Partida Rol por web

Peter se acerca cojeando hacia los dos, mirando a Samanta. Cállate viejo. Vamos, Samanta, Josh. Dice Peter lo más suave posible. No tardarán en salir. Y les indica a ambos con gestos que comiencen a caminar. El gesto de Mark para ayudaros a salir no debe quedarse en vano. ¿Para qué coño se ha hecho el héroe? Los héroes no sobreviven. Piensa mientras comienza a caminar, poniendo el brazo tras Samanta y Josh. ¿Qué ha sucedido exactamente Samanta?Pregunta en voz baja ¿También esos niños? Entonces es todo cierto... Peter no sabe que pensar de todo, está hecho un lío, Las paredes cambiando, niños sin cara. 

Samanta intenta explicar a Peter lo ocurrido pero no tiene fuerzas y tartamudea. Esos niños, ella. Todo es muy raro, seguro que a April le van mejor las cosas. Hacía tiempo que no pensaba en ella, me escondía tras abrazos cobrados y apagaba el llanto entre gritos de placer. Necesito salir de aqui, ahora que Mark a muerto. Samanta se puso a reir. Todo lleno de muerte y yo pensando en sexo, Mark a dado la vida por nosotros y yo lamento la perdida de su poya. Me doy asco.

A causa del miedo o quizas de la locura Samanta no pudo parar de reir en un buen rato. El resto la mira como si estubiera loca. ¡¿Nos vamos?! Sus palabras cortaron las carcajadas y sonaron imperiosas.

Peter se queda estupefacto al ver su reacción. Pobre, debe estar destrozada, no sabe ni controlarse. O tal vez está tan loca como el viejo. Sí, será mejor que nos marchemos de aquí rápido. Al menos no nos quedamos aquí quietos. Comienzan a caminar, alejándose del colegio. No me gustaría nada ver salir a más niñas asesinos de esos. En ese momento Peter lanza una mirada a Josh. ¿Para qué querías venir? ¿Qué te hace diferente del resto? ¿Lo eres a caso? ¿Cómo estás Josh? Vamos campeón. Y prosigue caminando

Tras alejarse un poco, Peter se relaja más. Estamos cerca de la oficina de turismo. Tal vez deberíamos pasar por allí, puede que haya alguien para ayudarnos a salir de aquí. Y puede que tengan algo de comer... Peter continua caminando hacia allí. ¿Josh, de dónde eres? Si recuerdas donde está tu casa podríamos pasar. 

El chico de tez morena camina sin emoción alguna en el rostro y los ojos muy abiertos. Va de la mano de Samanta a pasos lentos y pesados. No habrá nadie, están todos muertos o locos. Parecen palabras resignadas y comunicadas con especial desidia. Pero siguen mostrando más ira y odio que cansancio o aceptación. ¿La oficina de turismo? Deberíamos ir a la comisaría y coger armas... Vamos allí. De todos modos, en la escuela no estaba Papá.

Tras esto, Peter le pregunta de dónde es. De las afueras de Clevelant. No llegaremos sin un coche. ¿Alguien sabe conducir?

Josh tiene razón, deberíamos coger un coche. Esto parece estar muerto y no quiero encontrarme con más cosas raras, marchemonos de esta ciudad. Samanta sigue caminando alejandose de la escuela, aún se pregunta que eran esos seres. Saca un cigarrillo y se lo pone en la boca. El último, necesito pasar por el estanco, y hechar un buen polvo que me calme.

Odio darles la razon al mocoso y la buscona, pero un buen coche iria bien como escudo y podriamos alejarnos de este sitio infernal. Buscar uno con el deposito lleno rapido!!! Se le veia un poco mas contento y tenia una sonrisa en su cara. Por fin podre conducir sin hacer caso a las putas señales de trafico, quien se creen que son para decirme que no puedo correr cerca de colegios o por donde no girar.

Peter les mira con cara decepción. Claro, sería ideal. Pero, no sé si os percatasteis, al salir de la escuela el coche de tu padre no estaba ya Josh. Dice Peter mirando a Josh. Y de momento no veo ninguno, pero evidentemente, en cuanto veamos debemos intentarlo, hacer el puente a un coche o lo que sea, mientras tanto será mejor que no nos quedemos quietos. Peter mira alrededor en busca de cualquier coche mientras siguen caminando. No creo que me costara demasiado hacer el puente a un viejo coche. Por cierto Josh, ¿si eres de Cleveland porqué vienes a este colegio? Y sigue mirando de camino a la oficina buscando algún coche.

Buena pregunta... Coge aire y evoca parte de su ira en Peter ¿Y a tí que te importa? ¡Deja de hacerme preguntas! Chasquea la lengua, malhumorado por el comentario. Quiero saber la hora, y quiero saberla ya. Se hace de noche en cualquier momento y amanece de pronto... ¡Estoy harto! ¡Quiero volver a casa! Da una patada al mobiliario urbano más cercano. Además seguro que si hay cosas raras en la escuela las hay en cualquier otro sitio. Mira a su alrededor. ¿Por qué no vamos a la policía? ¿No sabrán ellos que ocurre en la ciudad?

La idea de ir a la comisaria le parece bien a Samanta, el cuerpo de policía, eso si que es un cuerpo. Me masturbaré con una porra mientras me penetran por detras. La mirada de Samanta brilló por un intensamente. En la comisaria estaremos seguros, si tambien está vacía aprovecharé para borrar mis multas de tráfico.

El humor de Samanta parecía haber cambiado y avivó el paso con Josh de la mano. El niño volvía a estar furioso. Espero que encontremos un coche pronto, llebamos toda la noche caminando

Peter escucha atentamente a Josh mientras una sonrisa asoma su rostro. Rabia irracional, y no es de aquí. Bueno, un problema menos. Echa un vistazo al mapa mientras Samanta coje a Josh por el brazo. Bien, lo cierto es que no me interesa nada lo que pasa aquí. Lo único que quiero es marcharme de aquí. Mira los rostros de todos ellos. Creo que todos. El caso es que la comisaria está de camino, podemos pasar y mirar si conseguimos ayuda o alguna forma de salir. O algo de comer, los polis siempre comen rosquillas. Las tripas de Peter rugen ferozmente. Bueno o algún arma no estaría de más. Peter comienza a caminar también, alcanzando a Samanta y Josh. Es por aquí. Si no conseguimos nada podemos intentar más tarde en la oficina de turismo. Lanza una mirada hacia el anciano. ¿Viene usted también? 

¿Como han llegado esos coches a ponerse así? Este lugar es cada vez más siniestro Pero de repente se le iluminan los ojos a Peter y comienza a salivar. Ha visto el café y solo piensa en comida. Redirige su rumbo hacia el pequeño lugar. Vamos, necesitamos recuperar energía. Luego vamos a la comisaria. ¡Quiero comer algo! ¡Me muero de hambre! Poco a poco acelera el ritmo, hacia el café, al llegar, mira a través de los cristales, para ver que hay para comer, e intenta entrar.

Mira a su alrededor, casi con admiración. Guau. Parece que hayan pasado cien marines espaciales. Señala la comisaría. Sea como sea, no habrá polis ahí dentro. Os lo dije, están todos muertos o locos. Mira a su alrededor buscando algún coche que esté en condiciones o cualquier detalle de utilidad. Se suelta de la mano de Samanta para husmear por la plaza, haciendo caso omiso a la dirección que tomen los adultos. 

Buena idea la de conseguir alimentos pero deberiamos racionarlos, no sabemos lo que tardaremos en volver a casa. Y como dejemos al gordo con la comida a solas 2 mins nos quedamos sin. Peter esperame, deberiamos ir con cuidado no sea que nos ataquen. Que ME ataquen. Roger intenta llegar donde esta Peter y acompañarlo dentro del cafe para vigilar que no se coma todas las existencias.

¡Bien, coger toda la comida que podais cargar! Yo voy a ver si encuentro ayuda. Samanta se dirige a la comisaria, por el camino hecha una ojeada a Josh. No te alejes cariño, no sabemos que será lo siguiente. Espero que el pequeño este bien, y que esos dos encuentren algo de comer. Al llegar a la comisaría, que obviamente parece estar vacía Samanta busca con la mirada cualquier cosa que se pueda usar como arma. ¿Hay alguien aqui?

Hacia unos momentos que Peter y Roger habían entrado. Pero no tardó en salir Peter. Y ya salía, con la tez blanca totalmente, y una botella de algún licor. Nada más salir a la calle, pega un trago bien largo a la botella. No hay nada de comer aquí. No se fija ni a quien le habla, solo lo dice. Al percatarse del niño solo deambulando sin la compañía de Samanta le grita. ¡Josh, Josh chaval, ven aquí! Y se dirige hacia el, apresuradamente, aunque a pesar de ello mantiene la palidez de su rostro. Vamos con Samanta, no debes quedarte solo, ¡No!, no debes. Y vuelve a pegar otro largo trago a la botella. 

Lanza y recoge una piedra del suelo, sentado contra uno de los coches de la plaza sin haber encontrado nada relevante. ¿Uhm? ¿Qué estás bebiendo? Creo que no te sienta bien, tienes toda la cara blanca. Mira a izquierda y derecha ¿Y el viejo gruñón? ¿No iva contigo? Se incorpora y mira hacia donde estaba Samanta. 

No va a ser esto lo que me siente mal precisamente. No es nada Josh, ni hay nada en de comer en ese sitio, esperemos que haya más suerte con la comisaria. Tenemos que coger armas, ya. ¿El viejo? Ostia es verdad, ha entrado conmigo, pero después de eso ni le he hecho caso. Estará dentro todavía, no creo que tarde en salir, no te preocupes. O te alegres demasiado pronto, volverá. Poco a poco parece que Peter recupera su color. Pega otro trago a la botella. Vamos Josh, será mejor que Samantá no esté sola mucho rato. 

La locura invade el momento, Peter no sabe que sucede exactamente, pero le recuerda algo, el colegio. Inmediatamente agarra a Josh con todas sus fuerzas y comienza a correr. ¡Vamos Josh, no tenemos tiempo para pensar! Lo coge y se dirige corriendo hacia la iglesia. Mierda, ¡otra vez no!, ¡otra vez no! Mientras acarrea a Josh a cuestas, entre sus brazos le dice suavemente. Tranquilo, ya llegamos. Sin mirar hacia atrás, a pocos metros de la iglesia vuelve a gritar. ¡Samanta, ven, a la iglesia! ¡Viejo tu también! Y sigue corriendo, mirando las extrañas gentes que les esperan allí. 

Samanta maldice con un chasquido mientras da un último vistazo a la comisaría. No debe quedar nada, sino esos refugiados de la iglesia ya lo habrían cogido. La joven corre hacia la iglesia buscando el camino más rápido. ¿Seré lo bastante joven para ser del apetito del clero? ¿Habrá alguien que me haga olvidar al señor Sulivan? Mientras su cabeza pensaba en sexo, sus piernas solo pensaban en correr. Los tenia detrás, a unos pocos metros.

A unos pocos pasos de ella Peter y Josh corrían seguidos de Roger. Ellos llegarían sin problemas, pero un coche volcado le cortaba el camino a Samanta, No creo que pueda saltarlo, está demasiado alto. Mientras rodea el coche los extraños encapuchados parecen alcanzarla. Es el momento de actuar, dejar de huir, no volveré a huir nunca más, me enfrentaré a mis temores como debí haberme enfrentado a April en su memento. La joven se gira sacando una especie de esprai del bolso y rocía la cara del extraño. Parece que no le afecta, que coño son estas cosas. Un  momento... Saca el mechero con la otra mano y prende el esprai que crea una bocanada de fuego incendiando al agresor. ¡ARDE CABRÓN, VUELVE AL INFIERNO DEL QUE SALISTE! Una voz saca a Samanta del éxtasis violento en el que se encontraba Corre a la iglesia decía, si estaba en su mente o era alguno de sus amigos nunca lo supo pero corrió entre las llamas como nunca lo había hecho aprovechando la adrenalina del momento y llego a la puerta justo antes de que se cerrara.