Partida Rol por web

La Edad de los Héroes

CAPÍTULO SEGUNDO: LA CAZA DEL ÉQUIDO (Todos)

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11/07/2013, 15:01
Néstor

El noble puso la espada sobre el cuello del gnomo, que se encontraba ante él totalmente vencido.

- ¿Por qué nos atacas? - preguntó con cierta magnificencia.

Notas de juego

No tenia ni idea.. lo haré la prox. Gracias

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12/07/2013, 09:49
Melanctha

Melanctha se acercó hasta sus compañeros, para comunicarles en un susurro:

- Ojo, tras esa esquina están sus tres compañeros.- dijo, señalando con la cabeza.

Mientras Néstor interrogaba al gnomo caído, Melanctha hizo una seña a uno de los salvajes, indicando que cogiera una de las barcas para ir a buscar a Aristocles.

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14/07/2013, 21:08
Aetos

Aetos se mantiene en su posición, dejando a Néstor el interrogatorio, y echando rápidas miradas hacia los soldados del fondo, para comprobar si se han dado cuenta de algo o siguen concentrados en su extraño juego.

-Deberíamos atacarles ya, para pillarles por sorpresa.- Susurra.

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30/07/2013, 12:14
Guerrero Dactilo

El gnomo escucha atento las palabras de Néstor. Está a punto de contestar, cuando Aetos propone atacar por sorpresa a sus compañeros, a lo cuál dice: - Inquinos. Inquinos y malvados los humanos que atacan a traición y enciman me acusan de intentar hacerles daño. Soy un guardían de las puertas del reino, eso soy. Honorable en mi labor. Y vosotros, nada más que asesinos y ladrones, como todos los humanos, que vienen a robarnos nuestros tesoros y las bella gemas que sacamos de la tierra...- Mientras dice esto, no parece mirarse el muñón, el cuál no sangra ya, si no que es una costra ya de roca, como el resto de su piel (aunque sigue sin brazo).

Luego mira de reojo a los salvajes...

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30/07/2013, 12:19
Salvajes de la Tribu de la Roca Viva

... los cuales, sin perder tiempo, bajan desde su posición de nuevo a la playa, y echan al agua una de las embarcaciones, tal y como Melanctha les ha ordenado.

A continuación ambos Salvajes montan encima de la embarcación, y usan las pértigas para dirigirla por la dirección por la que habéis llegado. En pocos segundos, la esbelta embarcación desparece junto a los dos Salvajes tras el primer recodo de la cueva.

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30/07/2013, 12:29
Salvajes de la Tribu de la Roca Viva

El tiempo pasa increiblemente despacio mientras Apolo se alza poco a poco en el horizonte.

Salvo tirar piedrillas a la laguna, no hay mucho que hacer. Los Salvajes de vez en cuando charlan entre ellos en su salvaje lengua, que evidentemente no comprendes, así que no tienes mucha conversación que digamos.

 

 


...El tiempo pasa...


 

 

A medida que pasa el tiempo, los bostezos empiezan a hacerse más frecuentes.

Finálmente, tras lo que parece un siglo (en realidad apenas una hora) una silueta aparece tras la cascada, para a continuación atravesarla. Las embarcacion es unas bella construcciones de madera, con un mascarón de proa tallado con forma de cabeza de caballo. Sobre ella se encuentran los dos salvajes que acompañaron a Aetos, Nestor y Melanctha al interior de la caverna. Los héroes no están con ellos. Ambos llevan una especie de remos. Al pasar bajo la cascada, se empapan, y parte del agua entra dentro de la chalupa, pero no demasiada.

Una especie de larga vara de unos dos metros emergen en vertical de la cubierta de la chalupa hacia arriba. En el extremo superior de esta vara hay una especie de cristal de roca facetado. La embarcación carece de velas.

Al ver a sus compañeros, los salvajes de la orilla les saludan. Los dos salvajes se aproximan remando con la embarcación a la playa, y cuando ya está cerca, los otros se meten en el agua para empujar parte de la quilla a la orilla. Compruebas que la quilla deja en la playa de grijo una muesca en forma de cuña exactamente igual a la que hace horas, al llegar aqui y examinar el lugar, vísteis en la orilla Melanctha y tú.

Los salvajes empiezan a subir a la embarcación sus lanzas y te miran. Hacen señas para que les acompañes. Dirías que la embarcación tiene el suficiente tamaño para llevar hasta seis hombres, e incluso algún caballo.

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31/07/2013, 18:34
Aristocles

Ahora estaba en un dilema. A ver como les explicaba a esta gente que debían de quedarse algunos cuidando al caballo, y esperando nuestro regreso. Porque un caballo en una cueva es tan útil como una vela en el carro de Apolo.

Tras pensarlo durante algunos momentos, me doy cuenta de que no voy a poder hacer mucho, así que simplemente, ayudado con mi bastón, me subo a la barcaza, a la espera de que los salvajes me lleven de vuelta con mis compañeros.

Tendrán que contarme porque han tardado tanto en traer esta cosa hasta aquí...

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31/07/2013, 21:00
Crinos

Tras ayudar a subir a Aetos a la embarcación, los salvajes la empujan laguna adentro y suben de un salto en ella. El bello animal permanece en la orilla de guijarros, contemplándo con sus grandes ojos cómo os alejáis poco a poco, antes de relinchar en tu dirección.

Mientras los salvajes reman en dirección a la cascada, esta es la última estampa que Aristocles ve antes de que un jarro de agua helada de montaña caiga sobre él, calándole de arriba a abajo, mientras la embarcación cruza al otro lado de la caída del agua...

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31/07/2013, 21:07
Maze Master

Más allá de la cortina de agua, adentrándose en la roca que formaba parte del risco, se encontraba la boca de entrada de una cueva. La cueva se adentra hacia la oscuridad. Carecía de suelo, puesto que este se encuentra cubierto de agua. El techo natural abovedado se encontraba a gran altura.

Pero había algo aún más interesante. A los lados de la boca de entrada de la caverna, grabadas sobre propia la roca natural, había sendas cariátides. Columnas esculpidas en la roca natural, con forma de mujer. Ambas estaban sumamente deterioradas, como si llevaran aquí incontables años.

Aquellas figuras llevaban allí silenciosas mucho, mucho tiempo.

Por desgracia, la luz del sol iluminaba la apertura y apenas una treintena de metros, pero más allá sólo se veían sombras y oscuridad. La caverna se adentraba profundo bajo las raíces de las montañas.

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31/07/2013, 21:15
Salvajes de la Tribu de la Roca Viva

Los previsores salvajes llevaban parte de sus pertrechos atados en una especie de macutos, para que no se mojaran. De ellos sacaron una serie de manojos, palos y pellejos. Ante los asombrados ojos de Aristocles, los salvajes improvisaron rápidamente unas antorchas, y utilizaron una especie de grasa animal en ellas. Todo ello con gran habilidad.

Pero cuando vuestra embarcación cruzó entre las cariátides, algo inesperado ocurrió. El cristal facetado situado sobre la larga vara de la embarcación empezó a tintinear con una luz, hasta que esta se hizo intensa, tanto como una antorcha. Ante el "mágico" fenómeno fenómeno, los salvajes empezaron a murmuran en su lengua, sorprendidos y asusutados, incluso aquellos dos que ya habían pasado por aquí con esa misma embarcación.

Esos dos murmuraron algo entre ellos, y se giraron para mirarte a tí con mirada aviesa.

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31/07/2013, 21:58
Rey Sirio

- Bienvenido seas a mi reino, extrangero... - La imágen se materializó de la nada, en la cubierta, frente a Aristocles. Era una imágen azulada y semitrasparente, como un fantasma. Le habló en la antigua lengua Lemuria, de la cuál apenas había oido hablar. Tan sólo había interpretado textos de la misma. Textos que en su juventud, otros más ancianos que él le habían enseñado a pronunciar. Nunca la había hablado esta lengua, y la comprendía vagamente.

El sonido de la voz le llegaba lejano, como el fuera eco en una caverna. Y la voz, sonaba como el raspar de una roca contra la otra. Sin embargo, Aristocles sabía perfectamente que no eran sus oidos los que lo habían escuchado, si no su mente.

El ser que se mostraba en la ilusión era humanoide y pequeño, de apenas metro treinta. Sentado sobre un trono de oro y materiales preciosos. Sus dedos estaban cargados de suntuosos anillos llenos de piedras preciosas, y sobre su mente despejada, pintado el símbolo de un ojo.

Lo reconoció como uno de los antiguos gnomos forjadores del perdido Imperio de Lemuria. una raza vil y despiadada retirada a las profundidades de la tierra. Los llamaban gnomos de los dedos (es decir,  Dáctilos).

La imágen, una ilusión inmaterial de la mente, continuó: - Soy el Rey Sirio, y hace tiempo que no recibo a una mente privilegiada como la tuya... - La imágen muestra una sonrisa maliciosa: - ...¿Cuales son los motivos que te traen a mi humilde reino...? -

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31/07/2013, 22:14
Salvajes de la Tribu de la Roca Viva

Los salvajes seguían en sus quehaceres sobre la embarcación y aunque se habían sobresaltado ante la luz de la vara, ninguno de ellos parecía atender a la imágen que se había presentado ante Aristocles. Ahora, con iluminación, seguían dirigiendo con los remos la embarcación caverna adentro.

Era evidente que ellos no veían ni oían a Sirio.

Mentes simples.

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01/08/2013, 01:03
Néstor

- No hemos venido a robar nada, enano - dije Néstor apartando el arma de aquél ser - Buscamos a una bestia que anda atormentando a los pueblos cercanos, la bestia de fuego. - Intentaba parecer tranquilo y confiado. No quería empezar una guerra sin sentido, así que tomo un aptitud más conciliadora.

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01/08/2013, 01:17
Aetos

Aetos se da cuenta de que ha hablado más de la cuenta. Ser así de imprudente es impropio de él, y posiblemente ha fastidiado una oportunidad de enterarse de más; así que intenta enmendar su error sin demasiadas esperanzas.

-Disculpa mis desafortunadas palabras, no buscamos enfrentarnos a nadie. Solo buscamos a la bestia, como dice mi compañero.

Parte la flecha y trata de sacarla de la herida de forma limpia, para evitar causarse más daños. Arranca parte de la manga de su ropa, y hace fuerza con ella sobre el corte, para evitar que salga demasiada sangre. Cuando la flecha ha penetrado en su cuerpo, ha notado una sensación extraña, así que olisquea la punta metálica del dardo, dándose cuenta de que está impregnada de algún tipo de sustancia. -Tenía veneno.- Comenta con preocupación.

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01/08/2013, 02:07
Aristocles

Cuando recibo las miradas de los salvajes, sólo puedo encogerme de hombros. Sé tan poco de esto como ellos. Pero es cuando el dáctilo se me aparece, cuando el que no entiende nada soy yo.

Lo más sorprendente es el idioma. Lo había oído de joven, pero casi lo tenía olvidado. Cuando el gnomo habla, por unos instantes le ignoro, para evocar mis días de juventud. No obstante, es difícil concentrarse en lo que estudiaste de joven cuando un pequeño ser se aparece en tu mente.

Dado que quedaría como un idiota si me pongo hablar, aparte de que los salvajes me mirarían con suspicacia, decido pensar para comunicarme con el ser. Además, eso puede que haga que la comunicación sea más fluída.

Mi nombre es Aristocles, filósofo y pensador —pienso como respuesta, mientras evoco imágenes de mis charlas a mis alumnos. Como buen psíquico, sé que si alguien te lee la mente, lo mejor es crear muros de defensa. Y lo mejor, para reforzar mis palabras, son mis recuerdos.

Estoy aquí en busca de la criatura que estos lugares. Las pruebas me han llevado a pensar que se oculta tras este lugar —pienso en las huellas que encontramos y que se dirigían aquí, aunque omito en mis recuerdos la imagen de Melanctha encontrándolas—. Decidme, buen rey, ¿acaso se encuentra aquí tal ser?

Tras mis pensamientos, espero la respuesta. De momento, no quiero mencionar a un ser malvado la incursión del resto del grupo. Si se centra en mí, es posible que el resto no corra peligros...

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01/08/2013, 20:17
Rey Sirio

Sientes que no tiene forma de penetrar en tu mente o leer tus pensamientos. Aunque sólo tú puedes ver la ilusión proyectada por el cristal facetado, dirías que es producto de tu mente dotada y tus capacidadse psíquicas superiores.

Recuerdas entonces que los Dáctilos eran una raza muy inteligente, y que se dice en las leyendas que algunos de los suyos tienen capacidadse psíquicas, como las tuyas. Además, son legendarios sus formidables autómatas y tecnología.

El rey te escucha atentamente. Luego muestra gesto pensativo, como decidiendo con detenimiento sus palabras, antes de lanzarse a hablar y contestarte. - Hummmm. Podría ser... - Hace un gesto con la mano, como dándole poca importancia al asunto. - Muchas criaturas habitan el submundo, y mis guerreros no pueden controlar todos los túneles. -

- Pero, por favor, sé bienvenido, - Muestra una sonrisa bajo su espesa barba, junto con un gesto de saludo. - Hace tiempo que no tenemos visitas de los habitantes del exterior, y estoy deseoso de tener nuevas. Además, estoy complacido de poder compartir conversación con un hombre versado, un filósofo como vos. Aquí sólo estoy rodeado de patanes y mentes inferiores. -

- Se levanta de su asiento, poniéndose de pie en la imágen, y añade... - Enviaré una escolta a recibiros al muelle. Nadie desea que os encontréis con esa Bestia en los túneles y os pueda pasar algo malo... ¿Verdad? -

Hay un tono extraño en sus últimas palabras.

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01/08/2013, 20:32
Salvajes de la Tribu de la Roca Viva

Mientras, gracias a la luz que confiere el cristal facetado en el extremo de la vara (ese efecto de iluminación si que es visible para todos), los salvajes dirigen la embarcación en su curso, penetrando hacia el interior de la montaña, siguiendo la caverna.

Durante un buen rato, siguen avanzando hacia el interior de la caverna, los salvajes manteniendose alerta en la proa de la embarcación, mientras otros dos reman, uno a cada lado. Contemplan la tranquila superficie del agua, intranquilos.

La cueva y la superfie del agua producen un efecto de eco, que hacen que se intensifiquen y se repliquen de forma fantasmagórica los sonidos alrededor: Gotas que caen desde lo alto a la superficie del agua. Las ondas que producen al surcar las aguas la embarcación, el golpe de los remos al entrar y salir del agua. Todos estos sonidos revotando suavemente contra las paredes de roca, e incluso sus jadeos y respiraciones entrecortadas.

Las luz azulada del cristal facetado producen una luz danzante, que crea formas fantasmagóricas en las paredes de la caverna. Sombras producidas por las siluetas de la nave y los cuerpos de los propios marineros.

Tras un rato navegando, los salvajes dejan de remar y se miran entre sí. Sin duda, todos habéis creido oir sonidos más adelante. Sonidos que no son creados por vosotros. Unos metros más delante, la caverna toma una curva hacia la derecha. En las paredes se refleja una luz, y no es causada por las antorchas de los PJs, si no por alguna luz situada más allá de la curva del túnel.

Los salvajes dejan de remar, y hablan entre sí con susurros. Sin impulso, la nave se detiene poco a poco antes del recodo de la caverna.

Notas de juego

Haz una tirada con el bono de Evadir Peligros (percepción).

La "ilusión proyectada" del rey dáctilo Sirio sigue ahí, a la espectativa.

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01/08/2013, 22:37
Guerrero Dactilo

- ¿Bestia de fuego? No ... sé... No sé ... nada... - El gnomo aparta la mirada de sus interlocutores, mientras dice estas palabras.

Después, tras escuchar las palabras de preocupación del hoplita, le dice: - Si el veneno te hubiera afectado, te habrías desplomado dormido al instante. Debes ser de constitución fuerte, si no te ha hecho nada. - Hace una pausa antes de continuar. - Una vez usada la flecha, se pierde la mayoría del veneno de la punta. La sustancia se vuelve inerte.-

Sin poder evitarlo, lanza una mirada desesperada más allá de vosotros, en dirección a sus compañeros más allá del recodo, impaciente.

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02/08/2013, 00:20
Aristocles

Las palabras del pequeño ser de las profundidades no me resultan para nada reconfortantes. Incluso creo que intenta reírse de mí. Pero no voy a permitir que lo haga. Mientras le respondo con la misma sonrisa, miro a mi alrededor. Seguro que tiene algo preparado...

- Tiradas (1)
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02/08/2013, 09:33
Maze Master

Aristocles distingue una especie de conversación que proviene de mucho más adelante. Apenas se distinguen las palabras, pues hablan en tono my bajo. Dos de las voces son masculinas, y le resultan familiares. La tercera suena rasposa, como el sonido de dos rocas al rozarse.

Además, poco antes de la curva de la caverna más adelante, Aristocles distingue una especie de playa de barro. Aunque sigue estando dentro de la caverna, parece que si siguen navegando un tramo, llegarán a "tierra firme".

Y pegado a la pared derecha de la caverna, a la altura de la playa, ve una especie de muelle o dique hábilmente tallado en la propia roca. Hay una serie de siluetas sobre el dique, que son las que parece estar hablando entre susurros. Una de ellas es más bajita que las otras, como si se tartara de un niño, o un enano.

  - ... los pueblos cercanos, la bestia de fuego. -

  - ... desafortunadas palabras, ... a nadie ... buscamos a la bestia ... mi compañero. -

  - ... No ... sé... No sé ... nada...  el veneno te hubiera ... constitución fuerte ... la flecha, se pierde ... sustancia ... inerte. -