan bien echos, je.-Volviendo a la vigilancia, debían cubrir bien la zona para ofrecer mejor protección a los que estaban doblando el lomo abajo. Y no es por que tuviera envidia, por su parte, ya había tenido bastantes sustos intentando escalar el muro antes y por nada del mundo le apetecía bajar de nuevo.-De acuerdo, esta chica tan guapa (dice apuntando a Sonia, para arreglar un poco lo de antes) y yo vigilaremos de la puerta hacia el oeste, vosotros dos de la puerta hacia el este. Ya sabeis como funciona, al menor indicio, aunque sea una corazonada, una alucinación, o un delirio, decirlo. Adelante.- 

Bueno, consuélate que puedes acabar con ellos a raudales- contesta- a mi mientras no vuelvan a llegar mas tanques de esos me conformo- a punto habían estado de derruir una parte del muro. Y eso si que hubiera traído problemas a los soldados.

Aquellos bichos pesaban más de lo que parecía y Raynor tuvo que esforzarse para poder ayudar al Sargento a arrastrarlos, pero debían hacerlo o en el siguiente ataque los usarían para trepar y acceder al interior del fuerte.
Cuando finalmente llegaron al fuego y el bicho comenzó a chamuscarse descansó un momento.

-Ahí tiene Cabo, avíseme cuando esté bastante hecho para usted.

Sin perder más tiempo se dirigió al siguiente bicho que había que cargar.

-Negativo Sargento Wolf, quiero a todos los infantes lejos de esos huecos. Concuerdo con su idea, sin embargo adentrarse sería un suicidio y a la par dejaríamos desprotegidos los muros, consecuentemente, para sellarlos necesitaríamos mas poder explosivo. Y mas aun, los bichos podrían estar esperando justamente que eso hagamos, que nos acerquemos hasta la boca del león. Lo único que puedo permitirle es que autorice a su artillero intentar volar los agujeros desde el muro, con la concepción de que una granada perdida podría costarnos la vida a todos.-

La latina sonrió por el comentario del cabo, de lado, y le miró de reojo:

- ¿Ahora me peloteas, cabo, después de haberte ido con otras? - meneó la cabeza, añadiendo con tono de broma - Eso no está bien, vas a acabar con el culo lleno de agujeros como sigas así.

Al menos estaban animados. Eso era bueno. Si aún les quedaba tiempo allí para luchar, cuanto más alta estuviera la moral mejor...

CANAL PRIVADO CON EL SARGENTO FOCKER:

- "Señor, el Sargento Wolf ha solicitado permiso para sellar los agujeros de los bichos, pero el Capitán Tsumina se lo ha denegado." -

-Tú ganas chica.-Dijo levantando los brazos rindiéndose. -Si ya es bastante atractivo con un solo agujero, imaginate la que prepararias si me hicieras mas.

- Lo que tú digas, cabo.- respondió la chica con una risilla, mientras seguía vigilando y aprovechaba para hacer varias cosas: la primera, volver a dejar el arma secundaria, la escopeta, completamente cargada de munición, por si acaso. No quería que le pillara la recarga en un mal momento.

La segunda cosa que hizo fue coger los dos cargadores de Morita a medio vaciar y pasar las balas de uno al otro, para así tenerlo más completo. Que si no era un coñazo andar con varios cargadores con pocas balas.

El fuerte se tornaba ahora mas helado aun que antes, pues la paz tras la tormenta hacia sentir a todos el peso del cansancio y el cansancio mental. Sus raciones de comida estaban prácticamente acabadas también; por lo cual se hacia a cada momento mas necesaria la ayuda de la flota.
Para muchos esta ayuda sería innecesaria, pues si algo habían aprendido los infantes de la compañía Guardianes de Sirius es que la flota no era nada confiable. Por su parte el capitán Tsumina aseguraba que la Sirius Beta no tardaría en traer suficientes suministros, a la par de que había prometido refuerzos de la guarnición de la nave en caso de ser necesario. Pero, es que acaso no eran ya necesarios?, se preguntaban los infantes; era claro ya para los infantes que la flota prescindía de ellos por completo, solo querían que a como diera lugar lograran mantener el fuerte, y esto con la menor cantidad de recursos posible.
El frio helaba los huesos de los infantes mientras intentaban descansar a lo largo del muro. Sus baterías internar empezaban a entrar en valores críticos, probablemente no aguantarían mas allá de la cercana noche que se avecinaba. Aunque en el fondo lo que molestaba a los infantes es que realmente ni siquiera tendrían que haber estado allí por mas allá de 6 horas.
La flota no tardaría mas se decía, y mientras, los infantes no tenían otra opción mas que reforzar las defensas y resistir..., resistir o morir.