Partida Rol por web

Tras recibir las órdenes se puso en camino, entrando directamente a la mansión y llamando a las respectivas puertas, parecía que iban tantas marionetas como habitaciones a las que hubiera que llamar y llamaban al unísono, esperaban un rato y volvían a llamar más fuerte.

-El Maestro de Armas Oulos reclama vuestra presencia en la Plaza de Prácticas. Abra la puerta para que pueda ayudarlo a prepararse o entraré y la prepararé a la fuerza.

Esa voz con entonación monótona y bastante metálica parecía cobrar una autoridad igual a la autoridad que se le obligaba a ejercer.

Ya estaba levantada, siendo lo que era no necesitaba mucho tiempo de descanso y remolonear en la cama no era lo mío. Lo que si me gustaba era cabrear a esas marionetas pesadas así que tardé un poco en abrir la puerta. La abrí justo antes de que la rompiera, que bien seguro que era bastante capaz de hacerlo, y me aparté para que pudiese pasar, cruzándome de brazos.

Contuvo el golpe a la puerta justo antes de que la abriera, se inclinó con una reverencia y entró sin esperar a que la diera permiso, tenía una misión.

-Tiene dos horas para prepararse y acudir a la plaza, si necesita ayuda en algo estoy aquí para ayudarla y escoltarla hasta el punto de encuentro.

Se paró delante de la cama y esperó a que le dijeran como ayudar o a que comenzara a prepararse la chica.

Como se supone que tenía que estar decente para toda esa parafernalia, decidí que primero sería mejor darme una ducha o un baño o lo que sea... para gastar tiempo, básicamente... ni que fuésemos señoritingos que en 2 horas no podíamos estar preparados.

-Prepáralo todo para darme un baño y luego prepara la ropa.

Ya que estaba esa cosa ahí, había que aprovecharla.

La marioneta se dirigió al baño y comenzó a prepararlo por completo, toallas a mano, agua caliente, jabones cerca, etc... salió del baño y se inclinó en ligera reverencia

-El baño está listo, señora- y con esto se dirigió hacia el armario, buscándo ropa y sacando la que es de entrenamiento pero que se vea bien el símbolo de la mansión en la que reside

Entré en el baño y me quité el pijama que llevaba para entrar en la tina y remojarme de arriba a abajo. Dejé que el agua me cubriese completamente. Introduje la cabeza también y permanecí allí durante lo que me aguantó la respiración luego saque la cabeza del agua y la dejé descansar en el borde de la bañera.

-¿Cuánto tiempo queda? Y tráeme el champú*.

Se giró y le acercó el contenedor de jabón para que se lavase

-Aun tiene una hora y cuarenta y tres minutos, señora, y recuerde que se tardan unos 10 minutos a paso normal en llegar a la Plaza de prácticas desde aquí, señora.

Tras dejarla el champú se quedó firme y esperando a que terminara

-¿Tanto? No se para que quiere la gente 2 horas para arreglarse.

Cogí el champú y me eche bastante, que tenía el pelo muy largo, y comencé a frotarme el cuero cabelludo para formar mucha espuma. Me puse en pie para acabar de frotarme el pelo y que no entrase en el agua, tras eso, me hice un moño y me volví a sentar en la bañera.

-¿Y tenemos que hacer algo más antes de ir a la plaza?

-Una vez este vestida y lista no hay nada en concreto, puede ir a desayunar si lo prefiere, señora.

La marioneta ni se inmutó de su posición de firmes mientras que esa voz metálica y monocorde surgía de ve tu a saber que parte de su cuerpo.

Sí, podría ir a desayunar... así tendría fuerzas si necesitaba pelear contra otros... seres inferiores, por supuesto. Me relajé en la bañera hasta que noté que el agua ya no estaba caliente, quité el tapón para que se fuese el agua y me puse en pie para aclararme el jabón del pelo y el del cuerpo. Después me daría con esos aceites aromáticos que tan bien huelen... que tuviese una piel bonita sin necesidad de cuidarla, no significaba que no me gustase oler bien.

-Robot, tráeme los aceites. Uno para el cabello y otro para el cuerpo. El que más te guste.

Salí de la bañera y envolví mi cuerpo en una de las grandes toallas. Envolví el cabello en otra mientras esperaba a que el sirviente me acercase lo que le había dicho.

-Sécame el pelo y distribuye un poco de ese aceite aromático en él.

La marioneta comenzó a cumplir las órdenes, cogiendo el jabón correspondiente y comenzó a frotarla el pelo.

-No debería de remolonear demasiado, no querrá llegar tarde, supongo-siguió secándola el pelo y cuando terminó se la alcanzó una toalla para que se secara el cuerpo

-Puedo saltarme el desayuno.

Me sequé el cuerpo y me puse aceite corporal aromático, no mucho, pues no me gustaba sentirse pringosa, aunque era un aceite especial que se adsorbía con facilidad. Una vez lista, salí del baño y me acerqué a donde estaba preparada la ropa que debía vestir para ese momento tan especial.

-¿Cuánto queda?

Me comencé a vestir mientras esperaba la respuesta.

La marioneta se mantenia firme y espectante

-Le queda 1 hora aun, señora.

Su voz metálica y monótona no parecía transmitir nada salvo la información que daba y entonces pareció dirigirse a la ventana y mirar por ella.

Me acabé de vestir con las ropas de mi mansión y me preparé para salir. Me giré para mirar al sirviente mecanizado y esperé a que se separara de la ventana. Me extrañé de verle haciendo algo para lo que no se le había dado orden. Me acerqué para ver que era lo que miraba.

-¿Qué ves de interesante? Si nos retrasamos no podré desayunar.

-Ya hay compañeros suyos en el Comedor, señora, solo quería comprobar si estaba habiendo problemas con retrasos o todo iba según lo previsto.

Tras esto se encaminó hacia la puerta, cogiendo el asa de la puerta y esperando a que la chica saliera de su habitación y la escoltara hacia donde ella fuera hasta llegar a la Plaza frente a Oulos

Asentí y caminé hacia los pasillos de la mansión. Me daría tiempo a tomar un desayuno ligero para despejarme la mente y tener energías para lo que estaba por venir. Sabía que el sirviente cerraría la puerta, así que caminé hacia el comedor para ver a aquellos que ya estaban preparados para la prueba.

No sentía nervios... bueno, no sentía nada en especial: ni expectación ni nada como eso o lo que normalmente se tiene que sentir en esas situaciones. No sabía como se sentirían los demás, pero eso no iba conmigo. Dejé la mansión con paso firme.

Me aparecí justo delante de la puerta de una de mis dos alumnas, la que tenía estudios compartidos con Saisu, y llamé a la puerta suavemente.

-¿Lilith? Soy Karyla, vengo a hablarte de las pruebas de mañana

Me levanté de la cama, donde me encontraba leyendo un libro, y me acerqué a la puerta abrirle a Karyla. Algo importante debía ser si venía a esas hora para decirme algo. Abrí la puerta y la dejé entrar en la habitación.

Le indiqué una silla para que tomase asiento mientras me informaba de lo que me tenía que informar.

-Buenas noches, maestra.

-Buenas noches- dice entrando en la mansión- ¿qué tal te han ido las pruebas hoy? -dice girándo y sentándose a los pies de la cama.

-No tan bien como esperaba.

Me senté frente a ella para no parecer maleducada.

-Me falta más entrenamiento físico, pero supongo que no es lo que busco.