Partida Rol por web

¿Reacciones? ¿Con respecto a qué historias? ¿A la de Huma o a la de Raistlin el Mago?, dice el Heraldo acercando sus manos al fuego.

Frunciendo el ceño, levanto la mirada de mi libro, dejando la pluma en el tintero

Sobre la de ese grupo que ha acabado con el peligroso bandido, digo con paciencia 

Ah, bueno..., responde el viejo a la vez que te guiña el ojo. Pues les gustó bastante. La gente pobre odia a aquellos que toman lo que es suyo. Ahora que lo dices, había un tipo que me hizo preguntas sobre ese grupo...

Con un resoplido, me pongo la mano en la frente y vuelvo a negar con la cabeza

No me extraña que casi lo mataran. Es capaz de acabar con la paciencia de cualquiera

Quitándome la mano y alzando las cejas

¿y bien? ¿qué aspecto tenía? ¿qué te preguntó?

Pues... No sé. Normal, diría yo. Era un lugareño, eso sí. La verdad es que no le di importancia. ¿Crees que podrías ser importante?

Koltahr parece extrañado en el templo, admira los mosaicos, divertido con los coloridos dibujos. Hace tiempo que el minotauro dejó de intentar comprender el lío de dioses que se adoran en la actualidad, nuevos, viejos....demasiado. Como sus padres, la unica referencia divina que tiene es Kiri-Jolith y nunca ha sido un gran devoto, tan solo algunas ofrendas y ritos a bordo del Vengador Errante.

Mmmm...¿el templo de los dioses verdaderos? ¿es que el resto son falsos?

Buena pregunta, kothiano. La respuesta no es sencilla, pero, digamos que hay lugares en los que se adora a dioses bajo falsas formas, como ocurrió tras la época del Cataclismo. La gente necesita algo en que creer y si los dioses no están, a veces, determinadas personas se aprovechan de los desesperados.

Tras hablar, os examina y prosigue:

No obstante, estoy seguro de que no venís para que os ilustre sobre el panteón de Khur. ¿Estoy en lo cierto?

¿pero que clase preguntas hizo? vamos, que un lugareño se interese de detalles de esa historia, no creo que sea muy normal ¿no?, es más, la respuesta la tienes en que sólo uno te hizo preguntas, y no muchos.

Bah... No le dije nada que no le hubiese dicho cualquier otro de los que estaba en la sala: quiénes erais y que os alojabais aquí. Yo no me preocuparía. Sólo me preguntó eso. Si quieres, si lo vuelvo a ver, te aviso.

Al oir las declaraciones del Heraldo, me levanto como un resorte, cayéndose la silla hacia atrás

¡¡¿Qué has hecho qué?!!, ¿pero no te das cuenta que pueden ser sus amigos? ¿o quizás alguien que busca lo mismo que buscábamos nosotros?

Recogiendo mis cosas Estaré en mi habitación, si viene alguien preguntando por nosotros, decidles que no estamos, y si viene alguno de mis compañeros, que suba enseguida. Digo a la posadera antes de subir la escalera mientras lanzo una mirada furiosa al Heraldo

Menudo genio..., oyes que exclama el Heraldo y después suelta un silbido. Silvanestis...

-Así es, padre--confiesa Amílcar con gravedad--No es la fe lo que nos ha traído hasta aquí, sino las palabras de otro hombre sabio, el Heraldo.

El nómada guarda un breve silencio para observar la reacción del clérigo después de su comentario anterior y luego prosigue:

-Por suerte o por desgracia, hemos sido elegidos para llevar a cabo una misión de vital importancia. Quizás, incluso más allá de nuestro propio entendimiento en el momento actual. Por eso, lo que hemos venido a buscar a este lugar son respuestas.

-¿Qué sabéis de La llave de Quinari?--inquiere el arquero finalmente.

¿Llave de Quinari? Me temo que no he oído nunca hablar de ella. Ahora bien, sí puedo deciros que Quinari fue la esposa del gran rey elfo Silvanos, fundador del reino de Silvanesti.

El anciano os mira como disculpándose si os ha decepcionado.

Si me permitís, ¿qué os lleva a preguntar por esa llave? ¿Y qué tiene que ver con el Heraldo?